tag:blogger.com,1999:blog-7377162614218640832024-03-05T08:56:38.836-08:00Un Fantasma Recorrehistoria, literatura, políticaEinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.comBlogger23125tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-61100165368466081712011-05-06T07:04:00.000-07:002011-05-23T15:22:41.993-07:00DESPUÉS<div style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOmfwcFSizGcRtIvQqtiLBe8Vfkz_aJWbmOL9CGoBx9V-P6UoYVC5sAX6c1U4kGB0sD02Ngr0q1mgngFTgmQEaZ3H-Bfvia3jxR8CuSEbNcfIZ5YQMcgjK6i0ZmzzIeCzEoYxbO37ruMY/s1600/marx.jpg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 150px; height: 200px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOmfwcFSizGcRtIvQqtiLBe8Vfkz_aJWbmOL9CGoBx9V-P6UoYVC5sAX6c1U4kGB0sD02Ngr0q1mgngFTgmQEaZ3H-Bfvia3jxR8CuSEbNcfIZ5YQMcgjK6i0ZmzzIeCzEoYxbO37ruMY/s200/marx.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5603605049534066994" border="0" /></a>Después dictaminará que la violencia es la partera de la Historia y cambiará el mundo de las ideas. Después, a caballo de una prosa incendiaria, fundará una filosofía que no se conforma con interpretar el mundo, le romperá el espinazo a la economía política, pondrá a Hegel sobre sus pies y anunciará el recorrido de un fantasma por Europa. Y el mundo.<br />Pero eso será después.<br /><span class="messageBody"><span class="text_exposed_show">En un día como ayer, </span></span><span><span><span style="font-size:100%;"><span class="messageBody"><span class="text_exposed_show">de hace 193 años</span></span></span></span></span>-cuando todavía nadie lo llamaba Moro y faltaba más de un cuarto de siglo para que conociera a quien será su mejor amigo y camarada- nacía en Treverís, Alemania, Karl Marx.<br /><br />Salud!<br /><br /><span style="font-size:100%;"><span class="messageBody"><span class="text_exposed_show">Y arriba los pobres del mundo.</span></span></span><br /><br /><br /></div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-62496404816328561482011-04-05T10:31:00.000-07:002011-05-23T15:24:36.346-07:00BIBLIOTECA MILITANTE<div style="text-align: justify;"><em></em><em></em><em></em><em style="font-family: trebuchet ms;"><span style="font-size:85%;">(Pese a las diferencias -que no son pocas- que tenemos con los compañeros de <strong>Razón y Revolución</strong>, queremos saludar la llegada de su proyecto <strong>Biblioteca Militante</strong>, uno más de sus aportes a la batalla cultural que es, qué duda cabe, fundamental en la lucha de clases)</span></em><br /><br /><span style="font-family: trebuchet ms;font-family:Calibri;" >Este mes<b style="">, <a href="http://www.razonyrevolucion.org/ryr/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=102&Itemid=67">Ediciones ryr</a></b>, el emprendimiento editorial del <b style=""><a href="http://www.razonyrevolucion.org/ryr/">Colectivo Cultural Razón y Revoluci</a><a href="http://www.razonyrevolucion.org/ryr/">ón</a></b>, lanzará a la calle la Biblioteca Militante. La misma estará compuesta po</span><span style="font-family: trebuchet ms;font-family:Calibri;" ><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjabO4iF9RIchZAJ0OrPTDb3ei_ydtCV9BJTVtKtQL-HJ2LkhT0khdIgu9BhGPVJQzqBR2jSrGy0ueP1j0xsXQCW8OykCOvgdVtwwbO9U-kbwqPvVWj7bmj2B1sFBIemNrqxl2CUAXLCu4/s1600/aromo59_biblioteca%255B1%255D.png"><img style="margin: 0px 0px 10px 10px; width: 177px; float: right; height: 156px;" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5592158608406888562" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjabO4iF9RIchZAJ0OrPTDb3ei_ydtCV9BJTVtKtQL-HJ2LkhT0khdIgu9BhGPVJQzqBR2jSrGy0ueP1j0xsXQCW8OykCOvgdVtwwbO9U-kbwqPvVWj7bmj2B1sFBIemNrqxl2CUAXLCu4/s200/aromo59_biblioteca%255B1%255D.png" border="0" /></a></span><span style="font-family: trebuchet ms;font-family:Calibri;" >r cinco colecciones: <i style="">Historia Argentina</i>, <i style="">Problemas Contemporáneos, Arte y Filosofía, Literatura en Acción </i>y <i style="">Básicos del Socialismo</i>. Los 10 primeros títulos, que salen este mes, podrá consultarlos el lector en la contratapa de esta edición de <b style=""><a href="http://www.razonyrevolucion.org/ryr/index.php?option=com_content&view=category&layout=blog&id=201&Itemid=114">El Aromo</a></b>.</span><br /></div><p style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;" class="MsoNormal"><span style="font-family:Calibri;"><span style="font-family: trebuchet ms;">El objetivo de la Biblioteca es proveer de una lectura amplia y sencilla a todo aquel que tenga preguntas que responderse sobre la naturaleza del socialismo, sobre su historia, la lucha presente y pasada y su realidad y necesidad en el mundo actual y en la Argentina en particular, así como sobre sus bases filosóficas y su representación artística. La Biblioteca quiere militar por el socialismo en el sentido más general: demostrando que existe como una potencia siempre latente en el alma humana. Es por eso que los textos que integran cada colección han sido escogidos con un criterio abierto, sin apostar a la </span><i style="font-family: trebuchet ms;">pureza doctrinaria</i><span style="font-family: trebuchet ms;">, sino más bien a esa latencia que se expresa en el conjunto de la producción universal. Autores de los más diversos traerán mes a mes un aspecto, un elemento y una perspectiva de la realidad que buscarán enriquecer la mirada del lector y ayudarlo a construir una cultura socialista. </span><o:p></o:p></span></p>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-26980354030865419282011-03-15T18:22:00.000-07:002011-03-15T18:41:19.351-07:00EL ESCRITOR, EL PRESIDENTE Y LAS VALENTÍAS x Kike Ferrari<!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><br /><br />“<i style="">Éramos contreras, no gorilas. Los gorilas despreciaban al pueblo, los contreras criticaban al peronismo sin ningunear a sus bases.”</i> (D. Viñas)<br /><br /><br /><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Escribo estas líneas pensando en la página Sigueleyendo, de España. Así que hay algunas cosas que es necesario explicar, por ejemplo, a qué llamamos kirchnerismo.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihnZjmebLq2xesJzuCxPO_nE_f2fiwTLlcgNVAbDOcY5d9k3h098pKdcKKhNm1_NSDqINl07hgiQSSQ4E5Ywf3MeG1QVzxGc4BUK2AXyTbwm2veEQYM8M1U84MFLseMaWLFpQ-tOXlLrc/s1600/k-y-w.jpeg"><img style="float: right; margin: 0pt 0pt 10px 10px; cursor: pointer; width: 186px; height: 139px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEihnZjmebLq2xesJzuCxPO_nE_f2fiwTLlcgNVAbDOcY5d9k3h098pKdcKKhNm1_NSDqINl07hgiQSSQ4E5Ywf3MeG1QVzxGc4BUK2AXyTbwm2veEQYM8M1U84MFLseMaWLFpQ-tOXlLrc/s200/k-y-w.jpeg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5584484791562778450" border="0" /></a></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El kirchnerismo es la facción del peronismo que gobierna Argentina desde 2003, primero en la persona de Néstor Kirchner y desde 2007 en la de su esposa, Cristina Fernández de Kirchner; quienes, después de haber apoyado de manera entusiasta durante siete años al gobierno neoliberal de Carlos Menem en una de las provincias petroleras de la Argentina -acompañando las privatizaciones, e incluso depositando en un banco suizo cerca de 500 millones de dólares que le correspondieron a su provincia por regalías hidrocarburíferas- en 1998 se unieron a la corriente interna del peronismo encabezada por Eduardo Duhalde, un neo-desarrollista de derecha que llegó al poder después de la crisis de 2001. Y fue de la mano de Duhalde que Néstor Kirchner llegó a la presidencia en 2003, con sólo el 21 % de los votos.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero al poco tiempo de ser presidente, Kirchner renegó tanto de los 90 como de Duhalde -aunque conservó a muchos de sus funcionarios en puestos clave y gran parte de su línea- y planteó la transversalidad, un intento de superar el corrupto aparato político del peronismo -encarnados centralmente en el PJ y la CGT- como forma de montarse a la ola de descrédito y desconfianza popular que arrasaba a las viejas organizaciones políticas después de la crisis de diciembre de 2001. Poco duró el experimento. Al finalizar la primera gestión -con la institucionalidad burguesa reestablecida y un nivel de popularidad altísimo- volvió al redil del viejo aparato peronista, clientelar y mafioso.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pese a eso -y producto centralmente de su correcta política de derechos humanos, una pelea con las patronales del campo por las retenciones a las exportaciones y con los grupos monopólicos de comunicación en torno una nueva, y más democrática, ley de medios- el kirchnerismo logró el apoyo de gran parte de la juventud y la clase media progresista y bienpensante.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">En octubre del año pasado, el ex presidente Kirchner falleció. Desde entonces, el conjunto de organizaciones que componen el neo-kirchnerismo intenta, por distintos medios, armarse de una tradición distinta a la que sus líderes se construyeron en casi 30 años de vida política.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hace unos días vi, en el centro de la ciudad, una serie de esténciles que llevaban este intento a niveles de ridículo. Y, como dijera Sarmiento, del ridículo no se vuelve.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los esténciles asocian al difunto ex presidente con seis figuras de la historia Argentina a partir de una adjetivo supuestamente compartido: sabios (con Arturo Jauretche), apasionados (con el Che Guevara), leales (con Eva Perón), solidarios (con el Padre Mugica), patriotas (con el General san Martín) y valientes (con Rodolfo Walsh). Bastaría para rebatir esas afirmaciones una simple pregunta: ¿en serio? Pero vamos a ahondar en cada uno, apenas. Y a detenernos en el último ejemplo un poco más.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lo primero sería preguntarse si alcanzaba la categoría de sabio, ya no a Kirchner, sino Arturo Jauretche, quien en su nacional-populismo creía que había un veneno imperialista inherente a la lengua inglesa. O si apasionado sería la definición que mejor nos serviría para el derrotero revolucionario del Che.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Pero vamos al resto:</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Solidaridad. El Padre Carlos Mugica, hijo de una familia terrateniente y patricia, al momento de su muerte habitaba y hacía su practica política en la Villa 31 del Barrio de Retiro, uno de los asentamientos más pobres de la Ciudad de Buenos Aires. Murió asesinado por la Triple A, la Alianza Anticomunista Argentina. Al momento de su muerte, por problemas de salud, Néstor Kirchner contaba con activos por más de 12 millones de dólares, había aumentado su patrimonio desde 2003 en un 572 %.<br /></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Lealtad. Eva Perón acompañó hasta el último día de su vida el gobierno de su esposo, el general Juan Perón. Kirchner compartió boleta electoral 7 veces y, como fue dicho, acompañó varios años las políticas neoliberales de Menem –amén de decir que fue el mejor presidente desde Perón- antes de descubrir que había sido el principal artífice político de lo que llamó el infierno de los 90. Después fue el delfín de Eduardo Duhalde, antes de que éste se transformara a sus ojos en un mafioso.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Patriotismo. El General San Martín es uno de los principales próceres de la historia argentina y latinoamericana, libertador de Argentina como de Chile y Perú. Kirchner, por su parte, acompañó la privatización de los hidrocarburos y, como forma de ganar independencia con respecto al FMI, les pagó hasta el último centavo de una deuda que el mismo Kirchner calificaba de fraudulenta.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Y llegamos a dónde queríamos llegar.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Valentía. Y Rodolfo Walsh.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Los kirchneristas señalan como un acto de valentía el momento en el que, ya siendo Presidente de la Nación, Kirchner hizo descolgar los retratos de los genocidas de la dictadura que gobernó el país entre 1976 y 1983, del Colegio Militar. Esto sucedió en el 2004. Kirchner tenía 54 años. ¿Qué estaba haciendo Walsh a los 54 años? Nada, porque llevaba 4 años muerto. En marzo de 1977, a sus 50, lo había asesinado un Grupo de Tareas (GT) de la dictadura al llegar a una cita que presumía podía estar cantada pero a la que había decidido ir igual, porque había una compañera con dos hijos a la que no podía dejar sin respaldo. Cuando el GT lo atacó con ametralladoras, Walsh se defendió con un revolver calibre 22. Un rato antes de esto alcanzó a distribuir la <span style="font-weight: bold;">Carta Abierta a la Junta Militar</span>, uno de los textos más importantes de la historia literaria -y política- argentina.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Ojo, la dictadura también tuvo en 1977 lo suyo con Kirchner, que hacía un año que había dejado la política para dedicarse a su actividad profesional (en el mismo momento en que Walsh armaba la agencia clandestina de información ANCLA): lo detuvieron durante dos días junto al diputado Rafael Flores. Lo interrogó un viejo amigo de su familia, el coronel Alberto Calloni, que tratándolo de doctor le preguntó si había visto banderas de Montoneros en Plaza de Mayo. Kirchner, por supuesto, respondió que sí. Tenía 27 años. Dos menos que Walsh cuando escribió ese libro incendiario que fue Operación Masacre, denunciando desde el llano a un gobierno militar en funciones por los fusilamientos de obreros peronistas realizados un año antes. Y tenía 32 cuando viajó a Cuba, donde participó en Prensa Latina y rompió un mensaje cifrado de la CIA, lo que permitió prever y rechazar el ataque norteamericano a Playa Girón. ¿Qué hacía Néstor Kirchner a los 32 años de su edad? Aparecía en la tapa de un diario de Río Gallegos (A<span style="font-style: italic;">mplio apoyo de las fuerzas vivas a las Fuerzas Armadas</span>, titulaba el diario) junto al comandante de la XI Brigada de Infantería Mecánica del Ejército y se enriquecía haciendo negocios inmobiliarios.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Valientes.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Según la vigésima primera edición del Diccionario de la Real Academia Española, valiente quiere decir esforzado, animoso y de valor.</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Como Rodolfo Walsh. O Néstor Kirchner, ¿no?</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Curioso.</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><br /></p><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >Buenos Aires, 14 de marzo de 2011</span> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> </p>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-44029311685406935022011-01-31T07:57:00.000-08:002011-05-23T15:28:50.524-07:00EL ORGULLO DE SER ZURDO x Gustavo Robles<div align="justify"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcW6ewGh6tnVJKR8UAXgO5N6WPVfPq0W67qKMqe4bSWGFIUvP3Mmie-okXTvCtN2ONZ14ZPurLWrtpqSPxTm06v-lg__GPOXBa9p-nCCeTT_F0NrM9UTEGKlgniHnL85isXYDrgUH0v-4/s1600/puo-full.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; width: 200px; float: right; height: 200px; cursor: pointer;" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5568382756212301394" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcW6ewGh6tnVJKR8UAXgO5N6WPVfPq0W67qKMqe4bSWGFIUvP3Mmie-okXTvCtN2ONZ14ZPurLWrtpqSPxTm06v-lg__GPOXBa9p-nCCeTT_F0NrM9UTEGKlgniHnL85isXYDrgUH0v-4/s200/puo-full.jpg" border="0" /></a> <span style="font-size:small;"><br /><br /><br />Duelen las ausencias. Son presencias permanentes, que nos recuerdan sus sonrisas, sus arrojos, sus solidaridades, su AMOR. Nos recuerdan que ya no están los compañeros que dieron sus vidas por un mundo diferente al que vivimos.</span> </div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><span style="font-size:small;">El asesinato de Marianito, como le decíamos quienes lo conocimos, me produjo en principio una gran congoja. No vengo bien, lo saben muchos, Laura se me fue hace poco, y la herida enorme no para de sangrar, ni parará nunca. Y ahora, este crimen perpetrado por la patota mafiosa de la burocracia sindical de siempre, en este caso de la Unión Ferroviaria del </span><span style="font-size:small;">entregador de trabajadores Pedraza, fue sal sobre la carne abierta.</span><br /><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Recuerdo sus discusiones con mi hija, él en la UJS, ella en la <span style="font-style: italic;">Fede</span>, cuando iban a la secundaria al Simón Bolívar de Sarandí. Aún con ese empuje inigualable de la juventud, Mariano parecía un remanso, mezcla de tibieza y compromiso</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><span style="font-size:small;">No tengo Fe de creyente, mi estructura de pensamiento sólo me permite abordar lo concreto, y lo único concreto que se ve de la Realidad es que es cruel, y sólo nosotros, mujeres y hombres, con nuestra acción consciente, fraterna, humanitaria, revolucionaria, podemos hacerla digna de ser vivida. Sin embargo, como todo ser humano, trato de buscarle algo que me sirva de aliento para continuar, más allá del dolor inmenso e indecible. Y... ¿saben? Sí encontré algo.</span><br /><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt; font-weight: bold;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">ORGULLO</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Orgullo por mis compañeros</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Orgullo por mis camaradas</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Siento un orgullo que no entra dentro de mi por <span style="font-weight: bold;">TODOS </span>aquellos que, día a día, desde su puesto de lucha, desde su organización, más grande o más chiquita, política o social, aportan gran parte de su vida parta tratar de hacer mejor la vida de todos los habitantes de este mundo.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Somos cosa seria los <span style="font-style: italic;">zurdos</span>. Como acostumbro a decir, podemos parecer soberbios, tozudos, bastante intolerantes, demasiado sectarios y no acertamos –todavía- a constituirnos en referencia legitimada de la clase trabajadora y las mayorías populares. Es cierto, nos dividimos fácil. Pero ya va a cambiar eso. Y tal vez dentro de no mucho. La prueba está en que cuando nos tocan a un compañero, sea de la <span style="font-style: italic;">orga</span> que sea, todos nos autoconvocamos solidariamente para pelear por la justicia y por la memoria.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Somos apasionados los zurdos. No somos comprables. Nos indignan las injusticias, nos moviliza la desigualdad, nos conmueve y nos duele el dolor ajeno. Tenemos principios, y esos principios tienen que ver intrínsicamente con lo <i>humano</i>. Nos cuidamos, nos tendemos la mano, nos apoyamos en l</span><span style="font-size:small;">as malas. Discutimos, sí; y hasta acaloradamente. Pero cuando hay que hablar de fraternidad…. ningún ejemplo como el de los militantes de izquierda.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Peleamos en desventaja, peleamos contramarea, metemos los pies en el barro y muchas veces tendemos las manos a quienes después nos dan la espalda. Luchamos por reivindicaciones que se llevan otros que después tal vez nos ignoren, o, incluso, se pongan en nuestra contra.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Tan humanos somos, que, no me cabe duda, somos lo mejor de lo humano. Y no hay jactancia en tal afirmación, hay pruebas concretas e innumerables, a lo largo de los años en que algunos se han impuesto la tarea de organizar a los explotados del mundo para lograr su liberación. La izquierda ha regado generosamente con sangre de miles de compañeros abnegados los campos de</span><span style="font-size:small;">l mundo, en pos de ese sueño que es una sociedad sin miseria ni explotados.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Alguien barbudo y con boina dijo alguna vez que <i>la cualidad más grande de un revolucionario es su senti</i></span><span style="font-size:small;"><i>miento de AMOR por la humanidad</i>. Esa frase del Che me sigue emocionando cada vez que la invoco, y está alta en la bandera de mi conciencia.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><span style="font-size:small;">Bien, si el amor se puede medir, no puede haber amor más grande que ofrendar la vida por la humanidad. Los <span style="font-style: italic;">zurdos </span>nos jugamos nuestros trabajos, nuestro bienestar, nuestra salud, nuestra libertad, nuestras vidas por ese sueño.</span><br /><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Le ponemos el pecho a las balas, por defender a los humildes</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Como Mariano.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Gracias, compañero, camarada, hermano.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Gracias por este orgullo que siento</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Gracias por tu sangre generosa, por tu entrega, por tu conciencia, por tu humanismo</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Por vos, por Laura, por Fuentealba, por Darío, por Maxi, y por los miles y miles que no dudaron en jugarse lo más valioso que tiene cada ser humano para ofrendar, nada más y nada menos que para que todos los otros vivan mejor.</span></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"><span style="font-size:small;">Por todos ellos, siempre presentes.</span></div><span style="font-size:small;"><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify">Hasta la Victoria Siempre!</div><br /><div style="text-align: justify; margin: 0cm 0cm 0pt;" class="yiv412054830MsoNormal" align="justify"></div><div align="justify"><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >Avellaneda, octubre de 2010</span></div></span>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-48779248802663560662010-08-19T19:34:00.000-07:002011-04-03T09:36:04.154-07:00TESTAMENTO x León Trotski<div align="justify"><span style="FONT-STYLE: italic;font-size:85%;" >Hace 70 años era asesinado a traición, por un sicario del estalinismo, León Trotski. No hay mucho que decir: camarada Trotski, la victoria, ¡siempre!</span> <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCfVfb1udjrtpyEI07kfgkMJ95Un5LLpwZJ2u7Fj6EVpP5iDfiGAzUiZPA7lypMIr-DXOhrPD5W3Gj7uvICqxFKPdS-uhyY-PCIKrwFpD2dvuKnGnB5V6vnZqmE_4XUQ3BWxccjT_UPi8/s1600/CasaTrotsky1Photo.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 200px; FLOAT: left; HEIGHT: 150px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507318327940562786" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjCfVfb1udjrtpyEI07kfgkMJ95Un5LLpwZJ2u7Fj6EVpP5iDfiGAzUiZPA7lypMIr-DXOhrPD5W3Gj7uvICqxFKPdS-uhyY-PCIKrwFpD2dvuKnGnB5V6vnZqmE_4XUQ3BWxccjT_UPi8/s200/CasaTrotsky1Photo.jpg" /></a> Mi presión arterial (que sigue aumentando) engaña a los que me rodean sobre mi estado de salud real. Me siento activo y en condiciones de trabajar, pero evidentemente se acerca el desenlace. Estas líneas se publicarán después de mi muerte. No necesito refutar una vez más las calumnias estúpidas y viles de Stalin y sus agentes; en mi honor revolucionario no hay una sola mancha. Nunca entré, directa ni indirectamente, en acuerdos ni negociaciones ocultas con los enemigos de la clase obrera. Miles de adversarios de Stalin fueron víctimas de acusaciones igualmente falsas. Las nuevas generaciones revolucionarias rehabilitarán su honor político y tratarán como se lo merecen a los verdugos del Kremlin. Agradezco calurosamente a los amigos que me siguieron siendo leales en las horas difíciles de mi vida. No nombro a ninguno en especial porque no puedo nombrarlos a todos. Sin embargo, creo que se justifica hacer una excepción con mi compañera, Natalia Ivanova Sedova. El destino me otorgó, además de la felicidad de ser un luchador de las causas del socialismo, la felicidad de ser su esposo. Durante los casi 40 años que vivimos juntos ella fue siempre una fuente inextinguible de amor, bondad y ternura. Soportó grandes sufrimientos, especialmente en la última etapa de nuestras vidas. Pero en algo me reconforta el hecho de que también conoció días felices. Fui revolucionario durante mis cuarenta y tres años de vida consciente y durante cuarenta y dos luché bajo las banderas del marxismo. Si tuviera que comenzar todo de nuevo trataría, por supuesto, de evitar tal o cual error, pero en lo fundamental mi vida sería la misma. Moriré siendo un revolucionario proletario, un marxista, un materialista dialéctico y, en consecuencia, un ateo irreconciliable. Mi fe en el futuro comunista de la humanidad no es hoy menos ardiente, aunque sí más firme, que en mi juventud. Natasha se acerca a la ventana y la abre desde el patio para que entre más aire en mi habitación. Puedo ver la brillante franja de césped verde que se extiende tras el muro, arriba el cielo claro y azul, y el sol brilla en todas partes. La vida es hermosa. Que las futuras generaciones la libren de todo mal, opresión y violencia y la disfruten plenamente.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirc9B42LoJPss0C472nr3beflfcbVv-yRTzbVxa-r5krEiAICahTOYvu-0sTxhTCm36_qKKQqRd7_9Vd3m4nb955MDuwteVmQ_ncK6CYp3wQw9mImlm6aeC1fvBFFWUThe3Qo8sYPeVeo/s1600/Firma_de_Trotsky.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 143px; FLOAT: right; HEIGHT: 59px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5507316490224426594" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEirc9B42LoJPss0C472nr3beflfcbVv-yRTzbVxa-r5krEiAICahTOYvu-0sTxhTCm36_qKKQqRd7_9Vd3m4nb955MDuwteVmQ_ncK6CYp3wQw9mImlm6aeC1fvBFFWUThe3Qo8sYPeVeo/s200/Firma_de_Trotsky.jpg" /></a> Coyoacán, 27 de febrero de 1940.</div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-86604200554441239372010-05-28T19:27:00.000-07:002011-04-03T09:38:11.068-07:00MANIFIESTO POR UN ARTE REVOLUCIONARIO INDEPENDIENTE x Trotski y Bretón<div align="justify">Puede afirmarse sin exageración, que nunca como hoy nuestra civilización ha estado amenazada por tantos peligros. <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZO8aVylCTAhd-qkFDeGryjZTIBwN1x9Poy-U9WB4zqRYQkQ70Bs9tMbQdRSKIiXHVoYJ7W4HR-hCTfE21fzS0jojYOV10zToCVceAXIr-_B6WsE2gTWLx4W9wtgN0ClhfpWWfk9k2RU8/s1600/mural.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 200px; FLOAT: left; HEIGHT: 134px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476514164709274722" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhZO8aVylCTAhd-qkFDeGryjZTIBwN1x9Poy-U9WB4zqRYQkQ70Bs9tMbQdRSKIiXHVoYJ7W4HR-hCTfE21fzS0jojYOV10zToCVceAXIr-_B6WsE2gTWLx4W9wtgN0ClhfpWWfk9k2RU8/s200/mural.jpg" /></a>Los vándalos, usando sus medios bárbaros, es decir, extremadamente precarios, destruyeron la antigua civilización en un sector de Europa. En la actualidad, toda la civilización mundial, en la unidad de su destino histórico, es la que se tambalea bajo la amenaza de fuerzas reaccionarias armadas con toda la técnica moderna. No aludimos tan sólo a la guerra que se avecina. Ya hoy, en tiempos de paz, la situación de la ciencia y el arte se ha vuelto intolerable. En aquello que de individual conserva en su génesis, en las cualidades subjetivas que pone en acción para revelar un hecho que signifique un enriquecimiento objetivo, un descubrimiento filosófico, sociológico, científico o artístico, aparece como un fruto de un azar precioso, es decir, como una manifestación más o menos espontánea de la necesidad. No hay que pasar por alto semejante aporte, ya sea desde el punto de vista del conocimiento general (que tiende a que se amplíe la interpretación del mundo), o bien desde el punto de vista revolucionario (que exige para llegar a la transformación del mundo tener una idea exacta de las leyes que rigen su movimiento). En particular, no es posible desentenderse de las condiciones mentales en que este enriquecimiento se manifiesta, no es posible cesar la vigilancia para que el respeto de las leyes específicas que rigen la creación intelectual sea garantizado. No obstante, el mundo actual nos ha obligado a constatar la violación cada vez más generalizada de estas leyes, violación a la que corresponde, necesariamente, un envilecimiento cada vez más notorio, no sólo de la obra de arte, sino también de la personalidad “artística”. El fascismo hitleriano, después de haber eliminado en Alemania a todos los artistas en quienes se expresaba en alguna medida el amor de la libertad, aunque esta fuese sólo una libertad formal, obligó a cuantos aún podían sostener la pluma o el pincel a convertirse en lacayos del régimen y a celebrarlo según órdenes y dentro de los límites exteriores del peor convencionalismo. Dejando de lado la publicidad, lo mismo ha ocurrido en la URSS durante el periodo de furiosa reacción que hoy llega a su apogeo. Ni que decir tiene que no nos solidarizamos ni un instante, cualquiera que sea su éxito actual, con la consigna: “Ni fascismo ni comunismo” consigna que corresponde a la naturaleza del filisteo conservador y asustado que se aferra a los vestigios del pasado “democrático”. El verdadero arte, es decir aquel que no se satisface con las variaciones sobre modelos establecidos, sino que se esfuerza por expresar las necesidades íntimas del hombre y de la humanidad actuales, no puede dejar de ser revolucionario, es decir, no puede sino aspirar a una reconstrucción completa y radical de la sociedad, aunque sólo sea para liberar la creación intelectual de las cadenas que la atan y permitir a la humanidad entera elevarse a las alturas que sólo genios solitarios habían alcanzado en el pasado. Al mismo tiempo, reconocemos que únicamente una revolución social puede abrir el camino a una nueva cultura. Pues si rechazamos toda la solidaridad con la casta actualmente dirigente en la URSS es, precisamente, porque a nuestro juicio no representa el comunismo, sino su más pérfido y peligroso enemigo. Bajo la influencia del régimen totalitario de la URSS, y a través de los organismos llamados organismos “culturales” que dominan en otros países, se ha difundido en el mundo entero un profundo crepúsculo hostil a la eclosión de cualquier especie de valor espiritual. Crepúsculo de fango y sangre en el que, disfrazados de artistas e intelectuales, participan hombres que hicieron del servilismo su móvil, del abandono de sus principios un juego perverso, del falso testimonio venal un hábito y de la apología del crimen un placer. El arte oficial de la época estalinista refleja, con crudeza sin ejemplo en la historia, sus esfuerzos irrisorios por disimular y enmascarar su verdadera función mercenaria. La sorda reprobación que suscita en el mundo artístico esta negación desvergonzada de los principios a que el arte ha obedecido siempre y que incluso los Estados fundados en la esclavitud no se atrevieron a negar de modo tan absoluto, debe dar lugar a una condenación implacable. La oposición artística constituye hoy una de las fuerzas que pueden contribuir de manera útil al desprestigio y a la ruina de los regímenes bajo los cuales se hunde, al mismo tiempo que el derecho de la clase explotada a aspirar a un mundo mejor, todo sentimiento de grandeza e incluso de dignidad humana. La revolución comunista no teme al arte. Sabe que al final de la investigación a que puede ser sometida la formación de la vocación artística en la sociedad capitalista que se derrumba, la determinación de tal vocación sólo puede aparecer como resultado de una connivencia entre el hombre y cierto número de formas sociales que le son adversas. Esta coyuntura, en el grado de conciencia que de ella pueda adquirir, hace del artista su aliado predispuesto. El mecanismo de sublimación que actúa en tal caso, y que el sicoanálisis ha puesto de manifiesto, tiene como objeto restablecer el equilibrio roto entre el “yo” coherente y sus elementos reprimidos. Este restablecimiento se efectúa en provecho del “ideal de sí”, que alza contra la realidad, insoportable, las potencias del mundo interior, del sí, comunes a todos los hombres y permanentemente en proceso de expansión en el devenir. La necesidad de expansión del espíritu no tiene más que seguir su curso natural para ser llevada a fundirse y fortalecer en esta necesidad primordial: la exigencia de emancipación del hombre. En consecuencia, el arte no puede someterse sin decaer a ninguna directiva externa y llenar dócilmente los marcos que algunos creen poder imponerle con fines pragmáticos extremadamente cortos. Vale más confiar en el don de prefiguración que constituye el patrimonio de todo artista auténtico, que implica un comienzo de superación (virtual) de las más graves contradicciones de su época y orienta el pensamiento de sus contemporáneos hacia la urgencia de la instauración de un orden nuevo. La idea que del escritor tenía el joven Marx exige en nuestros días ser reafirmada vigorosamente. Está claro que esta idea debe ser extendida, en el plano artístico y científico, a las diversas categorías de artistas e investigadores. “El escritor – decía Marx – debe naturalmente ganar dinero para poder vivir y escribir, pero en ningún caso debe vivir para ganar dinero... El escritor no considera en manera alguna sus trabajos como un medio. Son fines en sí; son tan escasamente medios en sí para él y para los demás, que en caso necesario sacrifica su propia existencia a la existencia de aquéllos... La primera condición de la libertad de la prensa estriba en que no es un oficio.” Nunca será más oportuno blandir esta declaración contra quienes pretenden someter la actividad intelectual a fines exteriores a ella misma y, despreciando todas las <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB2_rv6JGzfXrvMSWoL4M7itQ4MXEjiBQuURIRBHTJCKZaN4ZpbR6dLPsw3C34gz4MZVjJyQMOqpBkxheQJI45TM1VZEmXkKixKoIbUUtPWDJFc3MTdONuP5UKyfzlHjWALFbhwdU_vWk/s1600/un+perro+andaluz.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 320px; FLOAT: right; HEIGHT: 230px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476515392974568258" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjB2_rv6JGzfXrvMSWoL4M7itQ4MXEjiBQuURIRBHTJCKZaN4ZpbR6dLPsw3C34gz4MZVjJyQMOqpBkxheQJI45TM1VZEmXkKixKoIbUUtPWDJFc3MTdONuP5UKyfzlHjWALFbhwdU_vWk/s320/un+perro+andaluz.jpg" /></a>determinaciones históricas que le son propias, regir, en función de presuntas razones de Estado, los temas del arte. La libre elección de esos temas y la ausencia absoluta de restricción en lo que respecta a su campo de exploración, constituyen para el artista un bien que tiene derecho a reivindicar como inalienable. En materia de creación artística, importa esencialmente que la imaginación escape a toda coacción, que no permita con ningún pretexto que se le impongan sendas. A quienes nos inciten a consentir, ya sea para hoy, ya sea para mañana, que el arte se someta a una disciplina que consideramos incompatible radicalmente con sus medios, les oponemos una negativa sin apelación y nuestra voluntad deliberada de mantener la fórmula: toda libertad en el arte. Reconocemos, naturalmente, al Estado revolucionario el derecho de defenderse de la reacción burguesa, incluso cuando se cubre con el manto de la ciencia o del arte. Pero entre esas medidas impuestas y transitorias de autodefensa revolucionaria y la pretensión de ejercer una dirección sobre la creación intelectual de la sociedad, media un abismo. Si para desarrollar las fuerzas productivas materiales, la revolución tiene que erigir un régimen socialista de plan centralizado, en lo que respecta a la creación intelectual debe desde el mismo comienzo establecer y garantizar un régimen anarquista de libertad individual. ¡Ninguna autoridad, ninguna coacción, ni el menor rastro de mando! Las diversas asociaciones de hombres de ciencia y los grupos colectivos de artistas se dedicarán a resolver tareas que nunca habrán sido tan grandiosas, pueden surgir y desplegar un trabajo fecundo fundado únicamente en una libre amistad creadora, sin la menor coacción exterior. De cuanto se ha dicho, se deduce claramente que al defender la libertad de la creación, no pretendemos en manera alguna justificar la indiferencia política y que está lejos de nuestro ánimo querer resucitar un pretendido arte “puro” que ordinariamente está al servicio de los más impuros fines de la reacción. No; tenemos una idea muy elevada de la función del arte para rehusarle una influencia sobre el destino de la sociedad. Consideramos que la suprema tarea del arte en nuestra época es participar consciente y activamente en la preparación de la revolución. Sin embargo, el artista sólo puede servir a la lucha emancipadora cuando está penetrado de su contenido social e individual, cuando ha asimilado el sentido y el drama en sus nervios, cuando busca encarnar artísticamente su mundo interior. En el periodo actual, caracterizado por la agonía del capitalismo, tanto democrático como fascista, el artista, aunque no tenga necesidad de dar a su disidencia social una forma manifiesta, se ve amenazado con la privación del derecho de vivirla y continuar su obra, a causa del acceso imposible de ésta a los medios de difusión. Es natural, entonces, que se vuelva hacia las organizaciones estalinistas, que le ofrecen la posibilidad de escapar a su aislamiento. Pero su renuncia a cuanto puede constituir su propio mensaje y las complacencias terriblemente degradantes que esas organizaciones exigen de él, a cambio de ciertas ventajas materiales, le prohíben permanecer en ellas, por poco que la desmoralización se manifieste impotente para destruir su carácter. Es necesario, a partir de este instante, que comprenda que su lugar está en otra parte, no entre quienes traicionan la causa de la revolución al mismo tiempo, necesaria-mente, que la causa del hombre, sino entre quienes demuestran su fidelidad inquebrantable a los principios de esa revolución, entre quienes, por ese hecho, siguen siendo los únicos capaces de ayudarla a consumarse y garantizar por ella la libre expresión de todas las formas del genio humano. La finalidad de este manifiesto es hallar un terreno en el que reunirá los mantenedores revolucionarios del arte, para servir la revolución con los métodos del arte y defender la libertad del arte contra los usurpadores de la revolución. Estamos profundamente convencidos de que el encuentro en ese terreno es posible para los representantes de tendencias estéticas, filosóficas y políticas, aun un tanto divergentes. Los marxistas pueden marchar ahí de la mano con los anarquistas, a condición de que unos y otros rompan implacablemente con el espíritu policíaco reaccionario, esté representado por José Stalin o por su vasallo García Oliver(1). Miles y miles de artistas y pensadores aislados, cuyas voces son ahogadas por el odioso tumulto de los falsificadores regimentados, están actualmente dispersos por el mundo. Numerosas revistas locales intentan agrupar en torno suyo a fuerzas jóvenes, que buscan nuevos caminos y no subsidios. Toda tendencia progresiva en arte es acusada por el fascismo de degeneración. Toda creación libre es declarada fascista por los estalinistas. El arte revolucionario independiente debe unirse para luchar contra las persecuciones reaccionarias y proclamar altamente su derecho a la existencia. Un agrupamiento de estas características es el fin de la Federación internacional del Arte Revolucionario independiente (FIARI), cuya creación juzgamos necesaria. No tenemos intención alguna de imponer todas las ideas contenidas en este llamamiento, que consideramos un primer paso en el nuevo camino. A todos los representantes del arte, a todos sus amigos y defensores que no pueden dejar de comprender la necesidad del presente llamamiento, les pedimos que alcen la voz inmediatamente. Dirigimos el mismo llama-miento a todas las publicaciones independientes de izquierda que estén dispuestas a tomar parte en la creación de la Federación internacional y en el examen de las tareas y de los métodos de acción. Cuando se haya establecido el primer contacto internacional por la prensa y la correspondencia, procederemos a la organización de modestos congresos locales y nacionales. En la etapa siguiente deberá reunirse un congreso mundial que consagrará oficialmente la fundación de la Federación internacional. He aquí lo que queremos:<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEnSpgRZbWA2krKqGX0OmFUEYAYIHKoAHGNc1bBXuSEbORJj4UjkZz39mIbX4VIJoO4XvswEWviYXNAHNNO8iSMUeIDLAgCklw_NxyA5k4Jjcg6KQIOmolA2Yz9shLoCOiQPNllWQ2qzs/s1600/breton.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 200px; FLOAT: right; HEIGHT: 107px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476515766440995298" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhEnSpgRZbWA2krKqGX0OmFUEYAYIHKoAHGNc1bBXuSEbORJj4UjkZz39mIbX4VIJoO4XvswEWviYXNAHNNO8iSMUeIDLAgCklw_NxyA5k4Jjcg6KQIOmolA2Yz9shLoCOiQPNllWQ2qzs/s200/breton.jpg" /></a> La independencia del arte – por la revolución; La revolución – por la liberación definitiva del arte. André Breton, Diego Rivera (2) México, 25 de julio de 1938 <span style="font-size:85%;"><span style="FONT-WEIGHT: bold">Notas</span> (1) García Oliver, anarquista español, perteneció al grupo de acción española, contribuyó a organizar las milicias obreras catalanas y de Durruti y militó en la CNT y en la FAI. Durante la guerra civil adoptó la política del Frente Popular, aceptando el Ministerio de Justicia en el gabinete de Largo Caballero. (2) Aunque publicado con estas dos firmas, el manifiesto fue redactado de hecho por León Trotski y André Breton. Por razones tácticas, Trotski pidió que la firma de Diego Rivera sustituyese a la suya. </span></div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-70754845504854297432010-05-05T16:09:00.000-07:002011-04-03T09:40:18.531-07:00UNA ALTERNATIVA A LA MICRO-SECTA x Dal Harper<div align="justify">El problema es: cómo construir un partido socialista revolucionario. En los Estados Unidos, no ha<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvTdt5rr6an8IqKzJ3YKbJOnavOO7vgzzweNOqXDAYsnayG9mNefvb34QFDQHvKVthOjufFXCblDJTeBULtkxzPQ-12IwCM99eGfstameY7ngGmv1S6v6b8zwKqUzaFdwNeMoc766rLts/s1600/Draper-hal.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 134px; FLOAT: right; HEIGHT: 236px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467931909061303682" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjvTdt5rr6an8IqKzJ3YKbJOnavOO7vgzzweNOqXDAYsnayG9mNefvb34QFDQHvKVthOjufFXCblDJTeBULtkxzPQ-12IwCM99eGfstameY7ngGmv1S6v6b8zwKqUzaFdwNeMoc766rLts/s400/Draper-hal.jpg" /></a> habido ningún progreso estimable hacia él en el último tercio de siglo (desde el final de la segunda guerra mundial). La meta sigue estando ahí, pero el camino hacia ella debe ser reconsiderado. El camino que hemos seguido conduce a un callejón sin salida. Tenemos que retrocer hasta encontrar una bifucarción que dejamos atrás. El camino por el que hemos marchado es el camino de la secta. Definiremos qué quiere decir esto, y por qué y cuándo comenzó. Y explicaremos por qué no conduce a ningún sitio, que es donde estamos ahora. Argumentaremos que la historia demuestra que debe haber otro camino, un camino diferente. De hecho, aunque sin plantearnos explícitamente el problema, ya iniciamos un camino diferente a principio de 1964, cuando se formó el Independent Socialist Committee para dar nueva vida a Independent Socialism como tendencia política, alentando la formación de clubes locales (el primer Independent Socialist Club se formó en el campus de Berkeley, a finales de 1964). Pero entonces no pensamos que se trataba de una alternativa a la organización tipo secta, por lo que el naciente movimiento Independent Socialist retrocedió de nuevo a la ruta de la <span style="FONT-STYLE: italic">secta</span>, a consecuencia de presiones fáciles de identificar. Nos proponemos repensar completamente todo esto. <span style="FONT-WEIGHT: bold">Comencemos retornando a Marx</span> Sobre este tema, no cabe ninguna duda de cuáles eran las opiniones y la práctica de Marx. De hecho, probablemente tuvo una reacción excesiva, debida a la intensidad de su determinación de no tener nada que ver con cualquier secta, incluyendo una secta propia. Para Marx, era una secta cualquier organización que estableciese como su frontera orgánica algún tipo de opiniones (incluyendo las de Marx), o que hiciese de esas opiniones el factor determinante de su forma organizativa. Ni Marx ni Engels formaron ni quisieron formar nunca un grupo <span style="FONT-STYLE: italic">marxista</span>, entendiendo por tal una asociación afiliativa basada en un programa exclusivamente marxista. Toda su actividad organizativa discurrió por otro camino. Entonces, ¿cuál sería, conforme al pensamiento de Marx y Engels, la actuación adecuada de quienes comparten sus opiniones y quieren llevarlas a la práctica? La tarea sería llevar esos puntos de vista a los movimientos y organizaciones que han surgido de forma natural a partir de la lucha social realmente existente. La tarea no sería inventar una forma <span style="FONT-STYLE: italic">superior</span> de organización, sino influir sobre estos movimientos y organizaciones de clase, desarrollando cuadros revolucionarios en ellas y trabajando, en definitiva, por hacer avanzar al movimiento en su conjunto. El movimiento en su conjunto: Marx y Engels sabían -y decían- que este proceso podría, muy probablemente, involucrar escisiones; no hicieron un fetiche de una absoluta unidad entendida como condición del propio proceso. Pero las rupturas que ellos veían como naturales no eran las provocadas artificialmente por una corriente ideológica que despliega desde fuera una abstracta bandera programática, sino aquellas que surgen orgánicamente del propio progreso del movimiento. Esperaban<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcPMB-meKiL4dFWD5PO8L_GZvAKwi-b0URBQ56cQX5keb2MZqNfI-089fQ97EML4i4MvMRi4cp6NeTMUgM5lAuuZXfShBwLA8UXxM8BRK1vq0_lpaXqaoSMif5wKbh7fw3ILtgC-cuyIE/s1600/bakunin-marx-.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 227px; FLOAT: left; HEIGHT: 179px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467933980674214546" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjcPMB-meKiL4dFWD5PO8L_GZvAKwi-b0URBQ56cQX5keb2MZqNfI-089fQ97EML4i4MvMRi4cp6NeTMUgM5lAuuZXfShBwLA8UXxM8BRK1vq0_lpaXqaoSMif5wKbh7fw3ILtgC-cuyIE/s400/bakunin-marx-.jpg" /></a> que estas rupturas se produjesen en dos direcciones: por un lado, elementos aburguesados opuestos a una línea de clase y al desarrollo del movimiento en el sentido de la lucha de clases; por otro, sectas ideologizadas que observarían como el movimiento de clase se alejaba de sus particulares panaceas y recetas. Ellos esperaban que semejantes elementos se escindirían, o que los elementos saludables de la clase obrera tendrían que romper con ellos, pero, sin embargo, nunca pensaron que la línea de demarcación orgánica fueran las particulares opiniones programáticas de una vanguardia (el programa en abstracto) sino, más bien, el significado político, desde el punto de vista de la lucha social, del nivel político alcanzado por el movimiento de la clase (es decir, el programa en concreto, el programa concretado en la lucha de clases realmente existente). Así, durante 1847, Marx y Engels, que se habían incorporado a la Liga Comunista, trabajaron con gran habilidad para liberarla de su resaca sectaria y conspirativa, pero, simultáneamente, Marx dedicó sus esfuerzos en Bruselas, donde vivía, a la construcción de la Asociación Democrática, que ni siquiera era programáticamente socialista. Y cuando la revolución estalló en el Continente, inmediatamente se orientó hacia el vaciamiento (disolución) de la Liga Comunista como vehículo de vanguardia de la operación orgánizativa. En Colonia, durante la revolución, ellos actuaban (organizativamente hablando) en tres niveles distintos, ninguno de ellos similar a una secta marxista: (1) En el movimiento democrático de izquierda (Unión Democrática) [Esta parte del cuadro no tiene nada que ver con nuestro problema actual, pues está relacionado con el problema de la política ante una revolución democrática-burguesa]; (2) En la Asociación Obrera de la ciudad, una amplia organización de clase; (3) En su propio centro político. ¿Y qué crearon como su centro político? En ningún caso una organización, sino más bien un periódico y su equipo editorial, esto es, una voz. Y este equipo es lo que funcionó como la <span style="FONT-STYLE: italic">tendencia Marx</span>, tal y como se observaba a sí mismo y como era considerado públicamente. Con el declive de la revolución, y tras volver a Londres, Marx estuvo de acuerdo en la reconstitución de la Liga Comunista temporalmente; pero pronto, a finales de 1850, Marx se percató de que la crisis revolucionaria había terminado, mientras que la mayoría de los miembros reaccionaron a la frustración coinvirtiéndose en un grave caso de infantilismo sectario. La Liga se rompió y se desintegró. Marx nunca repitió tal experiencia. Durante los años 50, Marx y Engels no se esforzaron en crear nuevas organizaciones, sino que se concentraron exclusivamente en la producción y publicación de la literatura que hiciese posible la educación de cuadros. Este período terminó únicamente cuando el movimiento obrero, por sí mismo, anunció la creación de la organización ad hoc que hoy conocemos como la Primera Internacional. La Primera Internacional era tan distante de la idea sectaria de organización, que nunca se pronunció claramente por el comunismo, y solamente apoyo matizadamente una versión del colectivismo económico en su último congreso. Y era tan amplia, dentro de un marcado carácter de clase, que nadie soñaría en poder duplicarla hoy. En cualquier caso, el enfoque de Marx era 180 grados opuesto al de la secta: en vez de comenzar con el Programa Omnicomprensivo y reunir a su alrededor una banda de escogidos procedentes de cualquier estrato de clase (especialmente intelectuales), Marx quiso partir de sectores de la clase obrera que se encontraban en movimiento y activos en la lucha de clases, aunque fuese con un <span style="FONT-STYLE: italic">bajo</span> nivel, adaptando el programa a aquello para lo que estos sectores estaban preparados. Esta es la manera de comenzar. <span style="FONT-WEIGHT: bold">Marx: el lado negativo</span> Dentro del amplio movimiento de la Primera Internacional, Marx y Engels no establecieron ningún tipo de centro político propio, y en eso consiste precisamente el carácter excesivo de su reacción, no, desde luego, en su nula inclinación hacia la creación de una secta marxista. Si bien Marx usó el Consejo General y su influencia en él como su "centro político"; sería fácil explicar por qué esto no era suficiente. Probablemente, Marx tenía la impresión de que otro comportamiento impediría su influencia personal en el Consejo General, pero el precio a pagar por ello fue que, cuando la Internacional desapareció, la formación de un espacio marxista definido estaba aún en una etapa que ni siquiera podríamos catalogar como elemental. Este hecho negativo -me refiero a la ausencia de un marco marxista de cualquier tipo, no a la renuncia a crear una secta marxista- es una de las razones de fondo que explican la forma en que, en diferentes países, surgieron los diversos partidos socialistas, incluyendo los denominados partidos<span style="FONT-STYLE: italic"> marxistas.</span> El primer centro <span style="FONT-STYLE: italic">marxista</span> fue establecido por un hombre (Hyndman) hostil a Marx y al pequeño círculo de socialistas ingleses directamente influidos por Marx; Hyndman estableció este centro "marxista" como una típica secta del peor tipo, y su desastrosa influencia sobre el marxismo inglés no ha sido aún superada. Ni Marx, ni Engels ni nadie de su círculo más próximo ofreció nunca algún tipo alternativo de centro político marxista, lo que condujo a que la personificación de Marx para el público británico fuera un hombre al que podemos considerar como el más tosco <span style="FONT-STYLE: italic">fundador del marxismo</span> que haya podido encontrarse en cualquier país del mundo. La alternativa obvia a la secta habría sido lo que Marx hizo en Colonia: el establecimiento de un órgano de prensa por los amigos británicos de Marx, una publicación portavoz de ideas marxistas, un modelo de cómo había de dirigirse al movimiento de clase, un marco organizador. Pero no se hizo nada de esto, provocando un vacío. Así, la operación sectaria de Hyndman se movió en el vacío. Aunque Eleanor Marx hizo un trabajo brillante como organizadora del Nuevo Sindicalismo (un sindicalismo militante de masas), organizando a los trabajadores desorganizados y no cualificados, se trató de un trabajo individual, que carecía de otra referencia visible. Aunque ella y Aveling hicieron un buen trabajo en la extensión de la acción política independiente de la clase obrera, con un impacto que ayudó a la creación del Partido Laborista, su esfuerzo no tuvo el efecto concomitante de ayudar a la selección y formación de un espacio marxista que pudiera hacer más de lo que ellos solos hacían. Este error -la incapacidad para establecer algún tipo de centro político reconocible no sectario- fue repetido después, con menor excusa, por Rosa Luxemburg en Alemania; mientras que en Polonia sus camaradas crearon una secta, no un partido de clase. El aborrecimiento extremo que Marx sentía hacia las sectas no le impidió reconocer las contribuciones positivas de algunas sectas. No cayó en una evaluación unilateral del papel histórico jugado por algunas sectas, al igual que su odio hacia el capitalismo no excluyó el reconocimiento de sus grandes contribuciones positivas al desarrollo de sociedad. De la misma forma que el Manifiesto Comunista ofrece lo que ha sido denominado como un himno de alabanza a las aportaciones positivas de la burguesía, Marx y Engels ardían frecuentemente en alabanzas a las contribuciones de las sectas utópicas. No perdieron tiempo en lamentaciones por el hecho que que estas contribuciones fueran hechas primero por sectas (a veces más bien grotescas, como la "religión" saint-simoniana), pues ellos comprendían las presiones que empujaron a los ideólogos socialistas hacia la forma de secta. Lo verdaderamente importante, pensaban ellos, era empujar en una dirección diferente, orientando a los socialistas hacia un camino organizativo distinto. Marx resumió esto en una carta bien conocida (1871): "<span style="FONT-STYLE: italic">La Internacional se fundó a fin de reemplazar las sectas socialistas o semisocialistas por una organización real de la clase obrera para luchar... Por otra parte, la Internacional no hubiera podido afirmarse si el curso de la historia no hubiese destrozado ya al sectarismo. El desarrollo del sectarismo socialista y el desarrollo del movimiento obrero real están siempre en relación inversa. Cuando las sectas están (históricamente) justificadas, la clase obrera no está aún madura para un movimiento histórico independiente. Tan pronto como ha alcanzado esa madurez, las sectas se hacen esencialmente reaccionarias. Por cierto, en la historia de la Internacional se ha repetido lo que la historia general nos muestra en todas partes. Lo caduco tiende a reconstituirse y a afirmarse dentro de las formas recién alcanzadas. Y la historia de la Internacional ha sido una lucha continua del Consejo General contra las sectas y contra los experimentos diletantes, que tendían a echar raíces en la Internacional contra el verdadero movimiento de la clase obrera</span>". Evidentemente, no se trata de determinar a priori la fecha exacta en la que se hace reaccionaria la forma de secta. Eso no puede hacerse. Marx comenzó a luchar por crear su propio camino hacia un moviento revolucionario, y para ello debía enfrentarse con firmeza a la idea sectaria. Aunque más tarde se probara que en el año 1864 las posibles contribuciones de las sectas no estaban aún históricamente totalmente agotadas, eso es irrelevante respecto al curso seguido por Marx. La secta de Lassalle en Alemania (ver comentarios de Marx en la carta antes citada) o la mencionada secta de Hyndman en Inglaterra continuaron jugando un papel (¡ay!), un papel que también tuvo un aspecto positivo mientras no hubo otra alternativa en marcha. Indiscutiblemente, a veces una camarilla puede ser mejor que nada, pero esa perogrullada no indica una línea a seguir. Por otra parte, la secta socialista de los germanoamericanos emigrados era, en opinión de Marx y Engels, peor que nada, y esperaban que se destrozaría y desaparecería (desafortunadamente, un siglo después sigue con nosotros: SLP). De todo esto no se sigue, pese al odio extremo que Marx sentía hacia la forma de secta, que todas las sectas sean igualmente nocivas. Todo lo contrario: existen tremendas variaciones al respecto. Si observamos ejemplos más próximos a nostros, los<span style="FONT-STYLE: italic"> oehleristas</span> (una microsecta que se separó de la secta trotskista en 1935) no contribuyó nada al desarrollo de un movimiento revolucionario, excepto como tema de hilaridad (lo que no debe ser desdeñado en tiempos difíciles). Por el contrario, la Liga Socialista Independiente aportó los elementos esenciales del socialismo revolucionario de nuestro tiempo. ¡Hay una gran diferencia! Pero no contradice la única conclusión a la que queremos llegar en este momento: hay un camino hacia el partido revolucionario que no es el camino de la secta. <span style="FONT-WEIGHT: bold">La anatomía de la secta</span> En resumen: hemos visto tres posibles enfoque. Podemos descartar ya el que se restringe a militancias individuales, sin ningún tipo de centro político. El verdadero problema es si el centro político debe ser necesariamente una secta. Lo que está en juego en ello no afecta sólo a dos formas organizativas, sino a la relación entre la vanguardia y la clase. La secta se autocoloca en un alto nivel (muy por encima de la clase obrera) y se sostiene sobre una escasa base, ideológicamente selectiva (y, habitualmente, externa a la clase obrera). Proclama su carácter obrero basándose en sus aspiraciones y en su orientación, no por su <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNtTRp0d5TqVtBgDS1_R4rvbaygWjoVm_Ipf9b6AvHzBHbwjwIOTBpq9ezh6B0JNa57GApm_uzdXeZVkrOp8LW60tivvugEk2P5H90eSxkyu58VUHpDdgpTWl1MiuI2aGR7aThgK999yw/s1600/Coast2650.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 246px; FLOAT: left; HEIGHT: 185px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467935619482919186" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNtTRp0d5TqVtBgDS1_R4rvbaygWjoVm_Ipf9b6AvHzBHbwjwIOTBpq9ezh6B0JNa57GApm_uzdXeZVkrOp8LW60tivvugEk2P5H90eSxkyu58VUHpDdgpTWl1MiuI2aGR7aThgK999yw/s320/Coast2650.jpg" /></a>composición social ni por su modo de vida. Comienza entonces a intentar arrastrar la clase obrera hasta su nivel, o hace un llamamiento a esa clase obrera para que lo alcance. Desde dentro de sus fronteras orgánicas, envía al exterior a exploradores para que contacten con la clase obrera, y a misioneros que conviertan a dos aquí y a tres allá. La secta se imagina convertida algún día en un partido revolucionario de masas, ya sea por un crecimiento paulatino, por la unidad con otras dos o tres sectas o quizá por algún proceso de entrismo. Marx, por el contrario, opinaba que los elementos de vanguardia debían evitar, ante todo, la creación de muros orgánicos entre ellos y el movimiento de clase. La tarea no era elevar hasta el <span style="FONT-STYLE: italic">Programa completo</span> a dos trabajadores aquí y a tres allí (y menos aún a dos estudiantes aquí y a tres intelectuales allí), sino buscar las palancas que puedan servir para impulsar a toda la clase, o a sectores de ella, hacia niveles más elevados, tanto en el ámbito de la acción como en el de la política. La mentalidad de secta ve su santificación únicamente en su Programa completo, precisamente en lo que la separa de la clase obrera. Si, dios no lo permita, alguna de sus consignas comienza a hacerse popular, inmediatamente se asusta: <span style="FONT-STYLE: italic">"Algo debe estar pasando. Debemos haber capitulado a alguien"</span> (no es una caricatura, sino la vida misma). El enfoque de Marx era todo lo contrario. La tarea de la vanguardia era precisamente poner en marcha consignas que pudiesen ser populares en el nivel real alcanzado por la lucha de clases en un momento determinado, poniendo en movimiento al mayor número de trabajadores que fuese posible. Esto significa actuar sobre un tema y en una dirección, yendo por un camino que llevará al conflicto con la clase capitalista y su Estado, así como con sus agentes, incluyendo los <span style="FONT-STYLE: italic">"lugartenientes obreros del capitalismo"</span> (sus propios líderes). La secta es una versión en miniatura del futuro partido revolucionario, un<span style="FONT-STYLE: italic"> pequeño partido de masas</span>, una edición microscópica del partido de masas aún inexistente. Mejor dicho, eso es lo que la secta piensa de si misma o intentar ser. Su método orgánico es el método del <span style="FONT-STYLE: italic">como si</span>: actuemos como si ya fuésemos un partido de masas (en un grado minúsculo, naturalmente, acorde con nuestros recursos), pues ese es el camino para convertirnos en un gran partido de masas. Publiquemos un periódico para los trabajadores, igual que si fuéramos un partido obrero, y si no podemos publicar un diario, como haría un verdadero partido de masas, al menos podremos publicar un semanario o bisemanario para agotar nuestros recursos; eso hará de nosotros un pequeño (irreal) partido de masas (pero esta fachada solamente es autoilusoria, ya que si lográ engañar a un trabajador, éste se dará cuenta pronto de lo poco que había detrás). Construyamos un partido <span style="FONT-STYLE: italic">bolchevique</span> siendo <span style="FONT-STYLE: italic">disciplinados </span>como buenos bolcheviques (así, sobre la base de una falsa noción de la disciplina <span style="FONT-STYLE: italic">bolchevique</span>, aprendida de los enemigos del leninismo, la secta es <span style="FONT-STYLE: italic">bolchevizada</span> en una camarilla interiorizada y petrificada, que reemplaza las obligaciones de una cohesión política por argollas de hierro como las necesarias para maneter unidas las maderas de un desmoronado barril). Hay una falacia fundamental en la idea de que el camino de la miniaturización (imitando un partido de masas en miniatura) es el camino al partido revolucionario de masas. La ciencia prueba que la escala en la que vive un organismo vivo no puede cambiarse arbitrariamente: los seres humanos no pueden existir a la escala de los liliputienses o los brobdingagenses, pues sus mecanismos vitales no podrían funcionar. Las hormigas pueden cargar 200 veces su propio peso, pero una hormiga que midiese seis píes no podría levantar 20 toneladas, incluso aunque pudiera existir en algún monstruoso modo. En la vida organizativa, esto también es cierto. Si se intenta crear una miniatura de un partido de masas, no se consigue un partido de masas miniaturizado, sino un monstruo. La razón básica es la siguiente: el principio vital de un partido revolucionario de masas no es simplemente su Programa completo, que puede copiarse sin más que un activista mecanógrafo y puede ser ampliado o reducido como un acordeón. Su principio vital es su involucración integral como una parte del movimiento de la clase obrera, su inmersión en la lucha de clases no por la decisión de un Comité Central, sino porque vive en ella. Este principio vital no puede imitarse o miniaturizarse; no se reduce como un dibujo animado ni se encoge como una camisa de lana. Como una reacción nuclear, este fenómeno se produce únicamente cuando existe una masa crítica, por debajo de la cual el fenómeno no es menor, sino que desaparece. Entonces, ¿en qué puede imitar la pretendida miniatura a un partido de masas? Solamente en la vida interna (una parte de ella y en cierto modo), pero esta vida interna, mecánicamente trasladada, es ahora ajena a la realidad que rige en un verdadero partido de masas. Si separamos los intestinos de un león de su cuerpo, lo que obtenemos en realidad es... tripas. Por este motivo la vida interna de una secta tiende a ser un ejercicio de irrealismo, de meras fachadas, de imitaciones rituales. Así, como lo único que tiene al alcance de su ritualizada parodia es la vida interna del partido de masas, la mentalidad de camarilla solamente se encuentra a gusto en la vida interna. Más allá de esta vida interna, la dura realidad de aislamiento e impotencia se hace insufrible, al no tener la más mínima semejanza con la vida exterior de un partido de masas. La vida interna de la secta deja de ser un mal necesario para el desarrollo de sus actividades públicas, para convertirse en un gratificación sustitutiva. El obrero perteneciente a un partido de masas se irrita por la necesidad de gastar mucho tiempo en reuniones de las organizaciones del partido o de sus fracciones, incluso aunque sea lo suficentemente buen marxista para comprender que estas cosas son necesarias. La mentalidad de secta, por el contrario, solamentes se encuentra cómoda y satisfecha en esas actividades subterráneas, en las que puede disfrutarse convenientemente de la charla revolucionaria, <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnxmvc7VJhFcwNNeYTNyu2T8qIiSeKu9jQuWuwMRVWF6T7OVOB5-_cELP63s7JQ5FbSBBE6ZbvancwkIaL7qpd0Z0ByJc_HSGKaxfb9y6tehD-lD5GqcTz752CNsld-E8vR2RDn0HzUYA/s1600/hoz+martillo+y+estrella.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 164px; FLOAT: right; HEIGHT: 164px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467934953983436802" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnxmvc7VJhFcwNNeYTNyu2T8qIiSeKu9jQuWuwMRVWF6T7OVOB5-_cELP63s7JQ5FbSBBE6ZbvancwkIaL7qpd0Z0ByJc_HSGKaxfb9y6tehD-lD5GqcTz752CNsld-E8vR2RDn0HzUYA/s400/hoz+martillo+y+estrella.jpg" /></a>mientras que una reunión sindical es considerada como un estorbo. <span style="FONT-WEIGHT: bold">¿Y los bolcheviques?</span> ¿Pero acaso los mismos bolcheviques no se desarrollaron desde una secta hasta un partido de masas? Si ellos pudieron hacerlo, quizá podamos nosotros... No, los bolcheviques no llegaron a ser un partido de masas siguiendo el camino de la secta. Y el <b>¿Qué hacer? </b>no propone una forma organizativa sectaria. Todas esos cuentos de hadas sobre las concepciones del partido propias de Lenin son invenciones de antibolcheviques profesionales y de los estalinistas; sin embargo, obviamente no podemos tratar eso aquí en profundidad. Quizá baste lo que digo a continuación. Consideremos el camino encarnado en el <b>¿Qué hacer?</b> En el período anterior, los pasos preliminares hacia un partido de masas en Rusia no habían tomado la forma de sectas, sino de círculos locales obreros y de asociaciones regionales. No se habían desarrollado como sucursales de una organización central sino de forma autónoma, en respuesta a las luchas sociales. Lo que Lenin comenzó a organizar en el extranjero, ante todo, no era una secta, ni una organización afiliativa, sino un centro político: una publicación (<span style="FONT-WEIGHT: bold">Iskra</span>) con un equipo editorial. La tendencia <span style="FONT-WEIGHT: bold">Iskra </span>tomó cuerpo en un equipo editorial, no en una secta. La asociación a la que Lenin aspiraba era un partido de masas. No un partido formado exclusivamente por los que estuviesen de acuerdo con su marxismo revolucionario, sino un partido de masas lo sufientemente amplio como para incluir a todos los socialistas, y, desde luego, a todos los militantes obreros. Podría tener diversas tendencias en su seno, y los marxistas consistentes podrían ser una minoría, al menos durante cierto tiempo. Lenin no cometió el error de interponer una secta entre su tendencia (con la línea correcta) y el amplio movimiento de la clase en lucha, ni tampoco incurrió en la equivocación de descuidar la construcción de un centro político y, a través de él, crear un espacio marxista. Fueron los mecheviques y el ala derecha, no Lenin, quienes escindieron para no permitir una mayoría del ala izquierda. Ni siquiera en los años de formación del partido bolchevique hizo Lenin de la necesidad virtud: nunca adoptó el punto de vista según el cual el partido tendría que limitarse a los bolcheviques. Por el contrario, luchó coherentemente por un amplio partido en el que su ala izquierda tendría tanto derecho a ganar su dirección por medio del voto democrático como podría tenerlo su ala derecha. La escisión tuvo lugar, ante todo, en el aspecto organizativo. Por supuesto, la situación de ilegalidad condicionó las formas orgánicas de muchas maneras, pero no es lo que determinó que Lenin rechazase formar una secta bolchevique. Si Iskra se hubiese establecido en Petrogrado en vez de hacerlo en el extranjero, la relación esencial no habría cambiado; de hecho, cuando se logró una legalidad parcial durante un corto período tras la revolución de 1905, una de las consecuencias fue la fusión temporal de los grupos bolchevique y menchevique en un partido de masas unificado, aunque Lenin conservó un centro político bajo la forma de una publicación y su equipo editorial. El inicio de cierta legalidad no empujó a Lenin hacia la formación de una secta bolchevique, sino en la dirección opuesta, hacia la unidad con los mencheviques en un partido de masas (no la unidad de los centros políticos ideológicos). ¿Pero no eran bolcheviques y mencheviques <span style="FONT-STYLE: italic">fracciones</span> del dividido partido? Formalmente lo eran, pero en aquellos días una fracción significaba una cosa diferente. En ambos lados, y en otras tendencias organizadas integrantes del movimiento ruso, una <span style="FONT-STYLE: italic">fracción</span> funcionaba como un centro político público, con su publicación y equipo editorial propios como vehículo de su poítica. Estas fracciones (bolchevique y menchevique) no eran organizaciones afiliativas, en el sentido de las sectas que nosotros hemos tratado de construir. Si vemos los documentos escritos por Lenin poco antes de 1914, cuando el buró de la Internacional Socialista estaba trabajando sobre el problema de la unidad entre bolcheviques y mencheviques, observamos que Lenin, para probar que los bolcheviques tuvieron el apoyo de una mayoría de los trabajadores socialistas en Rusia, da estadísticas sobre la circulación de los órganos de prensa, sobre las contribuciones financieras, etc., pero nunca sobre número de afiliados o miembros. Nadie dio cifras de miembros. En Rusia, las organizaciones con afiliados eran grupos de partido locales y regionales que podían simpatizar una parte con los bolcheviques y otra parte con los mencheviques, o apoyar a unos u otros en cada circunstancia. Cada vez que se realizaba un <i>congreso del partid</i>o o conferencia, cada grupo debía decidir si asistía al de unos o al de otros, o a ambos. Esto indica que tanto bolcheviques como mencheviques no eran orgánicamente sectas dedicadas a captar miembros, y ni siquiera fracciones en el sentido orgánico que sería perteniente hoy, sino centros políticos basados en una iniciativa de propaganda y editorial, junto a un aparato organizativo central para forjar lazos con todas las secciones del movimiento obrero, mediante <span style="FONT-STYLE: italic">agentes</span>, colaboradores literarios, etc. (este añadido es algo crucial, aunque no me explayaré en ello). Los miembros individuales del partido en Rusia, o los grupos del partido, podían distribuir las publicaciones de los bolcheviques, las de los mencheviques o ninguna de ellas. Muchos preferían distribuir un órgano que no representase a ninguna de esas fracciones, como el que Trotsky creo en en Viena, o utilizar a su libre albedrío las publicaciones que más les gustaban de cada una de las fracciones. Obviamente, gran parte de este escenario estaba condicionado por la ilegalidad o por la naturaleza de la escisión entre bolcheviques y Mencheviques. No proponemos que sea un modelo automático para nosotros hoy día; hablamos de ello por una razón totalmente opuesta: porque hay algunos que, erróneamente, pensando que los bolcheviques se desarrollaron utilizando la forma de una secta, proponen, también erróneamente, la<span style="FONT-STYLE: italic"> secta de tipo bolchevique</span> como modelo. Pero nunca ha existido una <span style="FONT-STYLE: italic">secta bolchevique</span>. Esa invención fue posterior, procedente de la Comintern. En todo caso, podemos sacar la siguiente conclusión provisional: si el partido bolchevique no se desarrolló como partido revolucionario siguiendo el camino de la secta, entonces debe haber otro camino. De hecho, la conclusión histórica va más lejos: ningún partido revolucionario o semirevolucionario de masas ha llegado a ser un partido de masas siguiendo el camino de la secta. Esto no prueba que no pueda ocurrir. No prueba, por sí mismo, que sea imposible que una secta evolucione orgánicamente hacia un partido de masas, si en algún momento se da cuenta de que está siguiendo un camino equivocado y toma otra ruta. Pero no nos interesa demostrar tal cosa. Lo único que necesitamos comprender es que debe haber otro camino, un camino que realmente fue seguido por socialistas revolucionarios con más o menos éxito. Lo que se ha demostrado es que el camino de la secta no debería seguirse acríticamente, sin reflexionar, como si fuera el único posible o imaginable. Por el contrario, el camino de la secta no ha dado nunca resultados hasta ahora. Lo que ha funcionado ha seguido una vía muy diferente, y que, por lo tanto, se merece al menos ser tomada en consideración. <span style="FONT-WEIGHT: bold">¿Cómo y cuándo revivió la forma de secta?</span> Este otro camino sólo fue ignorado por la mayoría de los marxistas revolucionarios a partir de fecha relativamente reciente, durante el período de la Comintern. El gran desarrollo histórico que ocultó ese camino tras una cortina y empujó a seguir la ruta de la secta fue el período de revolución que siguió a la I Guerra Mundial, en el que la Comintern propuso la formación de partidos revolucionarios como una <span style="FONT-STYLE: italic">emergencia</span> de inmediata necesidad. En cada país tuvo que constituirse inmediatamente un partido revolucionario, incluso aunque fuese un forzado producto de invernadero. Así lo exigían los 21 Puntos de la Comintern. La motivación era clara: la revolución mundial estaba en la orden del día para toda Europa. Y era cierto que la revolución mundial estaba en la inmediata orden del día (en Europa). Pero ahora sabemos que resulta completamente imposible forjar partidos revolucionarios genuinos por medio de órdenes que fuercen el proceso (al menos, partidos revolucionarios capaces de vencer). Esta es la razón esencial por la que el enemigo (en primer lugar, la socialdemocracia) fue capaz de derrotar esta revolución europea. Y la derrota de esta revolución fue el punto de giro de la historia social moderna, de la que deriva en mundo actual. La mejor conocida consecuencia de esta derrota fue el ascenso del estalinismo, la estalinización de los partidos comunistas y de Rusia. Una consecuencia bisimétrica ha afectado a las corrientes que rechazaron la estalinización o que rompieron con ella: por lo general, han visto la degeneración del movimiento como una consecuencia de la estalización, en vez de comprender la estalinazación como consecuencia de la derrota y de la degeneración del movimiento. Sobre la base de ese punto de vista, se creyó que el éxito revolucionario dependía solamente de la forja de una vanguardia dirigente que no fuese estalinista, que fuese verdaderamente revolucionaria; esto es, de la formación de una vanguardia dirigente que tuviese la Línea correcta, lo que resultaría suficiente. El proceso de creación forzada de <span style="FONT-STYLE: italic">partidos </span>revolucionarios en un invernadero asumiento uno de los 21 Puntos (y al margen del contexto objetivo de los verdaderos 21 Puntos) fue tomado como algo dado de antemano por una nueva generación de revolucionarios o aspirantes a revolucionario, para los que la historia comenzaba en 1917. El resultado fue una primera ola de sectas "bolcheviques" durante el período inicial del declive de la revolución europea, tratando de imitar a lo que creían habían sido los bolcheviques. Un ejemplo típico fueron los <span style="FONT-STYLE: italic">bordiguistas</span> italianos y otros vástagos de los izquierdistas infantiles de la Comintern, tendencias que Lenin había atacado en su <span style="FONT-WEIGHT: bold">El izquierdismo, enfermedad infantil del Comunismo</span>. Como es bien conocido, estos bien intencionados pero bastante ignorantes izquierdistas no sabían nada sobre cómo el partido bolchevique se había forjado realmente. Para ellos, el ultimátum de los 21 Puntos no era una especial medida de emergencia, procedente de revolucionarios sensatos en la situación poco común de sentir el aliento de una crisis revolucionaria inmediata sin que exista un partido revolucionario. Para ellos, esta medida de emergencia, esta medida deseperada, llegó a ser la regla, el <span style="FONT-STYLE: italic">normal</span> modo <span style="FONT-STYLE: italic">bolchevique</span> de actuar... incluso si ya no existía la situación histórica que explicaba por qué se había recurrido a los 21 Puntos. Generalizado como el modelo normal, este camino de invernadero hacia el<span style="FONT-STYLE: italic"> partido</span> revolucionario es algo así como esto: usted levanta la bandera del Programa Correcto para establecer su frontera orgánica. Usted hace esto sin considerar la situación objetiva porque es un imperativo suprahistórico. Usted hace esto con cualquier que esté a su alrededor, por ejemplo otras dos buenas personas (¿no se decía que en los días obscuros de la guerra el partido bolchevique de Lenin se redujo a un puñado de personas?). Usted se declara como el Partido Revolucionario, y ya que tiene el Programa Correcto, los trabajadores tendrán que llegar hasta su puerta... y ya tiene usted su secta. <span style="FONT-WEIGHT: bold">Una ojeada al modelo trotskista de secta</span> Las reticencias de Trotsky durante varios años a romper con los partidos comunistas estaban condicionadas, entre otras cosas, por el hecho de que no veía ninguna alternativa sino la formación de una secta trotskista, a lo que era reacio. Debe recordarse que, durante todo el período inicial de su desarrollo político (es decir, hasta 1914), Trotsky no había comprendido lo que Lenin estaba haciendo. Durante décadas, había peleado a<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcGDnJSNZjFNDN607b26upM70DiZKzmq7dibA9PAfcUNQoQj45ichMfCDmElpDqend7kSMpKMPZKzdIo17finx-bieGAcouuviGgDg-rQ6et2ia4Awv48Br9N5q1V33hgqGaGT6sg8C6g/s1600/4ta.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 110px; FLOAT: left; HEIGHT: 101px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467932247077576898" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcGDnJSNZjFNDN607b26upM70DiZKzmq7dibA9PAfcUNQoQj45ichMfCDmElpDqend7kSMpKMPZKzdIo17finx-bieGAcouuviGgDg-rQ6et2ia4Awv48Br9N5q1V33hgqGaGT6sg8C6g/s400/4ta.jpg" /></a>margamente contra el curso orgánico de Lenin, que denunciaba como una política <span style="FONT-STYLE: italic">escisionista.</span> ¿Cuál era la política <span style="FONT-STYLE: italic">escisionista </span>que le horrorizaba? Era la formación de un centro político distinto alrededor de un Programa completo y correcto, basando un centro político sobre el Programa completo, pero no una secta. El curso de Trotsky como un <span style="FONT-STYLE: italic">conciliador</span> orgánico en el movimiento ruso significó que, como Luxemburg en Alemania y la mayoría de la<span style="FONT-STYLE: italic"> izquierd</span>a de la Segunda Internacional, él tampoco había entendido la naturaleza del camino de Lenin hacia el partido revolucionario. Durante la mayoría de la vida política de Trotsky, los únicos cursos orgánicos que podía comprender era el curso de la secta y de los escisionistas (con el que interpretó a Lenin) o el curso pantanoso y ficticio de los que traficaban con la <span style="FONT-STYLE: italic">unidad del partido</span>. Resulta irónico que la estalinización de los partidos comunistas forzase a Trotsky a formar su propio <span style="FONT-STYLE: italic">centro político</span> (la Oposición de Izquierda) dentro de los partidos comunistas, esto es, dentro de un movimiento estalinizado que no toleraba ningún centro de oposición política en su seno. El camino que él había denunciado dentro de la socialdemocracia rusa de la preguerra (donde era posible) era el mismo que se vio obligado a tomar dentro del movimiento estalinista (donde era imposible). No es muy sorprendente, por tanto, que, cuando los grupos trotskistas no pudieron continuar adoptando la forma orgánica de un centro político de Oposición de Izquierda dentro de los partidos comunistas, adoptasen naturalmente la única otra forma que conocían: la secta. Sin duda, Trotsky lo hizo muy a disgusto, por lo que el siguiente experimento fue la entrada en la socialdemocracia, con la esperanza que encontrar allí un camino no sectario hacia el partido de masas. El esperado sustituto era la incubación de un partido revolucionario dentro del movimiento de masas que la socialdemocracia se suponía que representaba. Proseguir aquí esta historia sería una disgresión, pues lo que nos interesa constatar ahora es que antes y después del experimento <span style="FONT-STYLE: italic">entrista, </span>la completa e irreflexiva aceptación del modelo de <span style="FONT-STYLE: italic">secta bolchevique</span> produjo una profusión de microsectas desprendidas de la macrosecta trotskysta a partir de los años 30. Además, en EE.UU. se hizo mucho más difícil ver cualquier otro camino a causa de la ausencia de un movimiento político masivo de la clase obrera. <span style="FONT-WEIGHT: bold">La experiencia WP/ISL</span> Hay otro caso que exige nuestra inmediata atención, pues se trata de nuestro inmediato antecesor: el Workers Party/Independent Socialist League de 1940-58. En resumidas cuentas (aunque merecería decicarle más tiempo en otro momento), este caso se desarrolla en tres etapas. La formación del Socialist Workers Party fuera del Partido Socialista. El entrismo trotskista en el Partido Socialista (gestación en la matriz socialdemócrata) abortó a finales de 1937, cuando Trotsky (y, con él, parte de la dirección trotskista, agrupada en torno a Cannon) decidió que el mundo, incluyendo EE.UU., estaba a punto de entrar en una situación revolucionaria, lo que inmediatamente desencadenó el retorno al modelo de los 21 Puntos (al menos, esta vez volvía a tener como motivación la sensación de encontrarse ante una situación de emergencia). Según este modelo, como vimos antes, el Partido Revolucionario debe anunciarse a toda costa ante el mundo, con su bandera y su programa desplegados, con el tiempo suficiente para anticipar el impacto de la revolución. El ala derecha del PS estaba tan ansiosa de expulsar a los trotskistas como nosotros lo estábamos de irnos, así que el resultado real fue una colaboración mutua. En cualquier caso, a comienzos de 1938 el Socialist Workers Party se presentó ante la clase obrera de los Estados Unidos, y durante el mismo año nació la IV internacional, nuevamente como forzado fruto de invernadero. No había ninguna ambigüedad en cómo se veía a si mismo el nuevo partido: era el Partido Revolucionario destinado a salvar el mundo, y crecería rápidamente hasta ser la fuerza dirigente en la clase obrera, con la esperanza de que ocurriese a tiempo para poder dirigir la revolución que se estaba desarrollando. Desplegando el Programa completo y correcto, la secta (es decir, el <span style="FONT-STYLE: italic">partido </span>que realmente existía) recorrería el camino hacia un partido de masas. El inicio de la guerra reventó por dos vías diferentes este punto de vista incuestionado. Lo más conocido es que el Programa completo siguió siendo completo pero dejó de ser correcto (defensa de la Unión Soviética, pacto Hitler-Stalin, aparición del imperialismo estalinista, invasión de Finlandia y Polonia, etc.). Pero aquí resulta más pertinente resaltar el segundo aspecto que marcó en 1939-40 la lucha que sacudió y rompió la organización: la denominada<span style="FONT-STYLE: italic"> cuestión organizativa</span>. Como ya detallamos entonces en un largo documento titulado <span style="FONT-WEIGHT: bold">Guerra y conservadurismo burocrático,</span> lo que ocurrió es que la secta que se autodenominaba partido reaccionó al estallido de la guerra... como una secta. En el momento no lo entendimos así: hablábamos del <span style="FONT-STYLE: italic">conservadurismo burocrático</span> de la dirección Cannon. Esta respuesta sectaria del SWP se acentuó mucho más tras la escisión: el SWP actuó durante toda la guerra como un crustáceo, encerrándose en su caparazón para proteger su gelatinoso cuerpo, y anunció la política de <span style="FONT-STYLE: italic">preservar sus cuadros</span>, en vez de tratar de encontrar las maneras y medios que permitiesen fortalecerles participando en la lucha durante la guerra. En total contraste, el Workers Party que formamos tras la ruptura siguió una vía que podría describirse como la de un <span style="FONT-STYLE: italic">pequeño partido de masas</span>. Pero realmente actuamos como tal, y no sólo nos limitamos a hablar de ello. El WP se implicó con energía y de forma militante en actividades que podrían haber sido emprendidas por un partido de masas si hubiese existido, realizando un excelente trabajo revolucionario de oposición en las empresas y sindicatos,que iba acompañado con la distribución masiva de un popular semanario agitativo, etc. Evidentemente, este trabajo de <span style="FONT-STYLE: italic">partido de masas</span> sólo podía hacerse a una escala relativamente pequeña o, lo que es lo mismo, a una mayor escala pero limitada a unas pocas situaciones locales, pues eramos un <span style="FONT-STYLE: italic">partido de masas </span>verdaderamente pequeño. Las previsiones subyacentes seguían siendo las mismas: crisis revolucionaria al acabar la guerra o poco después, y rápido crecimiento donde estábamos trabajando. Esta vía parecía tener sentido, sólo de forma temporal, por obvias razones coyunturales: durante todo el período de la guerra nosotros fuimos la única y exclusiva tendencia socialista de oposición dentro de la clase obrera. ¡Situación de monopolio de la que no ha disfrutado nadie desde entonces! La<span style="FONT-STYLE: italic"> </span><span style="FONT-STYLE: italic">proletarización </span>de nuestros miembros fue relativamente fácil por la situación de guerra (para los que no habían sido llamados a filas). Tampoco carece de importancia mencionar que nunca ha sido tan fácil financiar nuestra actividad, a causa de los salarios industriales, la dedicación de nuestros miembros y un astrónomico sistema de contribuciones sobre la renta. En suma, durante este limitado período y en esa especial situación, las contradicciones de una secta actuando como un pequeño partido de masas podían ser paliadas -y de hecho lo fueron- al calor de la actividad. Podría quizás argumentarse que si el resultado de la guerra hubiese sido la revolución en Europa y en América, como esperábamos entonces, esta vía se habría justificado históricamente. No tengo ningún interés en discutir sobre esto, ya que tampoco me interesa sostener ninguna teoría de la inevitabilidad ni mantener que si hubiésemos sido "más sabios" deberíamos haber hecho otra cosa. No son éstos los temas en discusión, y los menciono únicamente para excluirlos de ella. Lo que me interesa ahora es solamente explicar cómo y por qué la vía una secta tipo<span style="FONT-STYLE: italic"> pequeño partido de masas</span> era temporal y conyunturalmente posible y esperanzadora. Pero en 1946 llegó el día de rendir cuentas. Ese año marcó una línea divisoria, pues para la mayoría de nosotros se fue haciendo muy claro que la esperada Revolución Mundial postbélica había sido abortada o que, en cualquier caso, no iba a tener lugar. Estábamos obligados a una reorientación fundamental. En consecuencia, 1946 es también el año de un definitivo saldo de cuentas en el seno del WP con el grupo sistemáticamente sectario formado por la clique de Johnson. Se trataba de una clique con un programa de facción, esto es, un montón de programas adaptables a cada ocasión. En 1946, la facción de Johnson reaccionó formalmente al nuevo estado de cosas declarando con doble vehemencia que la revolución estaba a la vuelta de la esquina, que surgirían soviets en dos años, que el capitalismo se había derrumbado en toda Europa y que el poder rodaba por las calles: en otras palabras, encararon la desagradable realidad con la típica fantasía de la mentalidad sectaria. De acuerdo con ello, desplegaron un programa que contraponía <span style="FONT-STYLE: italic">grupos de luch</span>a (entonces denominados <span style="FONT-STYLE: italic">comités de fábrica</span>) a los sindicatos convertidos en contrarrevolucionarios, que se habían transformado en órganos del Estado, etc. Con todo este galimatías, estos sectarios sistemáticos hicieron las maletas y se pasaron al SWP, donde hicieron una actividad fraccional revolucionaria durante un breve período, para después desplegar su bandera ante el mundo entero formando su propia secta, que luego se escindiría, etc. El mismo año hubo otro intento de reorientación del Workers Party, realizado por gente más seria. Era un esfuerzo para teorizar y sistematizar la concepción organizativa tip<span style="FONT-STYLE: italic">o pequeño partido de masas</span>, no ya como una reacción<span style="FONT-STYLE: italic"> ad hoc</span> a las circunstancias de la guerra (que es lo que fue), sino como un concepto general y eterno, aplicable ahora más que antes. La frase <span style="FONT-STYLE: italic">pequeño partido de masas</span> se inventó y escribió entonces. Este intento fue rechazado por la organización. Más allá de esta discusión, y con una constante decadencia de la situación política de EE.UU. en una<span style="FONT-STYLE: italic"> calma chica </span>(clima de guerra fría, McCarthismo, etc.), la organización tuvo que hacer frente, sin autoengañarse, a su futuro como una secta entre otras sectas. En una tesis presentada en 1948 y discutida hasta que fue aprobada en 1949, la organización aceptó abrumadoramente unas básicas verdades: que no eramos un <span style="FONT-STYLE: italic">partido</span> excepto en el nombre; que no existía en el país ningún <span style="FONT-STYLE: italic">partido</span> socialista; que todos los grupos socialistas, incluyendo el nuestro, éramos en realidad sectas, en el mejor de los casos <span style="FONT-STYLE: italic">grupos de propaganda</span>, y que sólo podíamos ser una buena secta, una secta sensata, en vez de ser una secta estúpida, fastasmagórica y autoengañada; que aunque la historia sólo permitía en ese momento ser un secta, podíamos decidir no mantener una política sectaria ante la clase obrera y sus movimientos; etc. En consecuencia, el Workers Party pasó a denominarse Independent Socialist League. Todo esto era muy sensato Pienso que la ISL era la mejor y más sensata secta entonces posible: pero esto sólo sirvió de ayuda durante unos pocos años, pues toda la izquierda se agotó durante los años 50. La ISL no se meció a si misma contándose monstruosidades y fantasías sectarias; simplemente se marchitó en la enredadera y cayó, mientras que otras sectas realizaban todo tipo de contorsiones políticas: el Partido Socialista se redujo a nada, el SWP se transformó en un apéndice estalinoide... <span style="FONT-WEIGHT: bold">¿Qué es un<span style="FONT-STYLE: italic"> centro político</span>?</span> Como toda esta trayectoria fue recorrida sin autoexamen y sin ninguna diferenciación analítica <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-H-PmYaMRVHjBPgFA73lfXOBWiWH5LvuPpuKmQDkzNbJu8QT6MNRf2OOl6ClVEQ91eq36QIiBnvOk_Uk9MZjH-Ylcj6mRf6kjJKdhUfRIsdDfof6lOkXysCuSMx1kkUEKmmzNwwSBDRg/s1600/Asociaci%25C3%25B3n+Internacional+del+trabajo.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 150px; FLOAT: right; HEIGHT: 128px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5467933170017730162" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh-H-PmYaMRVHjBPgFA73lfXOBWiWH5LvuPpuKmQDkzNbJu8QT6MNRf2OOl6ClVEQ91eq36QIiBnvOk_Uk9MZjH-Ylcj6mRf6kjJKdhUfRIsdDfof6lOkXysCuSMx1kkUEKmmzNwwSBDRg/s400/Asociaci%25C3%25B3n+Internacional+del+trabajo.jpg" /></a>entre los diversos caminos, es preciso proceder retrospectivamente a dicha diferenciación. Lo dicho hasta aquí manifestaría que, en la práctica, el establecimiento de un <span style="FONT-STYLE: italic">centro político</span> distinto de una secta -es decir, un centro de propaganda y educativo no dedicado a la captación de miembros, a diferencia de los grupos afiliativos encerrados dentro de unos muros orgánicos- ha tomado la forma concreta de una iniciativa editorial, con su correspondiente equipo editor, acompañada de un aparato organizativo más o menos desarrollado, decicado a llevar adelante las tareas políticas del centro. Esta ruta ha sido más habitual de lo que podría indicar lo contado hasta aquí. Los EE.UU. contemporáneos muestran ejemplos sobre los que es conveniente echar un vistazo. Es cierto que el panorama radical parece estar cubierto de sectas, pero además existen también algunas tendencias no organizadas en forma de sectas sino de centros políticos en torno a una publicación. Quizás la más efectiva políticamente haya sido la tendencia política representada por la <span style="FONT-WEIGHT: bold">Monthly Review</span> (MR), un algo amorfo espectro de políticos estalinoides independientes del Partido Comunista. Aunque la revista ha sido también el organizador de una tendencia política, no ha evolucionado hacia una cristalización organizativa de tipo afiliativo, salvo en algunas intentonas realizadas por grupos locales de <span style="FONT-STYLE: italic">Amigos </span>de MR, asociados a MR o cosas similares. Lo mismo puede decirse de <span style="FONT-WEIGHT: bold">The Guardian</span>. Cabe dudar si estos elementos han tenido una perspectiva que se plantease contribuir algún día a la formación de un partido revolucionario; parece más bien que, prioritariamente, se han planteado impregnar a la izquierda con sus ideas específicas. Otro ejemplo relativamente exitoso es Liberation, pero pagando como precio aquello que originalmente constituía su propia política. Esta revista se constituyó como un centro político de la tendencia partidaria del pacifismo absoluto. Como tal, ha sido un fracaso total, ya que el pacifismo absoluto está más muerto que nunca. De hecho, Liberation se convirtió en otra cosa, en la que el pacifismo era solamente un tropezón en la sopa. Como su política es confusa, no tiene mucha importancia como centro político. Ha mantenido principalmente un periodismo radical difuso. <span style="FONT-WEIGHT: bold">Dissent</span> se fundó más o menos conscientemente como un esfuerzo para mantener algo así como un centro político, sin formar una organización sectaria, por gente que se había hecho socialdemócrata en un país sin socialdemocracia. Más tarde, <span style="FONT-WEIGHT: bold">Dissent</span> y L.I.D. acordaron unirse. L.I.D. es un ejemplo interesante de una organización originalmente de tipo afiliativo que, al desaparecer sus miembros, se transforma en una operación de tipo centro político, socialdemócrata en lo político, aunque no estaba agrupada en torno a una revista. New Leader ha sido otro ejemplo de una operación socialdemócrata (sector CIA) en torno a un centro político sin organización de tipo afiliativo. Todos estos casos, en sus especifidades, han estado fuertemente condicionados por sus fuentes de financiación. De hecho, casi toda la prensa política tiende, por su propia naturaleza, a convertirse en algún tipo de centro político, ya que es una fuente de ideas. He mencionado ejemplos dispares, indicando que puede haber muchas variantes. No hay un modelo orgánico que podamos copiar. De lo que se trata es de darnos la idea general de un desarrollo que no involucra la construcción de una secta afiliativa, y ponernos a trabajar para expresar nuestras aspiraciones y opiniones. Una de las peculiaridades de la vía que queremos seguir es que queremos formar un centro político que tenga como objetivo la formación de los prerequisitos de un partido socialista revolucionario. <span style="FONT-WEIGHT: bold">¿Qué queremos hacer?</span> Si abstraemos las peculiaridades nacionales, de tiempo y lugar, así cómo las condiciones específicas en las que se desenvolvió la actividad organizativa de Lenin, podemos decir que la laboriosa formación de la tendencia bolchevique logró tres cosas a lo largo del tiempo, tres cosas que, en mi opinión, pueden aplicarse casi en cualquier caso y que ciertamente se aplican a lo que nosotros estamos obligados a hacer. El proceso de formación de la tendencia bolchevique creó un cuerpo de doctrina, un cuerpo de literatura política que expresó un determinado tipo de socialismo revolucionario; formó cuadros obreros y militantes alrededor de ese núcleo político; estableció su <span style="FONT-STYLE: italic">tipo de socialismo</span> como una presencia en las políticas de izquierda, con nombre y fisonomía propios. Esto resume también nuestras tareas. No tenemos ninguna necesidad de prever o predecir exactamente cómo se formará el partido revolucionario del futuro. Pero los resultados sólo pueden ser favorables si estas tres tareas se realizan. Si tenemos estas tareas en nuestras cabezas, ciertas actividades toman una diferente prioridad e importancia. Por ejemplo, para las sectas la tarea editorial es una actividad entre otras, a la que no dan una prioridad destacada. Tiende a ser desplazada hasta el último lugar de la agenda, con una sola excepción: la publicación de un órgano<span style="FONT-STYLE: italic"> de masas</span>, que tiende a tomar tal prevalencia que apenas puede hacerse ninguna otra cosa. Desde nuestro punto de vista, esa es una grave equivocación a la hora de establecer las prioridades. La creación (publicación y distribución) de un cuerpo básico de literatura es la tarea de un centro político de la que depende todo lo demás. Es el medio principal para el fin deseado. La tarea primera de esta literatura es hacer posible la formación de los cuadros, para proveer la nutrición política que permitirá el desarrollo de esos cuadros, lo que resultaría imposible a falta de ese fondo literario. Evidentemente, tales cuadros se desarrollarán localmente. Un centro político tiene una ventaja enorme sobre el Comité Nacional o el Comité Central de una secta que emite directivas, tesis, expedientes disciplinarios, etc. a su micro-imperio de mini-sucursales. Las relaciones de un centro político con clubes locales, grupos socialistas o sindicales, grupos de trabajadores y activistas individuales pueden ser infinitamente variadas y flexibles. Pero las relaciones de una secta son dicotomizadas en dos tipos: con los miembros de la organización, una relación regida por los estatutos; con los no afiliados, una relación obstaculizada por una barrera organizativa. Tras un primer período en el que tendremos que realizar un gran trabajo de preparación, apostamos por una implicación mucho mayor con cuadros locales, pero basada en una relación diferente, que ofrece nuevas posibilidades. No pretendo deletrear en este artículo nuestro programa para los próximos seis meses. Nuestras perspectivas ya van mucho más lejos de lo somos capaces realmente de manejar. Y esto es sólo el comienzo; si conseguimos ponernos en marcha en un año más o menos, estaremos moviéndonos adecuadamente a lo largo de este camino. Debemos tener una perspectiva a largo plazo. no estamos proponiendo un esquema del tipo <span style="FONT-STYLE: italic">hágase rico en 10 días</span>, sino todo lo contrario: una línea de preparación para el futuro que sólo puede obtener frutos reales tras un largo recorrido. Deberíamos pensar desde el punto de vista de un Plan para no menos de diez años (digo diez años porque es un buen número redondo y se denomina década.) Desperdiciamos la pasada década en dos callejones sin salida. Si, para finales de los 70, tenemos algunas realizaciones sólidas en las tres tareas básicas antes enumeradas, entonces habremos dado los primeros pasos apreciables hacia el objetivo de un partido revolucionario. California, 1970</div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-61167791943030666562010-05-02T18:41:00.000-07:002011-04-03T09:42:11.868-07:00¿QUÉ ES EL MARXISMO? x Milcíades Peña<div align="justify">El marxismo es una concepción del mundo, es una crítica a la sociedad capitalista, y es un programa de lucha para transformar la sociedad. Y como eje de esos tres aspectos, y como objetivo único y decisivo del marxismo, está la lucha para desalienar al hombre, la aspiración a rescatar para el hombre su plenitud humana. En el marxismo, todo lo demás son sólo medios para este fin. El desarrollo material de las fuerzas productivas y la elevación del nivel de vida es importante, porque constituye la base material para la desalienación del hombre. La liquidación del capitalismo es fundamental porque constituye a su vez la condición básica para un mayor desarrollo de las fuerzas productivas. El ascenso de la clase obrera al poder es imprescindible porque constituye a su vez el requisito básico para la liquidación del capitalismo. Todo esto es fundamental y está muy bien, como están muy bien los satélites y las grandes centrales eléctricas y los tractores, etc. Pero, para el marxismo, todo eso son medios y nada más. Porque lo que el marxismo quiere – y esto es su esencia- es un nuevo tipo de relaciones entre los hombres, en las que los hombres no estén dominados por cosas ni fetiches; en las que el hombre sea el amo absoluto, dueño soberano de sus facultades y productos, y no esclavo de la mercancía y el dinero, de la propiedad y el capital, del estado y la división del trabajo. </div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-45943565518003942312010-05-02T08:42:00.000-07:002010-05-27T15:28:43.790-07:00LA V INTERNACIONAL HA NACIDO x Daniel Guerra<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOwIM6pfKl33mN5wLlBB5n3divgXhIa9W6xEOthuS0xx3CLqRTKlSyk5RQkQolzjzV8oUg7cbCOOacuxy8gabtodl7EvzDiEX-t7g_NtK9Qw5MfKzi1KXVDpGGFKJ1jsiDAzmK6fgjX64/s1600/Copia+de+1.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 391px; height: 77px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhOwIM6pfKl33mN5wLlBB5n3divgXhIa9W6xEOthuS0xx3CLqRTKlSyk5RQkQolzjzV8oUg7cbCOOacuxy8gabtodl7EvzDiEX-t7g_NtK9Qw5MfKzi1KXVDpGGFKJ1jsiDAzmK6fgjX64/s400/Copia+de+1.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466706103336709314" border="0" /></a><br />En los últimos días se ha producido un fenómeno histórico de esos que como mucho ocurren un par de veces a lo largo de un siglo, algo que si bien han recogido todas las agencias de información, así como los medios de comunicación alternativos donde se están creando debates cada vez más intensos, veo con asombro cómo la prensa oficial ni siquiera se ha hecho eco del asunto.<br /><br />Señores, ¿cómo es posible que no se hayan enterado? Más de 150 delegadosde partidos de izquierdas de más de 45 países han suscrito el " Compromiso de Caracas", donde se acoge la propuesta de convocar la V Internacional Socialista, iniciativa a la que se van sumando organizaciones como el FMLN de El Salvador y continúa generando simpatías y esperanzas por doquier.<br /><br />Así pues, ante el asombro y el escepticismo de los dirigentes de izquierdas del resto del mundo, en contra de las predicciones de los ideólogos del capitalismo que nos vendieron el fin de la Historia tras la caída del muro, la V Internacional ha nacido.<br /><br />La izquierda oficial de la vieja Europa hace tiempo que vive un proceso de pérdida ideológica, y sobre todo, pérdida de acción. Allí donde antes existía la pasión por la lucha contra las desigualdades y la disposición al sacrificio personal, hace tiempo que fueron ganando terreno la frivolidad de lo políticamente correcto, el arribismo y el oportunismo.<br /><br />La clase social a la que por naturaleza pertenecen las organizaciones tradicionales de izquierdas, ha sido substituida progresivamente en el seno de los partidos y sindicatos por clases medias progresistas, más preocupadas por el reciclaje de basuras y los derechos de los usuarios de la bicicleta que de la miseria y la explotación a la que nos condena el sistema, especialmente con la crisis actual, donde cada vez hay más familias enteras en el paro y aumentan los contratos basura. Estamos cansados de que nuestros dirigentes sólo nos ofrezcan consuelo espiritual y vacías palabras bienintencionadas. Nada más nos pueden ofrecer una vez han aceptado la lógica del capitalismo, algo que entendió muy bien Pablo Iglesias cuando decía que o se estaba o con unos o con otros.<br /><br />Resulta patético ver a los dirigentes reformistas cuando al observar que muchos trabajadores no les votan o se quedan en casa durante unas elecciones, se indignan, se llevan las manos a la cabeza y dicen que no lo pueden entender, reconociendo así cierto grado de ignorancia y de limitación intelectual.<br /><br />Pero la lucha de clases continúa, así como el debate sobre la necesidad de derrocar al capitalismo y sobre la vigencia del socialismo, por la sencilla razón de que en el mundo siguen existiendo la pobreza, la injusticia, la explotación, las desigualdades y un sistema económico tan perverso que para mantener los privilegios de unos pocos necesita de la explotación salvaje de la mayoría.<br /><br />Sólo que esta vez, el epicentro del movimiento se sitúa en Latinoamérica. Mientras que en la Vieja Europa se ha abandonado, oficialmente, toda idea de internacionalismo y nos empeñamos en dividirnos entre nosotros en líneas nacionales, Latinoamérica nos ha tomado la delantera ondeando banderas internacionalistas. Al sueño de Bolívar de una América Latina unida, se ha sumado el de la unión de nuestra clase en todo del mundo y Bolívar y Marx se han dado la mano allende los mares, allí donde se demuestra una y otra vez la disposición a la lucha de los desheredados, donde todavía laten los corazones y se alzan los puños contra el imperialismo que los explota, humilla y asesina, demostrando apasionadamente que ellos sí continúan estando vivos.<br /><br />Por eso Latinoamérica tenía que ser y es la cuna de la nueva Internacional del siglo XXI que ha de contagiar al resto del mundo de esa renovada ilusión por los principios más nobles que han existido jamás, ha de barrer toda la podredumbre política que nos rodea desde hace demasiado tiempo y conducirnos hacia la nueva humanidad.<br /><br />Ahora, las palabras de Marx, Engels, Lenin, Trotsky o Rosa Luxemburgo, junto a las de Simón Bolívar o el Che Guevara vuelven a estar al pie de la calle. Principios, ideas y métodos que durante décadas estuvieron relegados a las catacumbas de una IV Internacional sin conseguir conectar con las masas, vuelven a ver la luz del sol. Sólo por eso ha valido la pena, pero aún hay más por venir.<br /><br />La V ha nacido, no de la idea de un hombre, no de los renegados o escindidos de ningún partido o movimiento, sino del mismo movimiento y de la necesidad de la unidad.<br /><br /><br />¡Que tiemblen las clases gobernantes, puesto que no tenemos nada que perder y sí un mundo nuevo que ganar!<br /><br />¡Bolívar! ¡Presente!<br /><br />¡Marx! ¡Presente!<br /><br />¡Engels! ¡Presente!<br /><br />¡Lenin! ¡Trotsky! ¡Rosa! ¡Presentes!<br /><br />¡Che Guevara! ¡Presente!<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAz4VJ7JyjtInJV84XcNpsp71vmfufTzwjSPGdc7ynmLfTQzoKf6KeJwxFnJiqULBjJtRtjFJmSPjTrYrckgJSA8iKUm_JA1lQItxOKuRxdy2WK_ksqaKMJVjF6AkrvsJwfptR1fNcC3c/s1600/vint.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 54px; height: 54px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiAz4VJ7JyjtInJV84XcNpsp71vmfufTzwjSPGdc7ynmLfTQzoKf6KeJwxFnJiqULBjJtRtjFJmSPjTrYrckgJSA8iKUm_JA1lQItxOKuRxdy2WK_ksqaKMJVjF6AkrvsJwfptR1fNcC3c/s400/vint.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466702705009135442" border="0" /></a><br />¡Viva la V Internacional!EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-71416547931771124902010-05-02T07:48:00.001-07:002011-04-03T09:41:26.211-07:00POR UNA TRADICIÓN CLASISTA x Enrique Ferrari<div align="justify"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSqPsKek8hVyMDbFoW2PVW9IVhlEZOBAwbk6mgpAYswSXCoVJ0KMZ2iXOGlZkAW4PilZwLD-36N2GZkLdfuK7fVisk68TQQkTF_4nUQUevtBx9Krk6txC65ojjLhpEVLbwzm-_L887GC8/s1600/obreros_fabrica_1.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 205px; FLOAT: right; HEIGHT: 226px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466692987081271650" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSqPsKek8hVyMDbFoW2PVW9IVhlEZOBAwbk6mgpAYswSXCoVJ0KMZ2iXOGlZkAW4PilZwLD-36N2GZkLdfuK7fVisk68TQQkTF_4nUQUevtBx9Krk6txC65ojjLhpEVLbwzm-_L887GC8/s320/obreros_fabrica_1.jpg" /></a>Cada año, cuando se acerca el aniversario de la muerte de José Ignacio Rucci, la ciudad se ve empapelada de carteles –foto y letras blancas sobre fondo negro- que dicen <span style="FONT-STYLE: italic">Argentino y peronist</span>a. En los últimos años vimos sumarse, en otra fecha, los que recuerdan a Lorenzo Miguel. Y así estos dos burócratas sindicales de la UOM, que en vida estaban enfrentados en la interna gremial, ocupan ahora el mismo panteón. Y es que la burocracia conoce perfectamente su tradición. Los trabajadores tenemos que aprender esa lección y recordar nuestra historia. Porque nada nace de la nada. Entonces, para que hoy puedan surgir y desarrollarse desde procesos más avanzados como el Cuerpo de Delegados del Subte hasta la lucha de los trabajadores de Fargo de Moreno o las empresas recuperadas y bajo control y gestión obrera, antes tuvo que existir el clasisimo combativo de los 60-70 personificado en las figuras de compañeros como el Gringo Tosco, el Petiso Páez, Atilio López o Goyo Flores. Pero ese clasismo tampoco surgió de la nada: se nutrió de la experiencia acumulada por la resistencia peronista. Y ésta, a su vez, mal que les pese a los sectores que creen que la historia del movimiento obrero organizado en la Argentina empezó en 1945, es deudora de la tradición de luchas obreras e independencia de clase que viene de las primeras décadas del siglo XX y que forjaron, entre otros, Pedro Milesi, Guido Fioravanti y Mateo Fossa. Por eso hoy queremos rescatar las voces de tres generaciones de lucha de la clase trabajadora argentina. </div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; FONT-WEIGHT: bold" align="justify">EL VIEJO MATEO -organización, unidad y lucha- </div><br /><div align="justify">Mateo Fossa nació en Buenos Aires en 1896. Desde muy joven empezó a trabajar en la madera (primero como aprendiz de modelación para ornatos y luego como obrero tallista) y ya para 1916 <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuUNMY6UfaAAkLf24-HJBMdHKBSJF0SJSIkZ_Ml0zve3xRy6BqGgepTcAl3oMvXbmaCw_poZ2ZUQZA6QixT5rcv6_h9bOHOSSqi9OmIPBDLJ8aDYpLZfwaC3cV5IyOpzRukctYQlT_Nrs/s1600/mateo_fossa.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 155px; FLOAT: left; HEIGHT: 183px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466691120991123682" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiuUNMY6UfaAAkLf24-HJBMdHKBSJF0SJSIkZ_Ml0zve3xRy6BqGgepTcAl3oMvXbmaCw_poZ2ZUQZA6QixT5rcv6_h9bOHOSSqi9OmIPBDLJ8aDYpLZfwaC3cV5IyOpzRukctYQlT_Nrs/s320/mateo_fossa.jpg" /></a>era secretario general de la Federación de los Trabajadores de la Madera, en el que confluían anarquistas, sindicalistas y socialistas. Un par de años antes Mateo había empezado a militar en el Partido Socialista con el que romperá en 1917 para unirse al recién nacido Partido Socialista Internacional (luego Partido Comunista). Al comenzar el viraje burocrático estalinista en el PC, Fossa encabezó el sector crítico que editó La Chispa y luego se unió a la Oposición de Izquierda Argentina, primer grupo trotskista de Latinoamérica. Pese a ser un trotskista militante (ya en 1938 se entrevistó tres veces en México con Trotski), convencido de que el partido revolucionario es una herramienta fundamental e irreemplazable, nunca puso las necesidades partidarias por encima de las de la clase trabajadora. De la misma manera, aún cuando encabezaba el sindicato de la madera, nunca fue un dirigente tan sólo de su gremio sino de la clase en su conjunto. Para ejemplificar ese carácter clasista y no sectario de su accionar militante no hay más que revisar su participación en la huelga de la construcción de octubre de 1935 que se extendió en la huelga general con acción de masas los días 7 y 8 de enero de 1936 y concluyó con una victoria que solidificó la unidad sindical. En este conflicto fue hijo de otra gran huelga, la que en 1934, en un contexto de desocupación y en pleno período de reacción, había conseguido la jornada de 40 horas semanales para los trabajadores de la construcción y en fue allí donde Mateo Fossa empezó a foguearse como dirigente en la lucha. Pero volvamos a la huelga del 35-36. Allí se dio la tarea conjunta, en un frente unitario y democrático, de todas las tendencias políticas clasistas gracias la vinculación entre los diversos gremios a través del Comité de Defensa y Solidaridad con Los Obreros de la Construcción, donde Mateo Fossa cumplió un rol fundamental y dirigente. Dirá por esos días: <span style="FONT-STYLE: italic">El conflicto de los obreros de la Construcción no es un hecho asilado y esporádico. Nos afecta a todos por igual y es vitalmente necesario para el movimiento sindical, prestar la más amplia y generosa ayuda al mismo, porque el Paro General no puede ser una simple declaración hecha por arriba, debe ser cosa sentida y preparada en las entrañas mismas de la clase trabajadora. Deberá ser la forma de escarmiento que reciba la clase Patronal y todos los que la apadrinan.</span> Y esa es su enseñanza: coordinación clasista y acción unitaria de todas las tendencias para dar la pelea por la independencia de los trabajadores. O dicho de otra manera: organización, unidad y lucha. El viejo Mateo murió de un ataque al corazón en marzo de 1973. Era miembro activo de la Mesa Coordinadora Nacional de Jubilados y Pensionados y del Partido Socialista de los Trabajadores, para cuyo periódico, Avanzada Socialista, solía escribir. </div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center; FONT-WEIGHT: bold" align="justify">TOSCO x TOSCO -profundizar la conciencia y ampliar la unidad de acción- </div><br /><div align="justify"><span style="FONT-WEIGHT: bold">La unidad sindical</span> Uno de los objetivos fundamentales del movimiento obrero, en lo que hace a su organización <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_YRhG3PPqZnl8tq-GyhqlXPN73RUiVxP3RUd876Wg5abYgDxtuu7gtCzZ0lbcNqRH0Amxlv8XjhopGgPVILXGdWIFUm3ziN3U1ZFM3QWU0jQrtDSzE2yr53BLty4l6_cZ10R6hz2BK50/s1600/TOSCO.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 206px; FLOAT: right; HEIGHT: 231px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466689939738690882" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_YRhG3PPqZnl8tq-GyhqlXPN73RUiVxP3RUd876Wg5abYgDxtuu7gtCzZ0lbcNqRH0Amxlv8XjhopGgPVILXGdWIFUm3ziN3U1ZFM3QWU0jQrtDSzE2yr53BLty4l6_cZ10R6hz2BK50/s320/TOSCO.jpg" /></a>interna, ha sido lograr la constitución de una sola Central Sindical, de forma de agrupar en ella la mayor cantidad posible de trabajadores, con el propósito de ejercer más eficazmente la defensa de sus derechos, promover nuevas reivindicaciones específicas y luchar por la transformación de la sociedad en la que los forjadores directos de todos los bienes que dispone, se encuentran injustamente relegados, cuando no ignominiosamente explotados. Quien haya leído un poco sobre la historia del movimiento obrero, sabe que el reconocimiento de su función institucional en la sociedad no ha sido un hecho espontáneo, ni ha sido el producto de la comprensión de los sec¬tores dominantes, de origen patronal, sino que ha sido la consecuencia de largas luchas, heroicas muchas veces, en las que la derrota transitoria en varias circunstancias, no frenó su auge y su peso, cada vez mayor, en el ámbito social, económico y político, de cada país y en el mundo. El progresivo avance de la democratización institucional, el fortalecimiento de los sindicatos, la ampliación de los conceptos humanistas, de todo lo cual fueron principales sostenedores los trabajadores, permitió en mu¬chos países, generalmente los más avanzados, que la Clase Trabajadora participe, desde su punto de vista político, en la dinámica de la organización social, ya sea en forma directa de partido político o, indirectamente, apoyando los programas políticos más progresistas, transformadores o revolucionarios. <span style="FONT-WEIGHT: bold">Las tareas de la clase obrera</span> El rol de la clase obrera no es participar como socio menor y subalterno en las esferas del poder de la oli¬garquía y de la reacción, sino impulsar las transformaciones revolucionarias que cambien, en profundidad, este sistema de opresión, de explotación y miseria. El papel de la clase trabajadora es ser vanguardia, organizada y combativa, de los demás sectores populares para lograr la liberación nacional y social de los argentinos. Ese papel lo estamos jugando, fundamentalmente, desde las organizaciones de base y debemos insistir sobre ello. Porque es desde allí donde se genera, únicamente, el sindicalismo auténtico. Sólo haciéndonos eco de los reclamos que parten del propio Pueblo es como podremos encontrar soluciones populares. Toda concepción de élites, en uno u otro sentido, a favor del sistema o supuestamente contra él, termina sirviendo a su consolidación. El sistema no da, ni puede dar, soluciones de fondo. Los paliativos aplicados o programados, no alcanzan ya a ser ni siquiera paliativos, son simples ensayos que van de fracaso en fracaso. La continuidad de la lucha es el único camino. Profundizar la conciencia y ampliar la unidad de acción; superar las pequeñas diferencias y centralizar los grandes objetivos, será contribuir a fortalecer la capacidad y el poder de las bases obreras y populares. <span style="FONT-WEIGHT: bold">El socialismo</span> Yo tengo raíz marxista. Pero entiendo que el socialismo en la Argentina tiene una raíz heterogénea. La heterogeneidad de nuestro socialismo está en que tiene raíz peronista, marxista, cristiana, por el Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, que viene de distintos movimientos que levantan como bandera el socialismo, esa nueva sociedad sin explotados ni explotadores, nueva sociedad socialista argentina, hecha según nuestra propia trayectoria y compuesta con heterogeneidad. Y por eso levantamos la unidad para construir. Porque nuestra visión del socialismo nace incluso del programa de Huerta Grande, el manifiesto del lº de Mayo de la CGT de los Argentinos y del documento de octubre del Movimiento Nacional Intersindical. Nosotros queremos rescatar los medios de producción y de cambio que están en las manos de los consorcios capitalistas, fundamentalmente de los monopolios, socializarlos y ponerlos al servicio del pueblo. Nuestro punto de vista es que deben desaparecer las clases y que debe existir una clase, la de quienes trabajan. Y no como ahora que existe la de los explotados que trabajan y la de los explotadores que sólo viven del esfuerzo de los demás. <span style="FONT-WEIGHT: bold">La burocracia sindical</span> La burocracia sindical es el ejercicio de los cargos sindicales con el criterio que se señaló aquí. Es decir, reducir todo al sindicalismo, de administrar, desde posiciones de poder, los beneficios sociales, de discutir especialmente los convenios colectivos de trabajo, de quedarse gobernando al movimiento obrero desde posiciones administrativas. Es decir, desde el mismo término burocrático surge: el poder, gobierno de empleados. Significado gramatical que trasladado al campo sindical, significa esto: no asumir esa proyección general de la lucha del movimiento obrero como factor de liberación nacional y social. Por eso nosotros distin¬guimos entre aquellos que se quedan para repartir lo que hay en los sindicatos y los que luchan desde dentro del sindicato por las reivindicaciones inmediatas y a su vez levantan la lucha permanente por esas reivindicaciones nacionales, por esas otras reivindicaciones sociales, por esas otras reivindicaciones latinoamericanas que hacen al cambio fundamental de la sociedad, A la militancia concreta fuera de la oficina, en la calle, en la lucha con los compañeros. Eso es ser representante sindical y no simplemente burócrata. </div><br /><div style="TEXT-ALIGN: center" align="justify"><span style="FONT-WEIGHT: bold">UN FANTASMA RECORRE EL SUBTE</span> <span style="font-size:78%;">(1)</span> <span style="FONT-WEIGHT: bold">-la valorización de las propias fuerzas-</span> </div><br /><div align="justify"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkRrvgbGi7qJztfqnXLLDZgGtpP8XQSdIUVBPjIXpxzeLYSHQ-WZMn8WkL_XuKgTNdP0qj5vtW6QMFKWa_Pe-_zskf22vrfsnraL05tiZetLLnqBV4O-vLoAYv_MHZcClmHibk4RKzMDU/s1600/subte.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 195px; FLOAT: left; HEIGHT: 111px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5466692097085445106" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhkRrvgbGi7qJztfqnXLLDZgGtpP8XQSdIUVBPjIXpxzeLYSHQ-WZMn8WkL_XuKgTNdP0qj5vtW6QMFKWa_Pe-_zskf22vrfsnraL05tiZetLLnqBV4O-vLoAYv_MHZcClmHibk4RKzMDU/s320/subte.jpg" /></a>Estuvimos del año 94 al 97 con los despidos como tema central. Y estábamos en un momento político donde lo privado era aplaudido. La gran mayoría de los que entraban a trabajar eran jóvenes de dieciocho, veinte años, que estaban creídos del discurso imperante, que iban a llegar a ser gerentes de la empresa. Limpiaban letrinas y creían que iban a llegar a grentes. Eso eran las posibilidades de las privadas, era la lo¬cura de los 90. Primero nos insertamos socialmente y buscamos tratar de organizamos, lo que hace cualquiera en medio de una derrota: el partido de fútbol, juntarnos a comer el día de cobro, mucho casamiento, mucho bautismo y dábamos vuelta alrededor de eso. Y empezamos a hablar de lo que no se hablaba. A partir de allí empezamos a formar grupos de compañeros donde se hablaba del tema de los despidos; uno no sabía cuánto tiempo se iba a quedar trabajando. Se conformaron las primeras agrupaciones; en realidad, hubo dos agrupaciones importantes, una en los talleres y otra en las boleterías. Decíamos lo mismo pero ni nos conocíamos. Eso se empezó a plasmar en hacer un boletín, en escribir. En repartir volantes con compañeros de afuera, trabajo ultra clandestino, nadie podía asomar, el que sacaba la cabeza lo echaban. Así hasta el año 97 (Beto Pianelli) Lo del paro del 28 de mayo del 97 creo que no me lo voy a ol¬vidar jamás. Mira que pasa el tiempo y cada vez estoy más convencido: los dos paros contra los despidos fueron la madre de todas las batallas. Si ahí hubiéramos perdido, creo que no hubiera pasado todo lo que vino después. Estoy seguro que sin ganar la pelea contra los despidos no hubiéramos podido dar todas las peleas que dimos después, especialmente la pelea glo¬riosa con la que recuperamos las 6 horas. Yo recuerdo que en el año 97, además de trabajar jornada reducida en el subte, tenía otro laburo en el que entraba al mediodía y en el que, básicamente, me dedicaba a hacer trámites en la calle. Ese 28 de mayo llegué a la oficina a las doce, que era mi ho¬rario de entrada. Agarré los papeles que me dio mi jefe para hacer los trámites, y me fui corriendo por la calle Pueyrredón hasta la estación Miserere, con un nudo en la garganta, en el estómago y en el culo. La pregunta que me torturaba era: <span style="FONT-STYLE: italic">¿habrá podido Virginia parar la línea?</span>. Bajé corriendo las escaleras y casi me caigo cuando bajaba al andén. Me asomé a la estación, vi un tren parado, escuché el audio di¬ciendo que la línea estaba interrumpida y me puse a llorar como un chico. Ese paro era el resultado directo de nuestra actividad como militantes buscando organizar de la forma más clandestina posible al activismo de la boletería. Era la puesta en práctica del programa, de los objetivos comunes, con el que organizamos El Túnel. Era el resultado del esfuerzo colectivo de los militantes que habíamos sido capaces de montar y poner en marcha una red de activistas, por ahora sólo en las boleterías. Y era también la respuesta concreta que pudimos dar para conquistar la esta¬bilidad laboral que nunca había garantizado la burocracia sin¬dical del gremio. A partir de ese paro, en la empresa se terminaron los despidos arbitrarios que eran moneda corriente desde la privatización. Hoy, con orgullo podemos decir: nosotros lo hicimos. Cambiamos la historia y acercamos el escenario para las peleas futuras, las que ya fueron dadas como las que se vienen. (Chato Baigorría) Los cambios de épocas suelen expresarse en los cambios de preguntas. Durante muchos años hubo una pregunta obligada en la base, que lo resumía todo: ¿y la UTA qué dice? Era un clásico en todas las discusiones. Y encerraba toda una definición sobre quién dirigía. Lentamente eso fue cambiando, y después del conflicto de los guardas, cada vez se escuchaba mas el ¿qué dicen las otras líneas?, que reflejaba la pérdida de confianza en aquellos dirigentes y la valorización de las propias fuerzas. El proyecto de ley por las seis horas y la recuperación de la insalubridad terminaron instalando una nueva... Ahora sólo se escuchaba: ¿Qué dice el Cuerpo de Delegados? (Virginia Bouvet) <span style="font-size:78%;">(1) Fragmentos del libro homónimo de V. Bouvet</span></div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-34229498924894463722009-07-07T21:17:00.000-07:002009-07-07T21:30:14.043-07:00GUEVARA: EL ÚLTIMO LECTOR x Ricardo Piglia<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7PCA4lo2cM3Crh3p5Sy94zLgm-bbaBBEN-IpW5k6KKKiiiXPGj1-LSfFwFy3Jh_XKf0GihxPY2Cnj68N2oJf9zpGwIRgCFhWSNnRUX6FdUk5AWUrvtZTjHhVImhjTmN3XOiqWbyHXieo/s1600-h/Che,%2Ben%2Bel.htm"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 284px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi7PCA4lo2cM3Crh3p5Sy94zLgm-bbaBBEN-IpW5k6KKKiiiXPGj1-LSfFwFy3Jh_XKf0GihxPY2Cnj68N2oJf9zpGwIRgCFhWSNnRUX6FdUk5AWUrvtZTjHhVImhjTmN3XOiqWbyHXieo/s320/Che,%2Ben%2Bel.htm" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355941714873060450" border="0" /></a><br />Podríamos hablar de una lectura en situación de peligro. Son siempre situaciones de lectura extrema, fuera de lugar, en circunstancias de extravío, de muerte, o donde acosa la amenaza de una destrucción. La lectura se opone a un mundo hostil, como los restos o los recuerdos de otra vida.<br /><br />Estas escenas de lectura serían el vestigio de una práctica social. Se trata de la huella, un poco borrosa, de un uso del sentido que remite a las relaciones entre los libros y la vida, entre las armas y las letras, entre la lectura y la realidad.<br /><br />Guevara es el último lector porque ya estamos frente al hombre práctico en estado puro, frente al hombre de acción. “<span style="font-style: italic;">Mi impaciencia era la de un hombre de acción</span>”, dice de sí mismo en el Congo. El hombre de acción por excelencia, ése es Guevara (y a veces habla así). A la vez Guevara está en la vieja tradición, la relación que mantiene con la lectura lo acompaña toda su vida.<br /><br />Hay una foto extraordinaria en la que Guevara está en Bolivia, subido a un árbol, leyendo, en medio de la desolación y la experiencia terrible de la guerrilla perseguida. Se sube a un árbol para aislarse un poco y está ahí, leyendo.<br /><br />En principio, la lectura como refugio es algo que Guevara vive contradictoriamente. En el diario de la guerrilla en el Congo, al analizar la derrota, escribe: “<span style="font-style: italic;">El hecho de que me escape para leer, huyendo así de los problemas cotidianos, tendía a alejarme del contacto con los hombres, sin contar que hay ciertos aspectos de mi carácter que no hacen fácil el intimar</span>”.<br /><br />La lectura se asimila con la persistencia y la fragilidad. Guevara insiste en pensarla como una adicción. “<span style="font-style: italic;">Mis dos debilidades fundamentales: el tabaco y la lectura</span>.”<br /><br />La distancia, el aislamiento, el corte aparecen metaforizados en el que se abstrae para leer. Y eso se ve como contradictorio con la experiencia política, una suerte de lastre que viene del pasado, ligado al carácter, al modo de ser. En distintas oportunidades Guevara se refiere a la capacidad que tenía Fidel Castro para acercarse a la gente y establecer inmediatamente relaciones fluidas, frente a su propia tendencia a aislarse, separarse, construyéndose un espacio aparte. Hay una tensión entre la vida social y algo propio y privado, una tensión entre la vida política y la vida personal. Y la lectura es la metáfora de esa diferencia.<br /><br />Esto ya es percibido en la época de la Sierra Maestra. En alguno de los testimonios sobre la experiencia de la guerra de liberación en Cuba, se dice del Che: “<span style="font-style: italic;">Lector infatigable, abría un libro cuando hacíamos un alto mientras que todos nosotros, muertos de cansancio, cerrábamos los ojos y tratábamos de dormir</span>”.<br /><br />Más allá de la tendencia a mitificarlo, hay allí una particularidad. La lectura persiste como un resto del pasado, en medio de la experiencia de acción pura, de desposesión y violencia, en la guerrilla, en el monte.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEqFxTsA2SPO0JwtmO8fA2-4Ba4uZn0k2s06nYxl4W6oD95cCZxhFYiElPWSWH0h2qNA7N7DIyAk0eiJeudKI77p0LdI1rXYXTuLQ1DH7PWIYw6ZqUVLtJxmFJdBARbhIWFkQsUbi1-SM/s1600-h/che.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 177px; height: 221px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiEqFxTsA2SPO0JwtmO8fA2-4Ba4uZn0k2s06nYxl4W6oD95cCZxhFYiElPWSWH0h2qNA7N7DIyAk0eiJeudKI77p0LdI1rXYXTuLQ1DH7PWIYw6ZqUVLtJxmFJdBARbhIWFkQsUbi1-SM/s320/che.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355941536232228818" border="0" /></a>Guevara lee en el interior de la experiencia, hace una pausa. Parece un resto diurno de su vida anterior. Incluso es interrumpido por la acción, como quien se despierta: la primera vez que entran en combate en Bolivia, Guevara está tendido en su hamaca y lee. Se trata del primer combate, una emboscada que ha organizado para comenzar las operaciones de un modo espectacular, porque ya el ejército anda rastreando el lugar y, mientras espera, tendido en la hamaca, lee.<br /><br />Esta oposición se hace todavía más visible si pensamos en la figura sedentaria del lector en contraste con la del guerrillero que marcha. La movilidad constante frente a la lectura como punto fijo en Guevara.<br /><br />“<span style="font-style: italic;">Característica fundamental de una guerrilla es la movilidad, lo que le permite estar, en pocos minutos, lejos del teatro específico de la acción y en pocas horas lejos de la región de la misma, si fuera necesario; que le permite cambiar constantemente de frente y evitar cualquier tipo de cerco</span>”, escribe Guevara en 1961 en La guerra de guerrillas. La pulsión territorial, la idea de un punto fijo, acecha siempre. Pero, a la inversa de la experiencia política clásica, el acumular y tener algo propio supone el riesgo inmediato. Régis Debray cuenta la caída del primer punto de anclaje en Bolivia, la microzona propia: “<span style="font-style: italic;">Tiempo antes se había hecho una pequeña biblioteca, escondida en una gruta, al lado de las reservas de víveres y del puesto emisor</span>”.<br /><br />La marcha supone además la liviandad, la ligereza, la rapidez. Hay que desprenderse de todo, estar liviano y marchar. Pero Guevara mantiene cierta pesadez. En Bolivia, ya sin fuerzas, llevaba libros encima. Cuando es detenido en Ñancahuazú, cuando es capturado después de la odisea que conocemos, una odisea que supone la necesidad de moverse incesantemente y de huir del cerco, lo único que conserva (porque ha perdido todo, no tiene ni zapatos) es un portafolio de cuero, que tiene atado al cinturón, en su costado derecho, donde guarda su diario de campaña y sus libros. Todos se desprenden de aquello que dificulta la marcha y la fuga, pero Guevara sigue todavía conservando los libros, que pesan y son lo contrario de la ligereza que exige la marcha.<br /><br />El ejemplo antagónico y simétrico es desde luego Gramsci, un lector increíble, el político separado de la vida social por la cárcel, que se convierte en el mayor lector de su época. Un lector único. En prisión Gramsci lee todo el tiempo, lee lo que puede, lo que logra filtrarse en las cárceles de Mussolini. Está siempre pidiendo libros y de esa lectura continua (“<span style="font-style: italic;">leo por lo menos un libro por día</span>”, dice), de ese hombre solo, inmóvil, aislado, en la celda, nos quedan los Cuadernos de la cárcel, que son comentarios extraordinarios de esas lecturas. Lee folletines, revistas fascistas, publicaciones católicas, lee los libros que encuentra en la biblioteca de la cárcel y los que deja pasar la censura, y de todos ellos extrae consecuencias notables. Desde ese lugar sedentario, inmóvil, encerrado, Gramsci construye la noción de hegemonía, de consenso, de bloque histórico, de cultura nacional-popular.<br /><br />Y obviamente la teoría de la toma del poder en Guevara (si es que eso existe) está enfrentada con la de Gramsci. Puro movimiento en la acción pero fijeza en las concepciones políticas, nada de matices. Sólo es fluida la marcha de la guerrilla. No hay nada que transmitir en Guevara, salvo su ejemplo, que es intransferible. De esta imposibilidad surge tal vez la tensión trágica que sostiene al mito.<br /><br />La teoría del foco y la teoría de la hegemonía: no debe de haber nada más antagónico. Como no debe de haber nada más antagónico que la imagen de Guevara leyendo en las pausas de la marcha continua de la guerrilla y la de Gramsci leyendo encerrado en su celda, en la cárcel fascista. En verdad, para Guevara, antes que la construcción de un sujeto revolucionario, de un sujeto colectivo en el sentido que esto tiene para Gramsci, se trata de construir una nueva subjetividad, un sujeto nuevo en sentido literal, y de ponerse él mismo como ejemplo de esa construcción.<br /><br />En la historia de Guevara hay distintos ritmos, metamorfosis, cambios bruscos, transformaciones, pero hay también persistencia, continuidad. Una serie de larga duración recorre su vida a pesar de las mutaciones: la serie de la lectura. La continuidad está ahí, todo lo demás es desprendimiento y metamorfosis. Pero ese nudo, el de un hombre que lee, persiste desde el principio hasta el final.<br /><br />Esa serie de larga duración se remonta a la infancia y está ligada al otro dato de identidad del Che Guevara: el asma. La madre es quien le enseña a leer porque no puede ir a la escuela y ese aprendizaje privado se relaciona con la enfermedad. A partir de entonces se convierte en un lector voraz. “<span style="font-style: italic;">Estaba loco por la lectura</span>”, dice su hermano Roberto. “<span style="font-style: italic;">Se encerraba en el baño para leer</span>.”<br /><br />La lectura como práctica iniciática fundamental, al decir de Michel De Certeau, funciona como modelo de toda iniciación. En este caso, el asma y la lectura están vinculados al origen. Hacen pensar en Proust, que justamente ha narrado muy bien lo que es esta relación, un cruce, una diferencia que define ciertas lecturas en la infancia, cierto modo de leer. Basta recordar la primera página del texto de Proust Sobre la lectura: “<span style="font-style: italic;">Quizá no hay días de nuestra infancia tan plenamente vividos como aquellos que creímos haber dejado sin vivir, aquellos que pasamos con nuestro libro predilecto</span>”. La vida leída y la vida vivida. La vida plena de la lectura.<br /><br />La lectura, entonces, lo acompaña desde la niñez igual que el asma. Signos de identidad, signos de diferencia. Signos en un sentido fuerte, porque ya se ha hecho notar que los senos frontales abultados que vienen del esfuerzo por respirar definen el rostro de Guevara como una marca que no puede disfrazarse. En sus fotos de revolucionario clandestino es fácil reconocerlo si uno le mira la frente.<br /><br />Y, a la vez, señalan cierta dependencia física, que se materializa en un objeto que hay que llevar siempre. “<span style="font-style: italic;">El inhalador es más importante para mí que el fusil</span>”, le escribe a su madre desde Cuba en la primera carta que le envía desde Sierra Maestra. El inhalador para respirar y los libros para leer. Dos ritmos cotidianos, la respiración cortada del asmático, la marcha cortada por la lectura, la escansión pausada del que lee. Eso es lo persistente: una identidad de la que no puede (y no quiere) desprenderse. La marcha y la respiración.<br /><br />La lectura vinculada a cierta soledad en medio de la red social es una diferencia que persiste. “D<span style="font-style: italic;">urante estas horas últimas en el Congo me sentí solo como nunca lo había estado, ni en Cuba, ni en ninguna otra parte de mi peregrinar por el mundo. Podría decir: nunca como hoy había sentido hasta qué punto, qué solitario era mi camino.</span>” La lectura es la metáfora de ese camino solitario. Es el contenido de la soledad y su efecto.<br /><br />Desde luego, como Guevara lee, también escribe. O, mejor, porque lee, escribe. Sus primeros escritos son notas de lectura de 1945. Ese año empieza un cuaderno manuscrito de 165 hojas donde ordena sus lecturas por orden alfabético. Se han encontrado siete cuadernos escritos a lo largo de diez años. Hay otra serie larga, entonces, que acompaña toda la vida de Guevara y es la escritura. Escribe sobre sí mismo y sobre lo que lee, es decir, escribe un diario. Un tipo de escritura muy definida, la escritura privada, el registro personal de la experiencia. Empieza con un diario de lecturas y sigue con el diario que fija la experiencia misma, que permite leer luego su propia vida como la de otro y reescribirla. Si se detiene para leer, también se detiene para escribir, al final de la jornada, a la noche, cansado.<br /><br />Entre 1945 y 1967 escribe un diario: el diario de los viajes que hace de joven cuando recorre América, el diario de la campaña de Sierra Maestra, el diario de la campaña del Congo y, por supuesto, el diario en Bolivia. Desde muy joven, encuentra un sistema de escritura que consiste en tomar notas para fijar la experiencia de inmediato y después escribir un relato a partir de las notas tomadas. La inmediatez de la experiencia y el momento de la elaboración. Guevara tiene clara la diferencia: “<span style="font-style: italic;">El personaje que escribió estas notas murió al pisar de nuevo tierra argentina, el que las ordena y las pule (yo), no soy yo</span>”, escribe en el inicio de <span style="font-weight: bold;">Mi primer gran viaje</span>.<br /><br />En ese sentido, el <span style="font-weight: bold;">Diario en Bolivia</span> es excepcional porque no hubo reescritura, como tampoco la hubo en las notas que tomó de su primer viaje por la Argentina, en 1950, y que su padre publicó en su libro Mi hijo el Che: “<span style="font-style: italic;">En mi casa de la calle Arenales hace poco tiempo descubrí por casualidad dentro de un cajón que contenía libros viejos, unas libretas escritas por Ernesto. El interés de estos escritos reside en que puede decirse que con ellos comenzó Ernesto a dejar asentados sus pensamientos y sus observaciones en un diario, costumbre que conservó siempre</span>”.<br /><br />Había en el joven Guevara el proyecto, la aspiración, de ser un escritor. En la carta que le escribe a Ernesto Sabato después del triunfo de la revolución, donde le recuerda que en 1948 leyó deslumbrado Uno y el Universo, le dice: “<span style="font-style: italic;">En aquel tiempo yo pensaba que ser un escritor era el máximo título al que se podía aspirar”</span>.<br /><br />Podríamos pensar que esa voluntad de ser escritor, para decirlo con Pasolini, esa actitud previa a la obra, ese modo de mirar el mundo para registrarlo por escrito, persiste, entreverada, con su <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj56qRTKKQlxcvUyVxRFUqLisOZBr3AFy6l7xhrZ1JNNluEiLAl5tyrXEARd5n8RnPJfPZ4ntvzHwaJX2dTMMWvexLwp7C1Ve4dxkjVheTibafdLEZRDRGmZydFS1MSpwhDrOTD7UO3iu8/s1600-h/DSC07705.JPG"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 238px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj56qRTKKQlxcvUyVxRFUqLisOZBr3AFy6l7xhrZ1JNNluEiLAl5tyrXEARd5n8RnPJfPZ4ntvzHwaJX2dTMMWvexLwp7C1Ve4dxkjVheTibafdLEZRDRGmZydFS1MSpwhDrOTD7UO3iu8/s320/DSC07705.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355941032824383490" border="0" /></a>experiencia de médico y con su progresiva –y distante– politización, hasta el encuentro con Fidel Castro en mayo de 1955.<br /><br />En una fecha tan tardía como febrero de 1955, hace en su diario un balance de su crítica situación económica y concluye diciendo que en general está estancado “<span style="font-style: italic;">y en producción literaria más, pues casi nunca escribo”</span>.<br /><br />De hecho, en un sentido, el político triunfa donde fracasa el escritor y Guevara tiene clara esa tensión. “<span style="font-style: italic;">Surgió una gota del poeta frustrado que hay en m</span>í”, le escribe a León Felipe luego del triunfo de la revolución. Por un lado, se define varias veces como un poeta fracasado pero, por otro, se piensa como alguien que construye su vida como un artista: “<span style="font-style: italic;">Una voluntad que he pulido con la delectación de artista sostendrá unas piernas fláccidas y unos pulmones cansados</span>”, escribe en la carta de despedida a sus padres. Hay un antecedente de esta actitud en la notable carta a su madre del 15 de julio de 1956, en la que le señala su decisión de unirse a la guerrilla. Ha estado preso con Castro y está decidido a irse en el Granma. “<span style="font-style: italic;">Un profundo error tu</span><span style="font-style: italic;">yo es creer que de la moderación o el ‘moderado egoísmo’ es de donde salen los inventos mayores u obras maestras de arte. Para toda obra grande se necesita pasión y para la revolución se necesita pasión y audacia</span>.” Y concluye: “<span style="font-style: italic;">Además es cierto que después de desfacer entuertos en Cuba me iré a otro lado cualquiera</span>”. La cita implícita del Quijote es anuncio de lo que viene; en todo caso, del sentido de lo que viene.<br /><br />Philipp De Rieff ha trabajado la figura del político que surge entre las ruinas del escritor. El escritor fracasado que renace como político intransigente, casi como no-político, o al menos como el político que está solo y hace política primero sobre sí mismo y sobre su vida y se constituye como ejemplo. Y aquí la relación, antes que con Gramsci, es por supuesto con Trotski, el héroe trágico, “<span style="font-style: italic;">el profeta desarmado</span>”, como lo llamó Isaac Deutscher. Hay también en Trotski una nostalgia por la literatura: “<span style="font-style: italic;">Desde mi juventud, más exactamente desde mi niñez, había soñado con ser escritor</span>”, dice Trotski al final de <span style="font-weight: bold;">Mi vida</span>, su excelente autobiografía. Y Hans Mayer, por su parte, en su libro sobre la tradición del outsider, también ha visto a Trotski como el escritor fracasado y, por lo tanto, el político <span style="font-style: italic;">irreal</span>, opuesto a Stalin, el político práctico.EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-72268613859328989042009-07-07T17:28:00.001-07:002009-07-07T17:32:57.178-07:00EL ABC DE LA DIALECTICA MATERIALISTA x León TrotskiEscépticos gangrenosos como Souvarine dicen que "ni se sabe" lo que es la dialéctica. Y hay "marxistas" que se inclinan respetuosamente ante Souvarine y pretenden aprender de él. Y esos "marxistas" no sólo hacen su nido en el "Modern Monthly". Hay una corriente souvarinista en la actual oposición del Partido Socialista Obrero (SWP). Es necesario prevenir a los jóvenes camaradas: ¡cuidado con esa infección maligna!<br />La dialéctica no es ficción ni misticismo, sino una ciencia del pensamiento, en tanto que intenta llegar a la comprensión de los problemas más complicados y profundos, superando las limitaciones de los asuntos de la vida diaria. La dialéctica y la lógica formal guardan la misma relación que las altas matemáticas y las matemáticas elementales.<br />Intento extractar lo sustancial del problema de forma muy esquemática. El aristotelismo lógico del silogismo simple empieza con la proposición de que A es igual a A l. Este postulado se acepta como axioma para multitud de prácticas humanas y generalizaciones elementales. Pero, en realidad, A no es igual a Al. Basta con ponerse gafas para darse cuenta. Pero, puede objetar <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChktqbeaVIFfZTI1ApQdUGIRmMNO6r0SpidPwswwgsBgUg3o-yYKnTOO5St60O7QMnrnRiZjtaS_Do3ObMnsQR8SWSu2OcoHlqLH__H7sCMjS9Yet-LL6ydjgohn1JWnQHexBitgHEzk/s1600-h/Trotsky_militant.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 320px; height: 213px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiChktqbeaVIFfZTI1ApQdUGIRmMNO6r0SpidPwswwgsBgUg3o-yYKnTOO5St60O7QMnrnRiZjtaS_Do3ObMnsQR8SWSu2OcoHlqLH__H7sCMjS9Yet-LL6ydjgohn1JWnQHexBitgHEzk/s320/Trotsky_militant.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355880237224786834" border="0" /></a>alguien, la cuestión no es el tamaño o la forma de las letras, puesto que sólo son símbolos de cualidades iguales, por ejemplo, uña libra de azúcar. La objecci6n da en el clavo: precisamente, porque una libra de azúcar nunca es igual a otra libra de azúcar: hay una escala sutil de variaciones entre ambas. Se nos puede objetar de nuevo: pero una libra de azúcar es igual a sí misma. Tampoco es cierto: todos los cuerpos cambian constantemente de peso, tamaño, color, etc., no permanecen nunca inmutables. Un sofista respondería que una libra de azúcar es igual a sí misma "en un momento dado". Dejando de lado la dudosa validez práctica de semejante "axioma", este argumento no es en realidad una crítica teórica. ¿Cómo concebimos el término "momento"? Si es un intervalo infinitesimal de tiempo, en ese pequeño espacio la libra de azúcar sufrirá algún cambio. ¿O es el "momento" una abstracción matemática, un tiempo 0? Pero todo existe en el tiempo; la misma existencia es un proceso de transformación ininterrumpido; el tiempo es, en consecuencia, el elemento fundamental de la existencia. Luego el axioma "A es igual a A" significa que una cosa es igual a sí misma si no cambia, es decir, si no existe.<br />A primera vista, podría parecer que estas sutilezas son inútiles. En realidad, son de importancia definitiva. El axioma "A es igual a A", parece ser, por un lado, la base de todo nuestro conocimiento, y por otro, la fuente de todos nuestros errores. Usar el axioma "A es igual a A" impunemente es posible sólo dentro de ciertos límites. Podemos admitir ciertos cambios cuantitativos y presumir que "A es igual a Al ". Este es el caso del comprador y el vendedor de una libra de azúcar. Hasta hace poco considerábamos de la misma manera el poder adquisitivo del dólar. Pero, una vez traspasados ciertos límites, los cambios cuantitativos pueden llegar a ser cualitativos. Una libra de azúcar sometida a la acción del agua o del keroseno deja de ser una libra de azúcar. Determinar en qué momento el cambio cuantitativo se convierte en cualitativo es una de las tareas más importantes y difíciles del conocimiento, incluida la sociología.<br />Todo trabajador sabe que es imposible hacer dos objetos totalmente iguales. En la elaboración de cojinetes cónicos, los conos sufren una cierta desviación que no debe, sin embargo, traspasar ciertos límites (a esto se le llama tolerancia). Pero, si cumplen las normas de la tolerancia, los conos son considerados iguales. Cuando se sobrepasa la tolerancia, la cantidad se convierte en cualidad: en otras palabras, los cojinetes serán inferiores o totalmente inservibles.<br />Nuestro pensamiento científico es sólo una parte de nuestra práctica, que incluye también técnicas. También existe "tolerancia" para los conceptos, tolerancia establecida no por la lógica formal basada en el axioma "A es igual a Al", sino por la lógica dialéctica basada en el axioma de que todo está cambiando siempre. El "sentido común" se caracteriza por exceder sistemáticamente la tolerancia dialéctica.<br />El pensamiento vulgar utiliza conceptos como capitalismo, moral, libertad, estado obrero, etc., como abstracciones fijas, presuponiendo que capitalismo es igual a capitalismo, moral a moral, etc. El pensamiento dialéctico analiza todas las cosas y todos los fenómenos en su cambio continuo, determinado en qué condiciones materiales se produce el cambio crítico, tras el cual A deja de ser Al, un estado obrero deja de ser un estado obrero. El fallo fundamental del pensamiento vulgar radica en que desea conformarse con imágenes no teóricas de una realidad que consiste en movimiento perpetuo. El pensamiento dialéctico da a los conceptos, por medio de aproximaciones lo más cercanas posible, correcciones, concretizaciones, riqueza de contenido y flexibilidad: me atrevería a decir que les da una suculencia que les aproxima mucho a los fenómenos vivos. No hablamos de capitalismo en general, sino de un determinado capitalismo en un determinado nivel de desarrollo. No hablamos de estado obrero, sino de un estado obrero dado, en un país atrasado y con un entorno imperialista, etc.<br />El pensamiento dialéctico es al vulgar lo que una película a una fotografía. La película no proscribe la fotografía, sino que las combina en series según las leyes del movimiento. La dialéctica no niega la validez del silogismo, pero nos enseña a combinar los silogismos de modo que nos lleven lo más cerca posible de la comprensión de una realidad eternamente cambiante.<br />Hegel estableció en su Lógica una serie de leyes: cambio de la cantidad en cualidad, desarrollo a través de las contradicciones, conflicto entre forma y contenido, interrupción de la continuidad, cambio de posibilidad en inevitabilidad, etc., que son tan importantes para el pensamiento teórico como el silogismo simple para tareas más elementales.<br />Hegel escribió antes que Darwin y antes que Marx. Gracias al gran impulso que la Revolución Francesa dio al pensamiento general de la ciencia. Pero como sólo era una anticipación, la obra de un genio, recibió de Hegel un carácter idealista. Hegel consideró sombras ideológicas como si fueran la realidad última, acabada. Marx demostró que el movimiento de esas sombras no era sino el reflejo del movimiento de cuerpos materiales.<br />Llamamos "materialista" a nuestra dialéctica porque está basada no en el cielo ni en nuestro "libre albedrío", sino en la realidad objetiva, en la naturaleza. La conciencia surge de la inconsciencia, la psicología de la fisiología, el mundo orgánico del inorgánico, el sistema solar de las nebulosas. En todos los eslabones de esta cadena, los cambios cuantitativos se convirtieron en saltos cualitativos. Nuestro pensamiento, incluido el pensamiento dialéctico, no es sino una forma de expresión de este mundo cambiante. En este sistema no hay lugar para Dios, ni el destino, ni el alma inmortal, ni para normas, leyes ni morales eternas. El pensamiento dialéctico que ha surgido de la naturaleza dialéctica del mundo, posee consecuentemente un carácter totalmente materialista.<br />El darwinismo, que explica la evolución de las especies mediante "saltos cualitativos", fue el mayor triunfo de la dialéctica en el campo de las ciencias naturales. Otro gran triunfo fue el descubrimiento de la tabla de pesos atómicos de los elementos químicos y de los procesos de transformaci6n de un elemento en otro.<br />Ligado muy de cerca con este problema de la transformaci6n está el problema de la clasificación, tan importante en las ciencias naturales como en las sociales. El sistema de Linneo (siglo XIX), basado en la inmutabilidad de las especies, se limitaba a la descripción y clasificación de las plantas de acuerdo con sus características externas. El período infantil de la botánica es análogo al período infantil de la lógica, porque las formas de nuestro pensamiento evolucionan como todas las cosas vivas. Sólo el rechazo definitivo de la idea de las especies fijas, sólo el estudio de la historia de la evolución de las plantas y de su anatomía nos proporciona las bases para una clasificación realmente científica.<br />Marx, que, al contrario de Darwin, era conscientemente dialéctico, descubrió las bases para la clasificación científica de las sociedades humanas en el desarrollo de sus fuerzas productivas, y de la estructura de sus relaciones de propiedad, que constituyen la anatomía de la sociedad. El marxismo sustituyó la clasificación vulgar de las sociedades y los estados, que todavía hoy prevalece en nuestras universidades, por una clasificación materialista dialéctica. Sólo mediante el método de Marx es posible determinar correctamente el concepto de estado obrero y el momento de su caída.<br />Todo esto, hasta donde nos es posible ver, no contiene nada de "escolástico" o de "metafísico", como afirman los ignorantes contumaces. La lógica dialéctica expresa la ley del movimiento en el pensamiento científico contemporáneo. Por el contrario, la lucha contra el materialismo dialéctico expresa un pasado distante, el conservadurismo de la pequeña burguesía, el engreimiento de los universitarios rutinarios... y un poquito de fe en la otra vida.<br /><div align="right"><a name="04"></a><b><i><span style="color: rgb(255, 0, 0);"></span></i></b></div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-5074243882017273102009-07-07T16:57:00.000-07:002011-04-03T09:41:53.711-07:00RIAZANOV, BIOGRAFO DE MARX, DISIDENTE ROJO x Nicolás González Varela<div align="justify"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWL9I4GavKDNrAgm9ejb6KbC77Mk1lGslRtgWgrSi7nQaaex4M81wWYACSTx6f7g1Yu5ljr0BKxANYRCDA1iJuVzfHQPNhTyGLLbIhvwA2cK1reW33l8EewoGtV7osIto5fls_GD9RV0o/s1600-h/riazanov.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 194px; FLOAT: right; HEIGHT: 190px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355874615503035378" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgWL9I4GavKDNrAgm9ejb6KbC77Mk1lGslRtgWgrSi7nQaaex4M81wWYACSTx6f7g1Yu5ljr0BKxANYRCDA1iJuVzfHQPNhTyGLLbIhvwA2cK1reW33l8EewoGtV7osIto5fls_GD9RV0o/s320/riazanov.jpg" /></a> <span style="font-size:85%;"><span class="pret_art">Análisis sobre la vida y obra del gran biógrafo y editor de Marx, David Riazanov. </span></span></div><br /><p class="text_art" align="justify">Marx, ese desconocido: Un gran biógrafo de Marx, Boris Nicolaïevski, reconocía en 1937 que, de cada mil socialistas, tal vez sólo uno haya leído una obra de Marx; y de cada mil antimarxistas, ni uno. Cuarenta años antes, en 1897 un gran teórico y militante, hablo del italiano Antonio Labriola, se preguntaba si los escritos de Marx habían sido leídos enteramente por algún lector ajeno al grupo íntimo de sus amigos, colaboradores y albaceas. Concluía proféticamente si “este ambiente literario”, esta situación hermenéutica adversa, no era uno de los culpables de la mala asimilación, de la aparente decadencia y crisis del pensamiento de Marx. Con pesimismo recapitulaba en sentencia inspirada: ¿no sería el acceso adecuado a sus escritos un privilegio de “iniciados”? Nikolaïevski y Labriola –no sólo ellos– estaban convencidos que a Marx le esperaría siempre un destino de malas lecturas, infinidad de equívocos, pésimas exégesis, máscaras extrañas e invenciones gratuitas. Pero creían que a la obra marxiana le aguardaba un sino peor: encarnarse como ortodoxias en partidos o futuros estados que proclamarían retóricamente ser, sin más, su “obra viva”. Labriola señalaba otro obstáculo, aún más profundo y riesgoso: la misma rareza de los escritos de Marx y su imposibilidad de contar con ediciones confiables. El lector intrépido debía pasar, según Labriola, por condiciones más extremas que la de cualquier filólogo o historiador para estudiar documentos de la Antigüedad. Por experiencia propia, se preguntaba: “¿Hay mucha gente en el mundo que tenga la paciencia suficiente para andar durante años… a la busca de un ejemplar de la Misère de la Philosophie… o de aquel libro singular que es la Heilige Familie; gente que esté dispuesta a soportar, por disponer de un ejemplar de la Neue reinische Zeitung, más fatigas que las que tiene que pasar en condiciones ordinarias de hoy día cualquier filólogo o historiador para leer y estudiar todos los documentos del antiguo Egipto?” (Discorrendo di socialismo e di filosofia, carta II). Pero señalaba un peligro mayúsculo, de más largo aliento y densidad: el daemon de la vulgarización: “¿cómo podemos asombrarnos que muchos y muchos escritores, sobre todo publicistas, hayan tenido la tentación de tomar críticas de adversarios, o de citas incidentales, o de arriesgadas inferencias basadas en pasos sueltos, o de recuerdos vagos, los elementos necesarios para construirse un Marxismo de su invención y a su manera?” Aquí sólo constataba una dificultad fáctica que nació con el marxismo mismo y que lo llevó como un estigma hasta nuestros días: las enormes dificultades por establecer y editar, con criterios científicos actualizados, sus obras completas. Labriola reclamaba al SPD, en posesión de los manuscritos (Nachlass), que “sería un deber del partido alemán el dar una edición completa y crítica de todos los escritos de Marx y Engels; quiero decir, una edición acompañada en cada caso de prólogos descriptivos y declarativos, índices de referencia, notas y remisiones… Habrá que añadir a los escritos ya aparecidos en forma de libros o de opúsculos, los artículos de periódicos, los manifiestos, las circulares, los programas y todas las cartas que, por ser de interés público y general, tengan una importancia política o científica”. Terminante concluía: “No hay elección que hacer: hay que poner al alcance de los lectores toda la obra científica y política, toda la producción literaria de los dos fundadores… incluso la ocasional. Y no se trata tampoco de reunir un Corpus iuris, ni de redactar un Testamentum juxta canonem receptum, sino de recoger los escritos con cuidado y para que ellos mismos hablen directamente a quien tenga ganas de leerlos”. Simplemente que Marx pueda hablar directamente… Además reconocía que la propia vida le había impedido escribir sus obras según los cánones del arte de faire le livre, por lo que su literatura eran fragmentos de una ciencia y de una política en devenir constante. El marxismo, si existe algo que pueda llamarse así, era eminentemente un sistema abierto. Labriola ya había marcado con suficiente claridad no sólo los criterios de una política editorial, sino los problemas materiales objetivos que conllevaban los Nachlass de Marx (y Engels). La posta de su desafío editorial la tomaría no el partido-guía de Occidente, sino un joven estado en plena guerra civil: la Rusia de los Soviets. Un editor opositor de Lenin, enemigo de Stalin: La Primera Guerra Mundial de 1914-1918 –sumada a la revolución triunfante en Rusia en octubre de 1917– provocó un paréntesis forzoso y prolongado en la inicial difusión, aunque lenta, tímida y manipulada, del Marx secreto. Pero ya en el trabajo editorial realizado por el SPD se comenzó a ver, de forma a veces grosera, la manipulación y tergiversación que podían sufrir los manuscritos marxianos cuando sus contenidos se cruzaran con los estrechos intereses de la “razón de partido”. Y cómo en la alquimia final perdía, no sólo el mismo pensamiento de Marx, sino sus potenciales lectores y militantes. Lo cierto es que hacia 1910 en el ámbito cultural del austromarxismo se había empezado a discutir el proyecto de unas obras completas de M&E (los socialdemócratas austriacos ya habían empezado a publicar una revista de marxología de enorme importancia, la Marx-Studien, aparecida entre 1904 y 1923 en Viena). Max Adler, Otto Bauer, Adolf Braun, Rudolf Hilferding y Karl Renner, las luminarias marxistas del austromarxismo, se reúnen en Viena durante la famosa Konferenz de enero de 1911 con Riazanov, un socialdemócrata ruso, entonces colaborando con el archivo de Berlín del SPD. La carta-intención del plan aparece firmada en Viena, el 1º de enero de 1911 por Adler, Bauer, Braun, Hilferding, Renner, todos austromarxistas y N. Rjasanoff. Allí se establecen por primera vez las primitivas líneas editoriales de una edición científica de Marx y también los primeros problemas: ¿quién financiará semejante empresa editorial? El SPD no estaba interesado en absoluto. En el horizonte aparecía la necesidad técnico-financiera de ediciones populares, al estilo de la futura Werke. Los preparativos fueron interrumpidos por el estallido de la Gran Guerra. Pero se comenzaba a percibir cierta sensibilidad nacida de la necesidad de tener una edición completa y confiable de los escritos de Marx. Luego del triunfo y consolidación de la revolución bolchevique, la suerte de los escritos de Marx parecería que sería tocada, por primera vez, por la diosa Fortuna. Todo el potencial de un estado se identifica con su obra y pone a disposición de su difusión todos los recursos a su alcance. ¿Habría de poner el nuevo estado un punto final al derrotero caprichoso de los manuscritos de Marx y publicar su obra póstuma en una edición completa, científica, objetiva, crítica y con precios populares? El hombre que podía asumir con seriedad profesional, honestidad intelectual y eficacia esta tarea dentro del partido socialdemócrata ruso, ya que sus trabajos anteriores y su pasado intelectual lo calificaban de manera indudable para ser el cerebro editorial de semejante empresa, era sin duda un ucraniano-judío, David B. Goldendach, nome de guerre: Riazanov, Ryazanoff o Bukoved. Rusia, 1921: la pre-historia de un marxismo abierto: Con Lenin en vida y la guerra civil finalizada, y con el dominio del sistema de partido único desde 1918, durante el IX Congreso del VKP (b), del Partido Comunista Pansoviético (bolchevique), un hombre de la vieja guardia declara: “El Parlamento inglés lo puede todo, excepto cambiar a un hombre en mujer. Nuestro Comité Central es mucho más poderoso: ya ha cambiado a más de un hombre revolucionario en buena mujer, y el número de buenas mujeres se multiplica de un modo increíble”. En 1922 el mismo hombre se opone públicamente a la pena de muerte en el caso de la ejecución sumaria de militantes socialrevolucionarios o de militantes socialistas. ¿Quién era este loco audaz? Odessa, esa gran ciudad autónoma y cosmopolita en Ucrania, en la que en palabras de Pushkin "se puede oler Europa, se puede hablar francés y encontrar prensa europea", vio nacer a David Zimkhe Zelman Berov Goldendach en el seno de una familia judía acomodada un 10 de marzo de 1870. La ciudad era hogar de una numerosa comunidad judía (en el censo de 1897 comprendía el 37% de la población). Ciudad de tristes pogroms zaristas (1821, 1859, 1871, 1881, 1905). Ciudad de soporte económico-cultural del Sionismo. David dit Riazanov fue una de las figuras más capacitadas, comprometidas y relevantes de los primeros tensos años de la historia soviética. Excéntrico, con una excepcional memoria, una personalidad volátil y romántica e imbuido de una capacidad de trabajo ilimitada. Un viejo amigo, Steklov, lo recuerda “leyendo siempre y en todo lugar: cuando caminaba, en compañía de otros, cenando”. Trotsky lo definía como “orgánicamente incapaz de cobardía, o de Perogrullo”, añadiendo que “toda ostentación vistosa de lealtad le repugnaba”. Opositor frecuente de las posiciones de Lenin (él se consideraba un bolchevique no-leninista) o del poderoso Stalin (a quien en plena campaña contra Trotsky interrumpió en un congreso con un “¡Déjalo, Koba! No te pongas en ridículo. Todo el mundo sabe muy bien que la teoría no es tu fuerte”). Lunacharsky llama a Riazanov “indiscutiblemente el hombre más culto en nuestro partido”, pero tan independiente y autónomo que John Silas Reed lo describe como un hombre-fracción, “as a bitterly objecting minority of one”. David fue revolucionario desde su misma adolescencia, viviendo gran parte de su juventud en prisión, deportado o en el exilio. A los 14 años era “correo secreto” de los populistas; a los 16 fue excluido del Liceo por insuficiencia en griego antiguo. Es arrestado por primera vez en 1887. En las duras condiciones de las prisiones zaristas organiza la vida de los prisioneros políticos alrededor de tres cosas: gimnasia (mañana y tarde), prohibición de fumar y turnos fijos de estudio (durante los cuales estaba prohibido hacer ruido). En prisión prepara lecturas de Marx y traduce los escritos del economista David Ricardo. En 1890, ya en el exilio europeo, con veinte años, participa como representante ruso en el Congreso de Bruselas de la Segunda Internacional y establece relaciones personales y políticas con las luminarias del socialismo europeo: August Bebel, Karl Kautsky, Eduard Bernstein, Rudolf Hilferding, Charles Rapoport, incluso con la hija de Marx, Laura y su marido, Paul Lafargue. La necesidad le obliga a hablar varias lenguas (alemán, francés, inglés; respetablemente se hace entender en polaco e italiano). En el famoso congreso del POSDR de 1903 en Bélgica, que produce la escisión entre bolcheviques y mencheviques, Riazanov critica el nuevo sectarismo de Lenin, el fetiche antidemocrático del “centralismo democrático” y las tendencias antidemocráticas organizativas. Fuera de las dos tendencias, organiza un grupo propio y autónomo de las finanzas de la Segunda Internacional y lucha por construir un partido socialista copiado del modelo alemán. Retorna a Rusia en 1905, entrando a militar en las organizaciones de los trabajadores metalúrgicos de San Petersburgo. En 1907 es arrestado, en el flujo de la revolución de 1905, y retoma, una vez más, el camino del exilio europeo. Los siguientes diez años vivirá en Occidente y se dedicará, en el intersticio de su vida militante, a investigar y escribir sobre la historia del anarquismo, el socialismo y el movimiento obrero europeo. Escribe en el diario teórico del SPD dirigido por Kautsky, “Die Neue Zeit”; escribe en el diario teórico de la socialdemocracia austriaca dirigido por Bauer, Renner y Braun, “Der Kampf” (donde traducían a nuestro trágico Julián Besteiro). Una importante conexión de afecto y militancia que hizo en estos tiempos duros fue la del padre del austromarxismo Carl Grünberg, fundador del injustamente olvidado Archiv für die Geschichte des Sozialismus und der Arbeiterbewegung, conocido simplemente como el “Grünberg Archiv”. Grünberg (1861-1940) austro-rumano, era el primer marxista en acceder a una cátedra en una universidad del Imperio Alemán. El Archiv se editó entre 1910 y 1930, saliendo quince números, finalizó paradójicamente con la aparición de la Zeitschrift für Sozialforschung de Horkheimer, cuya orientación cambió por completo para aggiornarse al nacionalsocialismo. En la revista editada por el Institut für Sozialforschung (la luego famosa “Escuela de Frankfurt” fundada en 1923 por el mismo Grünberg) escribieron notables teóricos de la naciente sociología, como Robert Michels o Franz Oppenheimer, economistas como Henryk Grossmann, filósofos marxistas como Rodolfo Mondolfo, eminentes juristas como Hans Kelsen, hasta Kautsky, Mehring y el mismo Riazanov (como Rjasanoff: por ejemplo en 1916 presentando una carta inédita de Jacoby a Marx). Korsch, Lukács, Max y Friedrich Adler, biógrafos e historiadores como Max Nettlau, Gustav Mayer y Boris Nicolaiievski contribuyeron en sus páginas, indicando numerosos puntos de contacto con el origen del “Marxismo Occidental” o no-leninista y el trabajo de difusión de los escritos de Marx. Riazanov adquiere la merecida reputación de ser una de las más autorizadas voces sobre Marx, Engels y la historia del marxismo. Sus principales trabajos de esta época son sobre Marx y la Rusia zarista, Marx y el trabajo periodístico, Engels y la cuestión polaca, la mayoría publicados en alemán y luego en ruso en el diario teórico de Lenin “Prosveshchenie” o en el diario del ala izquierda “Sovremennii Mir”. En 1909 consigue una comisión como Benützer (usuario) de la Anton Menger Stiftung, que poseía una biblioteca invaluable de los clásicos anarquistas y socialistas (alrededor de 16000 volúmenes), para editar documentos de la Iº Internacional. Este trabajo le permite ingresar en importantes bibliotecas y archivos de toda Europa. Además su amistad con Bebel y Kautsky le permite libre acceso a la vasta biblioteca del SPD y al depósito de los Nachlass (manuscritos) de Marx y Engels. Su amistad con la hija de Marx, Laura Lafargue, le da la posibilidad de investigar los archivos familiares. Por ejemplo, en 1911 mientras ordenaba este archivo encontró varios borradores de cartas in-octavo inéditas: eran las respuestas polémicas de Marx a Vera Zasulich (las pudo publicar recién en 1923). Llegado a este punto un contemporáneo podía decir que Riazanov “conocía hasta los puntos y comas de los escritos de Marx y Engels”. Y no se equivocaba. El SPD lo urge a continuar el irregular trabajo de <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjvTi07L7sKJZ2fLBCrbtPj7k5gVYAsHlIxs2eMYDXdPhEDzKmG9_NS8d3U08oFANavnVLzC85XGJMr-3tGQsqaJz4pX-5OCnU82D49f0q9k7iKmChoGu5JHa0C0IXypASi6HbSd5vGio/s1600-h/blog+nacional+JR.png"><img style="MARGIN: 0pt 0pt 10px 10px; WIDTH: 121px; FLOAT: right; HEIGHT: 121px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355874732690198882" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjvTi07L7sKJZ2fLBCrbtPj7k5gVYAsHlIxs2eMYDXdPhEDzKmG9_NS8d3U08oFANavnVLzC85XGJMr-3tGQsqaJz4pX-5OCnU82D49f0q9k7iKmChoGu5JHa0C0IXypASi6HbSd5vGio/s320/blog+nacional+JR.png" /></a>divulgación de Mehring de trabajos olvidados o inéditos. Hacia el filo de 1917 Riazanov pudo publicar dos volúmenes escritos de la década de 1850 de Marx y Engels, incluyendo alrededor de 250 artículos desconocidos para el gran público de diarios como “The New York Tribune”, “The People’s Paper” y “Neue Oder Zeitung”. Por supuesto no dejó la militancia: tuvo destacada participación en las escuelas pertenecientes a las divisiones internas del POSDR: en 1909 con Aleksandr Bogdanov, el líder bolchevique no-leninista, y su escuela de cuadros en Capri (financiada por Maxim Gorky); en 1911 en la escuela de Longjumeau (París), dirigida por Lenin. Por ese tiempo fue aliado de Trotsky, enfrentándose al tándem Plekhanov-Lenin y colaborando en el diario menchevique “Golos”. Estallada la guerra en 1914, participó en la Conferencia de Zimmerwald, organizada por socialistas críticos del socialchauvinismo y el imperialismo. La revolución de febrero de 1917 lo encuentra exiliado en Suiza. Retorna a Rusia en mayo, atravesando Alemania y Polonia igual que lo había hecho Lenin un mes antes, junto con 280 camaradas de todo color y pelaje (desde los líderes del menchevismo Martov y Axelrod, a socialrevolucionarios y anarquistas). Militará en el “Mezhraiontsy”, un grupo interdistrital de Petersburgo fundado en 1913, de bolcheviques no-leninistas, mencheviques de izquierda e internacionalistas (entre otros: Trotsky, Lunacharsky, Sukhanov, Joffe, Uritsky, etc.). El objetivo de la plataforma era unificar las dos fracciones del POSDR. En julio-agosto se funden con los bolcheviques leninistas después del intento de golpe de estado. Riazanov se transforma en uno de los más prominentes oradores y activistas sindicales antes de octubre del ’17. Es elegido para la presidencia del IIº Congreso de todos los Soviets y miembro ejecutivo del Consejo Central Sindical de Rusia. En octubre se opone al “putsch” y la insurrección armada propuesta por Lenin. Después de la toma del poder, trabaja como miembro ejecutivo del Comisariado de Educación (Narkompros) bajo la dirección de Lunacharsky. Se opone a las posiciones del partido en muchas cuestiones cruciales: sostiene la existencia de un sistema soviético pluripartidista, y no deja de llamar a mencheviques y socialrevolucionarios “camaradas”. Se opone a la dictadura del Comité central, a las cooptaciones a dedo, al uso de la fuerza y a la represión contra partidos obreros, a la dispersión de la recientemente electa Asamblea Constituyente (dominada por mencheviques y S-R’s), a la represión contra los socialrevolucionarios, al Tratado de Brest-Litovsk. En el debate sobre la cuestión sindical se enfrenta a Trotsky y a Lenin, defendiendo la independencia y la autonomía de los sindicatos. Lucha denodadamente por la libre expresión dentro del partido, la legalidad fraccional, la genuina democracia. Una quijotesca cruzada contra la burocracia. Su prestigio, intelectual y militante, hace que nadie tenga autoridad para callarlo o intentar expulsarlo (ni siquiera Lenin). Pero poco a poco fue neutralizada su influencia, primero en el ámbito sindical. Riazanov no se amedrenta: ya muerto Lenin y durante el Congreso del partido en 1924 declara: “sin derecho y responsabilidad a expresar nuestras opiniones esto no puede llamarse Partido Comunista”. En un discurso en la Kommunistischeskoi Akademii (la Academia de los profesores rojos creada en 1918) declara el mismo año: “No soy bolchevique, no soy menchevique; y no soy leninista. Sólo soy un marxista, y como marxista soy comunista”. Sabía que estaba condenado. Riazanov es nombrado director de los servicios de archivo de la joven república en guerra civil e intervención internacional encubierta. Estará trabajando con destreza y enorme energía entre 1918 y 1920. Rescatando bibliotecas, documentos y materiales de los archivos de los diferentes estados y administraciones se gana el respeto y la lealtad de muchísimos especialistas y académicos no-bolcheviques, en especial en la Universidad de Moscú. A fines de 1920 el Comité Central promueve la idea de fundar un “Museo del Marxismo”, idea que Riazanov transforma en otra cosa: un Instituto, un laboratorio en el cual historiadores y militantes puedan estudiar, en las más favorables condiciones, el nacimiento, desarrollo y maduración de la teoría y la práctica del socialismo científico y que, al mismo tiempo, se transformara en un centro de difusión (“propaganda científica”, en palabras de Riazanov) del propio marxismo. El C.C. aprueba en enero de 1921 la fundación del Instituto Marx-Engels (IME), que funcionará desde diciembre de 1921 en el palacio expropiado un año antes a los príncipes Dolgorukov, situado en el barrio Znamenka, antiguamente el sector Malo-Znamenky, durante la Unión Soviética calle Marx-Engels (hoy de nuevo Znamenka). Riazanov creía que el marxismo (si es que existe algo así) no podía ser entendido aislado del contexto histórico. El instituto pretenderá estudiar a los clásicos relacionándolos con la amplia historia del anarquismo, socialismo y del movimiento obrero europeo. El IME incluirá una biblioteca, un archivo, y un museo, dividido en cinco departamentos (Kabinetts): Marx y Engels, historia del socialismo y el anarquismo, economía política, filosofía e historia de Inglaterra, Francia y Alemania. A lo largo de los años se le sumaron otros: Iº y IIª Internacionales, historia de la ciencia, historia de la sociología, historia del derecho, la política y el estado, relaciones internacionales, historia del marxismo en el movimiento obrero, etc. Seis meses después el IME, bajo jurisdicción de la Academia Socialista, es transferido a la jurisdicción del Comité Ejecutivo del Congreso de los Soviets (del cual Riazanov era miembro). ¿El objetivo? Sacar al instituto de todo control directo del Partido Comunista. Riazanov no sucumbe al espíritu autoritario del Partiinost (mentalidad de partido). El IME empieza a ser observado como un formador de disidentes (de un staff de 109 miembros, sólo 39 tenían el carné del partido). El corazón del instituto era su biblioteca. Incluía no sólo trabajos escolares sobre la historia del anarquismo, socialismo, comunismo y el movimiento obrero, sino libros raros, incunables, diarios, pasquines, manuscritos, primeras ediciones de clásicos (desde Moro, Harrington hasta el “Manifiesto Comunista”). Riazanov construyó esta colección de diversas formas. Al comienzo, el Instituto se proveyó exclusivamente de las bibliotecas nacionalizadas en la propia Rusia después de 1917, como por ejemplo la de Taniéev, que contenía una excelente colección de autores socialistas y una rara colección de impresos de la Revolución Francesa. Por supuesto, estas fuentes restringidas fueron insuficientes debido a la propia política de censura del zarismo que impidió el ingreso de autores prohibidos, incluyendo no sólo a socialistas o anarquistas sino incluso a autores liberales, como el orientalista Renán, o historiadores sociales de la Revolución Francesa, como Michelet. Riazanov buscó otras opciones. Una era la posibilidad legal de apropiarse, en otras bibliotecas de la URSS, de libros que el IME considerara necesarios o únicos. Otra, que el IME fuera designado el depósito oficial de toda nueva edición de un libro (una ley igual a la del British Museum). La tercera es que se le otorgó un importante presupuesto para viajar o designar “scouts” que compraran materiales para el instituto por todo el mundo. Riazanov creó una red internacional de corresponsales autorizados para buscar y adquirir libros raros y manuscritos en todas las capitales europeas. Un de ellos, del cual ya escribimos, fue Boris Souvarine en París; otro importante fue Boris Nicolaïevski en Berlín. Además intentó desarrollar contactos permanentes con Japón (instituto Ohara), España (a través del traductor Wenceslao Roces) e Inglaterra. Apuntando a su pasado por la Menger Bibliothek, Riazanov adquirió en Viena dos colecciones muy especiales sobre socialismo, anarquismo y movimiento obrero. Fueron las bibliotecas de Theodore Mautner y Wilhelm Pappenheim (20.000 ejemplares más un sustancial archivo de documentos, manuscritos y papeles personales de Lasalle). También la de Carl Grünberg, donada con generosidad, más de 10.000 ejemplares de raros libros, brochures, pamphlets y diarios del movimiento obrero. En 1921 compra la biblioteca del filósofo neokantiano Wilhelm Windelband. En 1925 adquiere la biblioteca más completa dedicada al filósofo anarquista Max Stirner, propiedad del poeta, novelista e historiador escocés John Henry Mackay, son trescientos manuscritos y 1200 libros únicos. Según un balance fechado el 1º de enero de 1925, la librería del Instituto poseía 15.628 volúmenes escogidos, además de numerosos manuscritos de Marx&Engels y miríadas de otros documentos importantísimos de la historia y los integrantes de la Iº Internacional, el Saint-Simonismo, el Fourierismo, todo Babeuf, Blanqui y el movimiento obrero revolucionario y reformista europeo (incluido un periódico obrero editado por Lasalle en su juventud). Entre las joyas halladas por los equipos de Riazanov se encontraban los periódicos originales en los cuales habían colaborado Marx y Engels, incluyendo el Vorwärts publicado por Marx en París en 1844, y el Rheinische Zeitung de 1842-43. Ya en 1930 la biblioteca incluía 450.000 volúmenes, la mayoría raros o incunables. El trabajo de Riazanov, y el soporte financiero en una época de guerra civil, cerco internacional, represión, revueltas (Kronstadt, Mackhno, Tambov) es increíble y nos habla no sólo de su habilidad sino del extraordinario apoyo en las altas esferas del gobierno bolchevique. En esos años, además de Lenin, Riazanov contaba con el apoyo incondicional de Kamenev, Bukharin y Kalinin. En seguida lanzó su plan de obras completas de M&E (incluso de autores premarxistas) y reclutó entre 1923 y 1925 especialistas en lenguas extranjeras (francés, inglés, alemán) sin considerar sus viejas alineaciones pre-1917. Desde 1924 se lanza con un extraordinario ímpetu a la búsqueda y salvataje de todos los materiales documentales para apoyar el lanzamiento del primer MEGA (“Marx-Engels Gesammtausgabe”). Su sueño era una edición científica en ruso y alemán. En 1925 Riazanov firmó un convenio entre la dirección del SPD y el Institut für…, constituyendo una sociedad editora que publicaría, en forma coordinada con el IME de Moscú, un volumen de estudios marxistas de aparición regular, el Archiv Marx-Engels, equivalente en alemán de su versión en ruso. Durante cuatro o cinco años y por todos los países de Europa, los equipos del IME adquieren numerosas bibliotecas privadas que incluían libros, revistas, diarios y colecciones rarísimas de panfletos, folletos, proclamas y programas, que en algunos casos se remontaban a los orígenes del movimiento obrero moderno y del socialismo y el anarquismo. Pero, en especial, se trató de adquirir todas las primeras ediciones existentes de las obras de Engels y Marx. Así, junto con los archivos heredados del viejo POSDR y los narodniki, se constituyó en el Instituto, único en el mundo en su género, un capital de información cualitativo de información sobre Marx y Engels y su época ideal para iniciar la monumental edición completa diseñada por Riazanov. La obra estaba planificada en cuarenta y dos volúmenes in-octavo (22,5 cm.), distribuidos en cuatro secciones: I) Obras filosóficas, económicas, históricas y políticas, a excepción de “Das Kapital” (17 volúmenes); II) “Das Kapital”, seguido de un plan completamente nuevo con todos los borradores y manuscritos inéditos (13 volúmenes); III) Toda la correspondencia de Marx y de Engels reproducida in extenso y literalmente (10 volúmenes); IV) Índice general (2 volúmenes). El albacea que detentaba los derechos testaméntales y de autor sobre la herencia literaria de Engels y Marx (incluida la biblioteca personal de ambos) continuaba siendo, en 1921, el SPD, por lo que fue, naturalmente, el principal proveedor del Instituto. Abrió sus celosos archivos a los equipos de Riazanov, autorizándolos a realizar fotocopias sin ninguna restricción, permitiendo en los hechos una transferencia virtual, hacia Moscú, del conjunto de preciosos manuscritos. Las mismas facilidades le fueron acordadas por otras instituciones, fundaciones, archivos personales y bibliotecas públicas: fotocopiaron en el British Museum, en la New York Library, en la biblioteca del antiguo Estado de Prusia, en los archivos históricos de Colonia, etc. todas las cartas, artículos y manuscritos de y sobre Engels y Marx, junto con documentos sobre la historia del movimiento obrero y popular europeo. Incluso reacios mortales al bolchevismo, como el líder del revisionismo, Eduard Bernstein, en cuyas manos Engels había depositado importantes manuscritos (tenía en su poder, entre otros, los manuscritos de la Deutsche Ideologie de 1845-1846) renunció a un proyecto personal de edición donando el material inédito . En un “pamphlet” publicado en 1929, el Katalog Izdanij, Riazanov informaba de cómo el viejo proyecto de un “Museo del Marxismo” se había transformado en un verdadero laboratorio para investigadores, académicos, activistas, cuadros y militantes en general. Remarcaba también la decisiva importancia de la institución como amplificadora y divulgadora del pensamiento auténtico de Engels y Marx en Rusia y Alemania. Paralelamente, se inició una política amplia de publicaciones accesorias que acompañaran el proyecto de los MEGA: se planearon dos publicaciones básicas: una anual, el Archiv K. Marksa I F. Engel’sa y la revista semestral Letopisi Marksizma (Anales del Marxismo) aparecieron trece números entre 1926 y 1930. En cuanto a Letopisi Marksizma, muchos de sus artículos se publicaron en la versión alemana de Pod Znamenem Marksizma, Unter dem Banner des Marxismus, que se empezó a editar en alemán en 1925. Aunque ambas se iniciaron en ruso, inmediatamente se intentó traducirlas al alemán, en un enorme esfuerzo político-ideológico como Archiv Marx-Engels. El Archiv tuvo dos ciclos, marcados por la derrota de la revolución alemana y la purga de Riazanov. La primera etapa duró de 1924 hasta 1930, editándose cinco números en ruso, apareciendo como editor D. B. Rjazanov; el segundo ciclo se inició recién en 1933 con el Nº 7, editor: V. Adoratskij; se mantuvo la continuidad de la numeración en los tres primeros números (6, 7 y 8), para finalmente ser renumerados como nueva serie. El último número, Nº 18, se editó en 1982. Mientras Riazanov intentaba mantener un ritmo anual, el stalinismo llegó a demorar diez años entre volumen y volumen. La organización “interna” del Instituto fue proporcionada en un detallado folleto de cuarenta y cuatro páginas, escrito por A. Udalcov, actualmente un incunable, publicado en Moscú en 1926: Bjulletin’ Instituta K. Marksa I F. Engel’sa. Indudablemente la empresa editorial apuntaba políticamente a un combate ideológico contra el revisionismo, la vulgarización y banalización de Marx. El esfuerzo no concluía aquí: se había diseñado una “Biblioteca del Materialismo”, con ediciones críticas de Holbach, Hobbes, Diderot, La Mettrie, etc.; las obras completas de figuras claves del movimiento socialista mundial, como G. V. Plekhanov (el padre del marxismo ruso y líder del ¡menchevismo!), Karl Kautsky (¡el renegado en 21 volúmenes in-octavo!), Antonio Labriola, Karl Liebknecht, Rosa Luxemburg o Paul Lafargue. Además una “Biblioteca Marxista”, incluyendo ediciones anotadas de los clásicos del marxismo, entre ellas la versión al cuidado de Riazanov del Manifiesto Comunista, una “Biblioteca de Clásicos de la Economía Política” con Adam Smith, Ricardo, Quesnay. Por supuesto, ediciones anotadas de Hegel y Feuerbach. Otra meta de Riazanov era publicar una amplia e insuperable biografía intelectual sobre Marx. Nunca pudo completar este trabajo, como le pasó a Engels. Sus dos mayores trabajos de los años ’20 se aproximan a este deseo: un informe popular sobre la vida y pensamiento de Marx&Engels (1923), basado en lecturas en la Academia Socialista (la versión en español es de la editorial Claridad de Buenos Aires, sin fecha, la cueva del “Grupo Boedo”) y una colección de ensayos, Ocherki po istorii Marksizma (1923), en dos tomos, una re-impresión de sus escritos pre-revolucionarios (en español hay que rastrearlos en su dispersión). Riazanov no era un pensador original, ni un creador vanguardista: en esas obras expone a Marx en sus textos, los documentos hablan por sí solos. Su relación con los Nachlass de Marx y Engels puede ser llamada de “piedad positivista”: el documento es el elemento esencial en la investigación histórica. En 1927 recibe el Premio Lenin. En 1928 es uno de los pocos marxistas miembros de la Academia de la Ciencia. En 1930 Riazanov llega al cenit de su carrera. Es reconocido internacionalmente y su posición en la URSS, ya de Stalin, es aparentemente segura. En diez años ha elevado al instituto en el centro mundial de estudios sobre Marx o de la historia social europea. Es una Mecca para investigadores de todo el mundo: allí llega en 1929 un joven y brillante filósofo yanqui Sydney Hook a trabajar en su biblioteca. Lo visitan personalidades como Kautsky, Clara Zetkin, Bela Kun, Emile Vandervelde, Albert Thomas, Charles Rappoport, Henri Barbusse, Maxim Gorky. Colaboradores internacionales incluyendo a Georg Lúkacs (quién leyó por primera vez los “Manuscritos de 1844” decisivos para su evolución), Friedrich Pollock (de la “Escuela de Frankfurt”), etc. Riazanov se ha hecho construir una pequeña residencia anexa al palacio, donde maneja el instituto como un Grand Seigneur. Se lo puede ver en el jardín removiendo la nieve, ayudando al personal de limpieza o reforzando su prohibición estricta de fumar. Victor Serge, el anarco-comunista que vivió en la URSS, nos ha dejado un vívido portarretrato de Riazanov en sus Memoires d’un révolutionnaire: “Riazanov, uno de los fundadores del movimiento obrero ruso (que dirigía el Instituto Marx-Engels) alcanzaba hacia los sesenta años la cúspide de un destino que podría parecer un éxito excepcional en tiempos tan crueles. Había consagrado una gran parte de su vida al estudio más escrupuloso de la biografía y de los textos de Marx; y la revolución lo colmaba; en el partido bolchevique, su independencia de espíritu era respetada. Era el único que había elevado incesantemente su voz contra la pena de muerte, incluso durante el terror, reclamando sin cesar la estricta limitación de los derechos de la CHEKA y luego la GPU. Los heréticos de todas clases, socialistas, mencheviques, u opositores de derecha e izquierda, encontraban paz y trabajo en su instituto, con tal que tuvieran amor al conocimiento. Seguía siendo el hombre que había dicho en plena conferencia: ‘No soy de esos viejos bolcheviques a los que durante veinte años Lenin trató de viejos imbéciles’. Me había encontrado con él varias veces: corpulento, de brazos fuertes, barba y bigote tupidos y blancos, mirada tensa, frente olímpica, temperamento tormentoso, palabra irónica… Naturalmente detenían a menudo a sus colaboradores heréticos y él los defendía con circunspección. Tenía entrada libre en todas partes, los dirigentes temían un poco su hablar franco”. ¿Un poco? Stalin visita el IME en 1927 y al ver los retratos de Marx, Engels y Lenin, pregunta a Riazanov: “¿Dónde está mi retrato?”. Riazanov replica: “Marx y Engels son mis maestros; Lenin fue mi camarada. ¿Pero qué eres tú para mí?”. En 1929, en una conferencia del partido, afirma: “El Politburó ya no necesita ningún marxista”. Se niega a participar en los faustos de obsecuencia y culto a la personalidad en el cincuenta aniversario del secretario general Stalin. Elige sus colaboradores por su capacidad: estando exiliado Trotsky en Alma-Ata lo contacta… ¡para que trabaje en la edición crítica de la obra de Marx “Herr Vogt”! La prensa soviética festeja, durante el 10 y 11 de marzo de 1930, el cumpleaños sesenta como un evento nacional. Aparece un libro de jubileo titulado “En el Puesto de Combate”, donde escriben en su honor Bukharin, Kalinin, Rykov y otras figuras de la Nomenklatura. En un comunicado oficial del Comité Central del VKP (b), que firma el mismo Stalin, se le anuncia un futuro promisorio de leal servicio al partido y se lo glorifica como “un infatigable luchador por el triunfo de las ideas de los grandes maestros del proletariado internacional: Marx Engels y Lenin”. Como decía Bardamu-Céline: “Cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertirnos en carne de cañón… Es el signo. Es infalible”. En menos de un año Riazanov es arrestado, puesto en prisión, exiliado y expulsado no sólo del instituto sino del partido comunista. El 15 de febrero de 1931 la GPU lo detiene bajo el inventado motivo de recibir paquetes del extranjero, de un supuesto “Centro Internacional Menchevique”. Se le obliga al exilio en aldeas cerca de Saratov, en el Volga. Solamente once volúmenes (de un proyecto de cuarenta y dos) han aparecido y siete están in progress (entre ellos los famosos y desconocidos “Grundrisse…”). Algunos los continuará su sucesor, el apparatchiki Victor Adoratskii (quién luego sería “objeto de represión” en 1940). Bajo su férula fueron publicados entre 1931 y 1935 otros seis volúmenes de la MEGA preparados por el equipo de Riazanov. En 1936 se detiene toda actividad editorial. El último estertor fue la publicación separada (exclusivamente en ruso) en dos volúmenes, en 1940 de los manuscritos de Marx de 1857-58, los “Grundrisse der Kritik der politischen Ökonomie”. El método stalinista fue completo: expulsión, prisión y muerte de sus colaboradores, suspensión total del plan editorial, colocar bajo el martillo-pistón a las pruebas impresas; desaparición de todas las bibliotecas públicas rusas y extranjeras; épuration de las obras de Marx y Engels en ediciones “populares”, aligeradas de toda erudición. Poco a poco Stalin fue sustituyendo a la empresa editorial de la MEGA por una serie de publicaciones aisladas, diseminadas, sin ningún plan conjunto, ni criterio filológico y doxográfico. Riazanov vive a orillas del Volga. Condenado a la miseria y al hambre, a la decadencia psíquica y física. Las bibliotecas y las publicaciones reciben la orden de expurgar sus obras y sus ediciones de Marx. No existe más, simplemente. Vive apenas de traducir pequeños textos para la universidad local. Comparte su pobres raciones con decenas de famélicos durante la hambruna de 1932-1933 (cuatro años más tarde esta “militancia” será considerada una pérfida maniobra antisoviética). El 11 de junio de 1937 el mundo se sobresaltó ante la noticia de la decapitación de toda la cúpula del Ejército Soviético. La caída de los generales rojos desató una explosión de terror a escala nacional, dirigida contra los mandos dirigentes de todos los niveles y en todas las esferas. Por primera vez Stalin reprime a grandes cantidades de personas que nunca habían sido opositores abiertos y que siempre se habían alineado junto a él en las disputas internas del partido. La nueva política era destruir a todos los sospechosos de deslealtades pasadas, presentes o imaginarias con respecto al grupo dirigente de Stalin. Terror ciego y de masas. Durante ese año las “troikas” (tribunales ad hoc de tres personas) dictarían 688.000 sentencias, la mayoría condenas a fusilamiento. Stalin liquida a toda la cúpula del partido en Saratov. Riazanov esperaba su detención que se produjo en la noche del 22 de julio de 1937. Tenemos la reconstrucción de su duro interrogatorio por parte de la ahora NKVD de Yezhov: Riazanov se niega a representar el papel de arrepentido, no entra en el juego de la delación. Niega una y otra vez las delirantes acusaciones. A la Nomenklatura no le sirve para el ritual público. El 19 de enero el Procurador general de Saratov le dirige una larga acusación de seis páginas, donde entre otras denuncias señala “la extrema hostilidad personal de Riazanov con respecto al camarada Stalin”. El 21 de enero de 1938 es juzgado a puerta cerrada. La sesión se abre a las 19:45 horas y se cierra a las 20:00 horas. El Colegio Militar de la Corte Suprema de la URSS, regional Saratov, lo condena a muerte por pertenecer a una “organización terrorista trotskista” y “la difusión de invenciones calumniosas sobre el partido y el poder soviético”. Es ejecutado. La tragedia humana del terror stalinista se extendía a familiares y amigos. Sabemos que Stalin, Molotov y otros miembros del Politburó aprobaban rutinariamente las listas de mujeres (madres, esposas) e hijos de los <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw2vLp-mqz6b4wjqKVs-g4GxAC-ihDs_WxerlfA20yE3JnvREPvCnYjLJ3gd670EJTq1RuVLcpQdHu3T9p9W8HFIZZUce7_0a9LoHI7Aj83UPoDknK_-xcM6FfoKhKrvUeD-dxlBjATnk/s1600-h/satalincaido.jpg"><img style="MARGIN: 0pt 10px 10px 0pt; WIDTH: 320px; FLOAT: left; HEIGHT: 204px; CURSOR: pointer" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355874042755926434" border="0" alt="" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhw2vLp-mqz6b4wjqKVs-g4GxAC-ihDs_WxerlfA20yE3JnvREPvCnYjLJ3gd670EJTq1RuVLcpQdHu3T9p9W8HFIZZUce7_0a9LoHI7Aj83UPoDknK_-xcM6FfoKhKrvUeD-dxlBjATnk/s320/satalincaido.jpg" /></a>Ennemis deu Peuple que debían ser reprimidos. Al día siguiente son arrestados sus familiares directos. Al día siguiente, agentes de la NKVD arribaron a su humilde dacha para cumplir la última parte de la sentencia: confiscación de sus bienes personales y destrucción de lo inútil. Cargaron todos sus libros en la parte trasera de un camión. Los papeles y notas restantes de Riazanov fueron desparramados en el suelo para alimentar el fuego, incluido todo lo que se encontraba sobre su escritorio de estudio. Entre ellos un retrato del joven Engels con una inscripción dedicada de puño y letra por la hija de Marx, Laura. “¿Quién es éste?”, preguntó uno de los milicianos con su gorra azul-roja a su nieta. “Es Engels”, respondió. “¿Y quién es Engels?”, respondió el agente mientras arrojaba el daguerrotipo a las llamas.</p>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-69237169190652631182009-07-07T12:30:00.000-07:002009-07-07T12:43:43.735-07:00HISTORIA DE UNA PASIÓN REVOLUCIONARIA x Horacio Tarcus<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBpwHGgEdraP0fZn_00lFFgETqoYBMkM-dxWSy8nuzC4U8eF8U7CrYA_nAvNmIzQQtuDRTHHoqSOaZ4v4WUEuGDFr6EcE7V_eXtvZVIKzEazJpHtxVwCH_AE0J7hGP64UNot6U7FNamm8/s1600-h/isurre3.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 228px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBpwHGgEdraP0fZn_00lFFgETqoYBMkM-dxWSy8nuzC4U8eF8U7CrYA_nAvNmIzQQtuDRTHHoqSOaZ4v4WUEuGDFr6EcE7V_eXtvZVIKzEazJpHtxVwCH_AE0J7hGP64UNot6U7FNamm8/s320/isurre3.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355806095778746354" border="0" /></a>Este trabajo es un tramo de una investigación mayor sobre una generación político-intelectual argentina. Reconstruye la historia de algunos de aquellos hombres y mujeres nacidos en las postrimerías del siglo XIX o los albores del XX, cuya juventud estuvo marcada por la aversión al belicismo militarista, la esperanza en la revolución rusa y el entusiasmo de ser partícipes de una reforma universitaria de dimensión continental. Es la generación influida inicialmente por las ideas anarquistas, pero que —revolución rusa mediante— acaba por descubrir el marxismo; aquella que, formado su gusto en la estética modernista, comienza a interesarse en la experimentación de las vanguardias artísticas. <p> Cuando la esperanza revolucionaria se apagó en Europa y comenzaron a emerger los fascismos, cuando el movimiento de la reforma universitaria se empantanó y cobraron fuerza el nacionalismo y el militarismo en Latinoamérica, muchos de ellos sintieron amenguar esos fervores juveniles. Figuras como Jorge Luis Borges o Conrado Nalé Roxlo, tomarán distancia de la política, consagrándose para siempre a la literatura (Borges nunca va a editar <i>Los salmos rojos</i>, salvo un puñado de poemas avanzados a algunas revistas de España y Argentina; y Nalé, que también escribió en su momento un canto a la Rusia de los Soviets, dejará en su <i>Borrador de memorias </i>un recuerdo nostálgico de aquellos años) . Otros, como Ernesto Palacio o Ramón Doll, renegarán de sus ideales de juventud y engrosarán las huestes del nacionalismo. </p><p>Pero el ala más politizada y radicalizada de la generación persistió, más allá del reflujo social, participando de diversas experiencias colectivas, sea en el proceso de constitución del movimiento estudiantil, o en el de la clase trabajadora argentina, de sus formaciones sindicales, políticas e intelectuales. Las décadas del ‘20 y del ‘30 son testigos del apogeo de la actividad de escritores politizados como Roberto Arlt, Elías Castelnuovo y Raúl González Tuñón, reformistas como Aníbal Ponce, Deodoro Roca y Julio V. González, socialistas de izquierda como Ernesto Giudici y comunistas como Rodolfo Ghioldi. Sin embargo, además de estas figuras relativamente mejor conocidas, forma parte activa de esta generación otra franja que también persistió en la militancia política más allá de los ’20, pero sin encontrar un espacio estable en los partidos de izquierda; su concepción de la política, de la acción sindical o de la organización partidaria fue siempre mucho más “basista”, “espontaneísta” y radical que las que sostenían socialistas o comunistas. Influidos por el anarquismo primero y el marxismo después, su pensamiento tendió a mantener un aliento heterodoxo y libertario. Sus nombres, hoy olvidados, apenas resuenan en el recuerdo de algunos viejos militantes: son Hipólito Etchebéhère (1900-1936), Mica Feldman (1902-1992), Francisco Piñero (1901-1923), Héctor Raurich (1903-1963), Angélica Mendoza (1889-1960), Cayetano Oriolo (1890-1930), José Paniale (c.1900-c.1980), Mateo Fossa (1896-1973), Manuel Fossa, Manuel Guinney (c.1900), Luis Koiffmann (1900-1978), Liborio Justo (1902), Luis Franco (1898-1988), Samuel Glusberg (1898-1987), José Gabriel (1898-1963), Carlos Liacho, Horacio Badaraco (1902-1946), José Boglich (c.1890-c.1944). El mayor de todos será Pedro Milesi (1886-1981); los menores, Antonio Gallo (c.1913-c.1990) y Francisco de Cabo (1910-1997). </p><p> No se trata de una corriente política o intelectual con alto grado de cohesión interna, institucionalización y continuidad. Si bien casi todos ellos se conocieron entre sí e interactuaron unos con otros en tal o cual momento, fracasaron a la hora de construir una revista de relativa duración o un partido de cierto arraigo. Sus ideas radicales, sostenidas con opciones de vida consecuentes con ellas, se vieron sometidas a duras pruebas en tiempos de crisis, reflujo social o represión. En esos momentos dramáticos, además de las presiones externas, se vieron atravesados por enfrentamientos políticos , contradicciones internas, querellas personales. Sin embargo, desde el presente es posible distinguir su relativa comunidad intelectual, política y generacional, <i>reconstruir</i> a través de cortes y discontinuidades <i>esa tradición de marxistas libertarios</i>. </p><p> Hay entre ellos diferencias de formación e inserción social: algunos son obreros con una militancia gremial relevante —como Milesi, Oriolo, Fossa—, uno de ellos un reconocido dirigente agrario (Boglich), otros estudiantes de acción reformista (el grupo Insurrexit), periodistas de profesión (Liacho, Koiffman), escritores (Franco, Piñero), y hasta filósofos o intelectuales marxistas de cierto calibre (Raurich, A. Mendoza, Gallo). Los primeros son obreros intelectualizados, pero la mayoría son intelectuales de extracción pequeñoburguesa que buscan aproximarse al mundo obrero. Hay quienes provienen de familias acomodadas (Etchebéhère, Badaraco, Justo), aunque la mayor parte proviene de humildes familias inmigrantes. Obreros o intelectuales, tienen una misma pasión por conocer y hacer, por entender y subvertir. Sin duda, el mayor o menor acceso al mundo de los bienes simbólicos fue motivo de tensiones y conflictos internos: si bien están inmersos en un clima epocal de socialización del saber (bibliotecas o universidades populares, cursos gratuitos de divulgación científica, grupos de estudio, ediciones populares, etc.), los más intelectualizados a menudo hacen jugar su poder sobre los trabajadores menos intelectualizados (por ejemplo, por el acceso diferencial a los libros y revistas en idioma extranjero o a los centros político-intelectuales de la época: Moscú, Nueva York, París o México). Los obreros, por su parte, suelen defenderse con reacciones anti-intelectualistas . </p><p> Sin embargo, es posible distinguir hoy una franja generacional, cuya actuación pública más significativa se desarrolla en un período histórico preciso (1917-1943), y que intenta construir una identidad en torno a una concepción de la política, de la cultura y de la vida que aquí llamaré “marxista libertaria”. Este sector se movió en un espacio intermedio entre, por un lado, el marxismo oficial, identificado con la ideología dominante en la URSS desde mediados de los años ‘20, y por otro, sus críticos anarquistas. Se diferencian de los anarquistas doctrinarios por su adhesión a ciertos enunciados del marxismo clásico (rol del Estado en la transición al comunismo, defensa de la “dictadura revolucionaria” o de la acción política del proletariado), pero sin embargo tienen una concepción de la política como movilización y autoorganización de las masas, desconfían del parlamentarismo y entienden a los acontecimientos soviéticos o incluso leen a Lenin desde una perspectiva fuertemente consejista y antiautoritaria (Insurrexit). Muchos provienen del anarquismo (Etchebéhère, Milesi, Franco) o son anarquistas influidos por las alas más radicales del marxismo (Badaraco, el más excéntrico de este espacio, es un entusiasta lector de Rosa Luxemburg y Víctor Serge). Y los que provienen de tradiciones socialistas marxistas, desarrollan un pensamiento y una sensibilidad antiautoritarias ante la degeneración burocrática del comunismo. Llegados los ‘30, casi todos adherirán al trotskismo, aunque la historia de esta heterodoxia marxista argentina, si bien se vincula al primer período de emergencia del trotskismo, lo antecede en el tiempo y además, lo excede en sus definiciones teórico-políticas . </p><p> La historia se mostró severa con esta franja de la generación del ‘17, sometiéndola a duras pruebas en lo político y lo personal. En el plano mundial, a la esperanza de los años de la primera posguerra siguió un fuerte reflujo social y político, coronado con la burocratización del proceso ruso, el triunfo del fascismo italiano, la derrota de la comuna húngara, el ascenso de Hitler en Alemania. Otra luz de esperanza se encendió en España en los ‘30, pero la cruenta guerra civil que le siguió y el triunfo de los nacionalistas significó otra derrota profunda. La denuncia de la política stalinista durante los procesos de Moscú o de sus efectos nefastos durante los acontecimientos de la guerra española dio a esta franja cierto margen de legitimidad e intervención político-intelectual ante los sectores más críticos y receptivos del movimiento obrero, los estudiantes o ante la opinión pública en general. Pero con el estallido de la segunda guerra, y especialmente desde que la URSS ingresa en ella, el marxismo oficial adquiere una legitimidad casi absoluta dentro del campo aliado. La extrema tensión mundial que significa la guerra oscurece los “matices”: hay dos bandos en pugna, y poco, casi ningún espacio, para terceras posiciones. Los revolucionarios españoles (particularmente anarquistas y poumistas) quedan desde 1939 reducidos a la impotencia, dispersos por Europa y América. Trotsky es asesinado en México en 1940 por un sicario de Stalin. Serge muere olvidado, en la misma ciudad, siete años después. La legitimidad de la URSS tras la derrota del nazismo, no sólo entre los izquierdistas, sino incluso entre demócratas y liberales, ha crecido aún más. La estabilidad del capitalismo de posguerra condena cualquier discurso catastrofista a la marginalidad. </p><p> En el plano local, las presiones en contrario también fueron devastadoras. Los ecos de la revolución rusa, la irradiación de la reforma universitaria y las luchas obreras de fines de los años ‘10 y principios de los ‘20 son, ya lo dijimos, el bautismo de fuego de esta franja generacional (por citar tres ejemplos: los insurrexistas son estudiantes reformistas atraídos por la revolución; Etchebéhère y Badaraco son hijos de familias adineradas que renuncian a su clase tras la experiencia de la Semana Trágica; Angélica Mendoza es una maestra de provincia que se politiza con la huelga mendocina de la enseñanza de 1919). Pero en los ‘20 el movimiento reformista se empantana, el radicalismo se estabiliza en el gobierno, las luchas obreras refluyen. El PC, nacido en 1918, vive sumido en una crisis interna a lo largo de toda una década. La militancia de muchos de ellos en este partido será breve: ingresarán hacia 1923 y romperán en 1925/26 intentando dar vida al efímero Partido Comunista Obrero. Con el golpe militar de 1930 se abre una etapa de represión sobre el movimiento obrero y la izquierda, sufriendo muchos de ellos duros años de prisión (Badaraco el anarquista y Milesi el trotskista van a hermanarse en el penal de Usuhaia, A. Mendoza va a parar a la Cárcel del Buen Pastor, Oriolo va a morir joven a causa de prisiones y torturas), pero también se inicia un ciclo intenso de luchas sociales y de reorganización sindical y política. Algunos de sus protagonistas animan los pequeños grupos políticos trotskistas de los ‘30, que tienen corta vida. La represión policial, así como la intensa campaña stalinista contra los disidentes (política, pero también físicamente agresiva), hace difícil su continuidad. Los que buscan una vida política más activa recurren a una táctica “entrista” en el Partido Socialista. Otros se repliegan a la actividad intelectual (cenáculos de estudio y debate, edición de libros y revistas). A principios de la década del ‘40, aún los intentos político-organizativos más ambiciosos de crear corrientes de izquierda por fuera del PS y el PC han fracasado, desde la experiencia del Partido Socialista Obrero (socialista de izquierda) a la del PORS (Partido Obrero de la Revolución Socialista, de orientación trotskista). El golpe militar de 1943 y la irrupción del peronismo terminó de sellar la suerte de esta franja generacional, que no se reconocerá en el movimiento obrero recompuesto desde entonces bajo la tutela estatal.<br />La década del ‘40 nos muestra a esta franja generacional en su declive. Algunos habían muerto en los ’30, en plena juventud (Oriolo, Etchebéhère); unos pocos emigran a los Estados Unidos (A. Mendoza, A. Gallo) o a Europa (M. Feldman). Otros sucumben a las enormes presiones de la época, absorbidos o neutralizados por el sistema dominante (el último Raurich, atrapado por la ideología de la guerra fría, o José Gabriel, devenido un fervoroso peronista oficialista); Badaraco, a punto de morir, acepta que una parte de los militantes de su grupo se incorpore al PC. Liborio Justo se repliega a su labor de escritor e historiador. Otros se dispersan, se pieden sin dejar rastros. Sólo unos pocos sobrevivientes alcanzarán a experimentar la nueva ola de radicalización social de los años ‘60 y ‘70: Mateo Fossa es en los ‘70 activo militante entre los jubilados y colabora con el Partido Socialista de los Trabajadores; Pedro Milesi, radicado en Córdoba, llega a ser presidente de honor de la Mesa de Gremios Clasistas, está vinculado a Poder Obrero, y hasta se atreve a regañar al mismísimo Agustín Tosco, quien tenía el mayor respeto por el “Viejo Pedro”. De algún modo serán una suerte de puente entre las dos generaciones de luchadores clasistas. </p><p> Es, en suma, en varios sentidos, la franja más golpeada de su generación, la que no logra cuajar en ningún proyecto político duradero, la que se opone radicalmente a los existentes, la de los que han sido llamados rebeldes, impugnadores, transgresores, revolucionarios, subversivos, aguafiestas, inconformistas, verbalistas, aventureros, ultraizquierdistas, excéntricos, marginales... Han sido perseguidos por las fuerzas represivas, pero también marginados, calumniados y agredidos por las fuerzas hegemónicas de la izquierda. Una vez desaparecidos, no tienen cabida en las historias oficiales u oficiosas de la izquierda o del movimiento obrero; no hay fuerzas políticas o intelectuales que los continúen o que los rescaten. Fracasados sus proyectos, dispersas sus fuerzas, el proceso simbólico de legado a la generación siguiente, propio de las corrientes que mantienen su continuidad, se ve abortado. </p><p> Fueron derrotados, pero en tanto ala izquierda de un movimiento y de una estrategia revolucionaria que fue derrotada. Son, pues, los derrotados entre los derrotados, los olvidados entre los olvidados. Fue fácil desde los movimientos izquierdistas hegemónicos otrora (socialistas, comunistas, populistas) ironizar sobre su marginalidad, sus extravagancias, sus interminables querellas internas, sus flaquezas o su mismo fracaso. Sin embargo, la pérdida de su legado no es sólo una enorme injusticia histórica en relación a la intensidad de estas vidas y la riqueza de sus experiencias. La tragedia de esta franja generacional de revolucionarios se vuelve contra cualquier proyecto de re/crear un socialismo libertario, si no somos capaces de demostrar que la historia de la izquierda no es sólo una historia de sumisión a dogmas, de intereses burocráticos y de ambiciones de poder. Si esta última es parte de la historia que los izquierdistas debemos asumir y criticar, también es cierto que no ha sido todo. Al lado de esas, hay historias de enorme lucidez intelectual, compromiso ético y pasión revolucionaria, como la que vamos a narrar.<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">En el ala izquierda de la Reforma Universitaria</span></b> </p><p>El Grupo Insurrexit, hasta hoy apenas una confusa mención en los libros de historia del movimiento estudiantil, pertenece más al orden mito que al de la historia. Sin embargo, a juzgar por las referencias que encontramos en fuentes de la época, así como por las personalidades que pasaron por las páginas de su revista, puede inferirse que no pasó inadvertido a sus contemporáneos. Incluso su nombre fue retomado por otro grupo, más de una década después, homenaje que, por otra parte, contribuyó a hacer todavía más confusa la historia. No faltan quienes confunden el primer Insurrexit (1920-1921), un emprendimiento independiente, de cuño marxista libertario, con el segundo Insurrexit (1933-1935), que editó un periódico del mismo nombre y que fue vocero de los universitarios comunistas (y sus compañeros de ruta), inspirado por Héctor P. Agosti, y por donde hizo su paso el joven Ernesto Sábato. Es que no es sencillo disipar las brumas que se ciernen sobre Insurrexit. Primer y principal obstáculo: todavía no ha podido reconstruirse una colección completa de su revista. Segundo: ninguno de sus mentores vive aún y para peor, algunos de los que vivieron hasta hace unos pocos años, no querían recordar el radicalismo de su juventud. </p><p> En junio de 1918 emergía en Córdoba la Reforma Universitaria. A escasos seis meses, había estallado la revolución socialista en Rusia y su onda se expandía al resto de Europa. La fracción internacionalista del Partido Socialista iba a fundar el Partido Socialista Internacional, que poco después iba a llamarse Partido Comunista de la Argentina. Entre los intelectuales radicalizados, emerge la figura de José Ingenieros, respaldando a los jóvenes reformistas y señalándoles el camino abierto por los “maximalistas rusos”. Entre los sectores izquierdistas del estudiantado surge un fermento libertario, donde caben y se entrecruzan Reforma Universitaria y revolución social, clasismo y juvenilismo, socialismo y antiimperialismo, cientificismo y romanticismo, Lenin y Kropotkin, Henri Barbusse y Almafuerte, Ingenieros y Lugones.<i> Insurrexit</i>, vocero del ala más declaradamente izquierdista de la Reforma Universitaria, está animada por este espíritu, propio de fines de la década del ‘10 y principios de la del ‘20 (a fines de esta década, dicho universo habrá estallado: el reformismo universitario, incapaz de darse una expresión política, sufrirá un importante retroceso; el amplio arco de apoyo a la experiencia soviética, por su parte, se encorsetará cada vez más dentro del “marxismo-leninismo”, quedando fuera desde entonces la vocación romántica y los anhelos libertarios). </p><p>El primer número de <i>Insurrexit. Revista Universitaria</i> apareció el 8 de setiembre de 1920. Según su editorial, el nombre viene del latín, <i>insurgo</i>, y su sonoridad sugiere a sus editores “la presencia de una rebeldía reflexiva, seria, decisiva”, donde “palpita la impaciencia” y estalla la pasión... En la primera página, el rosarino Francisco Piñero, estudiante de abogacía, cuestiona “el viejo derecho”. Una encuesta interroga a Leopoldo Lugones y a Alfredo Palacios. Unas páginas después, Carlos Lamberti, estudiante de medicina, presenta unas nociones elementales de la teoría marxista, mientras la siguiente reproduce breves frases de Rafael Barret y de Kropotkin. Eduardo González Lanuza publicó allí los sonetos de los que no querría acordarse medio siglo después: “Sé optimista ante el pájaro que canta/[...]/Y ante el triunfo de las alboradas/porque a despecho de los Torquemadas/La verdad se abre paso por el mundo”. Breves recuadros buscan interpelar la conciencia social de los jóvenes: “Estudiante: usted va a formar el mundo del mañana. Lea las nuevas teorías sociales y medite. ¡Medite!”. </p><p> El espíritu de la revista se mueve entre el comunismo anárquico y el marxismo libertario. Donde cabe, incluso, un leninismo leído en clave libertaria, antiparlamentarista y consejista. Recordemos que, especialmente en sus primeros años, la experiencia soviética atrajo la atención de muchas corrientes anarquistas. El compromiso crítico de los anarquistas con la Unión Soviética concluye en 1921 (aplastamiento del movimiento machnovista, insurrección de Kronstadt), pero importantes núcleos libertarios en todo el mundo siguen con expectación la experiencia del país de los soviets, e incluso otros —los “anarco-bolcheviques”— la apoyan de modo entusiasta. Los jóvenes del Grupo Insurrexit se mueven dentro de este espectro, sin adherir por el momento al recién creado PC, pero con vínculos con los “terceristas” del PS: el ala izquierda, pro Tercera Internacional, que lideró Enrique del Valle Iberlucea. Juan Antonio Solari, “tercerista” por breve tiempo, colaborará estrechamente con <i>Insurrexit</i>. </p><p>No tienen vínculos orgánicos con el anarquismo doctrinario e incluso se publica una autocrítica del anarquista Robert Minor, “Mi opinión ha variado” (nº 4, 5 y 6), que llama a comprender mejor y a apoyar a la Rusia de los Soviets. Su referente internacional es un nucleamiento intelectual, el Grupo Clarté (Claridad), que desde París inspiran los escritores Henri Barbusse y Romain Rolland, y cuyo lema era: “Hagamos la revolución previamente en los espíritus”. Del campo intelectual local, <i>Insurrexit</i> mantiene relaciones fraternales con <i>Cuasimodo</i>, la revista que dirige el intelectual “anarco-bolchevique” Julio R. Barcos, y, del otro lado de la cordillera, con <i>Juventud</i>, el órgano de la Federación de Estudiantes de Chile. </p><p><i> Insurrexit</i> informa y fija posición ante los conflictos estudiantiles, aunque su “misión” parece dictada por la necesidad de comprometer a la juventud con la “cuestión social”, de promover la “unidad obrero-estudiantil”: “¿Qué es cada uno de ustedes? Vamos a ver. Un traje entallado, un zapato Walk-Over, una corbata, otras chucherías... Todo a cargo de papá o mamá. [...] Compañeros universitarios, que hacen caso al vigilante y a la historia, ‘liguistas’, nacionalistas, futuros médicos, abogados, ingenieros, filósofos, aspirantes a oficiales de reserva, dirigentes futuros, escuchen, al abrirse de nuevo las facultades, nuestra palabra: ¡Viva la revolución rusa! ¡Viva la revolución social! ¡Viva el comunismo!” (“La Universidad”, editorial del nº 7, marzo 1921). Interpelaciones semejantes a los estudiantes dirigen en sucesivos números Hipólito Etchebéhère, Nicolás Olivari, Carlos Machiavello, Francisco Piñero y Julio R. Barcos. Otros temas recurrentes de la revista son las realizaciones sociales de la URSS; la literatura social (Barbusse y Rolland, Almafuerte y Barret) y, finalmente, la situación social y política argentina (Leónidas Barletta propone una central sindical única, una nota anónima informa sobre el congreso socialista “tercerista”, otra sobre la celebración del lº de Mayo...). </p><p>En el n° 4, la estudiante de odontología Mica Feldman cuestiona doblemente la política de las sufragistas: en primer lugar, porque no han comprendido que mientras no haya revolución social no habrá emancipación de la mujer; y en segundo lugar, porque los derechos políticos, el voto y el parlamento no conducen a la emancipación anunciada: “Buena muestra es la política masculina para tratar de formar partidos políticos femeninos”, argumenta la joven de 18 años. Hipólito Etchebéhère, estudiante de ingeniería, escribe en casi todos los números: contra la guerra (n° 1), por la extensión de la revolución rusa (n° 3 y 4), sobre “La certeza del triunfo”: pasando revista de la crisis social y política en Europa, concluye: “La situación revolucionaria existe en todas partes. La Revolución Social llega. Es más, está realizada ya en Rusia. En eso se basa nuestra fue inquebrantable, racional” (n° 9). </p><p> Estos jóvenes universitarios parecen haberse atraído la simpatía de algunas figuras de la generación anterior. Hemos dicho que Lugones y Palacios responden a su encuesta. Además, muchos escritores ceden sus originales o incluso escriben expresamente a pedido de los jóvenes: Arturo Capdevila publica allí “La tierra”, una crítica de la propiedad privada; Alfonsina Storni no sólo colabora con sus versos, sino que reflexiona “En la encrucijada” de la civilización moderna (nº 4); Herminia Brumana anticipa una serie de relatos (“Chafalonías”, nº 7) y Horacio Quiroga envía dos colaboraciones, una de ellas un alegato antibelicista (“La propaganda post-guerra”, nº 9). En el nº 7 se da a conocer también una carta que les dirige desde Francia el mismísimo Barbusse: “Mis compañeros de París, de otras partes y yo, estamos, absolutamente, de corazón y de espíritu con ustedes”.<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">El Grupo Insurrexit</span></b> </p><p> Si poco se sabe de la revista, más misterioso aún es el colectivo editor, autodefinido: “Grupo Universitario Insurrexit, comunista antiparlamentario”. Fiel a su programa, la revista no tiene director. Un aviso advierte: “Se responsabilizan absolutamente de ella, cada uno y todos los del grupo”. Hoy es posible conocer la estructura del grupo siguiendo los avatares de la vida de dos sus líderes, Hipólito Etchebéhère y su compañera Mika. </p><p>Mica Feldman había nacido el 14 de marzo de 1902 en la colonia judía Moisés Ville, de la Provincia de Santa Fe. Sus padres, rusos judíos, llegaron a la Argentina huyendo de los pogroms algunos años antes de su nacimiento. Por entonces, su padre enseña idish en la colonia que había contribuido a fundar el Barón Hirsh. Algunos años más tarde, la familia se traslada a Rosario, donde prueba suerte instalando un pequeño restaurante. Siendo niña, Mika escucha los relatos de los revolucionarios fugados de Siberia o de las cárceles rusas. No es casual que a los catorce años, mientras cursa en el colegio nacional de Rosario, aparezca adherida a un grupo anarquista de esa ciudad (Maitron) y que luego, junto a Eva Vivé, Juana Pauna y otras militantes libertarias, integre la Agrupación Femenina “Luisa Michel” (Doeswijk, 1998, s/p). </p><p>Pero en 1920 se instala en Buenos Aires para cursar la carrera de Odontología y es entonces que se liga al grupo Insurrexit. Un extraordinario testimonio inédito de Mica Feldman a un corresponsal argentino, al que recurriremos a menudo, nos permite hoy vertebrar toda esta historia. “Estamos en setiembre de 1920. Dos rosarinos como yo, Francisco Rinesi y Francisco Piñero, que conocen mis ideas por haberlas yo manifestado siendo estudiante en el colegio nacional, vienen a verme para informarme de la fundación de Insurrexit y pedir mi adhesión. Por ser ambos hijos de familias burguesas, no di crédito inmediato a la seriedad de la empresa, reservando mi respuesta hasta saber mejor las finalidades del grupo. Al cabo de una semana volvieron los dos jóvenes en compañía de Hipólito Etchebéhère, cuya imagen, ese día, nunca se me borró de la memoria. Alto, delgado, de tez muy clara, ojos de un raro color gris azulado que le iluminaban extrañamente el rostro, llevaba un chamberguito de alas redondeadas vueltas hacia arriba, plantado en mitad de la cabeza como una aureola. Habló largo rato, sin énfasis, exponiendo sus ideas con una claridad ejemplar, una fuerza [y una convicción que hacían difícil] no creer en lo que él creía. Jamás he vuelto a ver en la vida un ser tan luminoso. Y no me ciega el amor que nos unió durante dieciséis años, hasta la hora de su muerte. Todos aquellos que lo conocieron dicen como yo” (M. Etchebéhère, 1973: 4). </p><p>Sobre el líder de Insurrexit, la propia Mika trazó en la misma carta un perfil que merece transcribirse <i>in extenso</i>: “Hipólito Etchebéhère —su nombre era Luis Hipólito Ernesto— nació el 8 de marzo de 1900 en Sa Pereira, Provincia de Santa Fe, de padres franceses: padre vasco, madre oriunda de Burdeos. El padre vino a la Argentina en calidad de técnico y se ocupó de la instalación del teléfono en la provincia de Tucumán. Familia de clase media, los dos hermanos mayores de Hipólito se ocuparon de cine en los albores de este arte en la Argentina... Hipólito siguió estudios en la Escuela Industrial de la Nación, recibiéndose de técnico mecánico. Su paso por algunas fábricas lo puso en contacto con la condición obrera y así nacieron los primeros elementos de una opción que habría de marcar para siempre su existencia... </p><p> “Llega así el año 1919 con su semana trágica del mes de enero. La huelga de Vasena paraliza la metalurgia. La revolución rusa exaspera el antisemitismo de los reaccionarios. Por entonces todavía se llamaba rusos a los judíos. Entre Paso y Junín, de Corrientes a Tucumán, vive ‘la rusada’. La gentuza responsable de los disturbios obreros, causante de la lucha que llevan los obreros de Vasena en una huelga que por su magnitud y firmeza hace temblar a la burguesía y desata el frenesí argentinista de la Liga Patriótica de Carlés. Detrás de los niños bien que forman la tropa de la Liga Patriótica, entra al barrio de los rusos el escuadrón de seguridad. Para escarmiento de esos bolcheviques subversivos que venden arenques salados y pepinos, son sastres o carpinteros, los jinetes del escuadrón arrastran entre sus caballos, atados por la barba a los viejos, uncidos a las monturas de los jóvenes. Las calles se manchan de sangre. Teníamos entonces de presidente a Hipólito Irigoyen. </p><p>“Hipólito<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvuNb6ZyFfElisZNVzwbqkj9z_puXCBQNYxZwe1PHHqQgyxeBAiFMwOqkyC0UdgZb-3nhiC3vHmGg4rsjtTlMFIw_HnN8tRP0irvc-54HIMzgsz6JVv8uaHOHGGfUm5S5AjbgHIWcErZI/s1600-h/izq2.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 142px; height: 173px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgvuNb6ZyFfElisZNVzwbqkj9z_puXCBQNYxZwe1PHHqQgyxeBAiFMwOqkyC0UdgZb-3nhiC3vHmGg4rsjtTlMFIw_HnN8tRP0irvc-54HIMzgsz6JVv8uaHOHGGfUm5S5AjbgHIWcErZI/s320/izq2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355805111451235922" border="0" /></a> Etchebéhère vive con su familia en un gran edificio que creo existe aún en la esquina de Corrientes y Pueyrredón. Desde el balcón ve pasar a los ‘cosacos’ haciendo marchar a sablazos a los crucificantes... En esa ‘semana trágica’ de enero que quedó en los anales de la represión argentina como un hito sangriento, Hipólito Etchebéhère entró en la revolución como otros entran en una orden religiosa: por siempre, hasta el último latido de su corazón, con un odio lúcido y razonado, alerta siempre, afilado cada día, tenso como la cuerda de un arco listo para disparar contra ese orden social absurdo, rapaz y asesino. </p><p>“Sus primeros pasos de militante fueron anarquistas. En los días que siguieron a la ‘semana trágica’ escribió afiebradamente un folleto dedicado a los vigilantes, que tenía por título ‘Escucha la verdad’ y lo fue repartiendo a los policías que hacían guardia en las calles. Pocas horas después estaba en la cárcel por delito contra la seguridad del Estado. Por ser hijo de una familia bien considerada, tuvo el honor de escuchar los consejos del jefe de policía y la suerte de no ser mandado al presidio de Usuhaia. </p><p>“Cuando salió en libertad abandonó la casa familiar para no comprometer más a los suyos. Comienza entonces para él una vida difícil. Dura poco en los talleres donde entra a trabajar, a causa de la propaganda revolucionaria que difunde entre los obreros. Vive en altillos prestados, come algunas veces en casa de su madre, otras veces no come. Consigue dos o tres lecciones particulares que ni siquiera sabe hacerse pagar, pasa largas horas en la biblioteca del Partido Socialista leyendo a Kropotkine, Proudhon, la <i>Historia de la Comuna de París </i>por Lissagaray, con el afán de adquirir los elementos teóricos que habrán de cimentar su fe de revolucionario, buscando al mismo tiempo voluntarios para iniciar una acción colectiva” (M. Etchebéhère, 1973: 1-3). </p><p>El grupo se reúne en asamblea todos los sábados por la noche en el local de la Federación de Empleados de Comercio, Suipacha 74 de la Capital. Suelen participar, además de los redactores de la revista ya citados, el futuro lingüista Angel Rosenblat, la maestra y narradora anarquista Herminia Brumana y el joven peruano Víctor Raúl Haya de la Torre, exiliado entonces en Buenos Aires. La revista es financiada a través de la actividad del grupo, con la ayuda de la maestra (entonces directora de escuela) Carolina Gómez Cabrera, tía de Piñero. En las reuniones se debaten cuestiones políticas, se planifica la revista y se organizan charlas y cursos para dictar en ateneos y sindicatos. Las principales demandas provienen de los anarquistas. Sin embargo, recuerda Mika: “La revolución rusa, catalizadora de rebeldías, nos planteaba la necesidad de abordar el marxismo” (M. Etchebéhère, 1973: 5). Es así que los días domingo un grupo de lectura vuelve a reunirse en Suipacha 74, ahora para leer colectivamente <i>El origen de la familia</i> de F. Engels.<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">Vanguardia artística y revolución</span></b> </p><p> Si bien una parte del grupo perseverará en la experiencia colectiva, algunos tomarán otros caminos. Bulnes y Rinesi harán carreras exitosas en el Derecho y llegarán a jueces. Juan Antonio Solari no tardará en volver al PS, del que será dirigente, mientras su mujer, Herminia Brumana, permanecerá fiel al ideario anarquista; el dramaturgo y periodista Leónidas Barletta será durante décadas compañero de ruta del comunismo; Angel Rosenblat, un lingüista de renombre continental. </p><p>Eduardo González Lanuza y Pancho Piñero se orientarán hacia la literatura de vanguardia, en un movimiento de convergencia con Jorge Luis Borges. El joven Borges, poeta anarquizante, regresa a Buenos Aires a principios de 1921 y trae con él el ultraísmo. Meses después publicará sus poemas “Rusia” y “Guardia roja” —avances de <i>Los salmos Rojos</i>, el libro que no llegará a ser— en <i>Cuasimodo</i>, la revista hermana de <i>Insurrexit</i>. Estas colaboraciones no son casuales: si bien la vanguardia política sigue nutriendo sus gustos literarios en la literatura realista decimonónica o en el modernismo latinoamericano, asistimos a la emergencia de cruces entre las vanguardias artísticas y las políticas. En ese sentido, González Lazuna lanzará <i>Prisma</i>, la primera revista mural argentina. Según la evocación de Borges: “Salíamos de noche (González Lanuza, Piñero, mi primo y yo) cargados con baldes de engrudo y escaleras proporcionados por mi madre y caminábamos kilómetros, pegando las hojas a lo largo de Santa Fe, Callao, Entre Ríos y México” (Borges, 1974: 13-14). Y enseguida vendrá la consolidación del movimiento ultraísta en los tres números de <i>Proa</i> (1922-1923), que reunirá otra vez a Borges, González Lanuza y Piñero, sumando ahora a Macedonio Fernández. </p><p> Pero el rosarino Francisco M. Piñero (1901-1923), estudiante reformista, revolucionario y ultraísta, morirá a los 22 años en un accidente de tránsito. El mismo año de su muerte los amigos de la vanguardia política reunirán sus textos en un volumen de homenaje (<i>Cerca de los hombres</i>), en cuyo prólogo, probablemente escrito por Etchebéhère, se dice de él: “Apareció entre nosotros, un día, serio y reconcentrado. Traía dentro su adhesión definitiva. Se traía a sí mismo, íntegramente. Lo reconocimos. Éramos hermanos. Escuchadlo: ‘Cuando me arrimo a un alma, tengo siempre cuidado de su abismo’.[...] Cuando le ocurrió el accidente que le costó la vida en Río Negro, quisieron llevarlo al único hospital confortable de Viedma. Pero ese hospital pertenecía a una congregación religiosa. Se negó a que lo condujera allí. Indicó la Asistencia Pública. Luego, en otro pobre hospital de Patagones, murió” (Piñero, 1923: 6). </p><p>Por su parte, su amigo dentro de la vanguardia artística, Borges, lo recordará en el último número de <i>Proa</i>: “De golpe, con la injuriosa precisión de una afrenta, ha desalmado nuestro fervor el fallecimiento de Francisco Piñero, excelente poeta, mayor amigo y máximo alentador de aventuras intelectuales... Fenecido a los veintidós años, Piñero deja una breve y honda obra crítica, ‘La Estética de los Diferentes’, y recorriendo por siempre nuestra memoria, una marcha de versos altaneros, definitivos como estatuas” </p><p><b><span style="font-size:+1;">Comunistas y “chispistas”</span></b> </p><p>Pero volvamos a los Etchebéhère, siguiendo el relato de Mika sobre Hipólito: “En el año 1923 tuvo que pasar varios meses en el campo para reponerse de una tuberculosis incipiente recogida en ese período de vida azarosa de días de hambre y noches sin techo” (M. Etchebéhère, 1973: 6). </p><p>El grupo que persiste en la política revolucionaria y ha decidido consagrar la vida a la militancia, centra ahora la atención en el PC argentino. Aquellos jóvenes no podían dejar de avistarlo como la sección local de la Internacional Comunista, la organización que promovía la ayuda al pueblo ruso durante la guerra civil y la agresión imperialista, la que difundía la literatura del marxismo militante. Es así que en 1924 algunos de los insurrexistas —H. Etchebéhère, M. Feldman, H. Raurich y J. Paniale— ingresarán al joven PC. Según puede seguirse en el periódico partidario <i>La Internacional</i>, Hipólito y Mika trabajan incansablemente en la implantación del partido: él escribiendo notas, dictando conferencias y charlas en diversos puntos del país; ella trabajando en la constitución de grupos de mujeres comunistas, colaborando en la organización de los trabajadores agrícolas, destacándose además como oradora en la puerta de fábrica o en la calle, durante las campañas electorales (Maitron). </p><p>También van tomando parte en las agrias disputas internas. En el partido no tardarán en confraternizar con otros militantes algo mayores de su generación (Angélica Mendoza, Cayetano Oriolo) detrás de un programa izquierdista común, enfrentado a la línea de la dirección. Según el recuerdo de Mika: “Es la época de la bolchevización, es decir, la organización de los partidos comunistas en células —de fábrica y de calle. El Comité Ejecutivo, a cuyo frente se destacan José Penelón y Rodolfo Ghioldi, no se equivoca sobre las cualidades y capacidades de Etchebéhère. A tal punto, que le encarga la redacción de la nueva carta orgánica. Orador apasionado, conocedor, como ninguno de los jefes del partido comunista, del marxismo y el leninismo, el Comité Central hizo cuanto pudo por ganarlo a sus puntos de vista” (M. Etchebéhère, 1973: 6). </p><p>Aunque la historia oficial de este proceso (<i>Esbozo</i>, 1947) está hace tiempo desacreditada, la trayectoria de este núcleo, que terminará rompiendo con el PC entre fines de 1925 e inicios de 1926, sigue siendo desconocida. Será objeto de un trabajo de próxima aparición. Digamos aquí, brevemente, que el conflicto interno entre el sector que lideran Codovilla, Ghioldi y (por ahora) Penelón, y la corriente de izquierda que gana prestigio y comienza a controlar incluso la dirección del partido, termina con el triunfo de los primeros, gracias al apoyo de la dirección del Komintern. El aparato partidario se terminará de conformar con los dirigentes que establecen las relaciones más privilegiadas con Moscú: éstos devendrán los hombres incondicionales de las políticas de la IC, y ésta saldará incondicionalmente todos los conflictos a favor de sus hombres en Buenos Aires.<br />Tras el conflictivo VII° Congreso del PCA (26/28-XII-1925), la fracción izquierdista va a fundar, a principios de 1926, el Partido Comunista Obrero. Serán del grupo fundador: Héctor Raurich, intelectual; Angélica Mendoza, dirigente sindical docente e intelectual; Rafael Greco y Romeo Gentile, obreros metalúrgicos; Mateo Fossa, de la madera; Teófilo González, del calzado; Alberto Astudillo, arquitecto; Cayetano Oriolo, chofer; Modesto Fernández y Miguel Contreras, obreros tipográficos... Hipólito Etchebéhère formará parte de la Comisión de Organización y Mica Feldman de la Comisión de Propaganda entre las mujeres. Editarán el periódico <i>La Chispa</i>, de donde el mote de “chispistas”. </p><p>El PC Obrero, a pesar de contar con un núcleo de intelectuales formados y un diagnóstico de la realidad argentina de inusual profundidad para la época, tendrá vida efímera (1926-29). Les sucede algo similar que a la fracción que encabezará José Penelón en 1928, al frente de buena parte de los sindicalistas comunistas, intentando crear el “PC de la Región Argentina”: se hacía difícil, si no imposible, crear “otro PC”, disputando la legitimidad del ya existente cuando la dirección de la IC sólo reconocía al partido que controlaban R. Ghioldi y V. Codovilla. La historia oficial de los comunistas señala también, en tono de denuncia, que los chispistas “difundieron, primero encubierta, y después desembozadamente, el trotskismo... Muchos de los componentes de ese grupo pasaron a constituir focos trotskistas. Entre ellos, Mateo Fossa, Héctor Raurich, H. Etchebere [sic], Mica Feldman [sic], Manuel Molina, etc.” (<i>Esbozo</i>, 1947: 58 n.). Si bien esta visión retrospectiva es exagerada (no hay asomo de “trotskismo” en 1925), el entusiasmo de Etchebéhère por Trotsky lo confirma Mika en sus recuerdos: “Cuando empezó en la Unión Soviética la lucha contra Trotzki, Etchebéhère, fervoroso admirador del jefe del Ejército Rojo, abrazó su causa. Y era tal su dimesión revolucionaria, tan íntegra su conducta, tan entregada su vida de militante, que al ser expulsado del partido lo fue únicamente por trotzkista, labor fraccionista y antibolchevique” (M. Etchebéhère, 1973: 6). </p><p>Los “chispistas” H. Raurich, A. Mendoza, Mateo Fossa y J. Paniale animarán las formaciones político-culturales trotskistas de los ‘30. A ellos se sumarán antiguos disidentes del comunismo oficial, como L. Koiffmann y P. Milesi, y otros que llegarán entonces, como A. Gallo, C. Liacho y L. Justo. En 1939 retornará a la Argentina el poumista F. de Cabo, tras la derrota en la guerra civil, y se sumará a uno de los grupos. Pero esta es otra historia, que por ahora dejamos en suspenso, para seguir el itinerario de Mika e Hipólito quienes, mucho antes de esto, mientras sus compañeros perseveraban en la experiencia chispista, abandonan la ciudad enrarecida donde la revolución se revela más compleja de lo que parecía y se dirigen a la Patagonia. Privilegiamos, otra vez, el relato de la propia Mika sobre Hipólito. </p><p><b><span style="font-size:+1;">Nuestros años patagónicos</span></b> </p><p>“Su salud muy quebrantada por los años de privaciones y actividades desmedidas, exigía una temporada de reposo que él aprovechó para intensificar sus estudios marxistas... y militares. [...] Vinieron luego nuestros años patagónicos. Para conquistar una independencia económica, Etchebéhère aprendió prótesis dental. Yo tenía mi diploma de dentista y cuando también a mí me expulsaron del PC resolvimos salir a tentar suerte en la Patagonia para recoger el dinero que nos permitiera pagarnos un viaje a Europa. Con la suma que nos prestó Carolina Torres Cabrera [...], montamos un consultorio ambulante y aterrizamos en San Antonio Oeste, Río Negro. Al cabo de un año y medio de trabajo tuvimos lo necesario para llegar a Esquel. La Patagonia fue la mayor tentación de nuestra vida. El esplendor del Lago Futalauquen, la magia de los bosques con árboles increíbles, la perspectiva de vivir literalmente de la caza y de la pesca, estuvieron a punto de retenernos. Eran esas por entonces tierras bravías, solitarias, barridas por los vientos en la costa, remansadas en los paisajes de la precordillera y la Cordillera de los Andes, tierras todavía de aventura, con la fortuna fácil al cabo de tres o cuatro años de trabajo y una existencia ancha, sin trabas ciudadanas, junto a seres que parecían salidos de los libros de Jack London. </p><p> “Tentación, digo, y muy grande, pero los votos pronunciados en la extrema juventud nos la vedaban. Terminada la campaña de Esquel, al año siguiente, y otro más, fuimos al extremo sur: Santa Cruz, Paso Ibáñez, Río Gallegos, que fueron las tierras de la gran huelga de los obreros ovejeros. En Paso Ibáñez, de labios de testigos presenciales (habían pasado solamente ocho años desde las trágicas matanzas), recogimos testimonios de primera mano. No, los obreros no habían matado, ni violado ni robado. Se calcula que mil quinientos obreros fueron asesinados por la gendarmería y los guardias blancos. </p><p> “En Río Gallegos establecimos la genealogía de la familia Braun Menéndez y Menéndez Behety. Atendimos en el consultorio a un escocés muy viejo, matador de indios profesional a sueldo de Menéndez. Juntamos toda clase de datos con intención de escribir algún día un libro. No hace mucho pasé a máquina esas cuartillas que los años empalidecieron. </p><p> “Con lo que ganamos en una temporada de intenso trabajo, marchamos a Europa en busca de la lucha que parecía más próxima en esos países de sólidas organizaciones obreras” (M. Etchebéhère, 1973: 7-8).<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">Desesperanzas argentinas, esperanzas europeas</span></b> </p><p> En Europa el movimiento obrero tenía una larga tradición de organización y de lucha, incomparable con el carácter incipiente de la clase obrera latinoamericana. La lucha, recordaba Mika, “parecía más próxima en esos países de sólidas organizaciones obreras”. Por eso el objetivo es Alemania, donde se está jugando el destino de la clase obrera mundial. Y el de la propia URSS, pues o bien la revolución se extiende a Alemania, o bien reducida a las fronteras rusas, culmina su burocratización.<br />Mika e Hipólito llegan a Madrid en junio de 1931. “Desembarcamos en España dos meses después de declarada la República. Nos calentamos el corazón al fuego de aquellas manifestaciones tumultuosas que reclamaban la separación de la Iglesia y el Estado, comprobamos que la guardia de asalto republicana ya sabía dar palos como cualquier policía veterana, aprendimos a querer el pueblo español y emprendimos viaje a Francia. </p><p> En otro testimonio de esos años, Mika recordaba la llegada a París: “Instalados en un minúsculo alojamiento en la calle Claude Bernard, ... pasamos la mayor parte de nuestro tiempo en la biblioteca Sainte Geneviève para leer las obras que juzgábamos indispensables a nuestra formación de militantes revolucionarios. Los primeros camaradas franceses los encontramos en el grupo de los ‘Amigos de Monde’” (M. Etchebéhère, 1981: 10-11). Amis du Monde tenía como función sostener el semanario <i>Monde</i> que editaba Barbusse, pero bajo el impulso de su secretario, René Lefeuvre, se han creado grupos de estudio de marxismo. Mika e Hipólito siguen los cursos del italiano Angelo Tasca y del economista francés Lucien Laurat. Hipólito va a colaborar con Laurat en la corrección de la edición francesa de <i>El Capital</i> que editará Costes. Pero Lefeuvre y sus amigos están muy a la izquierda de Barbusse, comprometiéndose cada vez más con un marxismo crítico, consejista, libertario. Es así que Mika e Hipólito, prolongando su experiencia política argentina, continúan ligados a los grupos de la oposición de izquierda que aún forma parte de los partidos comunistas. Llegados a Berlín, se van a dirigir al PC alemán, porque es el que organiza la clase obrera más consciente y combativa, pero van a conectarse al grupo de oposición llamado de “Wedding” (nombre de un barrio obrero de Berlín), que dirige el revolucionario Kurt Landau. </p><p>“En octubre de 1932, seguros de hallar en Alemania una tierra abonada para la lucha decisiva, llegamos a Berlín. Para perfeccionar el idioma y acercarnos a los obreros, nos inscribimos en la Escuela Marxista del Partido Comunista, que era también una escuela a secas, con clases para adultos y que fue para nosotros la escuela donde aprendimos a juzgar la política paralizadora, nefasta de la Internacional Comunista, fielmente ejecutada por los jefes del PC alemán. Los militantes repetían como autómatas la burda interpretación del nacional socialismo que difundía la Internacional Comunista; trataban a los obreros socialdemócratas de socialfascistas, pero eso sí, desfilaban en manifestaciones tan densas, tan disciplinadas, tan evocadoras de un verdadero ejército revolucionario por las escuadras de combate que marchaban a su frente, que estremecían a la burguesía. Sabíamos que el PC tenía armas, que los barrios rojos estaban organizados por bloques de casas para la lucha: asistimos en las elecciones de noviembre de 1932 a la pérdida de un millón de votos sufrida por los nazis, pero asistimos también cuando Hitler fue llamado al poder por Hindemburg de la manera más pacífica, al tremendo desconcierto, a la pasividad que había engendrado la política criminal de la Internacional Comunista” (M. Etchebéhère, 1973: 8-9). </p><p> En efecto, en 1930 ha caído Müller, el último canciller socialdemócrata, y desde 1931 el Partido Nacionalsocialista viene aumentando sus escaños en el Reichstag, con la excepción del retroceso de las elecciones generales de noviembre de 1932. Sólo el frente único entre los partidos socialista y comunista hubiese podido frenar el ascenso nacionalsocialista a través de la unidad de toda la clase trabajadora alemana: pero los dos grandes partidos obreros se mantendrán severamente enfrentados. Y en un contexto de crisis aguda del Estado, y cuando las organizaciones paramilitares nazis llevan a cabo actos de terrorismo y controlan crecientemente la calle, el 30 de enero de 1933 el Presidente Hindembug nombra a Adolfo Hitler canciller. </p><p>El 31 de enero Hipólito le escribe una carta a un camarada argentino: “Querido Viejo: Te escribo en caliente.[...] Ayer por la tarde Hitler ha tomado el poder”. Y traza a continuación un cuadro de la desmoralización de la clase obrera alemana: “esta misma noche hemos podido conocer, con la ansiedad que puedes imaginarte, el estado de ánimo de la clase obrera, de los afiliados al Partido, y su capacidad de acción. No olvidaremos nunca, Viejo, el desaliento, la desorientación, la desconfianza total en sí mismos y en el Partido con que acogieron nuestras preguntas, nuestra ansiedad de compañeros extranjeros que querían saber qué se iba a hacer... Les dijimos la esperanza enorme, la atención angustiada con que el proletariado de afuera esperaba en ellos. Eso los hundió más todavía. </p><p> “Viejo, estábamos muy, muy prevenidos. Sabíamos los estragos que la política y el régimen de la I.C. causa en el proletariado. Pero hay que sentir a los mejores elementos de ese proletariado, en la hora decisiva, y en el primer partido de la I.C., un partido que tiene 6.000.000 de votos, hay que sentir el desamparo, la impotencia, la amargura expresados cruda y rabiosamente, como lo hemos oído, para comprender el crimen entero de los miserables que detentan la I.C.”. </p><p> Etchebéhère ha comprendido el día mismo de los hechos que la derrota del proletariado alemán no es transitoria, como quieren creer los comunistas: es una derrota histórica. Y la concepción comunista del “cuanto peor, mejor”, de que una dictadura abierta iba a tener un efecto más concientizador para los obreros que el régimen semidictatorial previo, la considera directamente suicida: “Y los que se mostraban optimistas, tenían una idea tan fantástica, pero tan fantástica... (por ej.: Hitler en el poder no dura ni un mes, o: y además nos va a ser más fácil convencer a los obreros engañados por él, o: nos favorece porque con él la situación internacional se pondrá más aguda y acelerará la revolución, o: Hitler no se va a atrever a prohibir el Partido, o: el Partido no puede llamar a la huelga porque lo van a lanzar a la ilegalidad). Todas estas opiniones escuchadas la misma noche en boca de afiliados obreros del Partido, que tan pronto sostenían una cosa como otra”. </p><p>Y concluye: “Viejo: estamos vencidos. Y vencidos ignominiosamente. Se acabó nuestra antigua esperanza en Alemania. Habrá, sí, terribles batallas aisladas, un sangriento terror, una larga guerra civil (sabrás que el proletariado antifascista está organizado por calles; a veces por casas, en los grandes inquilinatos) en los meses venideros... Caerán los mejores... Junto a una abnegación y un valor individuales admirables, una enorme paralización y desorientación como clase” (Etchebéhère, 31-1-1933). </p><p>Su decepción ante la clase trabajadora alemana no le impide extraer las más lúcidas lecciones de la derrota, sin dar lugar a ninguna de las “racionalizaciones” del PC alemán. El ascenso de Hitler, hay que decirlo, ha cerrado un ciclo histórico en la larga marcha que la clase trabajadora alemana había comenzado 60 años atrás. Derrotada ésta, el mapa de la política europea se ha transformado: seguramente seguirán otras batallas, acaso nuevas derrotas. “Caerán los mejores”, aventura Hipólito, como si intuyera su propio fin. </p><p>Si en Alemania la clase obrera está derrotada, Mika e Hipólito van a buscar otros escenarios de la lucha de clases revolucionaria. Y en mayo de 1933 están otra vez en París. Apenas llegados, Hipólito vuelve a escribir a su amigo: “Querido Viejo! Henos aquí de vuelta, después de haber vivido verdaderos meses de plomo en Alemania. Qué días, Viejo! De resulta de ellos ando con los nervios hechos polvo. No puedo discutir con nadie sin excitarme fuera de toda medida. Verse reducido a acompañar una y otra vez al cementerio a los obreros volteados por los fascistas, sin tener por delante ninguna perspectiva de lucha, sin hallar la acción, el combate, la batalla donde desahogar tanta rabia, tanto odio, tanta amargura cosechada! Junto a antiguos espartakistas que guardan su arma como un relicario, nos hemos consumido, quemado de impotencia, viendo caer una a una las posiciones, sin combates; sintiendo el desprecio del enemigo, a quien tu falta de resistencia envalentona y vuelve cada vez más insolente: ‘Dónde están los comunistas?... En los sótanos!’ He aquí el estribillo que te cantan los nazis en todas las calles de Alemania... De otro lado hacen limpiar los suelos de sus cuarteles a los militantes con las propias banderas rojas, hoz y martillo!... No sigo, porque reviento”. </p><p> Traza luego un análisis pormenorizado de la dinámica de las fuerzas sociales y políticas alemanas que permite entender el ascenso de Hitler y la tragedia del proletariado alemán. No es más que el resumen de dos artículos sucesivos que Hipólito publica con el seudónimo de Juan Rústico en la revista francesa <i>Masses</i> que dirige Lefeuvre. Según el relato de Mika: “Por haber vivido los acontecimientos día tras día, en la calle, seguido la prensa, hablando horas y horas con militantes socialistas y comunistas, presenciando las primeras razzias fascistas en los barrios obreros, contemplando las tumbas profanadas de los caídos de Spartacus, visto el desfile nazi del 1° de Mayo de 1933, asistido a la ocupación de la opulenta sede de los sindicatos libres alemanes por un puñado de S.A., nuestro testimonio de la derrota del proletariado alemán, el primero que se publicó en Francia, tuvo gran repercusión” (M. Etchebéhère, 1973: 9). </p><p> La situación económica de la pareja en París es seria. Pero ni precariedad económica ni el desastre de Alemania detienen su voluntad revolucionaria. En la carta de junio de 1936, Hipólito informaba a su amigo de las perspectivas políticas después de la tormenta: “La tarea esencial en el momento actual es buscar una unificación de las fuerzas de oposición en Alemania. Se está en camino de ello. Aquí en Francia la labor está muy avanzada; los tres grupos de la izquierda que había, aparte de la Liga Comunista que se muestra reacia aún, están en vísperas de quedar unidos. Se piensa luego en una especie de nuevo Zimmerwald, que sobre el desastre alemán, la defección sin combate de la I.C., busque un acercamiento y un terreno de acción común de las fuerzas de oposición”. Y si bien las condiciones de clandestinidad bajo la dictadura fascista serán graves, agregaba Etchebéhère, la clase obrera comunista está más dispuesta hoy a escuchar a los oposicionistas de izquierda que ayer. Pesimismo de la inteligencia, optimismo de la voluntad (Gramsci <i>dixit</i>).<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">La revolución desde una buhardilla parisina</span></b> </p><p>En palabras de Mika: “Y nos pusimos a esperar de nuevo, no de brazos cruzados. Con el compañero Kurt Landau, el magnífico militante austriaco asesinado por los stalinianos en Barcelona, empezamos la lenta tarea de reanudar contactos con el grupo de oposición de Wedding que había dirigido Landau en Berlín”. Kurt Landau (1900-1937) había sido un destacado oposicionista de izquierda, primero en Austria y luego en Alemania. En estos momentos, cuando intenta reagrupar desde París a los exiliados austríacos, alemanes y polacos, entra en contacto con André Ferrat (1902-1988), un oposicionista que todavía ocupa un lugar destacado en el PC francés. Hipólito y Mika, Landau y su compañera Katia, el revolucionario polaco Grigory Kagan (1906-1944), Víctor Fay, Pierre Rimbert y otros colaborarán con Ferrat en la fundación de la revista <i>Que faire?</i>, cuyo primer número aparecerá en diciembre de 1934 y se interrumpirá con la guerra (1939). </p><p>Sobre los tres años de vida militante en París, disponemos del testimonio que brinda Mika en algunos breves raccontos de su libro sobre la guerra de España. Recordará, por ejemplo, una tarde gris en el barrio de La Chapelle, cuando me “pesaba en los hombros la fatiga de tanto andar por los quioscos distribuyendo <i>Que faire?</i>” (Etchebéhère, M., 1976: 11), o las reuniones del grupo en el departamento del sexto piso de la calle Gay Lussac, la presencia de los exiliados polacos a quienes Hipólito ha confeccionado pasaportes, la humareda que comprometía sus pulmones enfermos, y a ella misma que, retornando de su trabajo, debía preparar comida con lo poco que había para toda la célula de revolucionarios hambrientos (p. 128). </p><p>Son también los años en que traban amistad con los Rosmer, revolucionarios de una generación anterior, pero con una historia política de gran afinidad. Alfred Rosmer (1877-1964) era obrero gráfico, inicialmente un anarco-sindicalista que la revolución rusa había atraído a las filas del comunismo. Con su compañera Marguerite Thévenet (1879-1962) habían forjado una unidad tan fuerte, que P. Broué los llamó “un militante de dos cabezas”. Igual que Mika e Hipólito en el PC argentino, los Rosmer habían sido expulsados del PC francés por resistirse a la “bolchevización” y constituirán un grupo de oposición comunista, inicialmente vinculado a Trotsky. Mika les dedicará algunos pasajes nostálgicos de su libro, evocando las veladas en la “Granja” de los Rosmer en Perigny, o los octubres, “mes de nuestro paseo ritual por el bosque de Fontainebleau” (Etchebéhère, M., 1976: 39-40, 84, etc.). </p><p>Al año de la estadía parisina, emerge un movimiento revolucionario en la Cuenca de Mieres, Asturias, el 5 de octubre de 1934. Mika e Hipólito no lo dudan: “Cuando estalló la lucha de los mineros asturianos, preparamos nuestros pasaportes, decididos a marchar a España. La represión sangrienta del movimiento cortó nuestro impulso. Etchebéhère escribió sobre los sucesos de Asturias un folleto magnífico, que desgraciadamente se perdió en Barcelona cuando el stalinismo saqueó las oficinas del POUM...” (M. Etchebéhère, 1973: 9-10). </p><p>La crisis política francesa, siendo aguda, no escapa a los pequeños grupos de oposición, que no logran articularse en un partido único. La vida en París pasa, pues, “entre las interminables discusiones sobre el apoyo incondicional a la Unión Soviética y las revistas de oposición de izquierda” (M. Etchebéhère, 1976: 84). Y la política, que apasiona a la pareja, corre el riesgo de invadir la vida cotidiana, de aplacar o desviar la pasión amorosa. Hipólito reflexiona: “Tenemos que cuidar de nuestro amor. Compraremos menos libros para que puedas tener un vestido bonito. ¿Recuerdas el que diseñé para ti cuando nos conocimos? Ahora no tienes más que una falda vieja y ese abrigo de muchacho que te ha dado Marguerite. La política se nos traga la vida, no debemos dejar que nos devore...” (M. Etchebéhère, 1976: 129). Tiempo después, en los momentos más duros de la guerra española, volverá para Mika una y otra vez el recuerdo de esos años felices, a “nuestros despertares en la buhardilla de la calle Feuillantines, nuestras tardes en la I’le Saint Louis, nuestras mañanas en el Louvre, nuestra alegría infantil al regreso de los paseos, de encontrar encendida la estufa, todo esto lo llevo en un hatillo amarrado a la espalda” (M. Etchebéhère, 1976: 33). </p><p>Es por entonces que los Etchebéhère hospedarán por algún tiempo a un joven argentino, estudiante de física que ha viajado a París a un congreso antifascista, pero que acaba de desertar de las filas del comunismo: Ernesto Sábato. Curioso pero fugaz encuentro entre los forjadores del primer Insurrexit y un militante del segundo.<br /></p><p><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRgcC04IGuydylnXaoyl-_FH80fff7zvzM9MLQ4m_4kRTH8d5yaqov4basQf3OXbNnpmRCKrFu4fFvGuQI42eHWEQ9XMhlm9_6h1FYCxl-G3Xq90-kJBGcc2vTyP9Eq0F4ykUyFn_zx6Q/s1600-h/POUM.gif"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 237px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhRgcC04IGuydylnXaoyl-_FH80fff7zvzM9MLQ4m_4kRTH8d5yaqov4basQf3OXbNnpmRCKrFu4fFvGuQI42eHWEQ9XMhlm9_6h1FYCxl-G3Xq90-kJBGcc2vTyP9Eq0F4ykUyFn_zx6Q/s320/POUM.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355805834278864450" border="0" /></a><b><span style="font-size:+1;">Morir en Madrid</span></b> </p><p>En 1935 la salud de Hipólito se quebrantó. Una mañana, de vuelta del mercado al departamento del 57 de la rue Claude Bernard, Mika lo encuentra vomitando sangre. “No te preocupes, ya pasó, ahora me siento mejor. Sabes además que estoy bien decidido a no morir de enfermedad” (M. Etchebehre, 1976: 129). Deberá pasar seis meses en el sanatorio Labrouyére Liancort, en las afueras de la ciudad (Oise), mientras Mika gana unos pesos en París enseñando español. Ella lo visita en el sanatorio, las cartas van y vienen entre Oise y París. “Porque el clima de Madrid era mejor para él que el clima de París, y porque en España estaba subiendo la marea de la lucha proletaria, a comienzos de mayo de 1936 Etchebéhère llegó a Madrid. Yo me reuní con él dos meses después, el 12 de julio. No habíamos terminado de contarnos nuestra ausencia cuando estalló el movimiento y desapareció el pasado y nació una esperanza” (M. Etchebéhère, 1973: 11). </p><p>Los años de esta nueva esperanza y esta nueva tragedia fueron narrados por la propia Mika en <i>Mi guerra de España</i>. Allí encontrará el lector un relato tan vívido y al mismo tiempo tan agudo en sus reflexiones, tan bellamente escrito y al mismo tiempo tan desgarrador, que no admite glosa alguna. Transcribo aquí el relato de los primeros días en España resumido por Mika en la carta inédita, ya tantas veces citada, al corresponsal desconocido: </p><p>“En la tarde del 18 de julio empezó nuestro andar en busca de armas y de alistamiento, de un sindicato de la U.G.T. a otro de la C.N.T., entre grupos de jóvenes casi niños y hombres casi ancianos, entre rumores y discursos, entre canciones y consignas, mezcladas a la marea que subía de todos los barrios y se echaba sobre la Puerta del Sol. A todos nos temblaban las manos ansiosas de un arma. Nadie preguntaba a nadie a qué partido pertenecía. La voluntad de luchar había roto las barreras que todavía ayer separaban a los trabajadores. Los que aún marchábamos con las manos vacías mirábamos con ojos de mendigo a quienes ya llevaban un fusil, una escopeta, una pistola, un cinturón de cartuchos. </p><p>“—Dicen que hay armas en la Calle de la Flor, o en Cuatro Caminos, o en los locales de la J.S.U., o en la U.G.T...<br />“Con los pies hinchados de tanto caminar, los ojos ardidos de no dormir, el corazón apretado de tanto ansiar, vimos disolverse en la noche de ese 18 de julio y nacer el alba del 19. El 20 ya teníamos destino entre los compañeros del POUM, la organización política que estaba más cerca de nuestro grupo de oposición. Ya pertenecíamos a una formación de combate: la columna motorizada del POUM. Hipólito Etchebéhère era su jefe. </p><p>“A su mando salimos por primera vez el 21 de julio, montados en tres coches de turismo y dos camiones, armados con treinta fusiles y una ametralladora sin trípode que quedaba muy bonita en lo alto de un camión... Al día siguiente, incorporados a la columna que mandaba un capitán de carrera llamado Martínez Vicente, leal a la República, tomamos un tren que resultó ir solamente a Guadalajara y no a Zaragoza como creían los milicianos. Durante el largo viaje se nos sumaron algunos hombres de otras organizaciones, atraídos por la convicción tranquila y la autoridad que emanaba de Etchebéhère. </p><p>“De Guadalajara pasamos a Sigüenza. La columna del POUM ya había ganado laureles de guerra por haber vencido a las tropas fascistas que se disponían a atacar Sigüenza. El ascendiente de Etchebéhère sobre sus hombres y sobre muchos otros de los que componían la guarnición de la zona crecía rápidamente. Era un jefe vestido con un overhall roto en los codos y en las rodillas. Sus ojos eran cada vez más luminosos, como si llevase por dentro una antorcha encendida. Una tarde le escuché al viejo Quintín, que había combatido en la guerra de Cuba, decir: ‘El jefe tiene como un sol en la frente’. </p><p>“La hora del gran combate había llegado. La revolución estaba por fin al alcance de sus manos ávidas. Ya no se trataba más de lecturas, de tesis teóricas, ahora tocaba luchar con las armas por lo que había elegido a la edad de 19 años. Y luchó 29 días dichosos, alegre de exponer su vida a cada rato, burlón o serio cuando yo le pedía que no se hiciese matar antes de lo necesario. </p><p>“—Aquí el que manda no debe agacharse cuando silban las balas, me respondía. Ya sabes que el valor físico es la cualidad máxima en España. Para que los demás avancen, el jefe debe marchar el primero, aunque sepa que puede morir. </p><p>“Tenía como un poder mágico que aglutinaba a la gente a su alrededor. Promovió la formación de un tribunal revolucionario para juzgar a los fascistas que caían en manos de los milicianos o sobre los cuales pesaban denuncias de la población civil. Resistido al comienzo, poco a poco su prestigio fue ganando a las otras formaciones, mucho más importantes que nuestra pequeña columna de unos 150 hombres. </p><p>“Le vi por última vez ese amanecer que era casi noche todavía, del 16 de agosto de 1936, cuando nos acercábamos a Atienza. Cumpliendo sus órdenes, yo no iba con él sino con el médico, para organizar en la retaguardia un puesto de primeros auxilios. La larga capa negra de guardia civil que había ganado en un combate le caía hasta la media pierna. Llevaba la cabeza ceñida por su inseparable boina vasca. El áspero frío de la alborada alcarreña le había helado las manos, que apoyó en mis mejillas mientras me besaba. </p><p>“—¿Por qué no están contigo las muchachas? —me preguntó. No quiero mujeres en la línea de fuego. Ordené que se quedasen con el médico. </p><p>“Le contesté sonriendo que nuestras milicianas, menos disciplinadas que yo, estaban de seguro en alguno de los caminos que marchaban al frente de la columna. Nos abrazamos en silencio. </p><p>“Las primeras luces del día nos trajeron hasta los ojos el peñón bravío de ese castillo de Atienza que había que tomar a toda costa, a golpes de granadas que habrían de lanzar los guerrilleros del POUM, cuidadosamente adiestrados por Hipólito Etchebéhère. Él los guiaba entre las ráfagas de ametralladora que volaban de las torres. Una bala lo quebró como se quiebra un árbol herido por el rayo. </p><p>—Sabes, me dijo nuestra bella Abisinia tendiéndome un pañuelo tinto en su sangre, sonreía, no parecía muerto. Guarda este pañuelo como una reliquia de santo: es su sangre, yo le limpié los labios. La bala le partió el corazón, te digo que no sufrió. </p><p>“Tenía al fin el corazón en paz, callado para siempre” (M. Etchebéhère, 1973: 11-13) .<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">Mika capitana</span></b> </p><p><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj87gFLNeopN7M0lgHeSJa4DBAZj-kUGzbDceJK3Pf-JARi5e0j74eVfF-m2gKqXfXMLUsvw3-u3j-x83F6NCDazd7UYWpLEbbCxxrBiVPKoC9y11NSYnOor49UiD72z0HVPp7nUZKdA7g/s1600-h/Mika.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 254px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj87gFLNeopN7M0lgHeSJa4DBAZj-kUGzbDceJK3Pf-JARi5e0j74eVfF-m2gKqXfXMLUsvw3-u3j-x83F6NCDazd7UYWpLEbbCxxrBiVPKoC9y11NSYnOor49UiD72z0HVPp7nUZKdA7g/s320/Mika.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355805614837895522" border="0" /></a>Muerto Hipólito, Mika decide continuar combatiendo y pasa a ocupar en la columna del POUM un rol cada vez más destacado. Por toda herencia, ha recibido su capote, su pistola y su fusil, símbolos de su jefatura. De la compañera del jefe, pasa a ser jefe ella misma. Una vez desplazadas las fuerzas de la columna a Sigüenza, Mika entiende que “se terminó mi ocupación de casera de guerra. La organización del cuartel no plantea problemas... Igual que los demás, monto guardia en los cerros...” (M. Etchebéhère, 1976: 39). </p><p>La experiencia de la guerra ha transformado a Mika, sorprendida, no ya de la igualdad que ha conquistado frente a los varones de la columna, sino incluso del ascendiente que tiene sobre ellos. Una noche, en Sigüenza, un miliciano que debía ocupar su turno de centinela, duerme profundamente. Nadie puede arrancarlo de su sueño. Mika lo agarra del pelo con la mano izquierda, lo abofetea con la derecha. “El hombre se ha despertado. Me mira fijo un instante, muy corto, se levanta, toma el fusil que le tiende el compañero y se marcha con paso decidido al parapeto. Cuando vuelvo a acostarme, el pensamiento de lo que acabo de hacer me impide dormir. ¿Por qué se ha dejado pegar ese hombre? ¿De qué honduras ignoradas salió mi violencia?” (M. Etchebéhère, 1976: 63). </p><p>Emma Roca, a sus 81 años —entonces una miliciana poumista de quince que luchará con Mika en Atienza y en Sigüenza— aún hoy la recuerda con nitidez, “con su capote y su fusil, y esos zapatos planos, y sus pantalones en plan de hombre...” (testimonio al autor, Madrid, 10-1-2000). Sin embargo, la jefatura militar no le cuadra bien. En primer lugar, su absoluta ajenidad a cualquier formación militar, que debió disimular durante tres años. En segundo lugar, y mucho más importante: la remuerden escrúpulos éticos, de esos que parecen no tener cabida en una guerra (¿vamos a ajusticiar a los desertores?, ¿hemos de fusilar a estos curas fachos?; ¿es realmente una infiltrada esta mujer?). Y, por último, y fundamental: tiene una conciencia política de la realidad española que va más allá del heroísmo, a menudo ingenuo, de los jóvenes milicianos y las milicianas. En Sigüenza, ante las legítimas protestas de sus hombres, Mika debe arengar: “Es aquí donde tenemos que combatir hasta el fin, resistir el mayor tiempo posible, bloquear aquí a las tropas franquistas para impedir que vayan a engrosar al ejército que pronto amenazará Madrid. Si nos fuéramos ahora los otros diríamos que tenemos miedo. Los milicianos del POUM no son cobardes”. Pero enseguida reflexiona: “Ya está, he soltado la palabra que siempre hace efecto en España y me reprocho la demagogia fácil” (M. Etchebéhère, 1976: 44). Es que Mika tiene la convicción que es una guerra perdida, de que no llegará la ayuda militar de Madrid, de que el gobierno de la República lleva adelante, con ineptitud política y militar, una guerra que no quiso y que no quiere.¿Cómo decir la verdad sin desmoralizar, cómo levantar la moral sin mentir? Otra vez la conciencia trágica, el pesimismo de la inteligencia y el optimismo de la voluntad. Y siempre, en los momentos más difíciles, reaparece la imagen superyoica de Hipólito, la severidad con ese toque irónico, que la ayuda a seguir adelante. </p><p>La columna del POUM no sólo adquiere renombre por su valentía, sino también por haber subvertido a su interior la división de géneros común en otras columnas y regimientos. Para Mary Nash “incluso en los frentes existía un marcado grado de división sexual del trabajo, ya que normalmente las mujeres realizaban las labores de cocina, de lavandería, sanitarias, correo, de enlace y administrativas” (Nash, 1999: 164). Es así que Nati y Manuela, dos jóvenes milicianas, deciden abandonar el famoso Quinto Regimiento y trasladarse a la columna del POUM que comanda Mika. “Soy de la columna Pasionaria, pero prefiero quedarme con vosotros. Aquellos [los comunistas] nunca quisieron dar fusiles a las muchachas. Sólo servíamos para lavar los platos y la ropa”. Hilario, un viejo miliciano, se resiste. Nati implora que las acepten, aunque más no sea para guisar y barrer. “Manuela se indigna: —Eso sí que no. He oído decir que en vuestra columna las milicianas tenían los mismos derechos que los hombres, que no lavaban ropa ni platos. Yo no he venido al frente para morir por la revolución con un trapo de cocina en la mano” (M. Etchebehre, 1976: 56-57). Mary Nash, tras comentar el episodio, observa: “Finalmente, Etchebéhère se las ingenió para convencer a los hombres de que aceptaran una división igualitaria de las tareas de la columna, pero indudablemente eso sólo se consiguió porque la oficial al mando era una mujer con una conciencia feminista sumamente excepcional en lo tocante a la igualdad de las mujeres” (Nash, 1999: 165). </p><p>Mika participa, pues, activamente en la batalla de Sigüenza, donde una absurda orden militar superior ordena a los milicianos refugiarse en la catedral. El Comandante Martínez de Aragón quiere que las fuerzas republicanas repliquen el ejemplo de resistencia “heorica” que los franquistas en el Alcázar de Toledo. Pero este edificio tiene una estructura distinta y la artillería nacionalista abre enormes boquetes en la catedral. Cientos de hombres y mujeres están sitiados, cada vez menos esperanzados en la ayuda militar de Madrid que nunca llega. ¿Morir resistiendo? ¿O intentar llegar vivos a Madrid para reclamar ayuda? Algunos optan por salir en grupos durante la noche. Mika, con un grupo de seis personas, logra romper el cerco y llegar a Madrid. </p><p>Luego de una corta estancia en París, Mika se ve impelida a regresar. Los hombres del POUM han formado dos compañías. Se confía a Mika el mando de la Segunda Compañía, con el grado de capitán. Sus hombres ocuparán una trinchera en la Moncloa, resistiendo constantes ataques y bombardeos. Luego relevarán a las fuerzas que ocupan las trincheras de Pinar de Húmera, y finalmente son escogidos, con otras unidades, para desalojar a los franquistas del Cerro del Aguila, ataque en el que van a morir muchos milicianos del POUM. Debilitadas las filas militares pomistas, Mika se integra como oficial dentro de la 14ª división, de orientación cenetista, que comandan el anarquista Cipirano Mera. Combate aquí hasta junio de 1938, cuando la CNT le encomienda instalarse en un hospital de Madrid para ocuparse de tareas de formación y cultura. Serán los últimos meses de la guerra.<br /></p><p><b><span style="font-size:+1;">Una viejecita en las barricadas de París</span></b> </p><p>El 28 de marzo de 1939 los “nacionales” entran en Madrid. Mika debe esconderse, pero continúa resistiendo. Detenida por una patrulla franquista, se asila durante seis meses en un liceo francés, pues poseía pasaporte de ese país por ser viuda de Etchebéhère. A causa de los reclamos interpuestos desde París por sus camaradas ante el Ministerio de Asuntos Extranjeros, un auto del Consulado francés en Madrid la deja, una vez traspuestos los Pirineos, en el puesto fronterizo de Irún y poco tiempo después logra llegar a París. Pero ya no será el París de la buhardilla de la rue Feuillantines: el poderoso movimiento huelguístico ha sido derrotado unos meses antes. Los días del Frente Popular están contados. En setiembre de 1939 Francia ingresará en la guerra, en marzo de 1940 caerá el gobierno Daladier. El 14 de junio de 1940 los alemanes ocupan París. </p><p>Mika ha vuelto a Buenos Aires en 1940. Es el reencuentro con los viejos amigos: insurrexistas, chispistas, trotskistas. Luis Koiffman acaba de fundar un semanario antifascista que alcanzará, durante siete años, cierta gravitación: <i>Argentina Libre</i>. Allí Mika escribirá sobre la guerra europea, pero también sobre la situación argentina. Entre todas, llama la atención su crónica del desfile nacionalista del 1° de Mayo de 1943, que Mika describe después de haber participado “desde adentro”: se ha “plantado de escucha en el terreno enemigo. Cumplo quizás una guardia un poco absurda, un poco inútil a lo largo de las columnas nazis, los oídos tensos, la mirada fija, las manos increíblemente desarmadas” (M. Etchebéhère, 6-V-1943). </p><p>El frente político-intelectual antifascista, a medida que avance el primer lustro de la década, irá perdiendo su tonalidad social, ganará en colaboraciones liberal-conservadoras, y devendrá, en 1945, un frente antiperonista. Su ferviente antiperonismo, no obstante, no habría llevado a Mika tan lejos como para aceptar la Unión Democrática. En un informe de 1955, se lamentará de que las izquierdas se hubieran dejado robar diez años antes sus viejas banderas antiimperialistas por las fuerzas “llamadas nacionalistas”, y que, bajo el gobierno de Perón la oposición de izquierda “se comprometiera con los conservadores y los radicales más corruptos en una acción conspirativa sin base obrera seria, cuyo centro está, sobre todo, entre los exiliados de Montevideo y la Embajada de Estados Unidos” (M. Etchebéhère, 1955: 2). </p><p>Su fidelidad a las ideas revolucionarias no impidió que, en el marco del espíritu antifascista de fines de los ’30 y primeros ’40 colaborase en <i>Sur</i>, en un período en que la revista de Victoria Ocampo acababa de apoyar la causa republicana española y ahora, durante la guerra, la causa aliada. Según algunos testimonios, Victoria Ocampo llegó a apreciar a esta mujer tan distinta a ella, mientras Mika trababa vínculos con algunos intelectuales franceses exiliados en Argentina durante la guerra y cobijados por <i>Sur</i>, como el sociólogo Roger Caillois o la fotógrafa Gisèlle Freund. Con todo, cuesta imaginar a la que hasta hace poco fue capitana de la segunda compañía del POUM de tertulia literaria en Villa Ocampo. Pero es cierto que fue <i>Sur</i> la que abrió sus páginas a un avance de <i>Mi guerra de España</i>, un relato del niño miliciano de su columna muerto a los quince años (M. Etchebéhère, 1944). </p><p> A los 44 años, esta revolucionaria nómade busca sus raíces, un lugar donde afincarse. Fue a Alemania buscando la revolución y tuvo que huir tras el ascenso de Hitler. Fue a España buscando la revolución y debió escapar cuando los nacionales ganan la guerra. Fue a Francia buscando la libertad, y se encontró con otra guerra y con la ocupación. Volvió a la Argentina y se encontró con el golpe militar de 1943 y la irrupción del peronismo. No era lo mismo peronismo que franquismo o que fascismo, lo sabía bien, pero aun así era ya demasiado para ella. Y en un sentido era peor, por la virtual ausencia de una izquierda revolucionaria argentina. Y es así que Mika vuelve a París a mediados de 1946, empecinada en desoír la protesta de sus amigos argentinos e incluso de las advertencias de los que vienen de la ciudad liberada. </p><p>Es el París devastado por la guerra, el del desabastecimiento, el mercado negro, la especulación, aquel que describirá a lo largo de una serie de crónicas en <i>Sur</i> (M. Etchebéhère, 1946-1947). Pero es su París. Vuelta por un tiempo a la calle Claude Bernard de sus días felices con Hipólito, vuelta a encontrarse con los viejos amigos: Pierre Rimbert, René Lefeuvre, Katia Landau, que también había ido a combatir a la guerra española, cuyo marido había sido asesinado por los stalinistas mientras ella sufría la prisión de una “checa”. Y está Pavel Thaelman (1901-1980), el oposicionista suizo que había combatido en la guerra civil española y luego en la resistencia francesa. Y los Rosmer, que también regresan a París en junio de 1946, después de años de exilio en los Estados Unidos. “Encontrarán su casita en Perigny saqueada por los alemanes, sin libros, sin piano, sin las viejas cómodas que tenían, todas, tapetes de manzanas olorosas. Pero entre los tres volveremos a levantar la casa. Y veremos otra vez los primeros narcisos en el bosque Senart en primavera, y la bruma tenue de I’le de France en los atardeceres de otoño y el río verde y opaco corriendo al pie del prado todos los días del año. ¿Comprenden ustedes ahora por qué quería yo tanto volver a París” (Ibid.: 88). </p><p>Así será. Volverán Alfred y Marguerite a Perigny, a aquella casa de campo que habían prestado a Trotsky —a pesar de las diferencias políticas— para realizar el congreso de fundación de la Cuarta Internacional, allá por setiembre de 1938. Y también volverá allá Mika, cuyos trabajos como traductora le alcanza para realizar ese sueño: comprar una parcela en Perigny, cerca de los Rosmer. Pero reside en París, en el número 4 de la rue San Sulpice, en un departamento que le ayuda a decorar su amigo, el artista vanguardista rioplatense Carmelo Arden Quin. Se gana la vida traduciendo del francés al español. </p><p>Disfruta de los paseos con los amigos, del cine, las galerías de arte, sin perder su pasión por la política. Con sus viejos camaradas ha constituido el Cercle Zimmerwald, nombre de la localidad suiza donde en 1915 se habían reunido los pocos revolucionarios intransigentes que, derrumbada la Segunda Internacional, se seguían pronunciando contra la guerra y por la revolución. Ni tampoco decayó su interés por España: todos los días, además de<i> Le Monde</i>, lee el diario español <i>El País</i>. A los 66 años, se suma a los estudiantes durante las jornadas de Mayo del ’68: para sorpresa de los jóvenes, esta señora mayor les ayuda a levantar barricadas con adoquines. Lastimadas las manos, va en busca de un par de guantes para proseguir su labor cuando una patrulla policial la encuentra e insiste en llevarla a su casa: “Madame, déjenos acompañarla, puede ser peligroso”. Una década después, la encontramos congregándose con otras personas en la Place du Panteon, avanzando por la rue Rivoli, atravesando con una columna el Pont Neuf: es una marcha contra la dictadura militar argentina que se desarrolla en París. </p><p>En 1976, después de 40 años de contar su historia a múltiples interlocutores, de recuperar recuerdos visitando viejos amigos, borronear cuadernos y avanzar algunos relatos parciales, Mika publica en Francia sus memorias de los años de miliciana: <i>Ma guerre d'Espagne a moi</i>. El libro es bien recibido por la crítica, y la historia de Mika e Hipólito se reaviva. En 1987 aparecerá en Madrid la versión española con el título <i>Mi guerra de España</i>. Les seguirán una edición catalana y otra alemana. </p>Muchos de los viejos amigos se van, y llegan nuevos. Entre éstos, Simone Collinet, dueña de una galería de arte surrealista. Fue Simone quien le hizo comprar a Mika una obra rara, un “Picabia impresionista”. En su vejez lo convirtió en buen dinero y le permitió pagarse su casa de retiro, pasando sus últimos años confortablemente. Mika Feldman de Etchebéhère murió en París, su ciudad de adopción, nonagenaria, el 7 de julio de 1992. En <i>Le Monde </i>del 11 de julio, su círculo de amigos más íntimos la despedía así: “Mika fue la fidelidad, el coraje, la amistad, el rigor. Amaba París, los pájaros, los gatos y las peonías”. Sus cenizas fueron arrojadas al Sena.EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-47479771764309657672009-07-07T12:02:00.000-07:002010-05-02T07:46:28.632-07:00CÉLINE, EL VIAJE DE LAS DISONANCIAS x León TrotskiPrinkipo, 1933<br /><br />Louis Ferdinand Céline entró en la gran literatura como otros entran en su propia casa. Hombre maduro, dotado de la vasta provisión de las observaciones del médico y del artista, con una soberana indiferencia respecto al academicismo, con un sentido excepcional de la vida y del lenguaje, Céline ha escrito un libro que perdurará aunque haya escrito otros de la misma talla que éste. Viaje al fin de la noche, novela del pesimismo, dictada más por el espanto ante la vida y el hastío que ella ocasiona que por la rebelión. Una rebelión activa va unida a la esperanza. En el libro de Céline no hay esperanza.<br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4aC5MZDvFhLINUcs0Oau0OCpDRCXCqbsG2oTmZmRvFFhgOZg_Ferdw99u_-T0eGsaekNzwQfHVapfi_zU7ZK_lbD50DzAJbHzyNbzW8jjHbwxKp7rgYPx3kOGptard_xvy6NNRyhIzHY/s1600-h/Copia+de+Copia+de+trotski-c%C3%A9line.gif"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 269px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4aC5MZDvFhLINUcs0Oau0OCpDRCXCqbsG2oTmZmRvFFhgOZg_Ferdw99u_-T0eGsaekNzwQfHVapfi_zU7ZK_lbD50DzAJbHzyNbzW8jjHbwxKp7rgYPx3kOGptard_xvy6NNRyhIzHY/s320/Copia+de+Copia+de+trotski-c%C3%A9line.gif" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355796208877681426" border="0" /></a>Céline no se propone, en modo alguno, la denuncia de las condiciones sociales en Francia. Es cierto que, de paso, no perdona ni al clero, ni a los generales, ni a los ministros, ni siquiera al presidente de la República. Pero su relato se desarrolla siem¬pre muy por debajo del nivel de las clases dirigentes, por entre gente humilde, funcio¬narios, estudiantes, comerciantes y porteros; incluso por dos veces se transporta más allá de las fronteras de Francia. Céline comprueba que la actual estructura social es tan mala como cualquier otra, pasada o futura. En general, está descontento de los hom¬bres y de sus actos.<br />La novela está pensada y realizada como un panorama de lo absurdo de la vida, de sus crueldades, de sus conflictos y de sus mentiras, sin salida ni destello de esperan¬za. De capítulo en capítulo, de página en página, los fragmentos de vida se van uniendo en una absurdidad sucia, sangrienta, de pesadilla. Una visión pasiva del mundo, con una sensibilidad a flor de piel, sin aspiración hacia el futuro. Tal es el fundamento psicológico de la desesperación, una desesperación sincera que se debate en su propio cinismo.<br />Céline es un moralista. Mediante procedimientos artísticos, profana paso a paso todo lo que habitualmente goza de la más alta consideración: los valores sociales bien establecidos, desde el patriotismo hasta las relaciones personales y el amor.<br />El amor está envenenado por el interés y la vanidad. Todos los aspectos del idealismo no son más que instintos mezquinos revestidos de grandes palabras. Ni la imagen de la madre queda a salvo: cuando se entrevista con el hijo herido lloraba como una perra a quien le han devuelto sus cachorros, pero ella era menos que una perra, pues había creído en las palabras que le dijeran para arrancarle al hijo.<br />El estilo de Céline está subordinado a su percepción del mundo. A través de este estilo rápido, que pudiera parecer descuidado, incorrecto, apasionado, vive, brota y palpita la verdadera riqueza de la cultura francesa, la experiencia afectiva e intelectual de una gran nación en toda su riqueza y sus más finos matices. Y, al mismo tiempo, Céline escribe como si fuese el primero en enfrentarse con el lenguaje. Este artista sacude de arriba abajo el vocabulario de la literatura francesa. Los giros gastados caen como una pelota lanzada Por el contrario, las palabras proscritas por la estética académica o la moral resultan irreemplazables para expresar la vida en su grosería y bajeza. En él, los términos eróticos sólo sirven para fustigar el erotismo; Céline los utiliza al igual que las palabras que designan las funciones fisiológicas no reconocidas por el arte.<br />En la música del libro hay disonancias significativas. Céline, tal cual es, es fruto de la realidad y de la novela francesa. No tiene deque avergonzarse. El genio francés ha encontrado en la novela una expresión inigualada. A partir de Rabelais, también médico, una magnífica dinastía de maestros de la prosa épica se ha ramificado durante cuatro siglos, desde la risa enorme de la alegría de vivir hasta la desesperación y la desolación; desde la aurora esplendorosa hasta el fin de la noche. Céline ya no escribiría otro libro donde brillen tanto la aversión a la mentira y la desconfianza de la verdad. Esta disonancia debe resolverse. O el artista se acostumbra a las tinieblas, o verá la aurora.EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-40098331126636086472009-07-07T11:41:00.000-07:002009-07-07T11:49:12.783-07:00PRESENTACIÓN DE AMAUTA x José Carlos Mariátegui<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwXFwDSyJMUyZmkk2gEJIpUQft8JkJUFPXkENuzcDbAkVZj-nxywf15DEcY2UKowDrJRDUxlFlUgxZwFp7PU7q3SNQr6QDoShAx_kaVmWz9uucvz_isL25Qn409rCLpZ2K9qzGMhIwp9k/s1600-h/Amauta-2.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 234px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhwXFwDSyJMUyZmkk2gEJIpUQft8JkJUFPXkENuzcDbAkVZj-nxywf15DEcY2UKowDrJRDUxlFlUgxZwFp7PU7q3SNQr6QDoShAx_kaVmWz9uucvz_isL25Qn409rCLpZ2K9qzGMhIwp9k/s320/Amauta-2.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355791869972233218" border="0" /></a>Lima, setiembre de 1926<br /><br />Esta revista en el campo intelectual, no representa un grupo. Representa, más bien, un movimiento, un espíritu. En el Perú se siente desde hace algún tiempo una corriente, cada día más vigorosa y definida, de renovación. A los fautores de esta renovación se les llama vanguardistas, socialistas, revolucionarios, etc. La historia no los ha bautizado definitivamente todavía. Existen entre ellos algunas discrepancias formales, algunas diferencias psicológicas. Pero por encima de lo que los diferencia, todos estos espíritus ponen lo que los aproxima y mancomuna: su voluntad de crear un Perú nuevo dentro del mundo nuevo. La inteligencia, la coordinación de los más volitivos de estos elementos, progresan gradualmente. El movimiento -intelectual y espiritual- adquiere poco a poco organicidad. Con la aparición de Amauta entra en una fase de definición.<br /><br />Amauta ha tenido un proceso normal de gestación. No nace de súbito por determinación exclusivamente mía. Yo vine de Europa con el propósito de fundar una revista. Dolorosas vicisitudes personales no me permitieron cumplirlo. Pero este tiempo no ha transcurrido en balde. Mi esfuerzo se ha vinculado con el de otros intelectuales y artistas que piensan y sienten parecidamente a mí. Hace dos años, esta revista habría sido una voz un tanto personal. Ahora es la voz de un movimiento y de una generación.<br /><br />El primer resultado que los escritores de Amauta nos proponemos obtener es el de acordarnos y conocernos mejor nosotros mismos. El trabajo de la revista nos solidariza más. Al mismo tiempo que atraerá a otros buenos elementos, alejará a algunos fluctuantes y desganados que por ahora coquetean con el vanguardismo, pero que apenas este les demande un sacrificio, se apresurarán a dejarlo. Amauta cribará a los hombres de la vanguardia -militantes y simpatizantes- hasta separar la paja del grano. Producirá o precipitará un fenómeno de polarización y concentración.<br /><br />No hace falta declarar expresamente que amauta no es una tribuna libre, abierta a todos los vientos del espíritu. Los que fundamos esta revista no concebimos una cultura y un arte agnósticos. Nos sentimos una fuerza beligerante, polémica. No le hacemos ninguna concesión al criterio generalmente falaz de la tolerancia de las ideas. Para nosotros hay ideas buenas e ideas malas. En el prólogo de mi libro La escena contemporánea, escribí que soy un hombre con una filiación y una fe. Lo mismo puedo decir de esta revista, que rechaza todo lo que es contrario a su ideología así como todo lo que no traduce ideología alguna.<br /><br />Para presentar Amauta, están demás las palabras solemnes. Quiero proscribir de esta revista la retórica. Me parecen absolutamente inútiles los programas. El Perú es un país de rótulos y etiquetas. Hagamos al fin alguna cosa con contenido, vale decir con espíritu. Amauta por otra parte no tiene necesidad de un programa; tiene necesidad tan sólo de un destino, de un objeto.<br /><br /><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFGBn5XvbwKgMFP3oyC_re2MmtVmkYSu75-B4q3JDxgVuZuvr7yHK-69_Zv1FuoqqK2NEar1IWUnoFCogkwtuuA0Gd3cIG-IYk7exPqKqyNUJnQYOJ9FIO-QHeiufH11-ldPMPuIo4onA/s1600-h/jcm.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 228px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFGBn5XvbwKgMFP3oyC_re2MmtVmkYSu75-B4q3JDxgVuZuvr7yHK-69_Zv1FuoqqK2NEar1IWUnoFCogkwtuuA0Gd3cIG-IYk7exPqKqyNUJnQYOJ9FIO-QHeiufH11-ldPMPuIo4onA/s320/jcm.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355791573815520594" border="0" /></a>El título preocupará probablemente a algunos. Esto se deberá a la importancia excesiva, fundamental, que tiene entre nosotros el rótulo. No se mire en este caso a la acepción estricta de la palabra. El título no traduce sino nuestra adhesión a la raza, no refleja sino nuestro homenaje al incaísmo. Pero específicamente la palabra Amauta adquiere con esta revista una nueva acepción. La vamos a crear otra vez.<br /><br />El objeto de esta revista es el de plantear, esclarecer y conocer los problemas peruanos desde puntos de vista doctrinarios y científicos. Pero consideraremos siempre al Perú dentro del panorama del mundo. Estudiaremos todos los grandes movimientos de renovación políticos, filosóficos, artísticos, literarios, científicos. Todo lo humano es nuestro. Esta revista vinculará a los hombres nuevos del Perú, primero con los de los otros pueblos de américa, enseguida con los de los otros pueblos del mundo.<br /><br />Nada más agregaré. Habrá que ser muy poco perspicaz para no darse cuenta de que al Perú le nace en este momento una revista histórica.EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-18393454642704884902009-07-07T06:26:00.000-07:002009-07-07T06:50:31.763-07:00MARIATEGUI Y TROTSKI x Rafael Herrera Robles<p style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style="font-size:85%;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; font-family: georgia;"><span style="font-size:85%;"><o:p> </o:p></span></p><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><link rel="Edit-Time-Data" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_editdata.mso"><!--[if !mso]> <style> v\:* {behavior:url(#default#VML);} o\:* {behavior:url(#default#VML);} w\:* {behavior:url(#default#VML);} .shape {behavior:url(#default#VML);} </style> <![endif]--><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; 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Pero en los líderes de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos6/reru/reru.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >revolución rusa</span></a> aparece, con rasgos más definidos, el ideólogo realizador. Lenin, Trotsky, Bukharin, Lunatcharsky, filosofan en la <a href="http://www.monografias.com/trabajos4/epistemologia/epistemologia.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >teoría</span></a> y la <a href="http://www.monografias.com/trabajos901/praxis-critica-tesis-doctoral-marx/praxis-critica-tesis-doctoral-marx.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >praxis</span></a>. Lenin deja al lado sus <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_1">trabajos</nobr> de estratega de la lucha de clases, su " <a href="http://www.monografias.com/trabajos7/umep/umep.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Materialismo</span></a> y Empiriocriticismo". Trotsky, en medio del trajín de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/artguerr/artguerr.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >guerra</span></a> civil y de la discusión de partido, se da <a href="http://www.monografias.com/trabajos901/evolucion-historica-concepciones-tiempo/evolucion-historica-concepciones-tiempo.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >tiempo</span></a> para sus meditaciones sobre "<a href="http://www.monografias.com/Literatura/index.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Literatura</span></a> y Revolución". ¿Y en Rosa Luxemburgo acaso no se unimisman, a toda hora, la combatiente y la artista?... Vendrá un tiempo en que, a despecho de los engreídos catedráticos, que acaparan hoy la representación oficial de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos13/quentend/quentend.shtml#INTRO" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >cultura</span></a>, la asombrosa <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/lamujer/lamujer.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >mujer</span></a> que escribió desde la prisión esas maravillosas <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/comer/comer.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >cartas</span></a> a Luisa Kautsky, despertará la misma devoción y encontrará el mismo reconocimiento que una Teresa de Avila"<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhd94J7qaCBgjK4k3-2N8gYJToAHPz-XSqkT36qc2rxTPKk7aIkEbr74cq9UUg06bZKERetIpxWEfqZ_ezZbngz8E-bHowNZsaiLlsZCoJrlSn8cU8xFglOPox4T72sqGiymRxgjXajQ5s/s1600-h/carlin.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 201px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhd94J7qaCBgjK4k3-2N8gYJToAHPz-XSqkT36qc2rxTPKk7aIkEbr74cq9UUg06bZKERetIpxWEfqZ_ezZbngz8E-bHowNZsaiLlsZCoJrlSn8cU8xFglOPox4T72sqGiymRxgjXajQ5s/s320/carlin.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355714346636238994" border="0" /></a>En un primer escrito dedicado a Trotsky, Mariátegui elogia al protagonista de la revolución, creador del ejército rojo con cinco millones de combatientes, y al pensador y filósofo: "...los penetrantes estudios de Lenin no abarcan sino las cuestiones <a href="http://www.monografias.com/trabajos10/poli/poli.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >políticas</span></a> y económicas. Trotsky, en <a href="http://www.monografias.com/trabajos2/mercambiario/mercambiario.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >cambio</span></a>, se ha interesado por las cuestiones de la revolución en la filosofía y el <a href="http://www.monografias.com/Arte_y_Cultura/index.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >arte</span></a>".<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Así mismo critica Mariátegui a la <a href="http://www.monografias.com/trabajos10/prens/prens.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >prensa</span></a> burguesa que presenta a Trotrsky del uniforme y del tren blindado, que amenaza con una invasión napoleónica a <a href="http://www.monografias.com/trabajos10/geogeur/geogeur.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Europa</span></a>. "Y este Trotsky –razona Mariátegui-, en verdad no existe. Es una invención de la prensa. El Trotsky real, el Trotsky verdadero es aquel que nos rebelan sus escritos. Un libro da siempre de un hombre una <a href="http://www.monografias.com/trabajos7/imco/imco.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >imagen</span></a> más exacta y más verídica que un uniforme. Un generalísimo, sobre todo, no puede filosofar tan humana, tan humanitariamente". <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Concluye Mariátegui en que el ejercito rojo, como su ex generalísimo, es un caso nuevo en la <a href="http://www.monografias.com/Historia/index.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >historia</span></a>. "Acaso mientras el generalísimo escribía un artículo sobre <a href="http://www.monografias.com/trabajos/roma/roma.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Roma</span></a>ín Rolland, los soldados evocaban a Trolstoy o leían a Kropotkin"<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Hay gente que piensa, en que los elogios de Mariátegui a Trotsky, son anteriores a la pugna con Stalin. Un historiador honesto como Jorge Basadre no pudo sustraerse a esta versión (stalinista), señalando que en escritos anteriores a su <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/tanatologia/tanatologia.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >muerte</span></a> "... Mariátegui reiteró su adhesión a la revolución rusa y a la línea de <st1:personname productid="la Unión Soviética" st="on">la Unión Soviética</st1:personname>, inclusive la que orientó Stalin. Acerca de esto no sería únicamente falsa sino también mezquina cualquier discusión"<sup>. </sup>Ya anteriormente demostramos las divergencias fundamentales entre Mariátegui y la internacional stalinista. Incluso en el artículo de Mariátegui que acabamos de mencionar, da cuenta de la discusión de partido (en vida de Lenin), y no obstante, sindica a Trotsky como el intérprete de la revolución en filosofía y arte.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Aníbal Quijano, prestándose la <a href="http://www.monografias.com/trabajos/tesisgrado/tesisgrado.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >tesis</span></a> del escritor chileno Moretyc, dice que al principio, al enterarse de la pugna, Mariátegui defiende cautamente a Trotsky, pero luego se pone de lado de Stalin. <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">El error de Quijano es prestarse tesis ajenas. Como demostraremos a continuación, es todo lo contrario. Al <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_2">inicio</nobr>, Mariátegui condena a Trotsky y al trotskysmo, pero conforme la pugna era más cruenta, Mariátegui encuentra cada vez mayores atributos a Trotsky, desmereciendo por tanto a Stalin. <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="primer"></a><b>Primer artículo<o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;">Hay tres artículos al respecto. En el primero de ellos, del año 1925, <i>"Trotsky y el Partido Bolchevique"</i>, es una condena a Trotsky y al trotskysmo: Allí Mariátegui se hace eco de las acusaciones stalinistas presentando a Trotsky como como menchevique, (de lo cual se rectifica en los artículos posteriores donde Trotsky es presentado equidistante de mencheviques y bolcheviques hasta 1917 que se adhiere a los últimos), así mismo menciona que Lenin se opuso al ingreso de Trotsky a la <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/ortografia/ortografia.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >redacción</span></a> de <i>"Pravda</i>", desconociendo que Trotsky lo dirigió desde 1908 muchas veces con <a href="http://www.monografias.com/trabajos16/marx-y-dinero/marx-y-dinero.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >dinero</span></a> bolchevique. Una de las demandas de la oposición trotskysta es la democractización del partido y las <a href="http://www.monografias.com/trabajos13/trainsti/trainsti.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >instituciones</span></a>, que a criterio de Mariátegui a sido acogido por Stalin, por lo que no ve una ruptura definitiva. El mayor problema según Mariátegui, es el distanciamiento de Trotsky de la vieja guardia bolchevique, además de desconocer los secretos de una <a href="http://www.monografias.com/trabajos6/napro/napro.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >organización</span></a> revolucionaria, lo cual lo hace cometer errores como la publicación inoportuna de su libro <i>"1917",</i> donde presenta a líderes como Kamanev y Zinoviev, discrepando en temas fundamentales a la hora de la revolución. La conclusión de Mariátegui es de desaprobación a Trotsky: <i>"Trotsky representa una fracción o una tendencia derrotada dentro del bolchevismo"</i>, terminando su escrito así: "No es la primera vez que el destino de una revolución quiera que esta cumpla su trayectoria sin o contra de sus caudillos. Lo que prueba a su vez, que en la historia los grandes hombres juegan un papel más modesto que las grandes ideas".<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Pero a la par que la pugna se acentuaba, Mariátegui con <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_3">mejor</nobr> <a href="http://www.monografias.com/trabajos7/sisinf/sisinf.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >información</span></a>, cambia de postura, encontrando cada vez mayores atributos a trotsky y sus seguidores. <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">En enero de 1927, en el tercer aniversario de <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/tanatologia/tanatologia.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >la muerte</span></a> de Lenin, Mariátegui le rinde homenaje publicando el retrato de Lenin escrito por Trotsky, en una <a href="http://www.monografias.com/trabajos32/traductor/traductor.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >traducción</span></a> echa especialmente para la <a href="http://www.monografias.com/trabajos12/elcapneu/elcapneu.shtml#PRENSA" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >revista</span></a> <i style="">Amauta</i>.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="segundo"></a><b>Segundo artículo<o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidGWMantm8NT4X93uQGHZJwWMSrSDKJK8tQb47qDVbYlVQoONJ4NECSeNMVUTjqQMSWvwe3m76O-91OR1VnhQUW91BEJBrt_rpF33jPdezMdMsQ4aBeJ9XgPOhG6QRTWScNrFjsSyIblw/s1600-h/rede_trotski.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 244px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidGWMantm8NT4X93uQGHZJwWMSrSDKJK8tQb47qDVbYlVQoONJ4NECSeNMVUTjqQMSWvwe3m76O-91OR1VnhQUW91BEJBrt_rpF33jPdezMdMsQ4aBeJ9XgPOhG6QRTWScNrFjsSyIblw/s320/rede_trotski.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355714795333680130" border="0" /></a>El segundo artículo es de febrero de 1928, cuando Trotsky había sido expulsado del partido bolchevique. Mariátegui reseña que muerto Lenin, Trotsky se destacaba por encima de los demás dirigentes, pero le faltaba conección con el aparato del partido, ya que antes de 1917, el <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/liderazgo/liderazgo.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >líder</span></a> ruso se había mantenido equidistante del menchevismo y bolchevismo. Prosigue Mariátegui: "Lenin apreciaba inteligente y generosamente el <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/nuevmicro/nuevmicro.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >valor</span></a> de la colaboración de Trotsky, quien a su vez, -como lo atestigua el <a href="http://www.monografias.com/trabajos5/volfi/volfi.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >volumen</span></a> en que están reunidos sus escritos sobre el jefe de la revolución-, acató sin celos ni reservas una <a href="http://www.monografias.com/trabajos2/rhempresa/rhempresa.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >autoridad</span></a> consagrada por la <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_4">obra</nobr> más avasalladora para la <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/estacon/estacon.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >conciencia</span></a> de un revolucionario. Pero si entre Lenin y Trotsky pudo borrarse casi toda distancia, entre Trotsky y el partido mismo la identificación no pudo ser igualmente completa. Trotsky no contaba con la confianza total del partido, por <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_5">mucho</nobr> que su actuación como comisario del <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_6">pueblo</nobr> mereciese unánime admiración..." <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Termina diciendo que Trotsky es cosmopolita y <span style="">que<i> </i></span>"Zinoviev lo acusaba en otro tiempo en un congreso comunista, ignorar y negligir demasiado al <a href="http://www.monografias.com/trabajos33/el-campesino/el-campesino.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >campesino</span></a>. Tiene, en todo caso, un sentido internacional de la revolución socialista, Sus notables escritos sobre la estabilización del <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/el-capitalismo/el-capitalismo.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >capitalismo</span></a> lo colocan entre los más sagaces críticos de la época. Pero este mismo sentido internacional de la revolución, que le otorga tanto prestigio en la escena mundial le quita <a href="http://www.monografias.com/trabajos12/eleynewt/eleynewt.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >fuerza</span></a> momentáneamente en la práctica de la política rusa. La revolución rusa está en un periodo de organización nacional... Es lógico que en esta etapa, la revolución rusa esté representada por los hombres que más hondamente sienten su <a href="http://www.monografias.com/trabajos34/el-caracter/el-caracter.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >carácter</span></a> y sus <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/calidad-serv/calidad-serv.shtml#PLANT" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >problemas</span></a> nacionales". Stalin, dice Marátegui es de esos hombres.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="tercer"></a><b>Tercer artículo<o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;">Es necesario mencionar que antes del tercer escrito de Mariátegui, el poeta César Vallejo, desde París, escribió un incandescente artículo contra Stalin, del cual dijo: "Que lastimosa orgía de eunucos repetidores del marxismo... Su primera desgracia es amputarse de raíz sus propias posibilidades creadoras relegándose a la condición de simples panegiristas y papagayos de <i style=""><span style="">El <a href="http://www.monografias.com/trabajos13/capintel/capintel.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Capital</span></a>.</span></i> Sobre el trotskysmo Vallejo dijo: “… la insurrección trotskysta constituye un <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/kinesiologia-biomecanica/kinesiologia-biomecanica.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >movimiento</span></a> de gran significación histórica. Constituye el nacimiento de un nuevo espíritu revolucionario dentro de un <a href="http://www.monografias.com/trabajos12/elorigest/elorigest.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >estado</span></a> revolucionario. El nacimiento de una nueva izquierda dentro de la izquierda, que por natural <a href="http://www.monografias.com/trabajos16/teoria-sintetica-darwin/teoria-sintetica-darwin.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >evolución</span></a> política, resulta a la postre de derecha. El trotskysmo desde este punto de vista, es lo más rojo de la bandera roja de la revolución y, consecuentemente lo más nuevo y ortodoxo de la nueva fe".<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Como se sabe, Vallejo no se rebajó en cantar loas al stalinismo. Durante la guerra civil española, cantó la gesta heroica de los combatientes, cantó al soldado ignoto de la revolución, criticando al mismo tiempo las traiciones de los frentes populares. No cayó en la bufonería en la que se enrolaron falanges de artistas,<i style=""> amigos</i> de <st1:personname productid="la Unión Soviética" st="on">la Unión Soviética</st1:personname>, que a cambio fueron recompensados con algunos títulos y medallas. Su afiliación al Partido Comunista <a href="http://www.monografias.com/trabajos5/oriespa/oriespa.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Español</span></a> no cambió sus ideales. Al escribir la <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_7">experiencia</nobr> de sus <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/trabagenc/trabagenc.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >viajes</span></a> a <st1:personname productid="la Unión Soviética" st="on">la Unión Soviética</st1:personname>, cuando hacía referencia a los <a href="http://www.monografias.com/trabajos6/etic/etic.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >principios</span></a> marxistas, tenía como una de sus referencias a Trotsky.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Un mes después del articulo de Vallejo, aparece el tercer artículo de Mariátegui, cuando Trotsky ya había sido desterrado de <a href="http://www.monografias.com/trabajos30/crisis-rusia-china/crisis-rusia-china.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Rusia</span></a>. "Nunca admitió es espíritu revolucionario, -escribió Mariátegui-, la posibilidad de que esta revolución concluyera como la francesa, condenando a sus héroes"<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Repite Mariátegui en parte su artículo anterior, diciendo que entes de 1917 Trotsky estaba equidistante del menchevismo y bochevismo, que entre Lenin y Trotsky se habían borrado casi todas las controversias, que a la muerte de Lenin Trotsky sobresalía por encima de los demás dirigentes, pero con contaba con la confianza del partido. <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Sobre el trotskysmo Mariátegui dijo: "La opinión trotskysta tiene una <a href="http://www.monografias.com/trabajos7/mafu/mafu.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >función</span></a> útil en la política soviética. Representa, si se quiere definirla en dos palabras, la ortodoxia marxista, frente a la fluencia desbordada e indócil de la realidad rusa. Traduce el sentido obrero, industrial, de la revolución socialista. La revolución rusa debe su <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_8">valor</nobr> internacional, ecuménico, su carácter de fenómeno precursor del surgimiento de una nueva civilización, al pensamiento de Trotsky y sus compañeros reivindican en todo su vigor y consecuencias. Sinuna <a href="http://www.monografias.com/trabajos901/praxis-critica-tesis-doctoral-marx/praxis-critica-tesis-doctoral-marx.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >crítica</span></a> vigilante, que es la mejor prueba de la vitalidad el partido bolchevique, el <a href="http://www.monografias.com/trabajos4/derpub/derpub.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >gobierno</span></a> soviético correría probablemente el <a href="http://www.monografias.com/trabajos13/ripa/ripa.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >riesgo</span></a> de caer en un burocratismo formulista mecánico".<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Pero Mariátegui pensaba que "... ni Stalin ni Bukharin andan demasiado lejos de suscribir la mayor parte de los conceptos fundamentales de Trotsky y sus adeptos".<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Terminando el artículo así: "Trotsky, desconectado personalmente del equipo stalinista, es una figura excesiva en el plano de las realizaciones nacionales. Se le imagina predestinado para llevar en triunfo, con majestad napoleónica, a la cabeza del ejército rojo, por toda Europa, el evangelio socialista. No se le concibe, con la misma facilidad, llenando el oficio de ministro de tiempos normales" <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Sobre Stalin, "el eslavo puro", (supuestamente) entendido en problemas nacionales, es un eco de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/teorela/teorela.shtml#PROPAG" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >propaganda</span></a> stalinista que Mariátegui no logró procesar, al igual que la acusación a Trotsky, de que ignora al campesinado. Lenin en sus últimos <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_9">mensajes</nobr> (cartas) pedía destituir a Stalin del cargo de Comisario de las nacionalidades y de secretario general del partido, lo que fatalmente no se concretó .<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">La afirmación de que Stalin y Bujarin no andan lejos de suscribir las demandas de Trotsky y sus seguidores, en parte se debe al cambio de orientación de la burocracia stalinista desde una posición derechista, que permitió grandes derrotas populares, entre ellas la derrota de la revolución <a href="http://www.monografias.com/trabajos13/cultchin/cultchin.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >china</span></a> (1925-1927), hacia una posición ultraizquierdista, inmerso en el cual se destaca el inicio de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos34/planificacion/planificacion.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >planificación</span></a> de la <a href="http://www.monografias.com/Economia/index.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >economía</span></a> (1928-1929), la misma que había sido una de las principales propuestas de Trotsky y sus seguidores, que en 1924 fue rechazado y calificado como <i>la cumbre de la utopía</i>. Mariátegui al igual que Trotsky, conforme demostramos en un capítulo anterior, no compartían los <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/metods/metods.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >métodos</span></a> ultra izquierdistas y burocráticos de esa planificación, entre ellos en lo referente a la colectivización forzosa del campo. No obstante, cuando Mariátegui escribió el artículo que comentamos, en amplios sectores de la izquierda internacional se hacían conjeturas – a decir del biógrafo de Trotsky, Isaac Deutscher-, sobre un eventual regreso de Trotsky a Rusia. (Recordemos que para Mariátegui, Trotsky estaba <b>momentáneamente</b> alejado de Rusia).<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="max"></a><b>Max Eastman <o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;">Los <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/comer/comer.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >documentos</span></a> que tenía Mariátegui sobre la pugna debieron ser escasos si tenemos en cuenta que gran parte de ellos eran considerados "secreto de estado". Conoció <i style=""><span style="">Curso Nuevo</span> </i>(en <a href="http://www.monografias.com/trabajos901/nuevas-tecnologias-edicion-montaje/nuevas-tecnologias-edicion-montaje.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >edición</span></a> francesa) y seguramente documentos públicos de la tercera internacional. También conoció el libro de Max Eastman <i style=""><span style="">Después de la muerte de Lenin</span> </i>(publicado en <a href="http://www.monografias.com/trabajos16/manual-ingles/manual-ingles.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >inglés</span></a>, en 1925), donde se mencionaba por primera vez las últimas cartas de Lenin donde, entre otras cosas importantes, decía que Trotsky es el <i>"bolchevique más capaz"</i> y elogiaba la <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/inteligencia-emocional/inteligencia-emocional.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >inteligencia</span></a> de Bujarin, aunque criticándolo conocer poco de dialéctica. Pero esto, que muchos de los seguidores de Trotsky llamaban <i>"testamento político",</i> no es mencionado por Mariátegui, probablemente porque en Rusia, Trotsky, por <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/presi/presi.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >presión</span></a> del partido, desautorizó la existencia de un <i>"testamento"</i>, lo que a decir de Deutscher, fue publicitado por la prensa comunista internacional, lo que seguramente conoció Mariátegui, no creyendo en Eastman, al que, no obstante compartir la reivindicación del <a href="http://www.monografias.com/trabajos/freud/freud.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >psicoanálisis</span></a>, lo llamó <i>"intelectual supertrotskysta"</i>.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">En otro artículo, Mariátegui criticó a Eatsman, que en su libro <i style=""><span style=""><a href="http://www.monografias.com/trabajos16/ciencia-y-tecnologia/ciencia-y-tecnologia.shtml"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >La Ciencia</span></a> de <st1:personname productid="la Revolución" st="on">la Revolución</st1:personname></span></i> (edición en inglés), criticaba a los marxistas no haberse desprendido de la dialéctica, que identificaba con <i>"hegelianism</i>o". Para el intelectual norteamericano, la revolución se reduciría a un tecnicismo. Posteriormente, cuando Eastman se apartó del marxismo, dijo que Stalin se hizo del <a href="http://www.monografias.com/trabajos35/el-poder/el-poder.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >poder</span></a> por su <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/ciencias-sociales/ciencias-sociales.shtml#fenom" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >pragmatismo</span></a>, por su sentido común, rasgos que no tenía Trotsky, a lo que se agregaba que el creador del ejército rojo, no se había liberado de su <a href="http://www.monografias.com/trabajos2/sintefilos/sintefilos.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >idealismo</span></a> (dialéctica). Trotsky se mofó del que antes era su exaltado propagandista, diciendo que Eastaman debería escribir un tratado de <a href="http://www.monografias.com/trabajos6/juti/juti.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >técnicas</span></a> para conquistar y mantener el poder. Sobre el sentido común, Trotsky dijo que era bueno para mantener una <a href="http://www.monografias.com/trabajos5/fami/fami.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >familia</span></a>, formar un <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/sindicato/sindicato.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >sindicato</span></a>..., en tiempos normales, pero en tiempos de <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/mcrisis/mcrisis.shtml#QUEES" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >crisis</span></a>, deja de ser regla para la convivencia humana.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="jorge"></a><b>Jorge Sorel <o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwttRKHXwk6S64Vn2kwlnbeOBH9MUEi-15LN1kZZT9yzMsK_9SFmeRhZW9AMqnjjZSzWBMkNRrC4IGlwNY-5H1j6d6px9mwKl8OxFXGtyioxdXxyBtJOytnEyS2eTSlYh4JEDXQjcXgEM/s1600-h/lenin+trotski+%2B+pucho.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 250px; height: 205px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwttRKHXwk6S64Vn2kwlnbeOBH9MUEi-15LN1kZZT9yzMsK_9SFmeRhZW9AMqnjjZSzWBMkNRrC4IGlwNY-5H1j6d6px9mwKl8OxFXGtyioxdXxyBtJOytnEyS2eTSlYh4JEDXQjcXgEM/s320/lenin+trotski+%2B+pucho.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355714541536884482" border="0" /></a>Entre el 15 y 28 de marzo de 1928, se llevó a cabo en Moscú el IV Congreso de la internacional Sindical Roja, asistiendo, entre los delegados peruanos, Julio Portocarrero y Armando Bazán. Alberto Flores Galindo señala: "Comenzaba en 1927 la segregación del trotskysmo y se pidió a un <a href="http://www.monografias.com/trabajos14/dinamica-grupos/dinamica-grupos.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >grupo</span></a> de delegados, entre los que estaban Portocarreo y Bazán, firmar un documento contra Andrés Nin, un militante español vinculado a <st1:personname productid="la Oposición" st="on">la Oposición</st1:personname> de Izquierda. Todos aceptaron firmar, menos Portocarrero y Bazán, argumentando que sólo conocían una versión del problema..." <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Flores Galindo señala que <i>"</i>Mariátegui nunca negó los aportes de Trotsky y hasta el final de su vida mantuvo una visión favorable a Sorel; por el contrario, criticó las tempranas desviaciones burocráticas de <st1:personname productid="la Unión Soviética" st="on">la Unión Soviética</st1:personname> y se mostró contrario al autoritarismo. El Partido Socialista, así como se vinculaba con la tercera internacional, mantenía también relaciones con los primeros <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/grupo/grupo.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >grupos</span></a> trotskystas franceses, con Pierre Naville y los redactores de <st1:personname productid="La Veritè" st="on"><i style=""><span style="">La Veritè</span></i></st1:personname>". <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Sobre el <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/doctrina-sindical/doctrina-sindical.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >sindicalismo</span></a> revolucionario del que Sorel fue su máximo exponente, Mariátegui decía que cumplió una función revolucionaria, antes de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos5/priguemu/priguemu.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >primera guerra mundial</span></a>, contra el espíritu reformistas de la <a href="http://www.monografias.com/trabajos36/renovacion-socialdemocracia/renovacion-socialdemocracia.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >socialdemocracia</span></a>, pero a la postre, luego del triunfo de la revolución rusa, el sindicalismo entró en crisis como movimiento. La parte revolucionaria se adhirió a las filas marxistas y otra fue al reformismo. En lo que no hay duda es en el antiburocratismo e internacionalismo de Mariátegui, lo mismo en sus relaciones con una agrupación trotskysta francesa donde militaba Pierre Naville.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="pierre"></a><b>Pierre Naville<o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;">Maville, conforme lo nombra Mariátegui, perteneció al primigenio grupo surrealista con sede en <a href="http://www.monografias.com/trabajos4/revolfrancesa/revolfrancesa.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Francia</span></a>, junto a André Breton, Louis Aragón y Paul Eluard, entre otros. ... que apoyaban la revolución pero se negaban a militar en una organización revolucionaria. Naville rompe las reglas, tomando partido por trotsky escribiendo en la revista <st1:personname productid="La Veritè" st="on"><i style=""><span style="">La Veritè</span></i></st1:personname><i style="">,</i> recibiendo injurias de Breton en el Segundo Manifiesto del <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/vangua/vangua.shtml#ismos" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >Surrealismo</span></a>. Mariátegui defiende a Naville: "Breton extrema la agresión <a href="http://www.monografias.com/trabajos11/fuper/fuper.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >personal</span></a> contra Maville"... que es presentado como "el hijo arribista de un banquero millonario a quien el demonio de la ambición ha guíado en su viaje, desde la <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/direccion/direccion.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >dirección</span></a> dela revista del suprarrealismo hasta <st1:personname productid="La Lutte" st="on"><i style=""><span style="">La Lutte</span></i></st1:personname><i style=""><span style=""> des Classes</span>, <st1:personname productid="La Veritè" st="on"><span style="">La Veritè</span></st1:personname></i> y la oposición trotskysta"<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">"Me parece –prosigue Mariátegui- que en Navile hay mucho más serio. Y no excluyo la posibilidad de que Breton se rectifique <nobr id="epl_kw_cfa010f10016a577_10">mas</nobr> tarde acerca de él –Si Maville corresponde a entera confianza- con la misma nobleza con que, después de una larga querella, ha reconocido a Tristán Tzara la persistencia en el empeño atrevido y en <a href="http://www.monografias.com/trabajos/fintrabajo/fintrabajo.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >el trabajo</span></a> severo". <o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Este escrito fue publicado en marzo de 1930, un mes antes de fallecer Mariátegui y es notorio tanto la confianza como la defensa que se hace de Naville, que en 1938 estuvo entre los fundadores de <st1:personname productid="la IV Internacional." st="on">la IV Internacional.</st1:personname> A la postre, también Breton se unió a Trotsky, que estaba desterrado en Méjico, en la defensa de la creación artística contra el tutelaje burocrático stalinista y capitalista.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="henri"></a><b>Henrri Barbusse<o:p></o:p></b></p> <p style="text-align: justify;">En escritos anteriores Mariátegui había demostrado su confianza en Naville, al comentar el libro <i style=""><span style="">Jesús</span></i> de Henrri Barbusse, a quién critica por dejar de lado veinte siglos de historia del <a href="http://www.monografias.com/trabajos2/inicristiabas/inicristiabas.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >cristianismo</span></a>, supuestamente para quedarse con el <i>"auténtico</i>" cristianismo. Mariátegui comparte la ironía de Naville al preguntar por qué Cristo tuvo necesidad de Barbusse veinte siglos después de muerto, para ser el revelador de su doctrina, en ves del apóstol Pablo, su contemporáneo.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Mariátegui admiraba a Barbusse como proselitista del <a href="http://www.monografias.com/trabajos10/doso/doso.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >socialismo</span></a>, pero a su entender, el notable intelectual francés, no comprendía en su real dimensión lo que es el marxismo. Anteriormente, cuando Barbusse dijo que si Lenin hubiese estado en lugar de Gandhi, hubiera hecho lo mismo, Mariátegui –que también admiraba a Gandhi-, lo critica diciendo que ninguna revolución se ha hecho con ayunos y oraciones.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Frente a los pensaban que la asunción de Stalin al poder, significa restauración capitalista, Mariátegui no cree, ya que a su entender, Stalin está cercano a las tesis trotskystas para Rusia. En este sentido critica a Richard Bloch, por pensar que Stalin había dejado de representar el <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/mitos-cosmogonicos/mitos-cosmogonicos.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >mito</span></a> revolucionario.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;"><a name="contra"></a><b>Contra la <i>"Ofensiva contra el kulak"</i> <o:p></o:p></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><a href="http://www.monografias.com/"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" ><!--[if gte vml 1]><v:shape id="_x0000_i1026" type="#_x0000_t75" alt="" href="http://www.monografias.com/" style="'width:9.75pt;height:9.75pt'" button="t"> <v:imagedata src="file:///C:\DOCUME~1\Lcc\CONFIG~1\Temp\msohtml1\01\clip_image001.gif" href="http://www.monografias.com/images04/trans.gif"> </v:shape><![endif]--><!--[if !vml]--><span style=""><img src="file:///C:/DOCUME%7E1/Lcc/CONFIG%7E1/Temp/msohtml1/01/clip_image001.gif" shapes="_x0000_i1026" width="13" border="0" height="13" /></span><!--[endif]--></span></a></b><o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">En el mes de julio de 1929 Mariátegui escribe un comentario al <i style="">libro <span style="">Rusia a los doce años</span>,</i> del escritor español Alvarez del Vayo. El autor, hombre sin partido, razona Mariátegui, no oculta su admiración por trotsky, lo cual no le impide reconocer la sencillez de la vida cotidiana de Stalin, al igual que de los demás líderes rusos, estando lejos del boato como lo pintan los ideólogos burgueses.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Mariátegui está contra la política stalinista de <i>"ofensiva contra el kulak</i>", categoría en la que se englobaba a la mayor parte de estratos campesinos, proponiendo como alternativa "<i>el fomento de la explotación colectiva de <a href="http://www.monografias.com/trabajos15/origen-tierra/origen-tierra.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >la tierra</span></a>, con <a href="http://www.monografias.com/trabajos6/auti/auti.shtml" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >máquinas</span></a> y métodos que aumenten su rendimiento</i>". Mariátegui aquí, -consciente o inconsciente-, comparte la crítica del trotskysmo a la política stalinista en el campo.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">Emilio Choy se equivoca rotundamente (en 1970), cuando comenta el artículo de Mariátegui sobre <i>El Exilio de Trotsky</i>, diciendo que trotsky estaba contra las realizaciones nacionales, sin reparar en que según Mariátegui, Stalin y Bukharin, hacen suyas en parte las demandas trotskystas <b>para Rusia</b>. Por otra parte, para 1970, ya era demasiado conocido la polémica en el mundo entero. Recordemos que Trotsky en la primera página de su obra escrita en 1928 <st1:personname productid="La Revolución Permanente" st="on"><i style=""><span style="">La Revolución Permanente</span></i></st1:personname><i style="">,</i> criticaba al stalinismo que daba consignas iguales para todos los países, sin tener en cuenta las peculiaridades nacionales. Sucede que en el Perú gran parte de la intelectualidad se había hecho, por esa época, algo así como una profesión de fe en criticar al trotskysmo, la mayor parte de veces sin ningún razonamiento coherente.<o:p></o:p></p> <p style="text-align: justify;">En un artículo de marzo de 1930, Mariátegui hace alusión a la <a href="http://www.monografias.com/trabajos5/psicoso/psicoso.shtml#acti" id="autolink"><span style="text-decoration: none;color:#000000;" >actitud</span></a> crítica del escritor Pinait Istrati defendiendo al suegro de Víctor Serge, un activo líder trotskysta, ante la arremetida burocrática. <o:p></o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p>
<br /><o:p></o:p><p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-76896603384884065632009-07-06T06:21:00.000-07:002010-05-27T15:33:18.761-07:00PORQUÉ LEER A JULIO ANTONIO MELLA x Julio César Guanche<span style="font-weight: bold;">1.</span>- Julio Antonio Mella nació el 25 de marzo de 1903 en Cuba. En la mayor de las Antillas sucedía el primer experimento neocolonial a nivel planetario: conservó el estatuto de país dominado a favor de una metrópoli y fue laboratorio para estructurar en el siglo xx la condición más general del desarrollo capitalista dependiente. En su ámbito familiar, Mella nació como hijo «bastardo» de la relación extramatrimonial entre un sastre acaudalado, Nicanor Mella Breá, y la joven irlandesa Cecilia McPartland Diez. Su abuelo paterno fue general de las luchas por la independencia de Dominicana. Ninguno de estos datos es gratuito para comprender la formación de su personalidad: conoció la discriminación de los hijos «naturales», siendo un adolescente pudo viajar en primera clase, recorrer geografías, quiso y hubiese podido estudiar en México, fue el estudiante mejor vestido de la Universidad de La Habana al tiempo que el mayor promotor de la reforma universitaria; fue señalado por algunos como mestizo pero fue admitido en clubes exclusivos para blancos; creció bilingüe a la escucha de las historias de próceres independentistas latinoamericanos y del eco, débil en la voz de la madre, de las luchas sociales irlandesas; trabó amistad, por vía familiar, con Eusebio Hernández, veterano de la guerra de independencia cubana y después insigne profesor universitario; fue discípulo del poeta, periodista y político mexicano Salvador Díaz Mirón, se formó políticamente en el seno de un pujante movimiento obrero, bajo hegemonía anarcosindicalista, en un país con presencia significativa de proletariado urbano y con los agudos problemas propios del campo subdesarrollado, pudo llamar «Maestro» a <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcPPhQn3OE8y4b1TL57VyBtIuaKxTgsl_pVa0FZclTvGgoNH8oklI74FO3CXVpxoZL-_5IQ3AJrMrJ1rufzfJH1Yh8Q6dfZd_BwLVtrzOvLnkHMjjR3drG3bXzg0uzaWWIRXi1dZHibuw/s1600-h/julio_antonio_mella.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 216px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhcPPhQn3OE8y4b1TL57VyBtIuaKxTgsl_pVa0FZclTvGgoNH8oklI74FO3CXVpxoZL-_5IQ3AJrMrJ1rufzfJH1Yh8Q6dfZd_BwLVtrzOvLnkHMjjR3drG3bXzg0uzaWWIRXi1dZHibuw/s320/julio_antonio_mella.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355338164125325474" border="0" /></a>un anarcosindicalista antisectario como Alfredo López, uno de los pocos que podía dialogar y reconocer a los «enemigos fraternos», los comunistas; forjó su ideario democrático y socialista en la lucha contra una dictadura y contra la opresión neocolonial, en medio de la emergencia de las vanguardias artísticas, del movimiento estudiantil, del femenino y del obrero propiamente dicho, vio sufrir a su esposa mientras su hija dormía en la tapa de una maleta de viaje, sostuvo una relación personal y política muy intensa con una artista de vanguardia y combatiente internacionalista como Tina Modotti y conoció la brutalidad de las necesidades del exilio. Esa amalgama le otorgaría importantes ventajas a Mella: leer los textos del marxismo en sus traducciones inglesas, cuando eran aún muy escasas en español; moverse entre diversos estratos sociales y contextos culturales, estar bien situado históricamente para comprender la trama revolucionaria de la independencia anticolonial cuando el marxismo vivía confusiones trágicas respecto a «lo nacional», introducir la estrategia política, inédita en Cuba, de movilizar a la nación a través de una huelga de hambre, hecho que le llegaba en su tradición irlandesa; combatir el sectarismo e imaginar alianzas políticas impensables para la corrección revolucionaria de su momento; ser dogmático y después superarse con tanta agilidad como hondura, comprender el legado de la esclavitud y formular las reivindicaciones de la racialidad como derechos ciudadanos, contribuir a convertir definitivamente el antingerencismo en antimperialismo, considerar el marxismo como una filosofía que no pretende inventar un mundo sino dar cuenta de la transformación del realmente existente, inaugurar un nuevo pensamiento sobre José Martí y sobre la tradición liberal revolucionaria cubana y un largo etcétera. Entre otras cosas por esto es útil leer a Mella: para comprender cómo elaboró una obsesión —la libertad—, y alcanzó una estrategia —el socialismo. <div class="entrytext"> <p><span style="font-weight: bold;">2.-</span> Julio Antonio Mella es uno de los principales exponentes de la generación fundadora del marxismo latinoamericano. Sin embargo, en 2009 la puerilidad de algunas de sus tesis inspira compasión. Mella repitió con entusiasmo escolar varias de las posiciones del pensamiento positivista y determinista que pasó durante décadas como «marxismo soviético». En particular, siguió la ruta del determinismo que confiaba el futuro a las reglas inexorables de la historia: «El desenvolvimiento de la historia está determinado por las fuerzas de producción, por el juego fatal de las fuerzas económicas». Se equivocó a gritos en la comprensión sobre la cuestión indígena, asumiendo posturas del marxismo prohijado por Stalin, en una célebre polémica con Víctor Raúl Haya de la Torre. Comprendió de modo esquemático el perfil de los intelectuales y de su función en una política revolucionaria, y reclamó «deberes» del intelectual respecto a la cuestión social con un lenguaje y un tono que hoy producen, por lo menos indiferencia, después de haber causado pavor. Su pensamiento contiene varias contradicciones sin solución. Habiendo sido separado de la dirección de los dos partidos comunistas en los que militó, el cubano y el mexicano, siguió defendiendo el concepto del «partido de vanguardia», inspirado en la socialdemocracia kaustkiana, y continuado en parte por el leninismo, que comunica desde un afuera ideológico —la vanguardia, la elite, el líder, el jefe— la conciencia política a las masas y subordina todo el desarrollo de estas al ritmo y al perfil del movimiento de esa vanguardia, al tiempo que defendió la praxis como la única fuente de la conciencia revolucionaria. Después de considerar la fábrica, a la manera de Gramsci, como «el dinamo generador de la energía industrial, social y política» de la Revolución, «la parte […] fundamental del laboratorio donde se prepara la sociedad comunista», y de haber elogiado los consejos obreros, y la propia forma sovietista como la manera de organizar el régimen del trabajo, agrega que «la reorganización de una fábrica socialista nada tiene que envidiar, en cuanto a perfección técnica y administrativa, a esas maravillas de la industria estadounidense» y que «toda la perfección industrial del capitalismo se la ha asimilado el primer Estado socialista».Por ese camino, terminará en la loa a la planificación regida por el Consejo Supremo de Economía de la URSS, «regulador nacional de la producción, guardián celoso de las necesidades del pueblo, de cuánto hay que producir y de qué hay que producir». Sin saberlo, Mella repetía la misma idea que garantizó por décadas dos victorias esenciales para el imaginario capitalista: a) que la organización económica, «racional, científica y eficiente», del capitalismo es un instrumento técnico al servicio de la economía, y no el expediente de la normalización reproducida cotidianamente por el orden de poder capitalista, y b) la tesis de la planificación como «celosa guardiana» de las necesidades del pueblo, que deviene, en ausencia de participación popular, planificación burocrática y garantía del poder burocrático. Aún cuando, en la estela marxiana, Mella produjo análisis más complejos que otros autores de su tiempo sobre las clases medias y el campesinado —más allá de la falsa dicotomía entre «burgueses contra proletarios»—, redujo toda la diversidad social a una estrecha comprensión clasista. Mella visitó la Unión Soviética en 1927, cuando esta vivía ya intensas contradicciones, y graves tragedias, y terminó escribiendo un panegírico culpable de leso candor, como si no hubiese tenido noticias allí más que de un mundo feliz. Tómese en cuenta, solo por el ejemplo, este párrafo: «En la URSS un centenar de nacionalidades libertadas del yugo zarista entran en el pleno desarrollo de todas sus facultades artísticas, a la par que de las económicas y políticas y nos enseñan la contribución que el genio nacional de esos pueblos aporta a la futura y heterogénea civilización internacional socialista». Pero el líder revolucionario cubano murió asesinado por Gerardo Machado sin cumplir los 26 años de vida y apenas pudo dejar, en muchos casos, las intuiciones geniales de quien con bastante probabilidad hubiese alcanzado una síntesis entre José Martí y Antonio Gramsci, entre Rosa Luxemburgo y Augusto César Sandino. Por esto, es importante leer a Mella: para comprender muchas de las «enfermedades infantiles», incluso de lo más avanzado del primer marxismo latinoamericano.</p> <p><span style="font-weight: bold;">3.-</span> Julio Antonio Mella comprendió lo esencial del marxismo: «la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos». Este es su desideratum: encontrar en la autonomía de la persona, y en la independencia de la organización revolucionaria, el recurso de la libertad. «Si lo producís todo, producid en fin, vuestra liberación y la de todos los oprimidos». Es esencial comprender las magnitud de este aserto de Mella: la tradición preponderante en el socialismo existente hasta hoy ha sido la del «socialismo desde arriba», con el culto permanente al Estado y con la presencia omnisciente de las figuras esclarecidas, y los grandes líderes conductores de masas —lo que fue camuflado por el marxismo soviético con los rótulos del «Estado Popular» y el «papel de la personalidad en la historia». Mella combate la realidad de enajenación política que representa el Estado, en el sentido que tiene en la obra de Marx —estrictamente contrario a la forma en que lo comprendió el Socialismo de Estado— cuando afirma: «¿El Estado? Solamente esos “ciegos” que no pueden ver lo que no les conviene pueden afirmar su libertad, su imparcialidad en la gran guerra social». El joven líder revolucionario comprende que el desarrollo del movimiento socialista, como el «movimiento mismo» de los trabajadores, en paráfrasis de Rosa Luxemburgo, exige al menos tres condiciones: un partido que viabiliza y coordina la lucha, pero que no la «dirige» como una entidad «superior» del movimiento; un aparato estatal que reconozca la asociatividad obrera resultante de la lucha; y el desarrollo expansivo, por independiente, del movimiento socialista. A este socialismo «desde abajo», único factible para sostener la libertad como trama continuada, le es imprescindible defender, siempre, lo que afirma Mella: «proclamar nuestra absoluta independencia de los valores consagrados, de las normas fosilizadas que dan la patente de “revolucionario”, de los maestros que se han atribuido en este siglo veinte, la vanidosa pretensión de ser pastores cuando ya nadie quiere ser rebaño». «En los momentos presentes, quizás mejor que en cualquier otra ocasión, los oprimidos se dan cuenta exacta de esta verdad. Ya están comprendiendo que su emancipación solo podrá ser obra de ellos mismos. No más caudillismo, ora sea militar, civil o intelectual». […]. La masa explotada no se va a liberar ni por las espadas providenciales, ni por los licenciados eruditos, ni por los falsos intelectuales que se dicen profetas…». Mella restituye hoy una pregunta esencial del marxismo: el para quién es la revolución, para quién es el socialismo: entiende que no se trata de liberar a unos para oprimir a otros, sino de liberar a unos como condición para liberar a los demás: a los trabajadores, a los excluidos del trabajo, a los empleados precarios, a los trabajadores informales, pero, en general, para encarar no solo las diferencias producidas por el lugar ocupado en el trabajo, sino todas las diferencias — las desigualdades— producidas por la explotación. Mella recuerda que el marxismo es una filosofía de la justicia: no trata sobre la pobreza, sino sobre las causas de generación de las condiciones de la pobreza: la ausencia de posibilidad de intervenir sobre ellas; como es por igual una filosofía de la libertad: no trata sobre seres más o menos pobres, ni más o menos ricos, sino sobre hombres y mujeres más libres. Por ello, es conveniente leer a Mella: para conservar su vigencia como pensador antimperialista, pero también para estudiarlo como un pensador de la democracia socialista.</p> <p><span style="font-weight: bold;">4.-</span> La comprensión de Mella sobre el antimperialismo es un núcleo duro de sus hallazgos, pero, en comparación, permanece yacente su pensamiento sobre la práctica democrática de la construcción socialista. Mella apenas usó la expresión «dictadura del proletariado». En ocasiones empleó el término muy contradictorio ideado por Lenin: «dictadura democrática de obreros y campesinos». Mella parece haber preferido la expresión «democracia proletaria», cuyo énfasis en la democracia antes que en la dictadura es evidente. La cuestión de fondo aquí consagrada es esencial: no hay en el marxismo una línea que defienda privar de derechos políticos a las fracciones revolucionarias en pugna —como ni siquiera la hay, en rigor, contra los derechos democráticos de la burguesía: la hegemonía revolucionaria debe resolverse, siempre, en la correlación de fuerzas a través de la construcción política. El diálogo de Mella con el liberalismo democrático es singular: está lejos de condenarlo en masa, y lo califica para distinguir sus usos políticos. En su etapa universitaria, describe al estudiantado de avanzada como «el elemento sano, joven vigoroso y liberal», cuestiona a los «liberales utopistas» que creen en la posibilidad de la libertad en la sociedad actual, pero en abril de 1928, en plena madurez de su pensamiento, se refiere a la subversión que prepara como «necesaria revolución, democrática, liberal y nacionalista». El programa de la Asociación de Nuevos Emigrados Revolucionarios Cubanos (ANERC), organización fundada por los marxistas revolucionarios cubanos en el exilio mexicano y dirigida por Mella, es explícito en su ideario democrático: «abolición del régimen militar despótico hoy existente, y organización de la vida política sobre bases democráticas, garantías para el ejercicio de los derechos de reunión, asociación y libre emisión del pensamiento de palabra y escrito a todos los ciudadanos, sin distinción de clase social, ni credo; abolición de la pena de muerte, reforma del Código Electoral, que facilitase la reorganización de los partidos y la formación de otros nuevos, reforma democrática de la Constitución». En su glosa sobre Martí, Mella explaya su concepción: «¿Qué hubiera dicho y hecho [Martí] ante el avance del imperialismo, ante el control de la vida política y económica por el imperialismo, ante las maniobras de este entre los nacionales, para salvaguardar sus intereses? Hubiera tenido que repetir su segunda estrofa sobre el error, ponerla en práctica: “no hay democracia política donde no hay justicia económica”, hubiera tenido que afirmar». Mella comprende la conquista de un consenso social a favor de las prácticas del socialismo como un proceso que afirma paso a paso en los hechos el contenido de su promesa: «En política y en economía también como “dentro del cascarón de la sociedad actual se va formando la nueva”. Las cooperativas, los sindicatos, los partidos obreros, las escuelas proletarias, los editoriales revolucionarios, etc., son una demostración de la futura democracia proletaria». O sea, deben serlo. Por ello es importante leer a Mella, para rearmar la teoría del socialismo con la necesidad de la «democracia sin fin», esto es, con la democratización permanente de la democracia. </p> <p><span style="font-weight: bold;">5.-</span> Cuando Mella afirma, con Bakunin y con Marx, que la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de sí mismos, entra en conflicto con el marxismo institucionalizado en su época. De esa tesis se desprende la necesidad de la independencia de la organización revolucionaria. Mella fue <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXsbw2XyCcQWG2zUHeZgGF1snhV7C3ZcXT-KTKs4IEVHkvhvxhUCIGIImcXUM9ytFG6SVChN-AXsUG734eXG5PW1l725tc0OtrjLl1kYzYsAhKi4vEuL0sYuf63y25oSVDHAOWYDvOD7k/s1600/Mella+El+Tren+Blindado.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 220px; height: 67px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjXsbw2XyCcQWG2zUHeZgGF1snhV7C3ZcXT-KTKs4IEVHkvhvxhUCIGIImcXUM9ytFG6SVChN-AXsUG734eXG5PW1l725tc0OtrjLl1kYzYsAhKi4vEuL0sYuf63y25oSVDHAOWYDvOD7k/s320/Mella+El+Tren+Blindado.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5476081364328327234" border="0" /></a>uno de los dirigentes principales del Partido Comunista de México (PCM) y, enfrentado al ala derecha de ese partido, fue denunciado como joven irresoluto y traidor en materia ideológica —o sea, acusado de trotskista. Sin ser seguidor abierto de Trostky, sostuvo dos grandes focos de tensiones con el PCM: el primero de ellos, alrededor de la cuestión obrera y sindical, y, el segundo, sobre su proyecto de preparar una insurrección armada que desembarcase en Cuba para la lucha armada revolucionaria contra Machado. Junto a Diego Rivera, defendió una política obrera frente al sindicalismo corrupto y entregado de la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) que conseguiría de momento triunfar: obtienen de la Internacional Comunista la autorización para el nacimiento de la Confederación Sindical Unitaria de México, auténtica victoria de las bases revolucionarias obreras contra el sindicalismo «amarillo» hegemonizado por Luis N. Morones —a quien el decir popular llamaba Luis «Millones», por su vida de «líder proletario» millonario. No obstante, poco después Mella sería acusado por la derecha del PCM, que pidió su expulsión, del «crimen de trabajar contra la línea del partido» y fue destituido de su puesto en la dirección de ese partido. En esa atmósfera, el PCM negó todo apoyo a la insurrección en Cuba, en el contexto de una política soviética de no fomentar sublevaciones en el patio trasero de los Estados Unidos. Mella suspendió toda colaboración con el Partido y prosiguió con su proyecto, en contra, otra vez, de la teoría tenida por revolucionaria y de la política de la sacrosanta Internacional. En los cientos de páginas escritas por Mella no hay una sola mención a Stalin. Conocía por su viaje a la URSS, y por Andreu Nin durante su estancia en Moscú, y así de primera mano, sobre el conflicto entre Stalin y Trotsky y de los enfoques de la Oposición de Izquierda —que, dentro del bolchevismo y la defensa de la URSS, combatía la política de Stalin. Mella desmintió de modo oficial seguir sus tesis y negó afiliación alguna al trotskismo. Pero la acusación de serlo lo perseguiría tenazmente. Sin embargo, no hace falta rumiar sus textos para reivindicar sus avenencias con el fundador del Ejército Rojo, más allá de las menciones admirativas que le dedica siempre y los guiños a obras de Trostky aparecidos en varios de sus trabajos, pues esa admiración por Trotsky es la que siente, acrecentada, por Lenin: es la militancia en el marxismo revolucionario. De hecho, Mella criticaba con lucidez las deformaciones. Cuando Haya de la Torre intenta un juego malabar: «la emancipación de los latinoamericanos ha de ser obra de los latinoamericanos mismos», el líder cubano comprende que esta parodia cambia el sentido del ideal revolucionario y restituye el sentido: se trata de la emancipación de las naciones y de las personas: de los sujetos oprimidos y de las nacionalidades oprimidas. Ante el colaboracionismo, estrategia y táctica del movimiento sindical mexicano organizado en la CROM, cuya filosofía cabe sintetizar en esta frase de Vicente Lombardo Toledano: «el movimiento obrero debe penetrar hasta en aquellas organizaciones que son instrumentos del capital para conquistar sus mejoras», Mella formula una pregunta que conserva toda vigencia: «¿Quién utiliza a quién?», para dilucidar el gran dilema de cómo deben relacionarse las organizaciones revolucionarias con el aparato institucional del sistema burgués. El debate sobre este punto alcanza posiciones extremas: desde la solución de desconexión hasta la de integración respecto al stablishment. La postura de Mella parece, en principio, prudente. «Nosotros somos partidarios de trabajar en las organizaciones susceptibles de revolucionarse, en todos los organismos que cuentan con masa obrera y campesina o elementos revolucionarios». Mella recuerda que la estrategia revolucionaria pone condiciones, no férreos límites, que sirve al desarrollo de la práctica y no a la conservación de la «pureza» de la ideología, ese pretexto autoritario. El problema es más grave si el entorno político ofrece ventajas al movimiento sindical, como sucede con el tipo de gobiernos llamados «progresistas», que integran al sistema capitalista las demandas de clase y consiguen con ello desmovilizar las luchas obreras y confundir su perfil. La independencia de clase de la organización es el antídoto de Mella contra el desarme, por cooptación, del movimiento obrero, pero no ha de ser entendido como «sectarismo» de clase. De hecho, Mella se enfrentó a la política de «clase contra clase», preconizada por la Internacional Comunista e imaginó alianzas políticas claves para conseguir éxito en las condiciones del entramado social cubano: «Los comunistas de Cuba, sin fusionarse con el Partido Nacionalista [integrante de la oposición burguesa al dictador Machado], guardando la independencia del movimiento proletario[,] lo apoyarían en una lucha revolucionaria por la emancipación nacional verdadera, si tal lucha se lleva a cabo». Mella no pierde la guía: lo que no se puede hacer es dejar a «la clase obrera aislada o entregada a las otras clases para [que] cuando las condiciones cambien —como ahora está sucediendo en México —, se encuentre huérfana y sin dirección». Por ello, es necesario leer a Mella: para comprender que sin independencia política del Estado, y del sistema institucional, el movimiento socialista se convierte en el mendigo del Rey, sea el rey Sol o el Rey ciudadano.</p> <p><span style="font-weight: bold;">6.-</span> Mella aporta al marxismo clásico una fortaleza primordial para impugnar el eurocentrismo desde el cual se difundió en las primeras décadas del siglo xx y para permitirle comprender el mundo emergente de la dominación colonial: la idea y la práctica del nacionalismo revolucionario. En época de Mella, aún no se conocían en América Latina todos los textos de Marx sobre Rusia, la India e Irlanda, o de Lenin al abordar el Oriente, que años después permitirían una lectura sobre la interdependencia entre capitalismo y colonialismo y sobre la historia de las formaciones sociales no centrada en el Occidente capitalista como único instrumento del devenir civilizatorio. En tiempos de Mella los obreros «no tenían patria». La patria socialista de los trabajadores, o era el mundo, o era una invención burguesa. Según Mella, esta política se justificaba «por el hecho de que el socialismo es internacionalista y los obreros no tienen por qué luchar por la independencia de su país, sino de su clase nada más. Olvidan que para que la clase obrera se independice hay primero que emanciparse como nación». Mella es quien primero se lanza en Cuba con gran densidad histórica y eficacia política en la reconstrucción, y la recuperación del concepto de patria, dicho con más exactitud del concepto de nación, para el socialismo, cuando para muchos Cuba era un país cuya primera aspiración era convertirse precisamente en nación. Mella recupera la tradición patriótica de las luchas por la independencia nacional del siglo XIX y la fusiona con el ideal de la liberación social, en clave de la emancipación de la dominación clasista. Por ello, su lectura sobre Martí es tan original como beligerante: el proyecto no es sustituir «al rico extranjero por el rico nacional». Mella afirma: «Toda Cuba es hoy un Baire. Más, para que el próximo “grito” no pueda ser traicionado, para que sea uno verdaderamente popular y democrático le añadimos el complemento de “Para los trabajadores”. Ya no será ¡Cuba Libre…! para los nuevos tiranos sino para los trabajadores. Quien se diga demócrata, progresista, revolucionario en el verdadero sentido que la respeta: ¡Cuba Libre, para los trabajadores! Esta es la única manera de aplicar los principios del Partido Revolucionario [Cubano, de José Martí] de 1895 a 1928». Con esto, Mella alcanza comprensiones que servirán de base ideológica a las dos revoluciones sociales que Cuba experimentará después de su muerte: la de 1930 y la 1959: «La causa del proletariado es la causa nacional» y «solo la nueva revolución podrá liberar [a Cuba] del colonialismo». Por ello es necesario leer a Mella: por ser un pensador anticolonial, es precursor de los debates de hoy sobre las nacionalidades oprimidas como sujetos de cambio político; por ser un pensador socialista, alcanza la síntesis que explica como cada elemento ha dejado de ser lo que era: el nacionalismo se comunica con el internacionalismo y la patria y la nación dejan de ser un proyecto oligárquico y blanco para convertirse en un proyecto popular y mestizo.</p> <p><span style="font-weight: bold;">7.-</span> Mella dirigió, desde el movimiento estudiantil, la reforma universitaria en Cuba a partir de 1922 y comprendió que su avance efectivo estaba ligado al devenir de una revolución social. Pasado el primer momento reformista, con reivindicaciones enfocadas hacia el ámbito universitario en particular, Mella afirma: «Lo que caracteriza la Revolución Universitaria es su afán de ser un movimiento social, de compenetrarse con el alma y necesidades de los oprimidos, de salir del lado de la reacción, pasar “la tierra de nadie”, y formar, valiente y noblemente, en las filas de la revolución social, en la vanguardia del proletariado». Su pensamiento sobre la educación tiene una fijación: el monopolio de la cultura usurpa la posibilidad democrática, como su táctica sobre la revolución tiene otra obsesión: impedir que los contenidos de la revolución puedan aislarse unos de otros. Si se aíslan, como cepas de virus, son combatidos con minuciosidad. Si la reforma universitaria no transita hacia la revolución social, termina obteniendo, acaso, algunas ventajas corporativas sin alcanzar lo esencial que buscaba, si la revolución social no pasa por la reforma universitaria, la cultura se incomunica con el futuro. Mella piensa la organización escolar como una dimensión de la democracia y considera imprescindible: a) democratizar el acceso a la escuela, razón desde la cual crea la Universidad Popular José Martí, b) someter la organización escolar a las reglas del funcionamiento democrático que se aspira para la vida del conjunto social, y c) comprender que «la emancipación definitiva de la cultura y de sus instituciones no podrá hacerse sino conjuntamente con la emancipación de los esclavos de la producción moderna», o sea, conjuntamente con la instauración del régimen del trabajo libre. Aquí hay un método para encarar políticas del presente. Mella seguía la costumbre de su época —lo sigue siendo de la nuestra— de valerse de atributos femeninos, como por igual de veladas referencias denigrantes hacia la homosexualidad, cuando polemizaba y buscaba calificar en negativo. Quien quiera reivindicar la dignidad de las diferencias, no encontrará siempre en él a un defensor, pero sí puede percibir una estrategia: la articulación entre las luchas y el flujo entre sus contenidos. Por ello, leer a Mella aporta una clave para enfocar un punto esencial de hoy: el socialismo, sin políticas hacia las diferencias, carece de estrategia para entenderse con la sociedad, pero las políticas de la diferencia, sino se encuentran con el socialismo, carecen de horizonte. </p> <p><span style="font-weight: bold;">8.-</span> Mella combatió, hasta costarle la vida, contra el sistema, pero también se alzó contra las dominaciones cotidianas —contra el poder del profesor en el sistema escolar, contra su propio padre por pagar salarios bajos a sus empleados—, como vivió también la rebeldía respecto a su propia militancia en organizaciones revolucionarias. Fue uno de los fundadores del Directorio de la Federación de Estudiantes de la Universidad de la Habana, después ocupó su presidencia y a poco se vio forzado a renunciar, acusado de autoritarismo, porque su radicalización y su creciente inmersión en el mundo del sindicalismo revolucionario, encontró fuerte resistencia en el movimiento estudiantil. Por otra parte, fue uno de los fundadores del primer Partido Comunista de Cuba, y apenas unos meses después de su creación fue separado de él por protagonizar una huelga de hambre de 19 días, que lo llevó al borde de la muerte, sacudió al país, y alcanzó al continente, por la irresponsabilidad de sus actos «individualistas», «inconsultos» y carentes de «solidaridad clasista», según la calificación de su Partido. En ambos casos, Mella supo conservar la dignidad en la derrota. El joven líder consiguió, lejos de negar tres veces su nombre, emerger de esas batallas con las fuerzas de la consecuencia: entender que la disciplina no es sumisión y ser capaz de negociar desde principios sin olvidar que la política es cuestión de millones, como aprendió de Lenin. El revolucionario lo es también frente a las formas de la organización revolucionaria —por ello reconstruye el concepto de disciplina como lealtad—, el revolucionario «negocia» con la realidad, porque comprende el triunfo como la dialéctica entre la construcción de hegemonía y la captura del momento revolucionario: «Lo importante —decía Mella— no es pensar que vamos a realizar la revolución dentro de unos minutos, sino si estamos capacitados para aprovechar el momento histórico cuando éste fatalmente llegue. No es una lotería la revolución: es un pago a plazo fijo aunque ignorado el día exacto. Los rusos bolchevistas (sic), los cubanos del pasado siglo no tenían ninguna organización de masas actuando diariamente. Pero sí las células magníficas de los revolucionarios del momento oportuno». Por eso, es útil leer a Mella: porque se aleja de la tradición blanquista, y de la cultura política del jacobinismo, como grupo conspirador o vanguardia iluminada que hace la revolución y después la distribuye como legado sagrado al pueblo, sino que entiende tanto la necesidad de la acumulación política como la de explotar de modo radical el momento de posibilidad revolucionaria. </p> <p><span style="font-weight: bold;">9.-</span> Mella comprendió bien la relación entre imperialismo y capitalismo. Usaba la expresión «imperialismo capitalista», para definir el proceso: el imperialismo no califica como un epifenómeno, un hecho secundario que continúa al principal sin influir sobre él, sino de una nueva fase del capitalismo, a la manera de Lenin. Por ello ambos términos son necesarios para explicar cada uno. Así, entrevió con lucidez la subordinación del desarrollo del capitalismo en Cuba al desarrollo del imperialismo en América Latina. Mella afirma: «En toda la América sucede igual. No se sostiene un gobierno sin la voluntad de los Estados Unidos, ya que el apoyo del oro yanqui es más sólido que el voto del pueblo respectivo. Hoy los pueblos no son nada, ya que la sociedad está hecha para ser gobernada por el dólar y no por el ciudadano. Hay que hacer la revolución de los ciudadanos, de los pueblos, contra el dólar», con palabras de gran resonancia en el discurso latinoamericano contemporáneo, que reivindica la necesidad de revoluciones ciudadanas, enfrentadas a la abolición de la política como cosa pública, a favor de su ejercicio privado —destructivo de la posibilidad de la libertad como hecho individual, social y nacional— a manos de los grandes intereses trasnacionales —o locales trasnacionalizados. Mella localizó los «males de Cuba en la estructura económica» y en la dependencia fatal de «una sola gran industria monopolizada por el capitalismo extranjero». En consecuencia, el programa de Mella, a través de la ANERC, busca diversificar la propiedad y la producción: «el reparto de tierras a los campesinos pobres y a los colonos arruinados con el fin de crear una economía agrícola independiente y nacional». Con este objetivo, patrocinaría «la cooperación en la producción, en la utilización de la maquinaria agrícola y en la venta de los productos» y la creación de un Banco Nacional de Refacción Agrícola, bajo el control de las mismas organizaciones campesinas. En todo momento, Mella refuerza la necesidad del control de los trabajadores sobre el proceso productivo: «participación directa y efectiva de las organizaciones de colonos y obreros en los organismos encargados de regular la producción de azúcar, con el fin de que las medidas que se tomen no se realicen, como ahora, solamente en favor de los grandes intereses azucareros a costa de los intereses del proletariado y del semi-proletariado», y promueve una legislación adecuada para la formación de una verdadera industria y comercio nacional independiente, a la vez que reclama revisar el Tratado Comercial con los Estados Unidos. La denuncia del imperialismo alcanza así al capitalismo y a la crítica de su visión civilizatoria. Mella se opuso con firmeza a la pena de muerte: «levantemos nuestro grito de protesta ante el terror que se inicia, ante la inútil severidad, ante el crimen cometido en nombre de la ley arcaica y contra los principios de la ciencia nueva». Enfrentó con terquedad la discriminación racial y afirmó el lugar del negro en la sociedad y la historia cubanas, así como prefiguró algunas de las problemáticas que llegaron hasta nuestros días bajo el rótulo del «Quinto Centenario», en lo que respecta al papel de la explotación del indígena en el desarrollo del capitalismo y en lo que alude a la responsabilidad histórica de España con la colonización de América. Mella pensó que la revolución tecnológica por sí misma traería mayores posibilidades para la revolución social —sin analizar de modo más complejo cómo puede servir también para alejarla, como ha sucedido en el mundo capitalista occidental después de la Revolución francesa—, pero con ese criterio también escapa del sostenido desdén, proveniente de una vasta ignorancia y de la regimentación del saber, que mantuvieron muchas izquierdas hacia los desarrollos técnicos de su época. Quería con ello poner al socialismo en el curso de la revolución tecnológica y no a remolque de ella, sabiendo que el socialismo no puede ser la imagen del hombre ignorante del campo que mira embelesado el desarrollo, ajeno e incomprensible, de los seres mitológicos de la ciudad-civilización-capitalismo. Al mismo tiempo, defiende una política socialista del deporte que se opone al criterio de la competición mercantil como aniquilamiento físico del deportista mientras hace culto falsario a la salud del atleta. Por eso es importante leer a Mella, para situar el dominio imperialista en el campo más general, cultural, de la dominación capitalista y entender el mapa de su funcionamiento, y para recolocar los términos de «civilización y barbarie». En contra de la tradición que asocia Occidente y el capitalismo modernizador con la civilización, y a la barbarie con la tradición originaria del continente, Mella afirma que la civilización es el socialismo y su derrota es el triunfo de la barbarie capitalista: «El trabajador comprende cada vez más que entre él y la naturaleza hay un intruso que es preciso quitar de en medio: el capitalista», escribe con un eco profundo de la estela dejada por José Martí sobre el tema.</p> <p><span style="font-weight: bold;">11.-</span> Durante mucho tiempo, la responsabilidad por la muerte de Mella se le ha adjudicado al Stalinismo en la figura de Vittorio Vidali, presentado por unos como héroe romántico —el célebre comandante Carlos Contreras en la lucha por la República española—, y por otros como asesino grotesco, implicado, entre otras, en las muertes de Trostky y de Andreu Nin. Según se afirma, <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidWYesnc4H4ygOd32fTE7ikhAAXqn0upch2Olnjbc89AuXob6Syqi227ZxYGLEt_-vz4UzfyKa1Pb7rEPD658kw_fZf6Apa4uSy73TODFvho1onLMYKk4_Z_kloLkdPdLcMS_dBrW0OXQ/s1600-h/revolver.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 200px; height: 204px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEidWYesnc4H4ygOd32fTE7ikhAAXqn0upch2Olnjbc89AuXob6Syqi227ZxYGLEt_-vz4UzfyKa1Pb7rEPD658kw_fZf6Apa4uSy73TODFvho1onLMYKk4_Z_kloLkdPdLcMS_dBrW0OXQ/s320/revolver.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355338894340713634" border="0" /></a>Vidali le espetó un día a Mella, fuera de sí: «No lo olvides nunca: de la Internacional se sale de dos maneras, ¡o expulsado o muerto!». Los historiadores Adys Cupull, Froilán González, Rolando Rodríguez, y Cristine Hatzky han aportado las pruebas definitivas sobre el asesinato de Mella. Ellos brindan información exhaustiva sobre la trama implementada por Machado para ejecutarlo después de contratar para el empeño al cubano José Magriñat y tras desembarazarse de varios políticos que, aun en el seno del Machadato, se habían opuesto sucesivamente a negociar la extradición de Mella hacia Cuba, luego a pretender comprarlo por soborno y más aún a asesinarle. Los testigos cubanos de la determinación de Machado de matar a Mella contaron sobre su fría e inflexible resolución para acabar con la vida del líder y acerca de todo el proceso que llevó al desenlace fatal. Sin embargo, ambas versiones explican mejor la vida de Mella que su muerte: lo explican todo sobre su carácter revolucionario. Enemigo de los déspotas de las oligarquías, de los tiranos del capitalismo, y de los fanáticos sepultureros de las revoluciones. Fue asesinado por Machado, pero fue el hijo nunca aceptado por el comunismo soviético. Julio Antonio Mella personifica la imagen del revolucionario verdadero: de quien se ve obligado a ser un rebelde, en palabras de Fernando Martínez Heredia, para poder ser un revolucionario. Pueden citarse muchos errores en su vida, pero es muy difícil encontrar una opción suya que no se situase siempre a la izquierda del espectro tenido por revolucionario. Ser rebelde es la única forma de ser revolucionario. El revolucionario, por serlo, es un hijo bastardo de la cultura oficial de su época, sus ideas son advenedizas para la teoría aceptada, sus tomas de posición resultan siempre incómodas para las burocracias que se proclaman e incluso se imaginan como revolucionarias. Mella fue el hijo «bastardo» que aspiró a un socialismo que, aunque parezca un imposible después de la historia del siglo xx, todavía puede y debe anunciar «con todos y para el bien de todos» como la buena nueva de su triunfo. Su pensamiento nutrió la imaginación de la única revolución socialista triunfante en Occidente, la Revolución cubana de 1959, cuando esta debió ser muy rebelde respecto a la cultura oficial de su tiempo para poder ser una Revolución. Pero Mella no sirve solo para legitimar un pasado glorioso, su pensamiento —y sobre todo su actitud— ha de acompañar la zozobra de los experimentos necesarios a las revoluciones del futuro: estas no lo serán sin hacer naturaleza plena la rebeldía. Por eso, es imprescindible leer a Julio Antonio Mella: por lo mucho que debe andar en América todavía.</p> <p>La Habana, mayo de 2009</p><span style="font-size:78%;"><br /></span></div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-84208257805289537752009-07-05T14:17:00.001-07:002009-07-07T21:37:48.377-07:00EL MARXISMO Y EL ESTADO x Alan Woods<meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; line-height: 150%;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;">E<span style="font-family: georgia;">l marxismo parte de la idea de que la "violencia es la partera de toda vieja sociedad que lleva en sus entrañas una nueva", que el Estado en última instancia está formado por cuerpos de hombres armados que son un instrumento de la clase dominante para la opresión de otras clases. Nunca en ningún momento hemos negado que la clase obrera, cuando se propone transformar la sociedad inevitablemente se encontrará con la resistencia de las clases poseedoras o que esta resistencia en determinadas condiciones pueda desembocar en una guerra civil.</span></span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin la ayuda de los reformistas, estalinistas y los dirigentes sindicales, no sería posible mantener durante mucho tiempo el sistema capitalista. Esta es una idea importante en la que hemos insistido continuamente. Los dirigentes de los sindicatos y partidos reformistas en todos los países tienen en sus manos un poder colosal, mucho mayor que en cualquier otro momento de la historia. Pero como explica Trotsky, la burocracia obrera es la fuerza más conservadora de la sociedad. Utiliza su autoridad para apoyar al sistema capitalista. Por eso Trotsky decía que, en última instancia, la crisis de la humanidad se reducía a la crisis de la dirección del proletariado. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El desarrollo de las fuerzas productivas ha provocado un aumento considerable del peso relativo de la clase obrera dentro de la sociedad. A pesar de todo su heroísmo, las insurrecciones proletarias del siglo XIX en realidad estaban condenadas al aislamiento y la derrota como resultado del dominio arrollador del campesinado y la pequeña burguesía urbana, que daba un poder colosal al aparato del estado de la clase dominante. La insurrección que llevó a la Comuna de París de 1871 fue víctima de estas circunstancias y, para empeorar la situación, la debilidad de la comuna se mezcló con defectos muy serios en la dirección. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf2J5QU1g8xwUqME_eFxaSiTkk7mVxjBOAZ_k0oW3opgiqzEBs1PexEkhs6UsoNRDwIZl2VbrgbbKmZLXQsQ8U7NMjDdHWfxxn763drAXchU6HYIa-Xa8DrSiiFQBXY9auTbgbcq7E6rk/s1600-h/Copia+%282%29+de+logo.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 126px; height: 129px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhf2J5QU1g8xwUqME_eFxaSiTkk7mVxjBOAZ_k0oW3opgiqzEBs1PexEkhs6UsoNRDwIZl2VbrgbbKmZLXQsQ8U7NMjDdHWfxxn763drAXchU6HYIa-Xa8DrSiiFQBXY9auTbgbcq7E6rk/s320/Copia+%282%29+de+logo.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355090172858300578" border="0" /></a>En el transcurso del siglo que acaba de terminar, la revolución socialista se podría haber realizado en muchas ocasiones. Y si, aparte de la revolución de 1917 contra el imperio zarista, la clase obrera no ha conseguido triunfar en ninguna otra parte ni controlar el poder durante mucho tiempo, la explicación no se encuentra en el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas ni en la correlación de fuerzas resultante entre las clases en contienda, sino esencialmente en la bancarrota política de la dirección de las organizaciones obreras. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La revolución socialista se ha retrasado debido a la degeneración reformista de la dirección de la clase obrera. Pero eso ha significado que la base material para la futura sociedad socialista (el nivel general de desarrollo de la capacidad productiva y la técnica) que la clase obrera heredará del capitalismo una vez en el poder, estará a un nivel incomparablemente superior al que heredaron los bolcheviques del zarismo en 1917, o que el habrían heredado los trabajadores británicos, franceses o alemanes si hubiesen conseguido tomar el poder en los años veinte y treinta. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Junto con el desarrollo de los medios de producción se ha producido un profundo declive de la propiedad a pequeña escala. El control de la economía se ha concentrado cada vez en menos manos, con el correspondiente aumento del tamaño de la clase obrera. En Francia, por ejemplo, en el momento de la crisis revolucionaria de 1936, la mitad de la población vivía de la agricultura, mientras que hoy la población rural sólo representa el 6 por ciento del total de la población. La clase obrera ha crecido no sólo en número sino también en términos de potencial de lucha. Una huelga general organizada adecuadamente en las condiciones modernas conseguiría paralizar completamente la economía de un país determinado, particularmente en las zonas económicamente más desarrolladas del mundo. La cuestión decisiva es la dirección y el grado de preparación de la clase obrera, tanto organizativa como políticamente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Qué conclusiones generales se pueden sacar de lo dicho anteriormente? En primer lugar, podemos decir que el aumento del nivel de urbanización y el grado cada vez mayor de la sofisticación técnica de la industria, significa que la clase obrera se encontrará en una situación generalmente más favorable al comienzo de la revolución de lo que sucedía en el pasado. En segundo lugar, como regla general, se puede decir que cuanto más fuerte sea el partido revolucionario, mayor su éxito a la hora de aglutinar a la clase obrera alrededor de su programa y ganar la simpatía de la base de las fuerzas armadas, por tanto, más rápido superará la resistencia de la clase dominante y habrá menos violencia y pérdida de vidas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sería totalmente posible la transformación pacífica de la sociedad si los dirigentes sindicales y reformistas estuvieran dispuestos a utilizar el poder colosal que tienen en sus manos para cambiar la sociedad. Si los dirigentes obreros no hacen eso, entonces podrían correr ríos de sangre y sería total responsabilidad de los dirigentes reformistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En realidad, como veremos, en el transcurso de las últimas siete décadas, los trabajadores podrían haber tomado en muchas ocasiones el poder en Francia, Italia, España, Gran Bretaña y Alemania si hubiera existido un partido revolucionario capaz de llevar a cabo esta tarea. Se han perdido muchas oportunidades revolucionarias debido a las traiciones del reformismo y el estalinismo. La clase obrera pagó con sangre estos crímenes de la dirección. Todo depende de la correlación de fuerzas nacional e internacionalmente y, sobre todo, de nuestra capacidad de ganar a los sectores decisivos de la clase obrera para el programa del marxismo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En ningún momento hemos negado la posibilidad de la violencia y la guerra civil en unas condiciones determinadas. Pero, contrariamente a lo que dicen los reformistas y la burguesía que siempre intentan asustar a los trabajadores con el espectro de la violencia y la guerra civil, y las sectas que no pierden la oportunidad de anunciar su entusiasmo por la "revolución sangrienta", prestando con ello un gran servicio a la burguesía y los reformistas, nosotros insistimos en que defendemos la transformación pacífica de la sociedad, y situamos toda la culpa de cualquier violencia sobre los hombros de la clase dominante y los dirigentes reformistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Dejamos absolutamente claro que estamos a favor de la transformación pacífica de la sociedad, que estamos dispuestos a luchar por esa transformación pero, al mismo tiempo, advertimos que la clase dominante luchará para defender su poder y privilegios. Esta es la postura tradicional del marxismo, que ha sido expuesta en cientos de ocasiones en los escritos de Marx, Engels, Lenin y Trotsky, y en los escritos de la Corriente Marxista Internacional (CMI). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>¿Dialéctica o formalismo?</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La posición básica fue expuesta por Lenin en <em>El Estado y la revolución</em> donde escribe: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La idea de Marx consiste en que la clase obrera debe destruir, romper, la ‘máquina estatal existente' y no limitarse simplemente a apoderarse de ella". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Marx explicó que la clase obrera no puede simplemente basarse en el poder estatal existente, que debe derrocarlo y destruirlo. Esa idea es ABC para un marxista. Pero después de ABC el alfabeto tiene otras letras. En <em>El Estado y la Revolución</em>, Lenin criticaba a los reformistas por presentar la revolución socialista como un cambio lento, gradual y pacífico. Pero el mismo Lenin fue capaz de afirmar en 1920 que en Gran Bretaña, debido al enorme poder del proletariado y sus organizaciones, sería totalmente posible llevar a cabo la transformación socialista de modo pacífico e incluso a través del parlamento, si los sindicatos y el Partido Laborista hubiesen estado dirigidos por marxistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La posición de Lenin sobre la revolución era concreta y dialéctica, no formalista y abstracta. Lenin abordaba la revolución a la luz de las condiciones históricas concretas predominantes en cada país. Por supuesto, las tareas básicas del proletariado son las mismas en todos los países. Es necesario que la clase obrera se constituya como clase en y por sí misma, que tenga un partido revolucionario con una dirección marxista correcta; es necesario superar la resistencia de los explotadores, aplastar el Estado, etc., </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estas consideraciones generales, aunque perfectamente válidas y correctas, no agotan en absoluto toda la cuestión de las formas y etapas concretas por las que pasará la revolución, mucho menos las tácticas específicas que se deben aplicar. Éstas no se pueden aprender de memoria como recetas de un libro de cocina revolucionario. Ese manual no existe y, si existiera, será más malo que bueno para aquellos que intentasen utilizarlo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Las condiciones en las que se desarrolla la revolución cambiarán de un país a otro y de un período a otro. Eso es obvio. Y también es obvio que las tácticas específicas del partido revolucionario también diferirán de acuerdo con estas condiciones. Cuestiones como el peso específico del proletariado en la población, sus relaciones con otras clases, la fuerza de sus organizaciones, su experiencia, nivel cultural, tradiciones nacionales y temperamento, todas entran en la ecuación. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sobre todo, el factor decisivo es la fuerza y la madurez del factor subjetivo, el partido revolucionario y su dirección (aunque incluso esta observación no tiene validez absoluta; ha habido casos donde la revolución se ha llevado a cabo, aunque no consolidado, sin un partido revolucionario, como en la Comuna de París, Hungría en 1956, u hoy en día en Venezuela). Esta es la cuestión clave. Pero exactamente cómo se construye el partido y sobre todo cómo se gana la dirección del movimiento de masas, esa la cuestión más decisiva de todas. Más tarde veremos cómo el Partido Bolchevique se convirtió en 1917 en el factor decisivo, con qué tácticas y con qué consignas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Las ideas básicas del marxismo son las mismas que hace cien años. Pero nuestra tarea no es repetir ideas medio asimiladas como un papagayo, sino desarrollar las ideas de manera creativa y sobre todo ser capaces de aplicarlas al momento en el que vive el proletariado y sus organizaciones. Estas últimas no existen fuera del tiempo y el espacio. Si no queremos convertirnos en una secta estéril, sino realmente echar raíces en las organizaciones de masas, es necesario partir del movimiento obrero real y de la clase obrera que históricamente está condicionada en un momento determinado del tiempo. Este siempre fue el método de los grandes pensadores del pasado, como veremos. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Cómo plantearon la cuestión Marx y Engels</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Basándose en la experiencia de la Comuna de París, Marx y Engels señalaron que: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La comuna ha demostrado, principalmente, que ‘la clase obrera no puede limitarse a tomar posesión de la máquina del Estado en bloque, poniéndola en marcha para sus propios fines'". (<em>Prefacio a la edición alemana de 1872 de <strong>El Manifiesto Comunista</strong></em>) </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estas son proposiciones elementales para cualquier marxista. Pero el marxismo no es simplemente la repetición de ideas básicas, no importa lo correctas que sean. Si ese fuera el caso, todo pequeño sectario sería un gran marxista, como Marx, Engels, Lenin y Trotsky juntos. Es necesario profundizar y extender la teoría a la luz de la experiencia. Este método se puede ver en los escritos de Marx y Engels, cuyas ideas sobre el Estado se desarrollaron durante un período de décadas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Desde el mismo comienzo, los fundadores del socialismo científico fueron muy cuidadosos a la hora de abordar la cuestión de la violencia, conscientes no sólo del peligro de que el proletariado se viera arrastrado a insurrecciones y aventuras prematuras, sino porque además una presentación torpe de esta cuestión sería un regalo propagandístico para los enemigos del comunismo. Así, en la primera declaración programática del marxismo, <em>Principios del comunismo</em>, Engels se expresa con mucha cautela: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "XVI. ¿Será posible suprimir por vía pacífica la propiedad privada? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Sería de desear que fuese así, y los comunistas, como es lógico, serían los últimos en oponerse a ello. Los comunistas saben muy bien que todas las conspiraciones, además de inútiles, son incluso perjudiciales. Están perfectamente al corriente de que no se pueden hacer las revoluciones premeditada y arbitrariamente y que éstas han sido siempre y en todas partes una consecuencia necesaria de circunstancias que no dependían en absoluto de la voluntad y la dirección de unos u otros partidos o clases enteras. Pero, al propio tiempo, ven que se viene aplastando por la violencia el desarrollo del proletariado en casi todos los países civilizados y que, con ello, los enemigos mismos de los comunistas trabajan con todas sus energías para la revolución. Si todo ello termina, en fin de cuentas, empujando al proletariado subyugado a la revolución, nosotros, los comunistas, defenderemos con hechos, no menos que como ahora lo hacemos de palabra, la causa del proletariado". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Al final de su vida Engels reconsideró la cuestión de las tácticas revolucionarias en una famosa introducción a <em>La lucha de clases en Francia</em> de Carlos Marx. Las palabras de Engels más tarde fueron utilizadas por los dirigentes de la socialdemocracia alemana para intentar justificar su política reformista. Sin embargo, incluso la lectura más superficial de estas líneas demuestra que Engels no rechazaba la noción de la insurrección, sino que sólo advertía contra el aventurerismo, las insurrecciones a destiempo y las conspiraciones de minorías ("blanquismo"): </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La época de los ataques por sorpresa, de las revoluciones hechas por pequeñas minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes, ha pasado. Allí donde se trate de una transformación completa de la organización social tienen que intervenir directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por sí mismas de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida. Esto nos lo ha enseñado la historia de los últimos cincuenta años. Y para que las masas comprendan lo que hay que hacer, hace falta una labor larga y perseverante. Esta labor es precisamente la que estamos realizando ahora, y con un éxito que sume en la desesperación a nuestros adversarios". (Federico Engels. <em>Introducción a la Lucha de clases en Francia de 1848 a 1850</em> de Carlos Marx). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Lo importante aquí es comprender la insistencia de Engels en la necesidad del partido revolucionario para ganar a las masas, como condición previa para llevar a cabo la transformación revolucionaria de la sociedad. Esto requiere un período más o menos prolongado de propaganda paciente, agitación y organización, utilizando todo tipo de trabajo, incluido el trabajo sindical y parlamentario, para ganar a las más amplias capas de la clase obrera. Este es un tema al que regresaremos más tarde. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En determinadas condiciones Marx y Engels no descartaban la posibilidad de una transferencia pacífica del poder al proletariado, aunque, en aquel momento, ellos creían que el único país donde existían condiciones para esta perspectiva era Gran Bretaña. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En el prólogo a la edición inglesa de 1886 de <em>El Capital</em>, Engels escribe: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En tales momentos tendrá que escucharse, sin duda, la voz de un hombre cuya teoría íntegra es el resultado del estudio, efectuado durante toda una vida, de la historia y situación económicas de Inglaterra, y al que ese estudio lo indujo a la conclusión de que, cuando menos en Europa, Inglaterra es el único país en el que la inevitable revolución social podrá llevarse a cabo enteramente por medios pacíficos y legales. No se olvidaba de añadir, ciertamente, que consideraba muy improbable que las clases dominantes inglesas se sometieran, sin una ‘rebelión a favor de la esclavitud', a esa revolución pacífica y legal". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En 1918 Lenin escribió un artículo interesante titulado: <em>Infantilismo de ‘izquierda' y la mentalidad pequeño burguesa</em>, que contiene una aproximación más profunda de la posición de Marx y Engels con relación a las tácticas del proletariado en la revolución socialista. Debemos tener en cuenta que es el mismo Lenin que un año antes escribía <em>El Estado y la revolución</em>. Lenin llamaba la atención sobre el hecho de que Marx y Engels, en determinado momento, consideraban que en Gran Bretaña existía la posibilidad de conseguir el socialismo de manera pacífica, e incluso de que los trabajadores "comprasen" al burgués. Mientras señalaban que las circunstancias en Gran Bretaña habían cambiado (como explicaremos), Lenin aquí hace un comentario más general, respondiendo específicamente a Bujarin y a los "comunistas de izquierda" quienes defendían que era impermisible en principio sugerir que era posible que un estado obrero "comprase" al burgués: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Y Marx decía: en determinadas condiciones, los obreros no se negarán en absoluto a comprar a la burguesía. Marx no se ataba las manos -ni la de los futuros dirigentes de la revolución socialista- en lo que respecta a la forma, procedimientos y métodos de la revolución, pues comprendía perfectamente que se plantearía entonces una cantidad inmensa de nuevos problemas, se modificaría toda la situación en el curso de la revolución, y que la situación cambiaría <em>radicalmente y con frecuencia</em> en el curso de la revolución". (Lenin. <em>Infantilismo de ‘izquierda' y la mentalidad pequeño burguesa</em>. El énfasis en el original). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Marx sobre Gran Bretaña</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La casta militar en la época del imperialismo es mucho más fuerte lo que era en las primeras etapas del desarrollo del capitalismo en Gran Bretaña. ¿Por qué Marx señaló a Gran Bretaña como el único país donde era posible una revolución pacífica? La razón dada por Lenin, y la citada con más frecuencia, es que en esa etapa Gran Bretaña "era todavía un modelo de país netamente capitalista, pero sin casta militar y, en una medida considerable, sin burocracia. Por eso, Marx excluía a Inglaterra donde la revolución, e incluso una revolución popular, se consideraba y era entonces posible sin la condición previa de destruir la ‘máquina estatal existente'. (Lenin. <em>El Estado y la revolución</em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Como resultado de ciertas peculiaridades históricas (un poder isleño que no requería un gran ejército permanente pero mantenía su dominio de Europa mediante una combinación de fuerza naval y la política de "divide y vencerás"), el Estado en Gran Bretaña era más débil que los demás países europeos, donde la ausencia de estas defensas naturales crearon la necesidad de grandes ejércitos permanentes, con todos los males adyacentes de la burocracia y el militarismo. Marx escribió esas palabras en un momento en que el capitalismo británico aún estaba en su fase progresista de desarrollo, antes del ascenso del imperialismo y el capitalismo monopolista. Lenin explica que en 1917 la distinción que hacía Marx ya no era válida porque en la época de decadencia imperialista el Estado, tanto en Gran Bretaña como en EEUU, era igual a los de otros países capitalistas desarrollados. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, el carácter subdesarrollado del Estado y la relativa debilidad de la casta burocrático-militar era sólo uno de los elementos de la posición de Marx sobre que la transformación pacífica habría sido posible en Gran Bretaña en el siglo XIX. Pero no era la única razón. La fuerza de la clase obrera y sus organizaciones fue una de las principales razones que llevaron a Marx a pensar que los trabajadores podrían tomar el poder pacíficamente, aunque añadió cautelosamente que la clase dominante podría organizar una "rebelión de esclavistas" para intentar derrocar al gobierno de los trabajadores. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En el artículo antes mencionado Lenin habla específicamente de cuáles fueron las razones concretas que llevaron a Marx y Engels a considerar la idea de la posibilidad de una revolución pacífica en Gran Bretaña: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En Inglaterra la subordinación de los capitalistas a los obreros hubiera podido asegurarse en aquel entonces por las siguientes condiciones: 1) el total predominio de obreros, de proletarios, en la población, como consecuencia de la falta de campesinado (en la Inglaterra de la década del 70 había indicios que permitían esperar una difusión extraordinariamente rápida del socialismo entre los obreros agrícolas); 2) la excelente organización del proletariado en los sindicatos obreros (Inglaterra era entonces el primer país del mundo en ese sentido); 3) la cultura relativamente elevada del proletariado, que no había sido educado por un desarrollo secular de la libertad política; 4) el viejo hábito de los bien organizados capitalistas ingleses -entonces eran los capitalistas mejor organizados del mundo (ahora esta supremacía ha pasado a Alemania- de solucionar por medio de la conciliación los problemas políticos y económicos. Tales fueron las circunstancias que hicieron surgir entonces la idea de que era posible el sometimiento <em>pacífico </em>de los capitalistas ingleses a los obreros". (Lenin. <em>Infantilismo ‘de izquierda' y la mentalidad pequeñoburgesa</em>. El énfasis en el original). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estas líneas muestran muy claramente que, en opinión de Lenin, la cuestión a discutir no se limitaba en absoluto a las peculiaridades históricas del Estado en el siglo XIX en Gran Bretaña. Explica que las condiciones básicas que planteaban la posibilidad de una transformación pacífica de la sociedad nacían de la correlación de fuerzas de clase excepcionalmente favorable, que a su vez era el resultado del hecho de que Gran Bretaña en aquel momento era el único país del mundo donde la industria capitalista se había desarrollado al máximo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Es verdad que el Estado británico ahora es más similar al Estado de otros países capitalistas, no es menos cierto que el desarrollo de las fuerzas productivas durante los últimos cien años, y sobre todo desde 1945, ha significo un fortalecimiento enrome de la clase obrera en todas partes. Esto significa que la correlación de fuerzas de clase se ha transformado, en gran medida a favor del proletariado. En la época de Marx, la clase obrera era la mayoría de la sociedad sólo en Gran Bretaña. En la actualidad, el proletariado es la mayoría decisiva de la sociedad en todos los países capitalistas desarrollados, mientras que las reservas sociales de masas de la reacción, especialmente el campesinado, en gran medida ha desaparecido. Este hecho tiene consecuencias muy grandes para las futuras perspectivas de la revolución socialista, sobre todo en los países desarrollados del capitalismo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>La correlación de fuerzas de clase</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La desaparición del campesinado en Francia y otros países tiene una importancia de primer orden en el debilitamiento de las reservas sociales de masas de la reacción. Debemos recordar que el campesinado formaba la columna vertebral de la reacción bonapartista y, en cierto modo, de la reacción fascista en el pasado. ¿Este hecho por sí y en sí mismo garantiza que la reacción está descartada? En absoluto. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En realidad, incluso en Gran Bretaña, donde la clase obrera ha constituido la mayoría de la población durante más de cien años y donde el campesinado no existe, existiría la posibilidad de la reacción bonapartista, probablemente bajo el disfraz de algún tipo de golpe bonapartista monárquico (aunque la monarquía hoy en día no es la fuerza que era, sin embargo, aún tiene considerables reservas de apoyo entre capas atrasadas de la población) si la clase obrera no consigue transformar la sociedad. Y esto es aún más cierto en países como Italia, España y Grecia, donde la debilidad extrema del capitalismo se expresa en una profundización de la crisis política y la continua inestabilidad. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Un programa de clase</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cómo revelamos el peligro de la reacción a los jóvenes y trabajadores avanzados? Es necesario avisar a los jóvenes y trabajadores de la amenaza de la reacción. Sobre todo, es necesario armar a los cuadros con una comprensión clara del fascismo y el bonapartismo. Un régimen bonapartista sería inestable y probablemente no duraría muchos años. No obstante, la experiencia de Chile, Grecia y Argentina demuestra que este régimen representaría una pesadilla para la clase obrera. La burguesía "democrática" no vacilaría en desatar a las bandas fascistas contra las organizaciones obreras, o utilizar el asesinato, la tortura y todo tipo de intimidación para defender su dominio de clase. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, es necesario mantener un sentido de la proporción. La histeria estridente de las sectas, para quienes el fascismo siempre está "a la vuelta de la esquina", simplemente maleduca a la minoría de trabajadores y jóvenes que desafortunadamente caen bajo su influencia. No tienen en cuenta la naturaleza del período actual, la correlación de fuerzas de clase o los intereses de la burguesía. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El callejón sin salida del capitalismo tiende a agitar a sectores de la pequeña burguesía y del lúmpemproletariado demente. En determinadas circunstancias pueden apoyar a la clase obrera, cuando esta última demuestra en la acción que está preparada para situarse como verdadero amo de la sociedad. Pero si la clase obrera es paralizada por sus dirigentes estas capas pueden girar hacia la reacción. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El crecimiento de los ataques racistas en todos los países es un reflejo del callejón sin salida del capitalismo y de la reacción frenética de capas de lúmpenes desmoralizados. Durante el período de auge económico el capitalismo necesitaba a un gran número de inmigrantes como mano de obra barata. Ahora sirven de chivos expiatorios para la crisis del capitalismo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sobra decir que los marxistas debemos estar en primera línea de la lucha contra el racismo. Pero la lucha contra el racismo es una LUCHA DE CLASES no una lucha racial. Los intereses de los trabajadores negros, asiáticos, turcos y árabes son los mismos que los intereses de sus hermanos y hermanas blancos. Siempre se debe insistir en esta cuestión. Nada es más perjudicial para la causa de la lucha contra el racismo que los intentos de dividir a los trabajadores en líneas raciales. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Al mismo tiempo debemos explicar, como hizo Trotsky, que la lucha contra el racismo es una lucha física. No es cuestión de aceptar pasivamente los ataques fascistas contra los inmigrantes. Se deben organizar fuerzas de defensa, pero sobre una base de CLASE. Los intentos de crear grupos de defensa basados en inmigrantes o minorías raciales aisladas del resto de la clase obrera simplemente hacen el juego a los racistas, dan la idea de que sólo los inmigrantes deben encabezar el movimiento contra el racismo. Debemos luchar por la creación de comités de defensa conjuntos de trabajadores nativos e inmigrantes, a través de los comités de empresa, sindicatos, etc., </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Es necesario vincular la lucha contra el racismo y el fascismo con la perspectiva de la transformación socialista de la sociedad. Sin esto, incluso la elección de un gobierno socialista no resolverá el problema. Todo lo contrario, la política de los dirigentes obreros, destinada a la conciliación con la burguesía, sólo agravará la crisis y preparará el camino para la reacción. Una política de contrarreformas alejará aún más a la pequeña burguesía e incluso empujará a sectores de ella a los brazos de los fascistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Cuando la clase dominante ya no pueda controlar a la clase obrera con métodos "normales", no dudarán en recurrir al ejército. Para ser más correctos, INTENTARÁN moverse en dirección hacia una dictadura militar. La manera de hacerlo sería con un movimiento hacia el bonapartismo parlamentario, como los regímenes de Von Papen y Schleicher en Alemania antes de Hitler. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Si la corriente marxista fuera lo suficientemente fuerte, sería necesario llevar a cabo una campaña enérgica por un frente único de partidos y organizaciones obreras para evitar que eso ocurra. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La situación es diferente al período entre las dos guerras mundiales. Entonces, los fascistas tenían reservas sociales masivas entre el campesinado y la pequeña burguesía, incluidos los estudiantes. Ahora todo eso ha cambiado. La clase obrera es mil veces más fuerte, el campesinado casi ha desaparecido y sectores importantes de los trabajadores de cuello blanco: profesores, funcionarios, trabajadores del sector bancario, etc., se han acercado mucho más al proletariado. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En estas circunstancias, la burguesía tendrá que pensarse dos veces antes de moverse hacia una dictadura abierta. Si el movimiento obrero estuviera armado con una política genuinamente socialista, este movimiento podría terminar en el derrocamiento total del gobierno burgués. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Lenin explicaba que una de las características de una situación prerrevolucionaria es el fermento entre las capas medias de la sociedad. Movida por la desesperación ante la crisis del capitalismo, la pequeña burguesía se mueve en todas direcciones buscando una salida. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Si la clase obrera y sus organizaciones tuvieran una dirección audaz, las masas de la pequeña burguesía irían tras ella. Pero ante la ausencia de esta dirección las capas medias pueden girar en todas las direcciones. Actualmente, el fermento de la pequeña burguesía en Europa se refleja en todo tipo de fenómenos reaccionarios: la Liga Norte, Berlusconi, el MSI, Le Pen, los Republicanos Alemanes, el Partido de la Libertad austriaco y otros por el estilo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, una vez comience a moverse la clase obrera, todo eso puede cambiar muy rápidamente. Sobre todo si la derecha llega al poder y su programa es puesto a prueba su base entre la pequeña burguesía se evaporará rápidamente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La existencia de estos movimientos reaccionarios es el precio que debemos pagar por el fracaso de</span><span style="font-size:100%;"> los dirigentes socialistas y "comunistas" a la hora de tomar el poder en el pasado. La única manera de garantizar el bloqueo del camino a la reacción en el futuro es la lucha incesante para ganar a los trabajadores y jóvenes avanzados para un genuino programa socialista y, a través de ellos, a las masas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Lenin y el "defensismo"</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyu4JbtH552cXZy7RP2y1l0IsgB-wuDFwwoQmE0FHb70JiAlCnE7ujH-1vo7iwCSzl2jGlihg1BWvsDp5JKr4MMmGD5Yw4-azq__enx-UU0iiwVyEITXNsyEM5Za3FU7y2MjXxodfDdmI/s1600-h/LENIN+Y+TROTSKI.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 201px; height: 244px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhyu4JbtH552cXZy7RP2y1l0IsgB-wuDFwwoQmE0FHb70JiAlCnE7ujH-1vo7iwCSzl2jGlihg1BWvsDp5JKr4MMmGD5Yw4-azq__enx-UU0iiwVyEITXNsyEM5Za3FU7y2MjXxodfDdmI/s320/LENIN+Y+TROTSKI.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355088966340846322" border="0" /></a>La diferencia entre la política abstracta y el método dialéctico se ve en la evolución de la posición de Lenin sobre las tácticas revolucionarias en el período de 1914 a 1917. En agosto de 1914 la escisión en la Segunda Internacional creó una situación totalmente nueva. A la luz de la traición sin precedentes de la socialdemocracia, era necesario reagrupar y reeducar a las pequeñas y aisladas fuerzas del marxismo internacionalmente. Lenin en este período ponía mucho énfasis en los principios básicos del internacionalismo revolucionario, sobre todo la imposibilidad de regresar a la vieja internacional y una oposición implacable a todas las formas de patriotismo (derrotismo revolucionario). Para combatir las dudas y vacilaciones de los dirigentes bolcheviques, Lenin dio la expresión más aguda posible a estas ideas, cómo "convertir la guerra imperialista en guerra civil", y la "derrota de nuestra propia burguesía es el mal menor". Se podría decir que en algunas ocasiones exageró. No sería la primera vez que, para "enderezar el palo", Lenin se inclinaba demasiado en la otra dirección. Sobre las cuestiones fundamentales no hay duda de que Lenin tenía razón. Pero a menos que comprendamos su método, no sólo lo que escribió sino por qué lo hizo, podemos llegar a un lío absoluto. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> No hay duda de que Lenin tenía razón en la postura que adoptó durante la guerra pero es necesario comprender su método. Los grupos ultraizquierdistas y sectarios siempre repiten las palabras de Lenin sin entender ni una sola línea. Toman sus escritos sobre la guerra como algo absoluto, fuera del tiempo y el espacio. No comprenden que, en esa época, Lenin no escribía para las masas, sino para un minúsculo grupo de cuadros en un contexto histórico determinado. Si no comprendamos eso podemos cometer un error fundamental. Para combatir el chovinismo e insistir en la imposibilidad de reconciliación alguna con la socialdemocracia, y particularmente con su ala de izquierda (Kautsky y el "centro"), Lenin utilizó algunas formulaciones que sin duda eran exageradas. Estas exageraciones, por ejemplo, lo llevaron a caracterizar la posición de Trotsky como "centrismo", algo totalmente incorrecto. La interpretación unilateral de la posición de Lenin en este período ha llevado a interminables confusiones. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Cuando Lenin regresó a Rusia después de marzo de 1917 modificó fundamentalmente su posición. No es que su oposición a la guerra imperialista fuera menor, o menos implacable su oposición al social chovinismo. Continuó vigilante con relación ante cualquier recaída por parte de los dirigentes bolcheviques en la cuestión de la guerra. Pero ya no era una cuestión de teoría, sino del movimiento vivo de las masas. La postura de Lenin después de marzo de 1917 guarda poco parecido con las consigas que había planteado anteriormente. Vio que, en esas circunstancias concretas, las masas de trabajadores y campesinos tenían ilusiones en la "defensa de la revolución" tal y como ellos la entendían. Era absolutamente necesario tener este hecho en cuenta si los bolcheviques querían conectar con el ambiente real de las masas. Si Lenin hubiera mantenido su antigua posición habría aparecido como un simple doctrinario. Habría alejado totalmente a los bolcheviques del movimiento real de los trabajadores y campesinos. Sólo los sectarios y doctrinarios inútiles no pueden ver la diferencia. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En un discurso pronunciado a los delegados de la fracción bolchevique de los soviets Lenin explicaba: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Las masas se acercan a esta cuestión no desde un punto de vista teórico sino práctico. Nuestro error reside en una aproximación teórica. La conciencia de clase del proletariado podría consentir una guerra revolucionaria que realmente derroque el defensismo revolucionario. Ante los representantes de los soldados el asunto debe ser puesto de una manera práctica, de otra manera no se llegará a nada. No somos en absoluto pacifistas. La pregunta fundamental es: ¿Qué clase está llevando a cabo la guerra? La clase capitalista, atada a los bancos no puede realizar otra guerra excepto una guerra imperialista. La clase obrera sí puede". (Lenin) </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En realidad, las consignas del "defensismo revolucionario" no jugaron ningún papel en la preparación de las masas para la Revolución de Octubre. Ni "la derrota de Rusia es el mal menor", sino "Paz, pan y tierra" y "Todo el poder a los soviets", que fueron el grito unificador de los bolcheviques que llevó a la victoria de la insurrección de Octubre. Examinaremos el contenido concreto de estas consignas más tarde. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La cuestión es que sin tácticas flexibles que tengan en cuenta el nivel de real de conciencia del movimiento obrero es imposible ganar a las masas. Pero antes de que sea posible hablar de la conquista del poder, primero es necesario conquistar a las masas. Sin eso, todas las palabras sobre insurrección, derrocamiento del Estado, guerra civil inevitable, violencia revolucionaria, preparativos militares y todo lo demás se convierte en simple charlatanería. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Cada vegetal tiene su estación". Hay un momento y un lugar para cada consigna. Una de las características de la psicología sectaria es imaginar que las consignas tienen validez fuera del tiempo y el espacio. Ya que, para ellos, la política es una cuestión de pequeños círculos sin contacto con el mundo real, por lo tanto, la visión de las masas es una cuestión indiferente. La situación es radicalmente distinta con una genuina corriente marxista que lucha por ganar a las masas, empezando por las capas avanzadas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Cuando Lenin regresó a Rusia un sector del Partido Bolchevique, imbuido por la impaciencia, quería ir mucho más allá de la clase. Haciéndose eco de los anarquistas y ultraizquierdistas plantearon la consigna revolucionaria: "Abajo el gobierno provisional". Esa era la consigna de la insurrección. ¿Qué actitud adoptó Lenin? Se opuso totalmente a ella. ¿Por qué? Porque esa consigna en absoluto correspondía con la etapa real en la que se encontraba el movimiento. Lenin, que era un revolucionario hasta la médula, sin embargo, se opuso de manera implacable a esta consigna y en su lugar orientó el partido hacia la conquista de las masas con la consigna: "explicar pacientemente". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿No es este otro ejemplo de abandono de la posición revolucionaria de la toma violenta del poder? ¿Lenin no tenía el deber de defender la guerra civil? En realidad, lejos de defenderla en determinado momento Lenin incluso denunció a aquellos que pretendían que él defendía una guerra civil. Muy correctamente negó que los bolcheviques defendieran la violencia y puso toda la responsabilidad de la violencia sobre los hombros de la clase dominante. Esta idea en absoluto conviene a los ultraizquierdistas que no consiguieron comprender que nueve décimas partes de la tarea de la revolución socialista es el trabajo de ganar a las masas mediante la propaganda, la agitación, la explicación y la organización. Sin esto, todas las palabras sobre guerra civil e insurrección se reducen a una de dos cosas: o el tipo de charlatanería vacía característica de los socialistas de barra de bar, o al aventurerismo irresponsable, o por utilizar la terminología científica del marxismo, al blanquismo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Aquí está lo que Lenin tiene que decir sobre el tema: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Hablar de guerra civil antes de que la gente sea consciente de la necesidad de ella es, sin suda, caer en el blanquismo". (Obras Completas. Vol. 21. P. 43. International Publishers. Nueva York. 1929). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> No fueron los bolcheviques sino la burguesía y sus aliados reformistas los que constantemente levantaron el espectro de la violencia y la guerra civil. ¿Cómo reaccionó Lenin? ¿Con discursos revolucionarios "temerarios" recogiendo el guante y arrojándolo a la cara del enemigo? ¿Habló abiertamente sobre la inevitabilidad de la guerra civil? Todo lo contrario, negó reiteradamente cualquier sugerencia de que los bolcheviques defendían la violencia. El 25 de abril protestó en <em>Pravda</em> contra las "oscuras insinuaciones" del "ministro Nekrasov" sobre la "alabanza de la violencia" de los bolcheviques: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Señor ministro, miembro eminente del ‘Partido de la Libertad del Pueblo', usted miente. Es el señor Guchkov quién alaba la violencia cuando amenaza con castigar a los soldados por destituir a las autoridades. Es <em>Russkaia Volia</em>, el periódico de los ‘republicanos' PROGROM y amistosamente a usted que alaba la violencia. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Pravda</em> y sus seguidores no alaban la violencia. Todo lo contrario, declaran muy claramente, de manera precisa y contundentemente, que nuestra principal tarea en la actualidad debe ser concentrarnos en explicar a las masas proletarias sus problemas proletarios, tan distintos a los problemas de la pequeña burguesía que ha sucumbido al veneno chovinista". (Lenin. Obras Completas. vol. XX, Libro. 1, p. 171.) </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El 4 de mayo el Comité Central de los bolcheviques aprobaba una resolución escrita por Lenin. El objetivo de la resolución era contener a la dirección local de Petrogrado que iba por delante de los acontecimientos. Su propósito era situar la responsabilidad de cualquier violencia en el gobierno provisional y sus seguidores, acusar a la "minoría capitalista de renuencia para cumplir la voluntad de la mayoría". Aquí están dos párrafos de la resolución: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "1. Los agitadores y oradores del partido deben rebatir las mentiras de los periódicos capitalistas y de los periódicos que apoyan a los capitalistas diciendo que amenazamos con la guerra civil. Esta es una mentira despreciable, en el momento actual, cuando los capitalistas y su gobierno no pueden ni se atreven a usar la violencia contra las masas, cuando la masa de soldados y trabajadores expresa libremente su voluntad, elige libremente y sustituye a todos sus oficiales públicos, en tal momento, cualquier pensamiento de guerra civil es ingenuo, sin sentido y monstruoso; en tal momento se debe cumplir totalmente con la voluntad de la mayoría de la población y permitir la libre crítica de de esta voluntad por la minoría insatisfecha; si se recurre a la violencia, la responsabilidad recaerá sobre el gobierno provisional y sus seguidores. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "2. El gobierno de los capitalistas y sus periódicos, con su ruidosa denuncia de la supuesta guerra civil, solo intentan ocultar la renuencia de los capitalistas, que aceptadamente constituyen una minoría insignificante de la población, a cumplir la voluntad de la mayoría". (Obras Completas. Volumen. XX. Tomo I. p. 245. 21 de abril). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Lenin comprendía que la clase obrera aprende de la experiencia, especialmente de la experiencia de los grandes acontecimientos. La única manera en que una pequeña tendencia revolucionaria encuentre eco en las masas es siguiendo el rumbo de los acontecimientos hombro a hombro con las masas, participando en la lucha cotidiana según se desarrolla, planteando consignas que correspondan con la etapa real del movimiento, explicando pacientemente la necesidad de una transformación total de la sociedad como la única salida. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los llamamientos estridentes a la insurrección y la guerra civil no ganan a las masas, ni siquiera a la capa avanzada, sino que las repele. Como vimos antes, esta idea es verdadera incluso en medio de la revolución. Es cien veces más correcto en la actualidad, cuando la cuestión del derrocamiento revolucionario del capitalismo está lejos de ser prioritario en la mente incluso de los trabajadores más avanzados. Más bien lo contrario, es necesario poner la responsabilidad de la violencia y la guerra civil sobre los hombros de los dirigentes reformistas que tienen en sus manos la posibilidad de tomar el poder de manera pacífica y, por negarse a hacerlo, hacen inevitable el derramamiento de sangre. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>"Todo el poder a los soviets"</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Todos conocen que esta era la consigna central de Lenin y Trotsky en 1917. Pero muy pocos han comprendido el contenido real de esta consigna. ¿Cuál es el significado, concretamente, de la consigna "todo el poder a los soviets"? ¿Guerra civil? ¿La toma del poder por los bolcheviques? Muy lejos de la realidad. Los bolcheviques eran una minoría en los soviets que estaban dominados por los partidos reformistas, los social-revolucionarios y los mencheviques. La tarea central no era la toma del poder, sino ganar a la mayoría que tenía ilusiones en los reformistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los bolcheviques basaron su "explicación paciente" en la idea, constantemente repetida en los escritos y discursos de Lenin de marzo hasta la víspera de la insurrección de octubre, de que los dirigentes reformistas deberían tomar el poder en sus manos, que eso garantizaría una transformación pacífica de la sociedad, que los bolcheviques lo apoyarían con entusiasmo y que, si los dirigentes reformistas tomaban el poder, los bolcheviques se limitarían a la lucha pacífica para conseguir la mayoría dentro de los soviets. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Aquí tenemos un par de ejemplos de cómo Lenin trataba la cuestión (hay muchos más): </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Aparentemente, no todos los seguidores de la consigna "Todo el poder a los soviets" han dado un significado adecuado al hecho de que era una consigna para el avance pacífico de la revolución, pacífico no sólo en el sentido de que nadie, ninguna clase, ninguna fuerza de cualquier importancia, entonces habría sido capaz (entre el 27 de febrero y el</span><span style="font-size:100%;"> 4 de julio) de resistir y evitar la transferencia del poder a los soviets. Eso no es todo. El desarrollado pacífico habría sido entonces posible, incluso en el sentido de que la lucha de clases y partidos dentro de los soviets podría haber asumido la forma más pacífica e indolora, habría permitido que todo el poder del Estado pasara a los soviets". (Lenin. Obras Completas. Vol. 24. P. 184. 1917). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Ninguna otra condición, creo, planteada por los bolcheviques, que tenían confianza en que la libertad de propaganda realmente libre y la consecución inmediata de una nueva democracia en la composición de los soviets (nuevas elecciones para ellos), y en su funcionamiento, garantizaría un avance pacífico de la revolución, un resultado pacífico de la lucha del partido dentro de los soviets. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿Quizás es esto ya posible? Quizás. Pero si hubiéramos tenido una oportunidad entre cien, el intento de llevar a cabo tal posibilidad aún merecería la pena". (Lenin. Obras Completas. Vol. XXI. Tomo I. pp. 153-154). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Nuestro trabajo es ayudar en todo lo posible a garantizar la ‘última' oportunidad de un desarrollo pacífico de la revolución, ayudar con la presentación de nuestro programa, dejando claro su carácter general, nacional, su absoluta armonía con los intereses y las demandas de una enorme mayoría de la población". (Lenin. Obras Completas. Vol. XXI. Tomo I. p. 257). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Una vez tomado el poder, el soviet podría aún existir, y probablemente esta es su última oportunidad, de garantizar un desarrollo pacífico de la revolución, elecciones pacíficas de los diputados del pueblo, una lucha pacífica de los partidos dentro de los soviets, una prueba en la práctica de los programas de distintos partidos, una transferencia pacífica del poder de un partido a otro". (Lenin. Obras Completas. Vol. XXI. Tomo I. pp. 263-264). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"> Y así es como Trotsky resume la posición en <em>Historia de la Revolución Rusa</em>: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La transmisión del poder a los soviets significaba la transmisión directa de dicho poder a los conciliadores, cosa que podía llevarse a cabo pacíficamente, mediante el puro y simple licenciamiento del gobierno burgués, que se sostenía gracias a la buena voluntad de los conciliadores y a los restos de confianza que en ellos tenían las masas. La dictadura de los obreros y soldados era un hecho, a partir del 27 de febrero. Pero los obreros y soldados no se daban cuenta de ello. Habían confiado el poder a los conciliadores, los cuales, a su vez, lo habían transmitido a la burguesía. El cálculo de los bolcheviques respecto a la posibilidad de un desarrollo pacífico de la revolución se basaba no en que la burguesía habría de ceder voluntariamente el poder a los obreros y soldados, sino en que éstos impedirían a tiempo que los conciliadores cedieran el poder a la burguesía. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La concentración del poder en los soviets, bajo el régimen de la democracia soviética, hubiera dado a los bolcheviques completa posibilidad de conquistar la mayoría en esos soviets y, por consiguiente, de formar un gobierno sobre la base de su programa. No hacía falta para ello el levantamiento armado. El cambio de partidos en el poder se hubiera efectuado de un modo pacífico. Todos los esfuerzos del partido, entre abril y julio, estaban orientados en el sentido de asegurar el desarrollo pacífico de la revolución a través de los soviets. ‘Explicar pacientemente', era la clave de la política bolchevique". (León Trotsky. <em>Historia de la Revolución Rusa</em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Pero quizá Lenin y Trotsky sólo jugaban con los sentimientos de las masas? ¿Quizá sólo plantearon la idea de una transferencia pacífica para ganar popularidad entre los trabajadores, haciendo concesiones a sus ilusiones pacifistas reformistas? Imaginar este tipo de cosas sería no comprender nada del método de Lenin y Trotsky, basado en una honestidad revolucionaria audaz. En su testimonio ante la Comisión Dewey, Trotsky lo plantea muy claramente: "Creo que la política marxista, revolucionaria en general, es una política muy sencilla: ‘¡Denunciar tal y como es! ¡No mentir! ¡Decir la verdad!' Es una política muy sencilla". (<em>El caso de León Trostky</em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El Partido Bolchevique no tenía dos programas diferentes, uno para la minoría culta y otro para los trabajadores "ignorantes". Lenin y Trotsky siempre decían la verdad a la clase obrera, incluso cuando ésta era amarga y desagradable. Si en 1917, es decir, en medio de la revolución, cuando la cuestión del poder se planteaba a quemarropa, ellos insistían en la idea de que era posible la transformación pacífica (no "teórica" sino realmente posible), con la condición de que los dirigentes reformistas tomaran medidas decisivas, eso sólo podía ser porque realmente era así. Y así fue. Si la dirección del soviet hubiera actuado de manera decidida, la revolución se habría producido pacíficamente, sin guerra civil, porque ellos tenían el apoyo de la aplastante mayoría de la sociedad. Al señalar este simple hecho a los trabajadores y campesinos, Lenin y Trotsky no estaban diciendo mentiras o abandonando la teoría marxista del Estado, sino simplemente diciendo lo que era obviamente cierto para la masa de trabajadores y campesinos. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Lenin mantuvo esta postura hasta que la cambió en el mes de julio. ¿Por qué? Debido a la cobardía de los mencheviques y social-revolucionarios que se negaron a tomar el poder, entonces la iniciativa inevitablemente pasó a la reacción. Detrás de los faldones del frente popular ruso (el gobierno provisional), la clase dominante se estaba reagrupando y preparando su venganza. El resultado fue la reacción de las "Jornadas de Julio". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sobre la base de las redadas de julio, Lenin llegó a la conclusión de que ya era imposible un resultado pacífico, que era inevitable la guerra civil y por eso era necesario que el partido situara inmediatamente la insurrección en el primer punto del orden del día. En realidad, Lenin estaba equivocado, como señala Trotsky en <em>Historia de la Revolución Rusa</em>. Lenin, que estaba oculto en Finlandia, admitió más tarde que no estaba al corriente de la situación. La razón real de su posición era su miedo a que Kámenev, Zinoviev y Stalin vacilaran y no estuvieran dispuestos a tomar el poder. En esto no estaba equivocado. Es una ley que cuando se aproxima la fecha de la insurrección la dirección del partido revolucionario sufre una presión extrema de las clases ajenas, y un sector de la misma comienza a vacilar. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>"Explicar pacientemente"</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, la postura de Trotsky sin duda era correcta. Comprendía la necesidad de continuar la tarea de ganar a los soviets hasta el momento de la insurrección, incluso propuso (en contra de la opinión de Lenin) que la fecha de la insurrección se debería posponer para que coincidiese con el congreso de los soviets donde los bolcheviques ganarían la mayoría. Así que, incluso en el transcurso de la misma insurrección, la cuestión de la legalidad, lejos de ser relegada a un lugar sin importancia, asume un papel crucial para ganar a las capas más inertes de las masas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Al descubrir la contradicción entre las palabras y los hechos de los dirigentes reformistas, los bolcheviques preparaban el camino para ganar a la mayoría decisiva en los soviets y también en el ejército (que también estaba representado en los soviets). Este era el verdadero camino sobre el que preparó la insurrección de 1917 el Partido Bolchevique, no hablando sobre ella, sino penetrando realmente en las masas y sus organizaciones con tácticas flexibles y consignas que realmente correspondían con las necesidades de la situación y que conectaban con la conciencia de las masas, no con abstracciones sin vida aprendidas mediante la memorización de un libro de cocina revolucionario. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La única razón por la que no se consiguió inmediatamente una revolución pacífica en Rusia fue debido a la cobardía y traición de los dirigentes reformistas en los soviets, como explicaron Lenin y Trotsky en cientos de ocasiones. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> A menos y hasta que el partido revolucionario gane a las masas, es inútil y contraproducente poner en énfasis en la supuesta inevitabilidad de la violencia y la guerra civil. Ese nunca fue el método de los grandes pensadores marxistas del pasado, pero sí fue siempre una característica de las sectas ultraizquierdistas en los márgenes del movimiento obrero que viven en un mundo de sueños "revolucionario" que no guarda relación con el mundo real. En este invernadero, aislado de la realidad, los pequeños grupos se pueden mantener debatiendo interminablemente sobre la "insurrección" y "preparándose" mentalmente para la "inevitabilidad de la guerra civil", mientras que la tarea real de construir una organización revolucionaria se les escapa completamente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿De qué manera concreta una tendencia marxista se prepara para el poder? Ganando a las masas. ¿Cómo se puede conseguir esta tarea? Elaborando un programa de reivindicaciones transicionales que, partiendo de la situación real de la sociedad y de las necesidades objetivas de la clase obrera y la juventud, vincule las reivindicaciones inmediatas con la idea central de expropiar a los capitalistas y transformar la sociedad. Como explicaron en muchas ocasiones Lenin y Trotsky, nueve décimas partes de la tarea de la revolución consiste precisamente en esto. A menos que se comprenda este hecho, todo lo que se hable sobre la lucha armada, "preparativos militares" y guerra civil queda reducido a una demagogia irresponsable. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Como hemos señalado, cuando los bolcheviques eran una pequeña minoría en los soviets, que estaban totalmente dominados por los partidos reformistas, los mencheviques y los social-revolucionarios que luchaban por conseguir una alianza con la burguesía, no </span><span style="font-size:100%;"> jugaban con la insurrección, sino que insistían en la necesidad de ganar la mayoría en los soviets ("explicar pacientemente"). Entonces, como ahora, los trabajadores y los campesinos confiaban en los dirigentes reformistas. Para los bolcheviques éste debía ser el punto de partida. Y así fue. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En la medida que ellos eran una minoría, Lenin y Trotsky hicieron lo sumo para contener a los trabajadores y soldados, para evitar un enfrentamiento prematuro con el Estado. Todo su énfasis se centraba en la agitación pacífica y la propaganda. Por ejemplo, Lenin en junio se opuso a una manifestación armada. Muy a su pesar, Lenin y Trotsky provocaron la rabia de sectores de los trabajadores que habían ido mucho más lejos que el resto de la clase. Fueron acusados de oportunismo por no poner en primer plano la cuestión de la insurrección armada. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Ante tales críticas ellos simplemente se encogían de hombros. Comprendían que la tarea más apremiante era ganar a la mayoría de los trabajadores y soldados que estaban bajo la influencia de los mencheviques y social-revolucionarios. Con tácticas habilidosas y flexibles, los bolcheviques consiguieron ganar la mayoría en los soviets en los meses previos a Octubre. Eso, y sólo eso, explica el carácter relativamente pacífico de la insurrección de Octubre. La razón no fue primordialmente militar, sino el hecho de que nueve décimas partes del trabajo se había realizado ya de antemano. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>¿Fue pacífica la Revolución de Octubre?</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La Revolución de Octubre en Rusia fue un asunto pacífico, a pesar de lo que muchos piensan. En primer lugar, no es posible hablar de la "revolución de 1917". No hubo una sino dos revoluciones en 1917, además separadas por un período de reacción durante los meses de julio a septiembre, incluida una ofensiva militar, seguida por levantamientos reaccionarios y cuatro años de guerra civil en la que Rusia fue invadida por 21 ejércitos extranjeros de intervención, en la que murieron millones de personas. Así que fue un período de revolución y contrarrevolución, no un simple "desfile triunfal". Cualquier persona que la presente como tal sería ridiculizada como un loco o un ignorante. Sin embargo, la afirmación de que la Revolución de Octubre fue un asunto pacífico (en la medida que una revolución puede ser considerada como tal) no procede de la CMI, sino de Lenin y Trotsky. Citaremos un par de ejemplos. Primero en relación con la revolución de febrero. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "No pecaremos de exageración si decimos que la revolución de Febrero la hizo Petrogrado. El resto del país se adhirió. En ningún sitio, a excepción de la capital, hubo lucha. No hubo en todo el país un solo grupo de población, un solo partido, una sola institución, un solo regimiento, que se decidiera a defender el viejo régimen. Esto demuestra cuán fundados son los razonamientos que hacen con la caballería de la Guardia o si Ivanov no hubiera llegado del frente con una brigada de confianza, el destino de la monarquía hubiera sido otro. Ni en el interior ni en el frente hubo una sola brigada ni un solo regimiento dispuesto a luchar por Nicolás II". (León Trotsky. <em>Historia de la revolución rusa</em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Y la Revolución de Octubre? En el libro Trotsky describe con detalle la facilidad con la que se tomó Petrogrado. La naturaleza pacífica de la revolución se garantizó porque los bolcheviques, bajo la dirección de Trotsky, ya habían ganado a la guarnición de Petrogrado. En el capítulo, <em>La toma de la capital</em>, explica la manera en que los trabajadores tomaron el control de la clave fortaleza Pedro y Pablo: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Todas las fuerzas de la guarnición acogen satisfechas la noticia del arresto del comandante. Pero los motociclistas perseveran en una actitud evasiva. ¿Qué se oculta detrás de su silencio sombrío y enigmático: una hostilidad disimulada o las últimas vacilaciones? ‘Decidimos organizar un mitin especial para los motociclistas -dice Blagonravov- e invitar al mismo a nuestros mejores agitadores, y, en primer lugar, a Trotsky, que goza de autoridad e influencia inmensa entre los soldados'. A las cuatro de la tarde todo el batallón se reunió en el local del vecino Circo Moderno. En funciones de oposición gubernamental habló el general Parodelov, al que se tenía por social revolucionario. Sus objeciones eran tan prudentes, que parecían equívocas. De ahí que las intervenciones de los representantes del Comité fuesen tanto más aniquiladoras. La batalla oratoria suplementaria en torno a la fortaleza de Pedro y Pablo terminó como era de prever: el batallón aprobó, con sólo 30 votos en contra, la resolución de Trotsky. Otro de los posibles conflictos sangrientos quedaba resuelto antes del combate, y sin sangre". (Ibíd.,) </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Se tardó un poco más en establecer el poder soviético en Moscú, principalmente debido a los errores de los bolcheviques locales. Pero Trotsky insistió reiteradamente en que la revolución bolchevique en su mayor parte fue pacífica hasta la intervención de las potencias extranjeras para aplastarla en sangre. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Política ultraizquierdista</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En el Juicio de Minneapolis de 1941, Cannon hacía referencia a la insurrección en Petrogrado como "sólo un poco de refriega, eso es todo" (<em>El socialismo a juicio</em>, p. 64). Esto fue más tarde utilizado por el ultraizquierdista Grandizo Munis quien exigía que el SWP defendiera abiertamente la violencia y la guerra civil, denunciando la política utilizada para la defensa en el juicio como "oportunismo". En realidad, la postura adoptada por el SWP al menos en este caso estaba estrictamente en concordancia con el consejo de Trotsky en el período anterior. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Nuestra fórmula en este caso", respondía Cannon, "también es la fórmula de los maestros marxistas. Ellos no sólo insistían en la deseabilidad de un cambio pacífico de la sociedad, sino que en ciertas circunstancias excepcionales, consideraron muy posible la revolución pacífica. Nosotros, por nuestra parte, rechazamos esta perspectiva en EEUU, pero al mismo tiempo declarábamos nuestra preferencia por ella y acusábamos a la burguesía dominante como instigadora de la violencia. En esto éramos totalmente leales a la doctrina y tradición marxistas". </span><span style="font-size:100%;">(<em>Munis and Cannon, What policy for revolutionists. Marxism or Ultra-leftism</em>. P. 36). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> A propósito, la política ultraizquierdista defendida por Munis en esas circunstancias dadas no sólo habría alejado a los trotskistas de la clase obrera norteamericana, habría significado la destrucción total del partido (Más tarde destruido por la política equivocada de la dirección del SWP, pero trataremos esa cuestión en otra parte). Todos los argumentos utilizados por Lenin y Trotsky con relación a la revolución rusa son cien veces más validos hoy. La correlación de fuerzas de clase es infinitamente más favorable para el proletariado, sobre todo en los países capitalistas desarrollados. Sin las traiciones de los socialdemócratas y los estalinistas, la clase obrera podría haber tomado el poder muchas veces en el curso de los últimas siete décadas en Francia, Italia, España, Portugal, Gran Bretaña y Alemania. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>La posición sobre la violencia de Trotsky</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La afirmación de que un movimiento de masas con fuerza suficiente puede, en unas condiciones determinadas, conseguir la transferencia del poder sin una guerra civil no es un invento de la CMI. En su testimonio ante la Comisión Dewey, en determinado momento le preguntaron a Trotsky si la revolución política en la URSS inevitablemente significaría un derrocamiento sangriento de la casta dominante estalinista. Reproducimos completa su respuesta: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Trotsky respondía que la burocracia soviética podría ser derrocada sin violencia, como lo había sido el Estado zarista: "<em>Finerty:</em> En otras palabras, incluso en la revolución política y el derrocamiento de la burocracia, ¿no contemplaría como una necesidad, incluso una medida defensiva, la destrucción personal de la burocracia o su exterminio personal? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky:</em> Estoy seguro de que cuando llegue la hora de la revolución, la revolución política en Rusia, será tan poderosa la insurrección de las masas que la burocracia inmediatamente quedará desorientada y desorganizada, como sucedió al régimen zarista en la revolución de febrero. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Finerty:</em> Así que, señor Trotsky, ¿dentro de su filosofía política no está ejercer actos individuales de terror contra la burocracia o un terror de masas contra ella? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky:</em> El terror de masas depende de las circunstancias de la propia burocracia. Repito, espero, incluso en el momento crítico, que esta poderosa y terrible burocracia quede en un estado absolutamente lamentable y entonces la revolución pueda ser aún menos sangrienta que la revolución de febrero en nuestro país y también que la Revolución de Octubre. Pero las masas no pueden tener ninguna responsabilidad por ello. Si la burocracia se opone a las masas, éstas naturalmente tomarán medidas severas. Pero el exterminio individual no. Esa no es una perspectiva revolucionaria. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Finerty:</em> ¿Y no es una necesidad política? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky</em>: No es una necesidad política". </span><span style="font-size:100%;">(<em>The Case of Leon Trotsky</em>. pp. 376-377).</span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Debemos tener en cuenta que aquí hablamos de una dictadura totalitaria monstruosa, basada en la supresión de todos los derechos, un régimen cuyos instrumentos eran el asesinato, la tortura y los campos de concentración. A pesar de esto, Trotsky mantenía la perspectiva de un movimiento revolucionario tan poderoso que paralizaría a la burocracia, dejándola inútil. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Era una utopía de Trotsky? Al contrario. Miremos lo que ocurrió en Europa del Este en 1989. Los movimientos de masas contra los regímenes estalinistas en Alemania Oriental, Polonia y Checoslovaquia conmocionaron a la desmoralizada burocracia que colapsó como un castillo de naipes, a pesar de que tenía en sus manos los medios de destrucción más monstruosos. Es verdad que, en ausencia del factor subjetivo, el colapso de la burocracia provocó el retroceso hacia el capitalismo. Pero esto no afecta a la esencia de la argumentación. Trotsky explicó hace mucho tiempo que las leyes de la revolución y la contrarrevolución son similares. La realidad es que la transición de un régimen social a otro se llevó a cabo de manera pacífica, sin una guerra civil. La burocracia dominante, en el momento de la verdad, se rindió sin disparar un solo tiro. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Consideremos concretamente qué significa esto. El estado totalitario en Rusia y Europa del Este probablemente era el aparato de represión más poderoso de la historia. Parecía indestructible. Incluso la burguesía hablaba de él como un "monolito de granito" que se creía duraría siglos (hasta el momento final la burocracia compartía esta ilusión). Una característica de una elite dominante condenada es depositar una fe supersticiosa en el poder de la policía, la policía secreta y el ejército. Pero los marxistas partimos de las relaciones sociales reales, no del número de policías, espías y soldados que reciben su paga del Estado, o ni siquiera de la existencia de modernos cazabombarderos y otros medios de destrucción técnicos (este es el argumento conocido más viejo, y que, si fuera correcto, descartaría la posibilidad de toda revolución en la historia). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Todos los medios técnicos de destrucción estaban en manos de la burocracia. Sí, muchos policías y soldados para utilizar, al menos en el papel. Pero en el momento de la verdad, nada de esto fue útil. En la <em>Biblia</em>, los muros de Jericó se derrumbaron después que Josué ordenara tocar las trompetas. Los regímenes estalinistas colapsaron incluso sin acompañamiento musical. ¿Por qué la elite dominante simplemente no recurrió a los cazabombarderos, que sería la solución obvia? ¿O a los tanques, o cualquier otro medio de represión amplio que tenía a su disposición? Un simple orden sería suficiente. ¿Por qué no llegó la orden? Porque la burocracia estaba totalmente desmoralizada y paralizada por el movimiento de las masas. Como De Gaulle en 1968, eran conscientes de que "el juego se acabó" y era inútil la resistencia. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cómo explicar la parálisis de la burocracia? Su desmoralización era el resultado del callejón sin salida del régimen, que era incapaz de desarrollar los medios de producción. Ya en 1973 pronosticamos el colapso del estalinismo precisamente porque la burocracia había dejado de desarrollar las fuerzas productivas y, consiguientemente, había pasado de ser una fuerza relativamente progresista a un freno absoluto para la sociedad. Lo mismo se aplica ahora cada vez más a la burguesía en occidente. Lo que obstruye el camino a una transformación revolucionaria de la sociedad no es la fuerza de la burguesía y su Estado, sino la inercia temporal de la clase obrera, que sólo poco a poco comienza a ser consciente de la profundidad de la crisis. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En el próximo período tormentoso y tenso aparecerán oportunidades revolucionarias en un país tras otro. Los acontecimientos de 1968 se repetirán a un plano incluso superior. El Estado en manos de la burguesía en occidente es poderoso, pero en muchos sentidos no lo es tanto como los regímenes totalitarios de Europa del Este en 1989. Lenin explicaba que toda revolución real siempre empieza por arriba, con una crisis de confianza en la clase dominante, que se siente incapaz de gobernar al viejo estilo. La segunda condición es que la clase media debería estar en un estado fermento, oscilando entre la burguesía y el proletariado. La tercera condición es que la clase obrera debería estar preparada para luchar por la transformación de la sociedad. La condición final es la existencia de un fuerte partido revolucionario con una dirección experimentada y previsora. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Hungría 1919 y Alemania 1918</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En condiciones excepcionalmente favorables la crisis de la clase dominante, frente a un movimiento de masas de dimensiones considerables, puede llevar al colapso del régimen sin luchar. En Hungría este proceso había sido posible en 1919 cuando el régimen burgués húngaro entregó el poder al Partido Comunista sin disparar un tiro, aunque los errores del inexperto partido Comunista llevaron a la derrota, como señalaba Trotsky: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "La postración del gobierno del conde Karoly ante la Entente se terminó mediante la transmisión consentida y pacífica del poder a los partidos obreros, sin revolución alguna. Los comunistas del partido de Bela Kun se apresuraron a unirse con los socialdemócratas. Inspirador de la Hungría soviética, Bela Kun dio pruebas de una completa incapacidad, sobre todo en la cuestión campesina, lo que condujo rápidamente al hundimiento de los sóviets". (Trotsky. <em>¿A dónde va Francia?</em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Como en la revolución húngara, la revolución alemana de 1918 fue prácticamente incruenta. De manera similar la revolución de 1918 en Alemania sucedió sin provocar dolor. Una huelga general, un motín del ejército y de la armada, durante el cual los soldados arrestaron a los oficiales reaccionarios (los que resultaron afortunados) y crearon comités de trabajadores y soldados, el poder estaba en manos de la clase obrera. </span><span style="font-size:100%;"> En todo el proceso murieron 19 personas. En una gran ciudad mueren más personas un fin de semana en accidentes de tráfico. ¿Cuál fue el problema? Las masas de trabajadores y soldados, recién despiertas a la vida política, inevitablemente se dirigieron a las organizaciones de masas existentes. En Alemania eso significaba la socialdemocracia bajo la dirección de algunos dirigentes reformistas que habían traicionado a la clase obrera en 1914. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Noske y Scheidermann traicionaron la revolución, devolvieron el poder a la burguesía. La clase obrera alemana y el mundo entero pagaron un precio terrible por esa traición quince años después, con el ascenso de Hitler, las cámaras de gas y la Segunda Guerra Mundial. Aquí tenemos un ejemplo destacado de cómo la negativa de los dirigentes reformistas a tomar el poder, incluso cuando es posible hacerlo por medios pacíficos, prepara el camino para ríos de sangre en el futuro. Esa es la lección esencial que debemos recalcar en cada oportunidad. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Portugal 1974</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El ejemplo más destacado de los procesos que estamos analizando fue la revolución portuguesa de 1974. Aquí todos los procesos pueden verse con mucha claridad. Después de casi cincuenta años de dictadura, primero con Salazar y después con Caetano, la dictadura colapsó como una manzana podrida. Las contradicciones internas que socavaron el régimen se reflejaron en el aparato del Estado con la cristalización de una tendencia opositora en el cuerpo de oficiales. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Las interminables y sanguinarias guerras coloniales en Angola, Mozambique y Guinea Bissau </span><span style="font-size:100%;"> jugaron un papel importante. La casta de oficiales portugueses no era típica de los ejércitos de otros estados imperialistas. Normalmente la casta de oficiales está formada por los hijos de las familias ricas que viven una vida segura y confortable detrás de un escritorio. Aquí era diferente. Las guerras en África hacían que el servicio militar no fuera una cómoda bicoca, sino un asunto peligroso que no atraía demasiado a la "juventud dorada". En cambio muchos oficiales procedían de la clase media. Eran "estudiantes con uniforme". Sectores de estos oficiales comenzaron a estudiar las ideas del "marxismo" y empezaron a ser influídos por ellas. Motivados por la hostilidad hacia la guerra y al corrupto el régimen dictatorial, en secreto se convirtieron al socialismo, al comunismo y al maoísmo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Así que el golpe del 25 de abril de 1974 tuvo un giro peculiar. Los jóvenes oficiales que derrocaron a Caetano y proclamaron la revolución sin comprender claramente hacia dónde se dirigían abrieron las compuertas a las masas. Después de décadas de gobierno fascista y bonapartista, sin dirección desde arriba, vimos el magnífico movimiento del proletariado portugués. El primero de mayo de 1974 salieron a las calles 3 millones de trabajadores de una población total de sólo 8 millones. Junto a los trabajadores había soldados y marineros manifestándose con las armas en la mano. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En estas condiciones no se podía hablar en absoluto de "guerra civil". Una guerra civil presupone la existencia de fuerzas preparadas para luchar en defensa del orden existente. Después del 25 de abril estas fuerzas no existían. La fórmula de "cuerpos de hombres armados" aquí no se aplica. ¿Qué fuerzas estaban dispuestas a luchar por la clase obrera? Si hacemos la pregunta en concreto se responde por sí sola. Los cuerpos de hombres armados estaban al lado de las masas. Citaremos sólo un ejemplo. Cuanto los trabajadores del gran astillero Lisnave en Lisboa se pusieron en huelga y se dirigían hacia el Ministerio de Trabajo se ordenó a las tropas detenerlos. Al enfrentarse con una manifestación combativa formada por más de 5.000 estibadores, la reacción de los soldados es recogida gráficamente en el siguiente relato de un testigo presencial: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Antes de la comida circulaba el rumor de que íbamos a salir y pronto adivinamos que era hacia Lisnave... formamos a mediodía y el comandante nos dijo que había recibido una llamada telefónica relacionada con la manifestación en Lisnave encabezada por una minoría de agitadores de izquierda y que nuestro trabajo era evitar que se celebrase. Nos armaron como nunca antes lo habían hecho, con G3s y cuatro recámaras. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "... la manifestación comenzó y un torrente humano avanzaba gritando ‘los soldados son hijos de trabajadores', ‘mañana los soldados serán trabajadores' y ‘las armas de los soldados no se deben volver contra los trabajadores'. El comandante pronto vio que no íbamos a seguir sus órdenes y se calló. Bajamos nuestras armas y algunos compañeros lloraban. Detrás de los barracones el comandante no estaba irritado pero nos dijo que en el futuro tendríamos que obedecer las órdenes... al día siguiente en los barracones, la situación estaba más animada. Antes de la reunión matutina muchos compañeros estaban de pie y gritaban las consignas de la manifestación: ‘los soldados son hijos de trabajadores' y ‘no a la explotación capitalista'". (<em>Revolutionary Rehearsals</em>. p. 95). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La fuerza que salvó al capitalismo en Portugal después del 25 de abril no fue el ejército sino, en primer lugar, los dirigentes del Partido "Comunista", que inmediatamente anunciaron que era necesario apoyar al supuesto general "progresista" Spínola. Detrás de la fachada protectora del gobierno provisional, Spínola preparaba el contragolpe. Un año después intentó un golpe de estado. ¿Qué fuerzas controlaba? Un pequeño grupo de soldados procedentes del sector más atrasado del ejército: los paracaidistas. El 11 de marzo, los paracaidistas rodearon los barracones de uno de los regimientos más radicales de Lisboa, el RAL-1, pero no pudieron convencerlos de que disparasen. El movimiento espontáneo de los trabajadores y otros sectores de los soldados que confraternizaron e hicieron un llamamiento a los paracaidistas rápidamente terminó el motín. A las pocas horas los paracaidistas explicaban: "No somos fascistas. Son nuestros compañeros". La "rebelión de los esclavistas" colapsó casi inmediatamente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Marx en cierta ocasión dijo que la revolución necesita el látigo de la contrarrevolución. El intento de golpe de Spinola provocó la acción de los trabajadores. Los trabajadores de banca ocuparon los bancos y exigieron que el gobierno del MFA nacionalizara los bancos. Siguiendo su ejemplo, los trabajadores de las aseguradoras hicieron lo mismo. Los oficiales de izquierda procedieron a nacionalizar los bancos y aseguradoras, el verdadero poder que forma la base de la reacción en Portugal, que entre ellos poseían más del 60 por ciento de la economía. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Fue un duro golpe no sólo contra la reacción, sino contra el capitalismo en Portugal. Este hecho fue reconocido por <em>The Times</em> que publicó una editorial titulada: <em>El capitalismo en Portugal ha muerto</em>. Y así habría sucedido. Con el aplastamiento del intento de golpe de Spínola el poder estaba en manos de los trabajadores y soldados. Una vez más sólo la cobardía y traiciones de los dirigentes del PCP (Partido Comunista de Porgutal) y el PSP (Partido Socialista de Portugal) salvaron la situación. El PSP, que era muy débil, con 200 militantes un año antes de la revolución, comenzó a crecer rápidamente. Bajo la presión de las masas los dirigentes del PSP adoptaron una política muy radical en palabras. Mario Soares daba discursos defendiendo la "dictadura del proletariado". El periódico socialista <em>Republica</em> publicaba artículos de Trotsky. En las primeras elecciones democráticas en cincuenta años participó nada menos que el 91,1 por ciento del electorado. El PSP consiguió el 38,8 por ciento de los votos, el PCP el 12,5 por ciento y su aliado el MDP otro 4,1 por ciento, en total los partidos obreros recibieron el 54,4 por ciento. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En estas circunstancias no estaba mínimamente en cuestión no sólo que la revolución en Portugal se pudiera llevar a cabo de manera pacífica, sino que se podría haber realizado a través del parlamento. La burguesía estaba totalmente desmoralizada por el rápido colapso del golpe de marzo. Spinola había huido a Brasil. La clase obrera estaba en pie. Sin dirección desde arriba se habían elegido en las fábricas consejos obreros. Florecieron las clínicas populares y los centros culturales. Los trabajadores desempleados ayudaban en el campo. Enseñaban a los adultos a leer. Cientos de fábricas y granjas fueron abandonadas por sus propietarios y ocupadas por los trabajadores que sacaban conclusiones revolucionarias. Un militante del astillero Setenave expresaba de la siguiente manera la situación: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Incluso en Setenate no tenemos control obrero. ¿Cómo podemos tenerlo si no controlamos los bancos? Nuestra actitud es que queremos saber todo... Queremos controlar las decisiones pero no tenemos la responsabilidad. No creemos que podamos tener sólo control obrero". (<em>Revolutionary Reherarsals</em>. P. 104). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Consejos revolucionarios</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Qué se requería? La formación de un gobierno comunista-socialista, comprometido con llevar la revolución hasta el final. Habrían bastado un par de decretos para eliminar el poder de los terratenientes, banqueros y capitalistas, para establecer formalmente una economía nacionalizada planificada. Medidas inmediatas para subir las pensiones y los salarios, reducir la jornada laboral y mejorar los niveles de vida de los pequeños campesinos y comerciantes. Un llamamiento a los trabajadores, campesinos y soldados para que ocupasen la tierra y las fábricas, creación de comités elegidos democráticamente y el arresto de los elementos contrarrevolucionarios. Estas mediadas, basándose en el movimiento revolucionario de las masas fuera del parlamento habrían bastado para garantizar una transición pacífica. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Esa política habría llevado inevitablemente a la guerra civil? Como siempre el movimiento revolucionario de las masas tuvo un efecto profundo en el ejército. La idea de elegir comités se extendió de las fábricas a los barracones. El intento de crear una red nacional de "consejos revolucionarios de soldados, marineros y trabajadores" incluso tuvo el apoyo de un sector de los oficiales asociados con Otelo de Carvalho. La extensión de las ideas revolucionarias en las fuerzas armadas era conocida por los oficiales conservadores del "Grupo de Nueve" que en su manifiesto declaraban: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Vemos un deterioro progresivo de las estructuras del Estado. En todas partes han aparecido formas espontáneas y anarquistas de ejercer el poder que poco a poco incluso están alcanzando a las fuerzas armadas". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En septiembre se creó un movimiento de soldados autónomos, el SUV (Soldados Unidos Venceremos). El SUV convocó una manifestación en la ciudad norteña de Oporto el 10 de septiembre: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Como no se permitía a los soldados cantar en público comenzamos a silbar. Pero al final todo el mundo terminó cantando... cantando <em>La Internacional</em>. El número de personas en la manifestación crecía frente a nuestros propios ojos". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Se calcula que unos 30.000 trabajadores ese día caminaron detrás del contingente de 1.500 soldados. El SUV comenzó a desenmascarar a los oficiales reaccionarios ante los soldados, que habían estado oscurecidos por el prestigio del MFA. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "El día después de la manifestación del SUV era el aniversario de [el golpe militar] Chile y queríamos guardar un minuto de silencio. Los oficiales dijeron que no. Cargamos nuestras armas y guardamos nuestro minuto de silencio". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los soldados comenzaron a plantear reivindicaciones relacionadas con las desigualdades existentes entre ellos y los oficiales. Comenzaron a agitar por aumentos salariales y transporte gratuito. En un solo viaje para ver a su familia se le podía ir casi toda la paga mensual a muchos soldados. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En los cuarteles generales de Oporto había tres comedores separados, uno para los soldados, otro para los suboficiales y otro para los oficiales. Tres días antes de la manifestación de Oporto algunos soldados tranquilamente se sentaron a comer en el comedor de los oficiales. Al día siguiente todos los soldados ocuparon ese comedor. Desde ese día hubo una lucha para eliminar los comedores separados y unificarlos". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Este no es el lugar para tratar con detalle la manera en que la revolución portuguesa fue descarrilada. Pero el comportamiento de Cunhal y Soares sin duda fue el factor decisivo. Tenían todas las posibilidades para llevar a cabo una revolución pacífica, en las condiciones más favorables, pero en su lugar hicieron naufragar la revolución y convirtieron en cenizas las esperanzas de las masas. Esto significa que en el camino de la clase obrera se situarán obstáculos nuevos y terribles, que podrían significar que la próxima vez no sea tan pacífica. Eso dependerá de muchos factores, pero sobre todo de nuestra capacidad de crear una corriente marxista de masas viable en Portugal. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>La revolución en occidente</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Tanto Lenin como Trotsky insistieron en que la revolución socialista en los países capitalistas desarrollados diferiría en aspectos importantes a la revolución rusa. En un sentido, sería más difícil. En la frase de Lenin, en la Rusia zarista el capitalismo se rompió por su eslabón más débil. El capitalismo en Norteamérica, Europa Occidental y Japón ha acumulado enormes reservas de grasa, sobre todo en el último medio siglo. Lenin señaló que en países como Gran Bretaña, la clase dominante ha desarrollado el fino arte de la táctica de corromper a los dirigentes del movimiento obrero. Eso ahora es aplicable a todos los países capitalistas desarrollados a un nivel sin paralelo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Desde la Segunda Guerra Mundial, las direcciones reformistas y estalinistas han degenerado hasta un punto que hace palidecer el pasado. Por una ironía de la historia todos han abrazado el "mercado" justo en el momento en que éste comienza a resquebrajarse. Trotsky explicaba que la crisis de la humanidad se reduce, en última instancia, a la crisis de la dirección de las organizaciones obreras, esta idea es hoy más verdad que cuando fue escrita. La crisis del capitalismo también significa la crisis del reformismo. En el próximo período veremos toda una serie de convulsiones y divisiones internas en los partidos reformistas y sindicatos. En determinado momento cristalizarán alas de izquierda de masas que representarán una gran oportunidad para los marxistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, no es una conclusión predeterminada que consigamos ganar a los sectores decisivos de los trabajadores y la juventud. La política revolucionaria es tanto una ciencia como un arte. Necesitamos una perspectiva científica que nos permita comprender los procesos generales, no desequilibrarnos por giros y vaivenes episódicos, por los ambientes efímeros de las masas. Pero no es suficiente. Es necesario educar a los cuadros en tácticas flexibles y en el arte de conectar el programa científico acabado del marxismo con las aspiraciones de las masas necesariamente inacabadas, confusas e incoherentes. Si se fracasa en esta tarea nos quedaríamos reducidos a una secta estéril e impotente. Debemos ver, en palabras del poeta alemán Goethe y con frecuencia citadas por Marx: "La teoría es gris, mi querido amigo, pero el árbol de la vida es eternamente verde". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los marxistas no trabajan en el vacío. El largo período de auge capitalista después de 1945 ha tenido un efecto sobre la conciencia de la clase obrera, incluida en su capa avanzada. No hay un mecanismo automático mediante el cual la experiencia de una generación de trabajadores se pueda transmitir a la siguiente. Cada generación tiene que volver a aprender las lecciones del pasado a través de la experiencia. La generación actual está pasando por algunas experiencias particularmente dolorosas, pero aprenderán. Si estamos presentes en un número suficiente el proceso de aprendizaje será más corto y breve. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Es necesario encontrar un lenguaje común con los trabajadores, sin hacer concesiones en los principios. Antes de la guerra, toda una generación se crió sobre la base de la revolución rusa. La revolución, la guerra y la contrarrevolución eran ideas familiares, al menos para las capas avanzadas. Pero eso ya no es así. En los países capitalistas desarrollados (aunque no en el mundo colonial) ha habido hasta cierto punto un embotamiento de la conciencia de clase, reflejando una cierta "suavización" de las contradicciones en la sociedad. Ese es el principio del cambio. El nuevo período en el que estamos entrando será convulso. Las viejas ilusiones en el reformismo desaparecerán de la conciencia de los trabajadores. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, es necesario tener en cuenta a la clase tal y como nos la encontramos. El revolucionario ruso Herzen solía decir de su amigo Bakunin que él siempre confundía el segundo mes de embarazo con el noveno. Esta es la enfermedad orgánica de los ultraizquierdistas en todo período. ¡Estos errores sólo producirán abortos! En la etapa actual, aún estamos en el proceso de ganar a uno o dos, de intentar echar raíces en las organizaciones obreras y ganar el oído de los activistas. El camino que recorramos será decisivo para el futuro. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Trotsky y "Si Norteamérica se hiciera comunista"</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La revolución en los países desarrollados será más difícil y también más fácil que en Rusia. La Revolución Rusa no encontró una resistencia seria hasta que Rusia fue invadida por 21 ejércitos imperialistas, momento en que se vio obligada a recurrir al terror para poder sobrevivir. No obstante, Trotsky explica que en un EEUU socialista eso no sería necesario. ¿Cómo recomendaba Trotsky a los trotskistas aproximarse antes de la guerra a los trabajadores norteamericanos? Tenemos un buen ejemplo de eso en el método utilizado por Trotsky en la Comisión Dewey: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>LaFollete</em>: Me gustaría hacer una pregunta más. Quiero preguntar su opinión sobre la idea de que el terror revolucionario debe casi necesariamente llevar al terror thermidoriano. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky</em>: En un sentido general no puedo aceptarlo ni tampoco negarlo. El terror en una revolución es una indicación, un síntoma de debilidad, no de fuerza. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>LaFollete:</em> ¿De debilidad? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky</em>: De debilidad, un significado terrible. La revolución en un país con unas bases bajas de desarrollo productivo debe tener más terror que una revolución que se desarrolla sobre unas bases superiores. Una revolución sobre unas bases bajas sufre un peligro mayor de contrarrevolución". (<em>The Case of Leon Trotsky</em>. P. 372). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> De ninguna manera se agota aquí el tema. En muchas ocasiones Trotsky regresó a esta cuestión. El conocimiento más básico de sus escritos demuestra que la aproximación de Trotsky a la cuestión de la violencia revolucionaria era exactamente la misma que tenemos nosotros. Trotsky dice lo siguiente en un pequeño folleto titulado <em>Si Norteamérica se hiciera comunista</em>, donde podemos leer: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En realidad los soviets norteamericanos serán tan distintos de los rusos como lo son Estados Unidos del presidente Roosevelt del imperio ruso del zar Nicolás II. Sin embargo Norteamérica sólo podrá llegar al comunismo pasando por la revolución, de la misma manera como llegó a la independencia y la democracia. El temperamento norteamericano es enérgico y violento, e insistirá en romper una buena cantidad de platos y en tirar al suelo una buena cantidad de carros de manzanas antes de que el comunismo se establezca firmemente. Los norteamericanos, antes que especialistas y estadistas, son entusiastas y deportistas, y sería contrario a la tradición norteamericana realizar un cambio fundamental sin que se tome partido y se rompan cabezas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Sin embargo, el costo relativo de la revolución comunista norteamericana, por grande que parezca, será insignificante comparado con el de la Revolución Rusa Bolchevique, debido a vuestra riqueza nacional y población. Es que la guerra civil revolucionaria no la realiza el puñado de hombres que está en la cúpula, el cinco o diez por ciento dueños de las nueve décimas partes de la riqueza norteamericana; este grupito sólo podría reclutar sus ejércitos contrarrevolucionarios entre los estratos más bajos de la clase media. Aun así, la revolución podría atraerlos fácilmente demostrándoles que su única perspectiva de salvación está en el apoyo a los soviets. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Todos los que están por debajo de este grupo ya están preparados económicamente para el comunismo. La depresión hizo estragos en vuestra clase obrera y asestó un golpe aplastante a los campesinos, ya perjudicados por la larga decadencia agrícola de la década de posguerra. No hay razón por la que estos grupos deban oponer alguna resistencia a la revolución; no tienen nada que perder, por supuesto siempre que los dirigentes revolucionarios se den hacia ellos una política de largo alcance y moderada. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿Y quién más luchará contra el comunismo? ¿Vuestra ‘guardia de corps' de millonarios y multimillonarios? ¿Vuestros Mellons, Morgans, Fords y Rockefellers? Dejarán de luchar en cuanto no consigan quien pelee por ellos. </span></p> <p style="font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "El gobierno soviético norteamericano tomará firme posesión de los comandos superiores de vuestro sistema empresario: los bancos, las industrias clave y los sistemas de transporte y comunicación. Luego les dará a los campesinos, a los pequeños comerciantes e industriales, mucho tiempo para reflexionar y ver qué bien anda el sector nacionalizado de la industria". (León Trotsky. <em>Si Norteamérica fuera comunista</em>. Escritos 1934-1935). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cuál es el significado de estas líneas? Aunque no niegan por un momento la necesidad de la lucha revolucionaria por poder (¿Cómo podría hacer un marxista tal cosa?), Trotsky le dice al trabajador norteamericano la verdad obvia de que, dada la arrolladora correlación de fuerzas de clase favorable, con una dirección marxista seria con una actitud correcta hacia los pequeños campesinos y la pequeña burguesía, los grandes capitalistas se quedarían aislados, paralizados, suspendidos en el aire. Eso es precisamente lo que sucedió en Francia en 1968, incluso sin una dirección marxista, aunque la revolución fue traicionada, como veremos, por los estalinistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Trotsky contra el sectarismo</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La guerra y la revolución son pruebas fundamentales para cualquier tendencia revolucionaria y sobre todo de su dirección. Nos basamos firmemente en la política y el método de Lenin y Trotsky. La aproximación de nuestra tendencia a todas las cuestiones básicas no ha variado durante los últimos cincuenta años, ha sido sometida a la práctica y demostrado ser correcta. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estamos orgullosos del hecho de que somos los continuadores de las ideas de Marx, Engels, Lenin y, sobre todo, León Trotsky, en cuyos escritos (especialmente los últimos) tenemos la esencia destilada del método marxista y cómo se aplica a las condiciones concretas de la época moderna. Basta comparar la aproximación rica, creativa y dialéctica de Trotsky en la política militar del proletariado en la Segunda Guerra Mundial con los esquemas áridos de las sectas, que imaginan ser grandes revolucionarios porque son capaces de citar unas cuantas líneas de Lenin que no han comprendido. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Nuestra tendencia ha tenido mucha experiencia con este tipo de cosas en el pasado. Durante la Segunda Guerra Mundial, la Workers International League (WIL) en Gran Bretaña defendió la política militar proletaria de Trotsky frente a la Revolutionary Socialist League (RSL), que supuestamente defendía la política del "derrotismo revolucionario" de Lenin. La RSL nos acusó de "un alejamiento muy serio" del punto de vista de Lenin y Trotsky, por no repetir palabra por palabra los argumentos de Lenin en 1914-1915, no siendo conscientes de que la situación era radicalmente diferente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En la práctica, la WIL defendía el derrotismo revolucionario, pero traducido a un lenguaje que los trabajadores podían entender e identificarse con él en ese contexto determinado. Repetir como papagayos las consignas: "el principal enemigo está en casa" y "convertir la guerra imperialista en una guerra civil" en un momento en que Hitler corría desbocado, aniquilando físicamente a las organizaciones obreras en Europa, habría sido una completa locura. En realidad, la RSL nunca defendió estas ideas "rrrrrrrrrrrrevolucionarias" en las organizaciones obreras ni en ninguna otra parte, ¡excepto en el dormitorio! De haberlo intentado habrían tenido una ruda recepción. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sólo en una ocasión un representante particularmente obtuso de este grupo defendió realmente su posición en el Partido Laborista. Presentó una resolución en su agrupación diciendo que "la victoria de Alemania era el mal menor" y ¡después se preguntaba por qué fue expulsado! Como siempre, este tipo de radicalismo terminológico es de consumo estrictamente interno. Pequeños grupos ultraizquierdistas, aislados de la clase, que no hablan para nadie excepto para sí mismos. Como nadie los escucha, pueden decir lo que quieran, no importa lo estrafalario que sea. Como sectarios típicos, el RSL pasó toda la guerra discutiendo con los demás en los boletines internos. Esa fue su única actividad. Por otro lado, la política y los métodos de nuestra tendencia consiguieron un eco significativo entre los trabajadores no sólo en las fábricas y en los sindicatos, también en las fuerzas armadas. <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgNVv8o3qeKoB4ezVAJl7KFuCmJoGe1f_lhs2EgZ2KHCFb3Gly06SfS2Xz1y5OjW8TixbaEdFI9PB9fb2A6qPn-QD_lBrGb669ZjBlkRlFZQL1mJ1hOyEHACDwp-U1hRmNy6FJ68hRgKI/s1600-h/Copia+de+cmi.png"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 120px; height: 131px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhgNVv8o3qeKoB4ezVAJl7KFuCmJoGe1f_lhs2EgZ2KHCFb3Gly06SfS2Xz1y5OjW8TixbaEdFI9PB9fb2A6qPn-QD_lBrGb669ZjBlkRlFZQL1mJ1hOyEHACDwp-U1hRmNy6FJ68hRgKI/s320/Copia+de+cmi.png" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355088884143378226" border="0" /></a></span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La WIL durante la guerra hizo un trabajo muy exitoso en el ejército, en la armada y la fuerza aérea. Contrariamente a las expectativas de Trotsky, la clase dominante se vio obligada a permitir los derechos democráticos para conseguir el apoyo de los trabajadores en la supuesta "lucha contra el fascismo". Incluso en las fuerzas armadas había una sorprendente cantidad de laxitud para el trabajo revolucionario (dentro de los límites de la disciplina militar, que nuestros compañeros, siguiendo el consejo de Trotsky, siempre cumplieron escrupulosamente). Uno de nuestros compañeros fue elegido presidente del "parlamento de las fuerzas armadas" en Egipto, defendiendo el programa de la Cuarta Internacional. A otro compañero un oficial le puso a cargo de la formación política dando clases sobre política a las tropas porque parecía saber más sobre este tema, utilizó su posición para defender las ideas trotskistas. Otro, que había sido ascendido a oficial en la fuerza aérea tuvo tanto éxito entre en los aviadores que lo licenciaron con honores de la RAF y pasó el resto de la guerra intentando regresar. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Este trabajo en las fuerzas aéreas sólo fue posible sobre la base de nuestra política y métodos correctos. Nunca podría haber tenido éxito sobre otra base. El ultraizquierdismo estridente de la RSL, basado en unas cuantas citas de Lenin sacadas de contexto y malinterpretadas, los paralizó totalmente y los condenó a la impotencia. Esta estupidez "rrrrrrevolucionaria" no podía llegar a los oídos de los trabajadores. Habrían sido considerados lunáticos o traidores. Por ejemplo, cuando Pierre Frank planteó la idea de distribuir un panfleto en Gran Bretaña tras la caída de Francia en 1940 llamando a los trabajadores a "ocupar las fábricas", los trabajadores británicos estaban trabajando realmente 18 horas diarias de manera voluntaria para ayudar en lo que ellos veían como una "guerra contra Hitler". Aquí vemos la misma estupidez, el mismo formalismo yermo que intenta imponer un esquema preconcebido a la realidad sin considerar el tiempo ni el lugar. Es un método básicamente equivocado, el método de la política abstracta, que no tiene nada que ver con el método y la posición elaborada por Trotsky y continuada por nuestra corriente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cuál fue la posición defendida por la WIL? Nosotros decíamos a los trabajadores británicos: "Estamos de acuerdo con que Hitler es nuestro enemigo. No somos pacifistas. Estamos a favor de derrotar a los nazis. Pero no podemos confiar esta tarea a Churchill y a la clase dominante, que apoyaba y aplaudía cuando Hitler destruía el movimiento obrero alemán. La única fuerza que puede derrotar a los nazis es la clase obrera. Por lo tanto, exigimos que el Partido Laborista rompa con la coalición, que tome el poder en sus manos y transforme la sociedad. Entonces podremos llevar a cabo una guerra revolucionaria contra Hitler". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Junto con este programa defendíamos reivindicaciones transicionales en la línea del programa militar proletario de Trotsky, como la creación de escuelas militares para la formación de los oficiales obreros y el control de la formación militar por parte de los sindicatos. Esto significaba dar un contenido concreto a la consigna "armar a los trabajadores". Mientras que los sectarios de la RSL pronunciaban discursos revolucionarios entre sí (en el dormitorio), la WIL hacía un trabajo verdaderamente revolucionario en las fábricas, en los comités de empresa y en las agrupaciones sindicales. Combinando una firmeza implacable en los principios con la necesidad de flexibilidad en las tácticas, conseguimos un eco favorable en el movimiento obrero, incluido el Partido Comunista. Sobre esta base, construimos una de las organizaciones más exitosas de la historia del trotskismo internacional, el PCR, mientras que la RSL languidecía y desaparecía. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La corrección de nuestra aproximación a la guerra y la política militar fue testificada por la clase dominante. La policía registró todos los locales de la WIL el mismo día que comenzó la guerra. Veían el peligro que representaba nuestra política y tácticas, mientras trataban a la RSL como algo irrelevante, y sin duda lo era. ¿Dónde está el error de la RSL? Adoptar una posición abstracta con relación a la política leninista sobre la guerra y la revolución. Intentar aplicar consignas e ideas determinadas sin tener en cuenta la situación real de la sociedad, el movimiento obrero o la conciencia de la clase obrera. Ese es un pobre sustituto de la política real. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los estalinistas cometieron todo tipo de errores, tanto de naturaleza ultraizquierdista como oportunista. Pero incluso no fueron los culpables de tal locura. Estos errores elementales habrían sido imposibles para cualquier tendencia que realmente estuviese enraizada en la clase. Esa es la esencia del problema.</span><span style="font-size:100%;"> </span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>¿Cómo no plantear la cuestión?</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cómo plantear la cuestión? No repitiendo frases revolucionarias sobre la guerra civil, sino explicando los fundamentos del marxismo y sobre todo luchando por ganar a las masas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El creciente poder del proletariado, que ahora es la mayoría decisiva en los principales países industrializados, sin duda crea unas condiciones favorables para la transformación socialista de la sociedad. Como hemos explicado en muchas ocasiones, el desarrollo de las fuerzas productivas y la desaparición del campesinado en el período posterior a la Segunda Guerra Mundial han fortalecido enormemente a la clase obrera. El problema es que la clase no es consciente de ese hecho y los dirigentes reformistas hacen cualquier cosa para convencer a los trabajadores de que son débiles y que la burguesía y su Estado son fuertes. Parte del truco es asustar a los trabajadores con la idea de que la revolución inevitablemente significa violencia, guerra civil, las calles llenas de sangre y cosas por el estilo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Curiosamente, las sectas ultraizquierdistas siempre machacan con el mismo tema, sin ser conscientes de que caen en la trampa preparada por la burguesía y sus aliados reformistas. Hace algún tiempo el compañero Ted Grant fue entrevistado en la televisión británica sobre el momento de su expulsión del Partido Laborista. No es sorprendente que le preguntaran cosas como "¿está usted a favor de la violencia?" A lo que Ted respondió: "¿Está usted a favor de la peste? Por supuesto que no estoy a favor de la violencia. Defendemos la elección de un gobierno laborista que debe aprobar una ley que permita nacionalizar los bancos y los grandes monopolios". Naturalmente, el entrevistador habría estado encantado si, en lugar de esta respuesta, hubiera recibido una diatriba sobre la necesidad de aplastar el Estado, la inevitabilidad de la guerra civil, etc., </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Todo lo que está en juego es cómo plantear la cuestión del poder de tal manera que podamos ganar y movilizar a las masas para una ofensiva contra el capital. Eso sólo se puede conseguir vinculando las luchas cotidianas de los trabajadores ("reivindicaciones económicas") con la idea de expropiar los bancos y grandes monopolios. Eso sólo se puede hacer de una manera transicional, no con discusiones abstractas sobre la necesidad del derrocamiento violento del Estado por medios militares. Veamos cómo Trotsky planteaba la cuestión. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En <em>El programa de transición</em>, que representa el resumen de la posición marxista sobre cómo llevar a cabo la transformación socialista de la sociedad, Trotsky explica la relación precisa entre las reivindicaciones "económicas" y el derrocamiento de la burguesía. Su actitud hacia este tema se demuestra claramente en las discusiones sobre el programa de transición que, a propósito, eran discusiones internas, precisamente pretendían educar y desarrollar a los cuadros dirigentes del movimiento trotskista: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Trotsky</em>: La consigna ‘expropiación' no excluye la indemnización. En este sentido, a menudo oponemos expropiación a indemnización. La confiscación excluye la compensación, pero la expropiación puede incluir indemnización. Qué indemnización, eso es harina de otro costal. Por ejemplo, en el curso de la agitación alguien nos puede preguntar: ¿Qué haréis ahora, transformar a los propietarios y a los que detentan el poder en vagabundos? No; les daremos una compensación decente, la necesaria para que puedan subvenir a su manutención en la medida en que no puedan trabajar, como en el caso de la vieja generación. No hay que imitar siempre a los rusos. Los rusos tuvieron que soportar una intervención armada de varios países capitalistas, lo que les impidió poder indemnizar a nadie. EEUU es un pueblo rico, y cuando lleguemos al poder, indemnizaremos a la vieja generación. En este sentido no sería afortunado proclamar</span><span style="font-size:100%;"> la confiscación sin indemnización. Es mejor usar expropiación que confiscación, porque la primera puede ser igual a la segunda, pero también puede suponer cierta indemnización. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Debemos demostrar que no somos vengativos. En EEUU es muy importante demostrar que se trata de una cuestión de posibilidades materiales, que no destruiremos a nivel personal la clase capitalista". (León Trotsky. <em>Discusiones sobre <strong>El programa de transición</strong></em>). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Para una mente sectaria parece impermisible "en principio" que una tendencia revolucionaria pueda sugerir que podemos pagar algún tipo de indemnización a la burguesía, como que supuestamente está descartado que los trabajadores puedan tomar el poder sin una "inevitable guerra civil". Esa es la diferencia entre el genuino marxismo y el simple formalismo. En esencia, Trotsky repite el mismo método que Marx y Engels aplicaron cuando decían que, en unas condiciones determinadas, el proletariado podría considerar ofrecer "comprar la parte" de los capitalistas, con la condición de que entregaran las fábricas de manera pacífica y sin resistencia. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sobra decir que ni Trotsky ni ellos albergaban ilusión alguna en que la burguesía no lucharía con todos los medios a su disposición para mantener su poder y riqueza. Pero esto depende precisamente de lo que realmente significa a su disposición en el momento decisivo. Y eso, a su vez, depende en gran medida de la capacidad del partido revolucionario de combinar la firmeza absoluta con la flexibilidad absoluta y la inteligencia en el terreno de las tácticas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Mayo de 1968</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los acontecimientos franceses de mayo de 1968 representaron la mayor huelga general revolucionaria de la historia. Aunque sólo unos 3 millones de trabajadores estaban organizados en los sindicatos, diez millones participaron y ocuparon las fábricas. Los estudiantes, profesores, profesionales, campesinos, científicos, futbolistas, incluso las chicas del Follies Bergères salieron a la lucha. La bandera roja ondeaba sobre las fábricas, escuelas, universidades, bolsas laborales incluso en los observatorios astronómicos. El poder realmente estaba en manos de la clase obrera. El gobierno estaba inerte, suspendido en el aire debido a la insurrección. El "Estado fuerte" de De Gaulle estaba paralizado. Este poderoso movimiento tuvo lugar en el pico del auge económico de la posguerra del capitalismo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los acontecimientos de 1968 no sólo no fueron previstos por nadie excepto por nuestra corriente, sino que tomaron por sorpresa a todas las demás tendencias, porque, con la excepción nuestra, habían descartado a la clase obrera europea. Comencemos con la burguesía. ¿Anticipó el movimiento en Francia? </span></p> <p style="font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En mayo de 1968, <em>The Economist</em> publicó un suplemento especial sobre Francia escrito por Norman Macrae para celebrar los diez años de gobierno gaullista. En este suplemento, Macrae elogiaba los éxitos del capitalismo francés, destacaba que los franceses tenían niveles de vida más altos que los británicos, comían más carne, poseían más automóviles y otras cosas por el estilo. Citaba la "gran ventaja nacional" de Francia sobre su vecino del otro lado del Canal: sus sindicatos eran "penosamente débiles". Apenas se había secado la tinta en el artículo de Macrae cuando la clase obrera francesa asombró al mundo con una insurrección social sin parangón en los tiempos modernos. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los acontecimientos de mayo no fueron previstos por los estrategas del capital, ni en Francia ni en ninguna otra parte. No fueron previstos por los dirigentes estalinistas ni reformistas que se esforzaron por descarrilar el movimiento cuando empezó, pero que no jugaron ningún papel en su preparación u organización. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Las cosas eran aún peores en el caso de las 57 variedades de sectas pseudo-marxistas, para las que Francia había sido tan provechosa. Estas damas y caballeros intelectuales (la mayoría de los cuales, a propósito, han pasado décadas defendiendo la "lucha armada", la insurrección y todo lo demás) no previeron ningún movimiento de los trabajadores franceses. Además negaron específicamente cualquier posibilidad. Tomemos a uno de los "teóricos" de los marxistas académicos, André Gorz. Este individuo escribió en un artículo que "<em>en el futuro previsible no habría ninguna crisis del capitalismo europeo tan radical como para llevar a las masas de trabajadores a huelgas generales revolucionarias o insurrecciones armadas en apoyo de sus intereses vitales</em>". </span><span style="font-size:100%;">(A. Gorz. <em>Reform and Revolution</em>. Publicado en The Socialist Register. 1968. El subrayado es mío). Estas líneas fueron publicadas en mitad de la mayor huelga general revolucionaria de la historia. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Gorz no era el único que descartaba la lucha revolucionaria de la clase obrera. Ese "gran marxista" llamado Ernest Mandel, sólo un mes antes de estos grandes acontecimientos habló en una reunión en Londres. Durante su intervención, habló sobre todo lo que había bajo el sol pero no dedicó ni una sola palabra a la situación de la clase obrera francesa. Cuando una o dos personas le preguntaron desde la sala por esta contradicción, su respuesta fue que los trabajadores estaban aburguesados y "americanizados", que los trabajadores franceses no protagonizarían ningún acontecimiento de este tipo durante los próximos veinte años. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Durante los acontecimientos de mayo la universidad, por supuesto, fue ocupada por los estudiantes. En el patio central había muchos stands en los que se podían ver periódicos de todos los grupos de izquierda. Estaban todos los mensuales de la época, no habían tenido tiempo de publicar una nueva edición después del inicio de la huelga. Sin excepción, todos dedicaban la portada a Vietnam, Bolivia, Che Guevara, Mao Zedong, a todo excepto a la clase obrera francesa. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estas otras tendencias no lo esperaban porque, en realidad, habían desechado a la clase obrera en los países capitalistas desarrollados debido a que estaba "corrupta" y "aburguesada". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> A propósito, muchas de ellas se encontraban cómodamente refugiadas en interminables discusiones sobre la "lucha armada" en los cafés de París, que los aliviaba de la necesidad de buscar contactos con el mundo real y los problemas de los trabajadores franceses, que, de haberlo hecho, les habría proporcionado la suficiente información para prever la inminente explosión social. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Desgraciadamente, no teníamos en Francia un grupo capaz de intervenir efectivamente en estos acontecimientos. La lección principal de 1968 es que, una vez los trabajadores están en las calles, entonces es demasiado tarde para nosotros. No se puede improvisar una organización revolucionaria. Debe estar creada por adelantado. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>1968 fue una revolución</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> No sólo era una cuestión de la desaparición del campesinado. El desarrollo de la industria creó un proletariado mucho más fuerte que en los años treinta y más aún que en la época de la Comuna de París, cuando prácticamente todos los trabajadores estaban en pequeñas empresas. Incluso en 1931, casi dos tercios de todas las empresas industriales de Francia no empleaban trabajadores asalariados y otro tercio de ellas empleaban a menos de 10. Sólo el 0,5% de las empresas industriales empleaban a más de cien trabajadores. En 1968 se pudo ver este cambio fundamental en el papel clave que jugaron fábricas gigantescas como la Renault de Flins, con una plantilla de 10.500 trabajadores, de los cuales 10.000 participaron en los piquetes y con un mínimo de 5.000 trabajadores asistiendo regularmente a las asambleas de huelga. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En 1936, cuando la correlación de fuerzas de clase era infinitamente menos favorable. Trotsky dijo que el PCF y el PSF podrían haber tomado el poder: "<em>Si el partido de León Blum realmente fuera socialista, podría, basándose en la huelga general, haber derrocado a la burguesía en junio, casi sin guerra civil, con los mínimos trastornos y sacrificios. Pero el partido de Blum es un partido burgués, el hermano más joven del podrido radicalismo</em>". (León Trotsky. <em>¿A dónde va Francia? </em>El subrayado es mío). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La correlación de fuerzas en 1968 era inmensamente más favorable. Era posible la transformación pacífica, si los dirigentes del PCF hubieran actuado como harían los marxistas. Es esencial insistir en este punto. Sólo la traición de los dirigentes reformistas, que se negaron a tomar el poder cuando existían las circunstancias más favorables, impidió a los trabajadores franceses tomar el poder. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los acontecimientos de mayo fueron más que una huelga general. Fue una revolución traicionada por los estalinistas. Quienquiera que no comprenda esto no entiende nada. Cada sector del proletariado participó en la lucha. El colosal alcance del movimiento, su empuje y alcance, siguieron las mejores tradiciones revolucionarias de la clase obrera francesa. Y se consiguió sin la dirección de las cúpulas del PCF y el PSF. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Qué es una revolución? Trotsky explica que una revolución es una situación donde la masa de hombres y mujeres normalmente apática comienza a participar de manera activa en la vida de la sociedad, cuando adquiere consciencia de su fuerza y se mueve para tomar en sus manos su destino. Eso es una revolución. Y es lo que ocurrió a una escala colosal en Francia en 1968. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La correlación de fuerzas de clase se expresó aquí, no como un simple potencial o una estadística abstracta, sino como un poder real en las calles y en las fábricas. Los trabajadores franceses estiraron los músculos y comenzaron a ser conscientes del enorme poder que tenían en sus manos. Una idea de la situación es la siguiente descripción de la poderosa manifestación de un millón de personas que tomó las calles de París el 13 de mayo: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Pasaban constantemente hileras. Había secciones enteras de personal hospitalario con batas blancas, algunos llevaban carteles en los que se podía leer: ‘Où sont les disparus des hôpitaux?' (¿Dónde están los heridos desaparecidos?). Cada fábrica, cada centro de trabajo importante parecía estar representado. Había numerosos grupos de ferroviarios, carteros, impresores, personal del Metro, trabajadores del aeropuerto, comercio, electricistas, abogados, alcantarillado, banca, construcción, del vidrio y el sector químico, gastronómicos, empleados municipales, pintores y decoradores, trabajadores del gas, dependientas, oficinistas de aseguradoras, barrenderos, operadores de cine, trabajadores de autobús, profesores, trabajadores de las nuevas industrias del plástico, todos ellos en filas, la sangre de la sociedad capitalista moderna, una masa interminable, una fuerza que podía arrastrar todo lo que se encontrara a su paso, si se decidía a hacerlo". (Citado en Revolutionary Rehearsals. p. 12). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Una vez en la lucha los trabajadores comenzaron a tomar iniciativas que iban más allá de los límites de una huelga normal. Los editores y periodistas impusieron una especie de control obrero en la prensa. Los periódicos burgueses tenían que someter las editoriales al escrutinio de los comités obreros y tenían que publicar sus declaraciones. El plan de De Gaulle de celebrar un referéndum fue frustrado por la acción de los trabajadores. El general fue incapaz de imprimir las boletas del referéndum debido a la huelga de los obreros gráficos franceses y a la negativa de sus colegas belgas a hacer de rompehuelgas. La correlación de fuerzas de clase no es una cuestión puramente numérica del tamaño de la clase obrera respecto al campesinado y la clase media en general. Una vez el proletariado entra en la lucha decisiva y demuestra ser una fuerza poderosa en la sociedad, atrae rápidamente a la masa explotada de campesinos y pequeños comerciantes que son víctimas de los bancos y los monopolios. Este hecho era evidente en 1968, cuando los campesinos levantaron bloqueos de carreteras alrededor de Nantes y distribuían comida gratis a los huelguistas. </span><span style="font-size:100%;"> </span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los trabajadores tomaron el control de los suministros petroleros en Nantes, negaron la entrada a todos los camiones cisterna que no llevaban autorización del comité de huelga. Se colocó un piquete en el único surtidor de gasolina que funcionaba en la ciudad, así se garantizaba que él único combustible suministrado era para los médicos. Se establecieron contactos con las organizaciones campesinas en las zonas circundantes, se organizaron los suministros de comida, los precios eran fijados por los trabajadores y los campesinos. Para evitar la especulación, las tiendas tenían que mostrar una pegatina en el escaparate con las palabras: "Esta tienda está autorizada a abrir. Sus precios están bajo la permanente supervisión de los sindicatos". La pegatina iba firmada por la CGT, la CFDT y FO. Un litro de leche se vendía a 50 céntimos comparado con su precio normal de 80 céntimos. El kilo de patatas pasó de 70 a 12 céntimos. Uno de zanahorias de 80 a 50 y así sucesivamente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Como las escuelas estaban cerradas, los profesores y los estudiantes organizaron guarderías, ludotecas, comidas gratuitas y actividades para los hijos de los huelguistas. Se crearon comités de mujeres de huelguistas que jugaron un papel destacado en la organización de los suministros alimenticios. No sólo los estudiantes, sino también los abogados profesionales estaban infectados por el microbio de la revolución. Los astrónomos ocuparon un observatorio. Hubo una huelga en el centro de investigación nuclear de Saclay, donde la mayoría de los 10.000 empleados eran investigadores, técnicos, ingenieros y científicos. Incluso la iglesia se vio afectada. En el Barrio Latino, jóvenes católicos ocuparon la iglesia y exigían un debate en lugar de misa. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>El mito del "Estado fuerte"</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los planes del gobierno francés eran similares a los planes de todas las clases dominantes en la historia cuando se enfrentan a la revolución. El gobierno del zar Nicolás ("el sangriento", como lo llamaban) no estaba falto de estos planes militares de contingencia antes de febrero de 1917. Pero otra cosa bien distinta era llevar estos planes a la práctica, como descubrió Nicolás a su propia costa. Lo que es decisivo en una revolución no son los planes del régimen, sino la correlación real de fuerzas en la sociedad. De Gaulle era un burgués bastante astuto, plenamente consciente de la situación real (aunque, como veremos, al principio la subestimó y como resultado cometió un error muy serio. Como todos los demás, tampoco esperaba que los trabajadores franceses se movieran). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La realidad es que el movimiento tomó totalmente desprevenidos a la clase dominante y al gobierno. Estaban aterrorizados ante el movimiento de los estudiantes, Pompidou admitía en sus memorias: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Algunos... han pensado que al reabrir la Sorbona y liberar a los estudiantes yo había demostrado debilidad y había puesto en marcha de nuevo la agitación. Yo respondería simplemente lo siguiente: supongamos que, el lunes 13 de mayo la Sorbona hubiera seguido cerrada bajo protección policial. ¿Quién se puede imaginar que la multitud, avanzando hacia Denfert-Rocearau no habría conseguido entrar llevándose todo por delante como un rio en una inundación? Prefería dar la Sorbona a los estudiantes que verla tomada por la fuerza". (G. Pompidou. Por Rétablir une Verité. pp. 184-185). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En otra parte añade: "La crisis era infinitamente más seria y más profunda; el régimen se mantendría o sería derrocado, pero no podía ser salvado con una simple remodelación ministerial. <em>No era mi posición la que se ponía en duda. Era el general De Gaulle, la Quinta República y, hasta cierto punto, el propio poder republicano</em>". (Ibíd., p. 197. El subrayado es mío). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿A qué se refería Pompidou cuando hablaba de que "el propio poder republicano" estaba en peligro? Lo que quería decir es que el Estado burgués estaba en peligro de ser derrocado. Y en esta idea, tenía bastante razón. Más adelante Pompidou intentó difuminar la crisis reabriendo la Sorbona, pero el movimiento simplemente fue a más, con una manifestación de 250.000 personas. Aterrorizado de que los estudiantes pudieran unirse a los obreros y tomar el Elysée, el palacio presidencial fue evacuado. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> De Gaulle, inicialmente, depositó su confianza en los dirigentes estalinistas para salvar la situación. A su Ayudante de Campo Naval, François Flohic, le dijo: "No te preocupes, Flohic, los comunistas los mantendrán bajo control". (Phillippe Alexandre. L'Elysée en péril. P. 299). ¿Qué es lo que demuestran estas palabras? Ni más ni menos que el sistema capitalista no podría existir sin el apoyo de los dirigentes obreros reformistas (y estalinistas). Este apoyo les es mucho más valioso que cualquier cantidad de tanques y policías. De Gaulle, como burgués inteligente, lo entendía perfectamente. Sin embargo, la esencia de una revolución es que las masas comienzan a participar activamente en los acontecimientos, empiezan a tomar los asuntos en sus manos. La confianza del general no duró mucho. Tuvo que suspender y adelantar la vuelta de su viaje presidencial a Rumania porque la situación en París se deterioraba rápidamente. Su biógrafo, Charles Williams, describe de manera gráfica los sentimientos de De Gaulle en vísperas de su discurso a la nación del 24 de mayo: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "No hay duda de que después de la excitación de Rumania, el general estaba profundamente conmocionado por lo que se encontró a su regreso a Francia. Durante los siguientes tres días, a un visitante que no lo había visto durante algún tiempo, le pareció viejo e indeciso, su andar encorvado más acentuado. Parecía como si todo eso estuviese siendo demasiado para él. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "El discurso del 24 de mayo, cuando se produjo, fue un fracaso total. El general parecía y sonaba insincero, asustado. Es cierto, él anunció un referéndum sobre la ‘participación', pero no estaba claro cuál iba a ser el contenido concreto de la pregunta y, a aquellos que lo escucharon, les sonó sospechosamente como un truco. Dijo que era el deber del Estado asegurar el orden público, pero a su voz le faltaba su vieja resonancia y sus frases, aunque todavía utilizaba el viejo lenguaje solemne, de alguna manera, ya no llevaban la misma convicción. Se presentó como un hombre viejo, cansado y herido. Sabía que había perdido. ‘He fallado el objetivo', dijo esa noche. Lo mejor que Pompidou le pudo decir fue: ‘Podía haber sido peor'. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Pero el estado de ánimo de De Gaulle en la mañana del 25 de mayo había empeorado. Estaba, en palabras de uno de sus ministros, ‘postrado, encorvado y envejecido'. Repetía una y otra vez, ‘esto es un lío'. Otro ministro lo encontró como un hombre viejo que no ‘tenía sentido por el futuro'. El general envió a buscar a su hijo Phillippe, que encontró a su padre ‘cansado' y se dio cuenta de que casi no había dormido. Phillippe sugirió que su podría irse al puerto atlántico de Brest, sombras de 1940, pero le dijeron que no se rendiría. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Desde el 25 al 28 de mayo, De Gaulle se mantuvo en un estado de profundo pesimismo. Las negociaciones de Pompidou con los sindicatos habían sido una farsa</em>. Simplemente les había dado todo lo que pedían: enormes aumentos salariales y beneficios sociales, y un aumento del salario mínimo del 35%. El único obstáculo era que, incluso después de haber firmado, la CGT insistió en que tenían que ser ratificados por sus militantes. George Séguy, el dirigente de la CGT, se fue rápidamente hacia el barrio parisino de Billancourt, donde 12.000 trabajadores de la Renault estaban en huelga. Cuando se les planteó el acuerdo, humillaron a Séguy rechazándolo de plano. Los llamados acuerdos de Grenelle fueron abortados. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "El Consejo de Ministros se reunió a las 3 de la tarde del 27 de mayo, poco después de que los trabajadores de Renault rechazaran los acuerdos de Grenelle. El general lo presidía, pero se notó que su corazón y su mente estaban en otra parte. Miraba a sus ministros sin verlos, sus manos listas en la mesa frente a él, sus hombros hundidos, aparentemente ‘totalmente indiferente' a lo que pasaba a su alrededor. Hubo una discusión sobre el referéndum, el general aparentemente sólo escuchó trozos de ella". </span><span style="font-size:100%;">(C. Williams. <em>The Last Great Frenchman</em>. <em>A life of General De Gaulle</em>. Pp. 463-4-5. El subrayado es mío). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Estos extractos de una biografía favorable a De Gaulle, pinta una imagen intensa de la total desorientación, pánico y desmoralización en la que estaba inmerso. Según el embajador norteamericano, De Gaulle le dijo: "el juego se ha terminado. En unos días los comunistas estarán en el poder". ¿Por qué? Muy simple, porque De Gaulle veía el empuje del movimiento revolucionario y no creía que pudieran controlarlo, incluso con los servicios de los dirigentes estalinistas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Contradicción</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Es evidente que aquí hay una contradicción. Por un lado De Gaulle tenía mucha confianza en que los dirigentes del PC mantendrían a las masas bajo control. Al siguiente minuto era presa de la "idea aterradora" de que los dirigentes del PC serían "aupados al poder a pesar de sí mismos". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Evidentemente hay un problema, ¡y serio! No sólo innumerables testigos afirman que De Gaulle estaba totalmente postrado y desmoralizado, sino que al menos en dos ocasiones contempló la idea de huir del país. Su propio hijo le pidió que escapará a través de Brest, otras fuentes estatales dicen que consideró quedarse en Alemania Occidental, donde había ido a visitar al general Massu. De Gaulle era un político inteligente y calculador que nunca actuaba por impulsos y en raras ocasiones perdía los nervios. Si le dijo al embajador norteamericano: "el juego se ha terminado. En unos días los comunistas estarán en el poder", es porque se lo creía. Y no él solo, sino también la mayoría de la clase dominante. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La clase dominante francesa aún disponía de una formidable maquinaria de represión. ¿Cuánto de formidable? Veamos. Había 144.000 policías (armados) de distintas categorías, incluidos 13.500 de la tristemente famosa policía antidisturbios CRS, y 261.000 soldados estacionados en Francia y Alemania Occidental. Si se aborda la cuestión</span><span style="font-size:100%;"> desde un punto de vista puramente cuantitativo, entonces habría que descartar no sólo la posibilidad de una transformación pacífica, sino también de la revolución en general, y no sólo en Francia en 1968. Desde este punto de vista, ninguna revolución habría triunfado jamás en toda la historia. Pero la cuestión no se puede plantear de esta manera. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En toda revolución se levantan voces que intentan asustar a la clase oprimida con el espectro de la violencia, el derramamiento de</span><span style="font-size:100%;"> sangre y la "inevitabilidad de la guerra civil". Kámenev y Zinoviev hablaban exactamente de la misma forma en vísperas de la insurrección de Octubre. Heinz Dieterich y los reformistas en Venezuela hoy utilizan la misma línea de argumentación para intentar poner freno a la revolución venezolana. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Los adversarios de la insurrección, incluso en las mismas filas del Partido Bolchevique, encontraban sin embargo bastantes motivos para sus deducciones pesimistas. Zinoviev y Kámenev advertían que no había que subestimar las fuerzas del adversario. ‘Petrogrado decide, pero en Petrogrado los enemigos disponen de fuerzas importantes: cinco mil junkers perfectamente armados y que saben batirse; un Estado Mayor, batallones de choque, cosacos y una parte importante de la guarnición, más una considerable artillería dispuesta en abanico alrededor de Petrogrado. Además, es casi seguro que los adversarios intentarán traer tropas del frente con la ayuda del Comité Ejecutivo central...'". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Trotsky respondió a las objeciones de Kámenev y Zinoviev de la siguiente forma: "La lista suena imponente, pero sólo es una lista. Si un ejército, en conjunto, es un reflejo de la sociedad, entonces cuando la sociedad abiertamente se divide, ambos ejércitos son copias de los dos bandos en combate. El ejército de los poseedores llevaban dentro el gusano del aislamiento y la disgregación". (León Trotsky. Historia de la Revolución Rusa. P. 1042). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Según dice un famoso aforismo de Mao: "el poder emana de la punta del fusil". Pero los fusiles son empuñados por soldados que no viven en el vacío, sino que están influídos por el estado de ánimo de las masas. En cualquier sociedad, la policía es más atrasada que el ejército. Sin embargo, en Francia, la policía, por citar una editorial de The Times (31/5/1968) "hierve de descontento". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "<em>Hierve de descontento por el trato que les da el gobierno" dice el artículo, "y el departamento encargado de la información sobre la actividad estudiantil ha estado deliberadamente privando al gobierno de información sobre los dirigentes estudiantiles, en apoyo de sus reivindicaciones salariales.</em></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "... Tampoco la policía ha estado muy impresionada con el comportamiento del gobierno desde que empezaron los disturbios. ‘Están aterrorizados de perder nuestro apoyo' dijo un hombre. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Tal descontento es una de las razones de la aparente inactividad de la policía en París en estos últimos días. La semana pasada, hombres en diferentes comisarías locales se negaron a salir de los cruces y plazas de la capital". (<em>The Times</em>. 31/5/1968. El subrayado es mío). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El 13 de mayo una organización sindical de la policía que representaba al 80 por ciento del personal sacó una declaración en la que "... considera la declaración del primer ministro como un reconocimiento de que los estudiantes tenían razón, y como una renuncia total a las acciones de la fuerza policial que el gobierno mismo ha ordenado. En estas circunstancias es sorprendente que no se buscara un diálogo efectivo con los estudiantes antes de que se produjesen estos lamentables acontecimientos". (Le Monde. 15/5/1968). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Si esta era la postura de la policía, el efecto de la revolución sobre la base del ejército sería aún mayor. Como así era, a pesar de la falta de información, existían informes sobre del fermento entre las fuerzas armadas e incluso de un motín en la armada. El portaaviones Clemenceau, debía ir al Pacífico para una prueba nuclear, de repente dio la vuelta y regresó sin explicación a Toulon. Llegaron noticias de un motín a bordo y dijeron que habían "perdido en el mar" a varios marineros. (Le Canard Enchiné. 19/6/68, se publicó un informe completo en Action el 14 de junio, pero fue confiscado por las autoridades). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Un panfleto publicado por miembros del RIMECA (regimiento de infantería mecanizada) estacionado en Mutzig, cerca de Estrasburgo indica que secciones del ejército ya estaban siendo afectadas por el ambiente de las masas. Incluía la siguiente sección: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Como todos los soldados de la leva, estamos confinados a los cuarteles. Se nos está preparando para intervenir como fuerzas represivas. Los obreros y los jóvenes tienen que saber que los soldados del contingente NUNCA DISPARARÁN CONTRA LOS TRABAJADORES. Los Comités de Acción nos oponemos a toda costa a que los soldados rodeen las fábricas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Mañana o pasado se espera que rodeemos una fábrica de armamentos cuyos trescientos trabajadores quieren ocupar. CONFRATERNIZAREMOS. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Soldados del contingente ¡formad vuestros comités!". (Citado en Revolutionary Reherasals. p. 26) </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La publicación de este panfleto claramente fue un ejemplo excepcional de los elementos más revolucionarios entre los conscriptos. Pero, en medio de una revolución de proporciones tan masivas, ¿es posible dudar de que la base del ejército rápidamente se "contagiaría" del bacilo de la rebelión? Los estrategas del capital internacional no lo dudaban. Ni tampoco sus homólogos franceses. En un estado de pánico, que ya hemos documentado suficientemente, De Gaulle de repente desapareció. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Presa del pánico De Gaulle de repente desapareció, viajó a Alemania donde mantuvo una reunión secreta con el general Massu, el hombre a cargo de las tropas francesas estacionadas en Baden-Wurttemberg. El contenido preciso de estas conversaciones nunca se conoció, pero no hace falta demasiada imaginación para hacerse una idea de lo que le preguntó: "¿Podemos basarnos en el ejército?" La respuesta no se encuentra recogida en ninguna de las fuentes escritas por razones obvias. Sin embargo, <em>The Times</em>, envió a su corresponsal a Alemania para entrevistar a los soldados franceses, la gran mayoría eran hijos de la clase obrera que cumplían el servicio militar obligatorio. Uno de los entrevistados por <em>The Times</em> respondió a la pregunta de si abriría fuego contra los trabajadores: "¡Nunca! Pienso que sus métodos [de los trabajadores] pueden ser algo duros, pero yo soy hijo de un trabajador". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En su editorial <em>The Times</em> hacía la siguiente pregunta: "¿Puede De Gaulle utilizar el ejército?" y respondía a su propia pregunta diciendo que quizás pudiese utilizarlo una vez. En otras palabras, un solo enfrentamiento sangriento bastaría para romper en pedazos el ejército. Esa era la valoración de los estrategas más duros del capital internacional en aquella época. No hay ninguna razón para dudar de su palabra en esta ocasión. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>¿Quién salvó a De Gaulle? </strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> No fue en absoluto el ejército o la policía (que estaban tan desmoralizados que incluso la rama reaccionaria de la inteligencia, como hemos visto, se negaban a colaborar con el gobierno contra los estudiantes) los que salvaron la situación para el capitalismo francés, sino que fue el comportamiento de los dirigentes sindicales y estalinistas. Esta conclusión no sólo es nuestra, sino que encuentra apoyo en la Enciclopedia Británica: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "De Gaulle parecía incapaz de controlar la crisis o comprender su naturaleza. Sin embargo, los dirigentes comunistas y sindicales le proporcionaron un respiro, se opusieron a nuevos levantamientos, evidentemente temían la pérdida de sus seguidores ante sus rivales más extremistas y anarquistas". </span><span style="font-size:100%;"> </span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cuál fue el principal arma utilizada por los estalinistas para convencer a los trabajadores de que no intentasen tomar el poder? Que el Estado era fuerte, que habría violencia y guerra civil. Qué hablen ellos mismos. Según Waldeck-Rochet, secretario general del partido: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En realidad en mayo se debía hacer la siguiente elección: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "O se actuaba de una manera que la huelga permitiera satisfacer las reivindicaciones esenciales de los trabajadores y aplicar al mismo tiempo, en el plano político, una política destinada a realizar los cambios democráticos necesarios por medios constitucionales. Esa era la posición de nuestro partido. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "O simplemente provocar una prueba de fuerza, en otras palabras moverse hacia la insurrección, lo que implicaría recurrir a la lucha armada para derrocar al régimen por la fuerza. Esa era la posición aventurera de ciertos grupos de ultraizquierda". (<em>L'Humanité</em>. 10/7/1968). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Hay que observar la habilidad con la que estos burócratas estalinistas juegan con los temores de las masas. Como los burócratas obreros en todas partes, saben que muchos trabajadores temen la perspectiva de la violencia y el derramamiento de sangre. Este hecho es un libro cerrado con siete llaves para las sectas ultraizquierdistas, que inmediatamente caen en la trampa que les pone la burguesía y los burócratas. Esta es una de las razones por la que nunca ganarán a las masas, ni en mil años. El tipo de radicalismo terminológico que es el sello normal de los sectarios simplemente es la otra cara de la moneda de su falta total de confianza en la clase obrera, su fe supersticiosa en el "Estado fuerte" y, sobre todo, su incapacidad orgánica de penetrar en la clase obrera o encontrar un lenguaje común con los trabajadores. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Cómo actuaría una verdadera tendencia marxista en esas circunstancias? ¿Planteando la consigna de la insurrección o guerra civil? Eso es lo que hacían las sectas. En realidad, intentaron llevarlo a la práctica (¡sin las masas!). Esta es la esencia destilada del ultraizquierdismo pequeño burgués y el aventurerismo, que siempre le hace el juego a la derecha. No. Los marxistas actuamos de la misma manera que Lenin. Ellos habrían realizado un trabajo sistemático en el PC, en las Juventudes Comunistas y en los sindicatos, consiguiendo puntos de apoyo durante todo el período anterior. Durante los acontecimientos de mayo la consigna principal de los marxistas habría sido la creación de comités para coordinar y dirigir la lucha, uniéndolos a nivel local, regional y, en última instancia, sobre bases nacionales. Al mismo tiempo, habrían exigido que el PC tomara el poder, expropiara a los capitalistas y transformase la sociedad. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Se podría haber hecho pacíficamente? Como hemos visto, Trotsky en 1936 dijo que los dirigentes socialistas simplemente podrían haber barrido a un lado la resistencia de la clase dominante. ¿Qué habría dicho en una situación como esta mil veces más favorable? En respuesta a los discursos de Waldeck Rochet y compañía, que intentaban asustar a los trabajadores con el espectro del baño de sangre y guerra civil, nosotros habríamos dicho lo que Lenin dijo en mil ocasiones en 1917, como también hizo Trotsky en 1936, que los dirigentes obreros reformistas (estalinistas), con el aplastante apoyo de las masas, podrían haber tomado el poder pacíficamente, con un mínimo esfuerzo, sin guerra civil, y que esta era la única manera de evitar la violencia. Y sin duda eso era un millón de veces más correcto en Francia que en Rusia en 1917. Esto no es el ultraizquierdismo estridente de las sectas, sino la única manera de llegar a los trabajadores comunistas, derrotar a la dirección estalinista y ganar a las masas para la idea de la revolución. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Defensa y ofensiva</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Desde el punto de vista de la lógica formal, defensa y ofensiva son opuestos inmutables. Sin embargo, en la práctica, con frecuencia se pasa de uno a otro. Una lucha defensiva, en determinadas condiciones, se puede transformar en una lucha ofensiva y viceversa. Hay muchos puntos de comparación con las guerras entre las naciones y las guerras entre las clases. Pero también hay diferencias. Un ejército profesional burgués durante décadas está preparado, financiado y armado para la guerra. El estado mayor puede elegir cuándo y dónde comienzan las hostilidades. Por supuesto, incluso aquí, no es una cuestión puramente militar. Clausewitz explicaba que la "guerra es la continuación de la política por otros medios". Los actos militares de los gobiernos burgueses están determinados por los intereses de clase de la burguesía. Por esta razón los marxistas siempre han señalado que la cuestión de "quién dispara el primer tiro" es una consideración totalmente secundaria que no tiene que ver con el carácter concreto de la guerra. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Esta proposición general es correcta. Pero ¿eso no significa no tenga importancia la cuestión de la responsabilidad del estallido de las hostilidades? Imaginar esto es no comprender nada del comportamiento de la guerra. ¿Por qué cada gobierno en toda guerra siempre intenta culpar del inicio al enemigo? ¿Es un accidente? ¿Es un capricho? Todo lo contrario. La guerra no sólo es una cuestión militar, también implica política. La movilización de la opinión pública, en casa y en el exterior, en apoyo de la guerra es una cuestión fundamental, que sólo se puede resolver en el plano político. Engels explicaba que en la guerra la importancia de la moral frente a lo físico es de tres a uno. De ahí que la tarea fundamental de la diplomacia es convencer a la "opinión pública" de que su ejército particular actuó sólo en defensa propia, como respuesta a una provocación intolerable, una "agresión enemiga" y otras cosas similares. Un gobierno que no actúe de esta manera cometería un gran error y provocaría un enorme daño a su esfuerzo bélico. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Todo esto es mil veces más cierto en la revolución socialista. El proletariado, a diferencia de la clase dominante, no posee un ejército y nunca tendrá una fuerza armada capaz desafiar a las fuerzas del Estado burgués, siempre que este último permanezca intacto. Mientras que una guerra convencional es principalmente una cuestión militar, donde la diplomacia juega un papel significativo aunque subordinado, la tarea de la revolución socialista es principalmente la tarea política de ganar a las masas y a las fuerzas armadas. Los papeles son contrarios. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En realidad, la aplastante mayoría de las luchas de la clase obrera comienzan como luchas defensivas, luchas para defender los niveles de vida, empleos, derechos democráticos, etc., En determinadas condiciones, particularmente con la dirección correcta, estas luchas defensivas pueden preparar el camino para una ofensiva, incluida la huelga general, que plantea la cuestión del poder. Sin embargo, incluso en el transcurso de una revolución, es necesario poner toda la responsabilidad de la violencia sobre los hombros de la clase dominante, para ganar a las masas, no sólo de la clase obrera, sino también de la pequeña burguesía. Por lo tanto, no sólo es correcto, sino absolutamente esencial que presentemos el movimiento con una luz defensiva. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Sin embargo, se podrían objetar que la insurrección tiene un carácter ofensivo. Una vez más, como proposición general abstracta es correcta. Danton decía que la consigna de la insurrección es "De l'audace, de l'audace, et encoré de l'audace!" (¡Audacia, audacia y todavía más audacia!). Pero eso no agota toda la cuestión de las tácticas revolucionarias. La verdad siempre es concreta. En la lucha de clases, como en una guerra normal, es necesario señalar bajo qué condiciones es posible pasar a la ofensiva y cuándo es necesario adoptar una posición defensiva. La guerra sería muy simple si sólo consistiera en una regla simple, aplicable a todas las circunstancias. Pero el general que sólo sabe ordenar "¡Al ataque!" rápidamente conduciría a su ejército a la aniquilación. Es necesario saber cómo atacar, pero también retirarse en buen orden, conocer el sentido, virar, maniobrar y evitar una batalla en condiciones desfavorables y otras cosas por el estilo. Toda la historia del bolchevismo está llena de ejemplos de tácticas habilidosas y flexibles reflejadas en los escritos de Lenin, resumidas en <em>El izquierdismo enfermedad infantil del comunismo</em>. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El problema era que, después de 1917, los jóvenes e inexpertos cuadros de los Partidos Comunistas en los cinco primeros años de la Internacional Comunista no habían tenido tiempo de absorber y digerir las lecciones de la historia del Bolchevismo y de la Revolución Rusa. Habían leído <em>El Estado y la revolución</em> y los escritos del período de guerra de Lenin, eran capaces de repetir mecánicamente las consignas sobre la necesidad de aplastar al Estado burgués, la guerra civil, la crítica del reformismo y el parlamentarismo, la incorrección de unirse con la socialdemocracia. Pero no comprendieron ni una sola palabra de lo que habían leído. No entendieron el método de Lenin. Durante todo el período desde 1917 hasta su muerte, Lenin luchó para encarrilarlos, incluso declarando demostrativamente que si estos eran el ala de "izquierda" entonces él era el ala de "derecha". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los comunistas de "izquierda" consideraban que Lenin y Trotsky habían sucumbido al oportunismo. En la práctica, defendían las tácticas y métodos que presentaban como un "desvío muy serio del punto de vista de Lenin y Trotsky", eso "supondrá que la Internacional nunca será capaz de cumplir su misión histórica". La expresión más clara de esto fue la "teoría de la ofensiva" defendida por los dirigentes del PC alemán. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Partiendo del hecho de que los partidos comunistas no eran aún la mayoría decisiva de la clase, Lenin defendió la consigna del frente único, el trabajo paciente en las organizaciones de masas, la participación en los parlamentos burgueses como una manera de ganar a las masas. Esa era la condición previa para la revolución socialista. Pero los de "izquierda" no estaban satisfechos. Desdeñosamente desecharon el consejo de Lenin de "girar a las masas", considerando que la única política posible para un partido revolucionario era la "ofensiva revolucionaria".</span><span style="font-size:100%;"> Lenin y Trotsky lucharon con uñas y dientes contra esta "teoría", que llevó a la derrota sangrienta en marzo de 1921. Era un ejemplo extremo de una tendencia ultraizquierdista que estaba muy extendida en la época y que ha resurgido muchas veces en la historia del movimiento. Siempre fue combatida por Lenin y Trotsky, incluso antes que ellos por Marx y Engels. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> A pesar de su apariencia "revolucionaria", este tipo de aproximación no tiene nada en común con los métodos reales del bolchevismo sino que simplemente son una caricatura abstracta. Ya hemos mencionado el testimonio de la defensa en el Juicio de Minneapolis. Una de las críticas del ultraizquierdista Munis fue precisamente que Cannon presentó la cuestión de la violencia como un tema de autodefensa. "¿Por qué no", se preguntaba Munis, "elevar la voz en este punto y pedir a los trabajadores que organicen su propia violencia contra la violencia reaccionaria?" Y Cannon respondió: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿Por qué no? Porque no era necesario ni aconsejable elevar la voz o hacer un llamamiento de acción en ese momento. Estábamos hablando, en primer lugar, para el provecho del trabajador no iniciado que lee el testimonio en el periódico o en forma de panfleto. Necesitamos una exposición tranquila o cuidadosa para conseguir su atención. Este trabajador de ninguna manera espera impacientemente nuestro llamamiento a la acción violenta. Más bien lo contrario, cree ardientemente en la llamada democracia y la primera pregunta que hará, si está interesado en el socialismo, será: ‘¿Por qué no podemos hacerlo pacíficamente mediante las urnas?' Es necesario explicarle pacientemente que, aunque preferiríamos esa manera, los empresarios no lo permitirán, recurrirán a la violencia contra la mayoría y los trabajadores deben defenderse y también su derecho a cambiar las cosas". </span><span style="font-size:100%;">(Munis and Cannon, <em>What policy for revolutionists-Marxism or Ultra-leftism</em>, p. 25.)</span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Y una vez más: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Esa ‘fuerza es la partera de toda vieja sociedad preñada de la nueva', este es un axioma conocido por todo estudiante del marxismo. Es un error abrigar o diseminar ilusiones sobre este aspecto y así lo hicimos en el juicio. Pero es un gran error llegar a la conclusión de que la violencia y las palabras sobre violencia sirven ventajosamente a la vanguardia revolucionaria en todo momento y en todas las condiciones. Más bien lo contrario, las condiciones pacíficas y las formas legales democráticas son muy útiles en el período en que el partido aún está reuniendo sus fuerzas y cuando la principal fuerza y recursos, incluidos los recursos de la violencia, están del otro lado. Lenin señalaba que Engels tenía ‘mucha razón' al ‘defender el uso de la legalidad burguesa' y decir a la clase obrera alemana en 1891: ‘¡Sed los primeros en disparad, señores burgueses!". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Nuestro partido debe luchar aún por ganar el oído de la todavía indiferente clase obrera de EEUU que lo último que quiere es insistir o ‘defender' la violencia. Esta actitud está determinada por la etapa actual del desarrollo de clase y la correlación de fuerzas en Estados Unidos". (Ibíd., pp. 30-31). </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El más mínimo conocimiento de la historia de la Revolución Rusa, antes, durante y después de Octubre, bastará para demostrar esto. En víspera de la Revolución había diferencia de opinión entre Lenin y Trotsky con relación a la fecha de la insurrección. Lenin quería pasar directamente a la toma del poder en septiembre, mientras que Trotsky estaba a favor de posponer la insurrección hasta el Congreso de los Soviets. ¿Por qué tenía Trotsky esta posición? ¿Sufría de falta de audacia? En absoluto. Trotsky comprendía que, incluso en una revolución, la cuestión de la legalidad es extremadamente importante para las masas. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Los bolcheviques estaban seguros de que conseguirían la mayoría en el Congreso y por tanto podrían aparecer ante las masas como el legítimo poder en la sociedad. No era una cuestión secundaria, era un factor vital para conseguir una transferencia pacífica del poder. Una vez más, el elemento esencial no era militar, sino político. A propósito, los bolcheviques presentaron la insurrección de Octubre como una acción defensiva para evitar que Rusia cayera en el caos y en la guerra civil. Y esto no es casualidad. Incluso cuando estás en posición de pasar a la ofensiva (que de ninguna manera era el caso, más bien lo contrario), siempre es necesario actuar y hablar como si estuvieras combatiendo una lucha defensiva, situando toda la responsabilidad sobre el enemigo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Tomemos un ejemplo más. En 1918 el destino de la revolución pendía de un hilo. Los ejércitos del imperialismo alemán estaban preparados para la invasión. Las fuerzas militares a disposición de los bolcheviques eran totalmente insuficientes para permitir una resistencia seria. Temiendo la total destrucción de la revolución Lenin defendió la firma inmediata de la paz con Alemania, incluso a costa de sacrificar territorio. Bujarin, que, en aquel momento, mantenía una posición ultraizquierdista, defendía una guerra revolucionaria contra Alemania, una posición muy "audaz", que, en las condiciones concretas, habría llevado seguramente a la destrucción de la revolución. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Trotsky, que estaba a cargo de las negociaciones en Brest Litovsk, intentó alargar lo máximo posible las negociaciones, con la esperanza de que los trabajadores alemanes se levantaran. En realidad, esto ocurrió meses después, pero habría sido demasiado tarde para evitar una contundente ofensiva alemana, no habría dejado margen a los bolcheviques.</span><span style="font-size:100%;"> Cuando los imperialistas alemanes presentaron un ultimátum final, Trotsky, que había utilizado habilidosamente las negociaciones para llevar a cabo agitación revolucionaria que tuvo un gran efecto en Alemania y Austria, se negó a firmar el tratado y rompió las negociaciones, aunque sabía que eso significaría un ataque alemán. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La posición de Trotsky no tenía nada que ver con la línea ultraizquierdista de Bujarin. Él explicaba que la razón de su acción era convencer a los trabajadores de Gran Bretaña y Francia, donde la clase dominante calumniaba a Lenin como agente alemán, que los bolcheviques eran las víctimas de la agresión y que el agresivo Tratado de Brest Litovsk se firmaría por compulsión. No tenían otra alternativa. Sin duda el nuevo tratado era aún menos favorable que antes de la ofensiva alemana, pero aquí, como siempre, lo que motivaba a Lenin y Trotsky eran los intereses de la revolución mundial. La correlación de fuerzas descartaba una ofensiva revolucionaria. Los bolcheviques se vieron obligados a adoptar una posición defensiva e incluso hacer concesiones dolorosas al imperialismo alemán para sobrevivir. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Depositaron toda su confianza en la política internacionalista, apelando a los trabajadores del mundo para que salieran en su ayuda. Incluso después, cuando Trotsky construyó el Ejército Rojo, no tenía ilusiones en que la revolución pudiera salvarse por medios puramente militares. La razón por la que fue capaz de sobrevivir la revolución a los 21 ejércitos de intervención extranjera no fue el heroísmo del Ejército Rojo, por importante que eso fuera, sino la oposición de los trabajadores de Gran Bretaña, Francia y otros países a los planes de los imperialistas, y al hecho de que las tropas de cada ejército extranjero enviado a Rusia se amotinaron. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> El primer ministro británico Lloyd George explicó la retirada de las tropas británicas porque estaban "contagiadas del virus bolchevique". No llevar a cabo la revolución, sino defenderla. El arma prinicpal fue una política revolucionaria internacionalista. Esa fue el "arma secreta" que compensó ampliamente la extrema debilidad de la revolución frente a lo que eran, sobre el papel, fuerzas arrolladoramente superiores. Visto desde un punto de vista puramente militar, los bolcheviques nunca habrían sido capaces de tomar el poder y por supuesto menos aún mantenerlo. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En una revolución las tropas siempre se ven afectadas por el ambiente general de la sociedad. Esto es particularmente cierto en los conscriptos, por eso los marxistas no apoyan la demanda pacifista pequeño burguesa de abolición del servicio militar. Estamos a favor de que los jóvenes trabajadores sean formados en el uso de las armas, aunque con derechos sindicales y bajo el control de las organizaciones obreras. La naturaleza reaccionaria de la política pequeño burguesa se ve en los intentos de la clase dominante en muchos países de sustituir la conscripción por el ejército profesional, a pesar de que eso supone un mayor costo de dinero. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Por qué adoptan esta línea? Porque pueden ver lo que se avecina. En determinada etapa son inevitables las explosiones. Están implícitas en la situación general. La clase dominante en estos países intenta preparase para eso e imagina que un ejército profesional servirá mejor a sus intereses. En realidad, su confianza es inmerecida. En las condiciones modernas, la aplastante mayoría de los soldados profesiones son jóvenes de la clase obrera que se unen al ejército para escapar del desempleo. A pesar de todos los intentos de embrutecerles (que debemos denunciar y oponernos a ellos, exigiendo derechos sindicales para los soldados que les acerquen al movimiento obrero), cuando se da un gran movimiento de la clase ellos son contagiados, incluso la policía francesa se vio afectada en 1968. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"> <span style="font-size:100%;"><strong>Cómo plantear la cuestión</strong></span> </p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La cuestión de cómo se plantea la transformación de la sociedad depende de la situación. Ese es precisamente el significado del programa de transición. No es cuestión de una fórmula abstracta que estemos obligados a plantear, independientemente del tiempo y el espacio, sino el programa que, teniendo en consideración la conciencia real de la clase, fluye de las necesidades reales de la situación. Tomemos un ejemplo concreto. En Irlanda del Norte nos enfrentábamos a una situación muy difícil y complicada. El problema principal era la cuestión nacional de una forma particularmente monstruosa. La sociedad estaba polarizada en líneas religiosas sectarias. Nuestra política estaba dictada por la necesidad de unir a los trabajadores en líneas de clase. Nuestra consigna central era el establecimiento del Partido laborista basado en los sindicatos. Sin embargo, en una situación donde locos paramilitares de ambas partes llevan a cabo una campaña de asesinato y terror, esto es totalmente insuficiente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Durante décadas, nuestra tendencia, y sólo nosotros, planteamos la consigna de una fuerza de defensa sindical, para defender a los trabajadores contra los ataques sectarios. Esta consigna, que corresponde a la consigna de Trotsky de armar a los piquetes, no salió de la nada. En 1969, los trabajadores de Harland y Wolfs (principalmente protestantes), en los grandes astilleros de Belfast, crearon patrullas bajo el control de los comités de empresa, para defender a los trabajadores católicos contra la intimidación. En esas circunstancias, una fuerza de defensa de los trabajadores tendría que estar armada. Sin armas, estas patrullas eran inútiles frente a los paramilitares. En realidad, el IRA fue el que aplastó este incipiente movimiento asesinando a algunos trabajadores protestantes que participaban en los comités. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> ¿Era correcta la consigna de una fuerza de defensa de los trabajadores en las condiciones concretas de Irlanda del Norte. Sin duda. De haber tenido éxito habría supuesto un cambio fundamental, cambiando toda la correlación de fuerzas de clase. Comenzando como una consigna defensiva, podría haber sido el punto de partida de un movimiento ofensivo de la clase. Repetimos, la mayoría de los movimientos obreros han tenido al principio un carácter defensivo. Sin la lucha cotidiana por el avance bajo el capitalismo, implicando todo tipo de cuestiones, grandes y pequeñas, la revolución socialista sería totalmente imposible. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Planteemos la cuestión de manera diferente. ¿Habría sido correcto que planteáramos la misma consigna de una fuerza de defensa obrera (que estamos de acuerdo era absolutamente necesaria en Irlanda del Norte) en Inglaterra, Escocia y Gales? No. Habría sido un error fundamental. Los trabajadores nos habrían considerado, y con razón, unos lunáticos rabiosos. ¿Por qué? Porque en esta etapa, en las condiciones concretas de Gran Bretaña, esa consigna no guardaba absolutamente ninguna relación con la realidad de la clase obrera y la sociedad. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Y aquí llegamos a la esencia del problema. Para un marxista, la política revolucionaria no consiste en varias proposiciones abstractas, como axiomas matemáticos, que se pueden aplicar indistintamente de cada situación. Si fuera así, ¡nuestro trabajo sería mucho más fácil! Tenemos que encontrar el camino de aplicar de manera creativa la ciencia del marxismo a una situación determinada, de tal forma que encontremos eco para nuestra idea en la clase obrera. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En Gran Bretaña, durante todo el último período, el punto central de nuestra propaganda (y aún es principal en la propaganda de nuestra tendencia) ha sido la consigna de que el gobierno laborista debe hacerse cargo de todas las palancas de la economía. Por supuesto, nos esforzamos por ganar a los trabajadores y jóvenes más avanzados a las ideas del marxismo. Pero el 99 por ciento de los trabajadores británicos no son marxistas. Ese es el problema. La aplastante mayoría de los que son políticamente conscientes apoyan al Partido Laborista. En esta etapa, una pequeña minoría apoyan a los reformistas de izquierda, aunque eso está cambiando. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En realidad decimos al trabajador británico: </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿No te hemos convencido de la necesidad de la revolución? Bien. Por lo menos vamos a estar de acuerdo en que debemos luchar contra los empresarios y su gobierno. Debemos luchar junto con todos los medios por la elección de un gobierno laborista. Pero eso no es suficiente. Un gobierno laborista debe aplicar una política en interés de la clase obrera. ¿Cómo se puede hacer eso cuando los bancos y los monopolios están en manos de nuestros enemigos? </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿Cómo lo conseguimos? Una vez elegido, el laborismo debe tomar medidas de urgencia para resolver el desempleo, la falta de vivienda y todos los demás problemas. Debe aprobar inmediatamente una Ley Habilitante que nacionalice los bancos y los monopolios. Pagará una compensación justa, pero eso significa una compensación mínima basada sólo en la necesidad comprobada. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿La clase dominante permitirá que esto suceda? Toda la historia previa habla en contra de que permitirá que eso suceda sin luchar. (Incluso George Brown lo dijo en 1966). Intentarán utilizar la Cámara de los Lores y la monarquía para retrasar y bloquear leyes progresistas. Debemos abolir estas instituciones reaccionarias y antidemocráticas. Utilizarán los medios de comunicación para extender mentiras y pánico. Debemos poner fin al dominio de la prensa por parte de un puñado de millonarios tories, nacionalizar la prensa, la radio y la televisión, garantizar el libre acceso a los medios de comunicación para cualquier tendencia, partido u organización (incluidos los sindicatos que tienen negada la voz, a pesar de representar a millones) de acuerdo con el número de votos que reciban en las elecciones, o el número de militantes que tenga. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Las grandes empresas harán todo lo que está en su poder para sabotear y aplastar la economía para derribar a un gobierno laborista comprometido con una política socialista. Ya lo hemos visto en el pasado. Cuando no les gustan determinadas políticas organizan conspiraciones y otras cosas por el estilo. De ahí que el laborismo deba movilizar a la clase obrera fuera del parlamento para crear comités en cada centro de trabajo, establecer el control obrero y la administración de las industrias nacionalizadas, para evitar el sabotaje de los empresarios. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Es necesario hacer un llamamiento a los miembros de la policía y las fuerzas armadas para que apoyen al gobierno elegido democráticamente (muchos de ellos son seguidores laboristas), que se aprueba inmediatamente una ley que reconozca los derechos sindicales y reconozca el derecho a huelga de los soldados y la policía, pedirles que arresten a los oficiales que están conspirando contra el gobierno. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Se deben tomar medidas para ganar a la clase media, a los pequeños empresarios y a los comerciantes, que son arruinados por las grandes empresas y los bancos. Debemos decirles que la nacionalización de los bancos y la eliminación de toda una serie de intermediarios abaratarán el crédito y reducirá costos. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Sobre todo, una economía nacionalizada y planificada bajo el control y gestión democrática de la clase obrera nos permitirá eliminar el desempleo e introducir la jornada laboral de 6 horas durante cuatro días a la semana, mientras se aumenta la producción y se incrementan los salarios. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "Movilizando a la clase obrera sobre esta base, el laborismo rápidamente cortaría el terreno a la reacción. Cualquier intento de organizar una conspiración contrarrevolucionaria sería barrida aun lado. En estas condiciones sería totalmente posible la transformación pacífica de la sociedad. Además, el ejemplo de un estado obrero democrático en un país desarrollado como Gran Bretaña (o en cualquier otro país desarrollado) tendría un impacto mucho mayor que Rusia en 1917. Dada la enorme fortaleza de la clase obrera y al callejón sin salida del capitalismo en todas partes, los regímenes burgueses en Europa caerían rápidamente, creando las bases para unos Estados Unidos Socialistas de Europa y, finalmente, el socialismo mundial. Esa es la perspectiva que ofrecemos. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "¿Parece difícil? ¿Hay otra alternativa? La experiencia de todos los gobiernos laboristas anteriores responde a estas preguntas. Si los dirigentes laboristas no adoptan medidas drásticas para romper el poder de los bancos y los monopolios, se convertirán en rehenes de la City de Londres. Se verán obligados a llevar a cabo ataques contra los niveles de vida de los trabajadores, los pobres, los desocupados. Entonces, cuando ya no sean útiles a los empresarios, organizarán una conspiración, utilizando la prensa y la televisión, derribando el gobierno e imponiendo un gobierno aún más reaccionario. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> "En realidad, lo que proponemos no es tan difícil. Si los dirigentes laboristas dedicaran una décima parte de las energías que gastan en defender al capitalismo en movilizar el poder de la clase obrera para cambiar la sociedad, la transformación socialista se podría conseguir rápidamente. Pero advertimos que, si no se consigue esto, estará preparado el camino, sobre la base del espantoso colapso del capitalismo británico, para una catástrofe para la clase obrera". </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En el próximo período es bastante probable que pueda haber un gobierno laborista de izquierda en Gran Bretaña. Tendríamos fundamentalmente la misma posición. La única diferencia es que, bajo la presión de la clase obrera, los reformistas de izquierda pueden adoptar medidas contra la burguesía que, sin llevar a cabo una transformación socialista de la sociedad, haría imposible el funcionamiento normal del capitalismo, creando las condiciones para conspiraciones de la burguesía, no sólo derribando el gobierno, sino incluso con complots con las cúpulas de las fuerzas armadas en algún tipo de golpe bonapartista-monárquico. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> En los años setenta en un debate con Tony Benn frente a dos mil jóvenes socialistas, Ted Grant expliaba que a menos que el gobierno laborista de izquierdas movilizara a la clase obrera para transformar la sociedad, entonces podría haber reacción y ese incluso sería el camino para la guerra civil y esa responsabilidad recaería sobre los hombros de los dirigentes laboristas y sindicales por no cambiar la sociedad en ese momento. En su Diario, Benn hace referencia a esta situación con crudeza, ¡diciendo que Grant estaba a favor de la guerra civil! En realidad, al plantear de esta manera la cuestión, conseguimos el apoyo casi unánime de las Juventudes <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRjGVJL_iSB99F1wmQNDBGDPZ7tiOw5RDCOoMeb5vs4oCcEJRDm3cVPuy31pgjZilf0JAZ47EcZ2cIPpaSSMYZ11VMN1B49EOpnrF5G3GoxXEXW7dXQX1dDdxm2tOrZVzZMMs6uynLRJA/s1600-h/CMI.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 249px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiRjGVJL_iSB99F1wmQNDBGDPZ7tiOw5RDCOoMeb5vs4oCcEJRDm3cVPuy31pgjZilf0JAZ47EcZ2cIPpaSSMYZ11VMN1B49EOpnrF5G3GoxXEXW7dXQX1dDdxm2tOrZVzZMMs6uynLRJA/s320/CMI.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355089084684180418" border="0" /></a>Laboristas para la revolución socialista y nuestra política, que sobre otra base no habría sido posible. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> La posición general de la CMI ante esta cuestión es la única correcta desde un punto de vista marxista. No hemos variado ni un ápice de la posición que adoptamos durante la Segunda Guerra Mundial. Esa posición es la continuación y el desarrollo de la elaborada por el Viejo que, a su vez, derivaba de la postura de Marx, Engels y Lenin. Ha demostrado ser correcta una y otra vez, particularmente en el período desde 1945, y sobre todo en la Revolución Portuguesa y en Francia en 1968. De esta manera, no sólo es una cuestión de teoría, sino de la experiencia histórica real del proletariado internacionalmente. </span></p> <p style="text-align: justify;font-family:georgia;"><span style="font-size:100%;"> Es esencial que todos los compañeros estudien la teoría marxista del Estado, no sólo los textos clásicos, que mantienen toda su validez, sino la experiencia viva de la lucha de clases de estos últimos cien años, resumida en el método, programa, tácticas y posición general de la CMI internacionalmente. </span></p>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-82986394973847343452009-07-05T14:05:00.000-07:002010-04-30T05:01:39.610-07:00MOVIMIENTO TROTSKISTA INTERNACIONAL (UNA AUTO CRITICA NECESARIA) x Olmedo Beluche<meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} @page Section1 {size:612.0pt 792.0pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:36.0pt; mso-footer-margin:36.0pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;</style><span style=";font-family:Arial;font-size:85%;" >Durante sesenta años al movimiento trotskista internacional le tocó la ardua tarea de preservar los principios, métodos y política del socialismo revolucionario, mientras duró la larga noche del stalinismo y la degeneración burocrática de la ex Unión Soviética, con todos sus crímenes y perversiones. Mientras la mayor parte del movimiento obrero mundial y la mayoría de los intelectuales miraban para otro lado frente a las traiciones de la burocracia soviética, León Trostky y un puñado de seguidores soportaron casi solos el asedio, la persecución e incluso el asesinato, de las fuerzas combinadas de los regímenes democrático burgueses, el fascismo y el stalinismo soviético.
<br />
<br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX005pnDmqS77oyt3OzLiEdQDsbEAAP7Grf69ZJbuTx0fsFy1_0XDGpDXiUggqjg2RF7EmzTG2lEqIUkwLnUw0BnYZlYlrjC4ve4C6SEH2f3W8oF1u2018K4CYaPtsbm3vIhMEK-3VLhg/s1600-h/lenin+trotski+1920+%282%29.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 215px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhX005pnDmqS77oyt3OzLiEdQDsbEAAP7Grf69ZJbuTx0fsFy1_0XDGpDXiUggqjg2RF7EmzTG2lEqIUkwLnUw0BnYZlYlrjC4ve4C6SEH2f3W8oF1u2018K4CYaPtsbm3vIhMEK-3VLhg/s320/lenin+trotski+1920+%282%29.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355085800462912290" border="0" /></a><span style=";font-family:Arial;font-size:85%;" >La humanidad le debe a Trostky que fuera capaz de mantener sus principios, renunciando a la parte del poder político y militar que había ganado por su propio mérito en dos revoluciones (1905 y 1917), para legarnos el verdadero socialismo revolucionario sin que tengamos que rebuscar con arqueólogos en las profundidades del marxismo del siglo XIX, principios como: la democracia obrera vs el totalitarismo burocrático; el centralismo democrático vs las órdenes del secretario general y el pensamiento único; la teoría de la revolución permanente vs la revolución por etapas; el internacionalismo socialista vs la falacia del socialismo en un solo país.
<br />
<br />En una época de feroz lucha de clases esa actitud principista le costó la vida a él, a su familia y a casi toda su generación de compañeros de lucha (incluidos “leninistas” probados como: Bujarin, Kamenev, Zinoviev y un largo etc.). Esta situación llevó a algunos, entre ellos Víctor Serge, si no me equivoco, a cuestionarse si Trotsky hizo bien en intentar fundar una Internacional obrera en medio de la derrota sangrienta de revoluciones como la china o la española, de la expansión del régimen fascista por toda Europa y de control stalinista del único estado obrero de aquella época. Y para colmo, su muerte prematura a manos de un esbirro de Stalin, dejó un panorama más desolador.
<br />
<br />Pasada la Segunda Guerra Mundial, en un ambiente un poco más propicio, pero no menos difícil, otra generación mantuvo esos principios enarbolando las banderas de lo que genéricamente se ha llamado la IV Internacional. Genéricamente, porque en realidad no ha habido una, sino un sinnúmero de organizaciones identificadas bajo el mismo signo, pero divididas por multiplicidad de luchas fraccionales.
<br />
<br />Sin una cabeza prestigiosa, ni ningún líder de la vieja generación revolucionaria de principios de siglo XX, los trotskistas de la posguerra pronto fueron incapaces de ponerse de acuerdo sobre acontecimientos nuevos que la lucha de clases producía: el surgimiento de nuevos estados obreros en Europa oriental, por obra y gracia del ejército soviético y la guerra fría; revoluciones triunfantes como la china o vietnamita o cubana; las guerras de liberación nacional en Asia y Africa; el “boom” económico capitalista; la estabilización de regímenes democrático burgueses; Partidos Comunistas prosoviéticos con influencia de masas en occidente, etc.
<br />
<br />Demasiados acontecimientos nuevos y una generación sin mucha experiencia (en aquella época) llevaron a la IV Internacional a un estallido en multiples fracciones: Haely, Mandel, Hansen, Posadas, Lambert, Moreno, son algunos de los líderes de estos movimientos con diversas ramificaciones internacionales.</span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguDHz493iSTEJ6uC93M_p_wyuFIAxujhJK3oj4MGa_Jm8_TmsHYGc0yTTBvOED-hGtfgZyL_lZUxyyQh4C-3L3f5t8Y-Y6eeN2YPSyO7mKDoomDwfjbV2_wYPB4C0PlcrRHdwlI5-lKKU/s1600-h/mitin+lenin+trostki.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 320px; height: 221px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEguDHz493iSTEJ6uC93M_p_wyuFIAxujhJK3oj4MGa_Jm8_TmsHYGc0yTTBvOED-hGtfgZyL_lZUxyyQh4C-3L3f5t8Y-Y6eeN2YPSyO7mKDoomDwfjbV2_wYPB4C0PlcrRHdwlI5-lKKU/s320/mitin+lenin+trostki.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355086049200958706" border="0" /></a>
<br /><span style=";font-family:Arial;font-size:85%;" >
<br />Ellos tienen el mérito, mal que bien, de haber dado continuidad al legado teórico, político y hasta moral de la generación anterior. Incluso fueron capaces de producir nuevas elaboraciones. Mandel, por ejemplo, legó un valioso análisis del capitalismo de la posguerra y su lógica económica. Moreno, fue capaz de visualizar el error de la desviación guerrillerista de la generación latinoamericana de los años 60 y la necesidad de trabajar en las organizaciones de masas obreras y campesinas. Socialist Workers Party jugó un rol clave en la lucha contra la guerra del Vietnam en EEUU. Incluso construyeron importantes partidos de vanguardia que aún perduran: los “militant” ingleses, la LCR en Francia, el PSTU brasileño, los diversos grupos morenistas en Argentina (MST, MAS, PTS, etc.).
<br />
<br />También cometieron errores importantes, aceptémoslo. Después de todo un principio defendido por el trotskismo es la lucha contra el culto a la personalidad, que no es lo mismo que negar el papel de la personalidad en la historia. Especialmente grave fue el que un sector importante del trotskismo no reconociera el carácter de los estados obreros producidos por revoluciones como la china o cubana. Mandel, Moreno y el SWP norteamericano confrontaron en el plano político y teórico ese error, lo que permitió a su partido jugar un papel en los enormes proceso políticos de Latinoamérica en los años 60 y 70.
<br />
<br />Pero, si hubo un error metodológico común a todos, y que lamentablemente se ha heredado a la actual (tercera) generación trotskista internacional, ha sido el exacerbar las diferencias, hacer de toda discusión política, de toda diferencia e incluso matiz, un problema de principios, que servía para justificar rupturas irreconciliables. De ahí que los stalinistas inventaran el “slogan” denigratorio, pero hasta cierto punto cierto, de que “todo trotskista es divisible por dos”.
<br />
<br />Esta desviación metodológica tiene su explicación (no justificación) en las características de la lucha de clases de la posguerra hasta 1990. Esto fue producto en buena parte de un ambiente donde la burocracia stalinista usaba las conquistas que todavía perduraban de la Revolución Rusa para defender su modelo “socialista” burocrático, y lo hacía no con la razón sino con la violencia. Donde había que tirar puñete para repartir un volante o hablar en una asamblea obrera o estudiantil. Se requería ser muy duro de carácter y fuerte en la polémica para no sucumbir.
<br />
<br />El problema es que, al final, se terminaba trasladando dentro de la organización el mismo método con el que se polemizaba contra los stalinistas en la calle. Todos los que nos iniciamos a la vida política entre los 60 y 80 fuimos marcados con este estigma.
<br />
<br />Por supuesto, había extremos ridículos. De mi experiencia personal, recuerdo que algunas reuniones internacionales, en especial los trotskistas anglosajones, gustaban sustentar cada idea propia en alguna de cita Trotsky, Lenin o Marx. A mi me parecía chocante esta muestra de erudición escolástica que además aportaba poco al debate. “Porque Trotsky en tal texto dijo...”. Si pero, es que el hombre ya esta muerto hace rato, y de lo que estamos hablando es de otra cosa que él no pudo prever.
<br />
<br />No se trata de renunciar a la experiencia histórica que nos legaron las generaciones precedentes. Esa herencia sirve como referencia, pero es iluso pretender encontrar en ella la respuesta a todos los retos nuevos que tenemos. Nunca hay dos situaciones iguales. No debe olvidarse la genial máxima de Lenin que resume el método marxista en una sola cosa que, si se olvida, no hay cita que valga: “Análisis concreto, de la realidad concreta”.
<br />
<br />El problema que tenemos hoy, en la primera década del siglo XXI, es que llegó el acontecimiento previsto por Trotsky (ese sí), en que la burocracia stalinista terminó echando por la borda su disfraz socialista, para pasar por completo al bando de la burguesía; desapareció la URSS y los estados obreros de Europa oriental; se privatizaron las fábricas; los antiguos miembros del politburó se convirtieron en prósperos magnates aliados de Washington; los maoístas se hicieron “socialistas de mercado”; muchos antiguos guevaristas acabaron como socialdemócratas; pero la Babel de corrientes trotskistas continúa sin poder hablar el mismo idioma, ni ponerse de acuerdo para realizar ninguna acción común.
<br />
<br />Y, lo que es peor, se continúa en la marginalidad política pese a que desapareció el gran obstáculo en la conciencia de muchos trabajadores que era su fe ciega en la burocracia soviética.
<br />
<br />Si el movimiento trotskista internacional quiere jugar un papel real sobre los procesos políticos del siglo XXI, tiene que empezar por resolver este problema de orden metodológico: no se puede convertir cada discusión, cada diferencia, en un problema de principios. Si en verdad se cree en la democracia obrera, empecemos practicándola desde nuestras organizaciones.
<br />
<br />No se trata de que no haya diferencias, por favor, no somos stalinistas. Es imposible que no las haya si cada día tenemos fenómenos sociales nuevos cuya respuesta política no es fácil ni evidente a primera vista. El problema no son las diferencias de apreciación, el problema es poder convivir con ellas y debatirlas.
<br />
<br />Sólo con este cambio de actitud metodológica será posible meterle el diente a problemas teóricos y políticos que la realidad actual nos presenta y revisar (sí, revisar!) algunas cosas que se vienen sosteniendo. A riesgo de ser herético, me atreveré a soltar algunas dudas sobre afirmaciones que el trotskismo considera palabra sagrada:
<br />1.¿Es posible construir una Internacional basada en el centralismo democrático?
<br />
<br />Mi respuesta es sí y no, dependiendo de qué se entienda por esta expresión. Desde Lenin se interpreta el “centralismo democrático” como la más amplia democracia en el debate interno y la más férrea disciplina en la acción. Contrario a los partidarios del horizontalismo, creo que no hay duda de que es la única forma posible de existencia de los partidos nacionales, si en verdad quieren transformar la realidad y concretar el socialismo.
<br />
<br />Pero cuando esta expresión se lleva al terreno de la Internacional se vuelve problemática. Para empezar, porque el movimiento obrero no es homogéneo, tiene diversas experiencias, tradiciones, incluso culturas nacionales que influyen sobre el carácter de los dirigentes, militantes y partidos, y sus apreciaciones sobre los acontecimientos.
<br />
<br />Por ello, una maldición que sigue pesando negativamente sobre el movimiento trotskista, es la de pretender que tal o cual partido nacional posee la dirección “internacional” probada y desde su bastión político y teórico puede ponerle las pautas a los demás. Sinceramente, no creo que nadie desde Buenos Aires, San Pablo, París o Londres puede conocer mejor la realidad panameña que nosotros, los panameños.
<br />
<br />Tíldenme de “revisionista”, pero sospecho que este método es una herencia equivocada de la Internacional Comunista, cuando Lenin, con el prestigio de haber dirigido la primera revolución socialista triunfante, construyó una internacional controlada por los bolcheviques y su experiencia rusa, sin mucho peso de grandes dirigentes de otras naciones. Tal vez si Rosa Luxemburgo no hubiera sido asesinada en Alemania, otra hubiese sido la historia.
<br />
<br />Por lo poco que sé, el propio Zinoviev, con Lenin aún en vida, cometió algunos errores de burocratismo. No hablemos de IV Internacional de la posguerra donde el sectarismo, el mesianismo y el personalismo produjeron el fraccionamiento del que ya hemos hablado.
<br />
<br />Creo que no habrá ninguna verdadera Internacional si no es partiendo de campañas comunes sobre los ejes más importantes de la lucha de clases internacional, pero dejando muy abierto el espacio para el debate político y teórico y la coexistencia de corrientes distintas unidas bajo un programa muy general. Eso de Internacional “centralizada” es un fracaso probado.
<br />
<br />2.¿Quiénes son los revolucionarios, sólo los trotskystas?
<br />Este es otro problema. Durante las décadas de lucha contra la degeneración estalinista soviética se hizo un esquema en el que, partiendo del hecho cierto de que en realidad la burocracia soviética era contrarrevolucionaria, y trabajó concientemente para el fracaso de las revoluciones, como la española o china, se definía a quienes no captaban la esencia traidora del stalinismo como “centristas”.
<br />
<br />En un plano del análisis más sofisticado, el concepto “centrista” era útil, pero llevado al extremo de igualar “centrismo” con “reformismo” es un error que ha aislado al movimiento trotskysta de procesos revolucionarios encabezados por otros sectores políticos. Una prueba extrema de este tipo de error fue la obcecación de la C.I.(C.I.), dirigida por Lambert y otros, en reconocer el carácter socialista de la Revolución Cubana.
<br />
<br />En pleno siglo XXI, desaparecido el peso del stalinismo soviético, mantener este esquema sólo sigue limitando la acción del movimiento trotskysta sobre grandes movimientos de masas que confrontan revolucionariamente a la globalización imperialista, aunque carezcan de un programa político para la toma del poder del proletariado.
<br />
<br />Es más, esto lleva a exacerbar la polémica y los ataques contra quienes en realidad son aliados y sobre quienes en todo caso hay que educar políticamente. Con lo cual el trotskysmo se le hace más difícil salir de la marginalidad.
<br />3.¿Es más revolucionaria la consigna más “radical”?
<br />Una derivación caricaturesca de lo anterior es el ultraizquierdismo político como sinónimo de revolucionario. Pongo un ejemplo de la vida real: cuando la invasión de Estados Unidos contra Irak, un sector morenista sostenía que la consigna “No a la guerra” (que movilizó a millones en todo el mundo) era “reformista”, y en su lugar había que levantar la consigna “revolucionaria” de “armamento para el pueblo de Irak” (o algo así).
<br />
<br />Mientras que la primera consigna era lo que en verdad podíamos y pudimos hacer en el resto del mundo en apoyo al pueblo iraquí, y fue importante porque le restó legitimidad a la agresión del gobierno de Bush, y la segunda no pasaba de ser un “verso” (como dicen los argentinos), según la lógica de los compañeros esta última era la que nos diferenciaba de los “reformistas” y por ende había que tenerla como eje de la política. Da risa, pero es para llorar.
<br />
<br />Otro ejemplo, venido de un buen amigo mío, revolucionario trotskista de Costa Rica, a quien respeto mucho. Reproduzco más o menos su análisis de la Venezuela actual: “te veo muy impresionado con Chávez. Yo parto por preguntarme qué tipo de estado es Venezuela, capitalista u obrero, eso me dice qué tipo de gobierno es (burgués, claro), de ahí derivo la política”.
<br />Conclusión política, de ese tipo de análisis, Chávez preside un estado y un gobierno burgués, igual que Uribe en Colombia, por ende, mi política es “desenmascarar” o combatir a Chávez.
<br />
<br />Por esa vía, se choca hasta con el sentido común de millones de trabajadores que ven cada día a Chávez y su gobierno confrontando la política del imperialismo yanqui y cómo desde Washington se conspira para derribarlo por cualquier vía. Por ende, los trotskistas que así proceden no sólo no le atinan a la realidad, sino que los trabajadores, que sí siguen a Chávez, los miran de reojo, se encogen de hombros y se dicen para sí: “estos tipos están más locos que una cabra”.
<br />
<br />Esta desviación ultraizquierdista dentro del trotskismo viene de no poner atención a lo que el propio Trotsky decía en el Programa de Transición: la enorme importancia de las consignas democráticas y nacionalistas frente al imperialismo.
<br />
<br />Estos compañeros en realidad trabajan con lo que llamaban a inicios del siglo XX el “programa máximo”, calificando las reivindicaciones concretas (económicas), democráticas y nacionales, como “reformismo”.
<br />
<br />Se reduce la realidad política mundial a la mera confrontación de clases (obreros vs capitaistas, socialismo vs capitalismo) y se obvia que existen otros planos de contradicciones con las que hay que lidiar (nación vs imperislimo o democracia vs dictadura).
<br />
<br />Como quien dice: todo el que no es socialista revolucionario (trotskista), es reformista y por ende traidor. Con lo cual no hay política de alianzas y se convierte a Chávez y/o Evo, y por derivación a sus millones de seguidores, en enemigos a combatir.
<br /></span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnp0u2RpAP4VwtqVJNkgR-3mWlA0jqfPNR9-dkCFOpxLgCPfXxwELhn-IzsxgtyPypzR3EbTRb6ammglwRZ6yu8iB8QkSnwd6yULrqqBBz51mL-IzXc6fT6C8ZLyCK6_urf3uccVKKhhc/s1600-h/images.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 118px; height: 101px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhnp0u2RpAP4VwtqVJNkgR-3mWlA0jqfPNR9-dkCFOpxLgCPfXxwELhn-IzsxgtyPypzR3EbTRb6ammglwRZ6yu8iB8QkSnwd6yULrqqBBz51mL-IzXc6fT6C8ZLyCK6_urf3uccVKKhhc/s320/images.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355086850532763506" border="0" /></a>
<br /><span style=";font-family:Arial;font-size:85%;" >Eso es completamente contrario a lo sostenido por Trotsky, quien dio gran relevancia a las reivindicaciones económicas, democráticas y nacionales como movilizadoras (revolucionarias) de las masas, a las que el trotskismo debe sistemáticamente (educando pacientemente) unir una conclusión, que es la que permite saldar todos los planos de la realidad: que sólo si los trabajadores toman el poder, podrán satisfacerse esas reivindicaciones y que la burguesía es inconsecuente con ellas.
<br />
<br />4.¿Qué socialismo podemos construir?
<br />Existen ciertas corrientes trotskistas que hacen críticas absurdas, ridículas y hasta contradictorias al gobierno cubano, cuando abre un sector de la economía (como el turismo) al capital internacional, pero a la vez exigen plena libertad de partidos políticos (para todos, incluso a los aliados de la contrarrevolución).
<br />O sea, por un lado se exige un modelo de economía stalinista, pues la estatitzación completa de la vida económica por decreto fue un invento de Stalin en los años 30, y por otro un modelo político que sería democrático burgués.
<br />
<br />Hasta donde me alcanza la inteligencia, y lo que he leído de la bibliografía marxista, nunca nadie propuso decretar el socialismo como economía cien por cien estatizada. Marx siempre habló de la nacionalización de la gran industria y el respeto a la pequeña propiedad, al menos hasta que hubiera condiciones históricas para dar un salto a un modelo económico superior (“a cada quién según su necesidad”). El propio Lenin corrigió con la N.E.P. algunas medidas a las que se forzó con la guerra civil (1917-1920).
<br />
<br />El debate sobre la industrialización, que realizaron Trosky y Preobrazensky, en los años 20, me parece que era una fórmula algebraica, que dependía del proceso político. Es decir, promover la industrialización estatal y controlar el poder económico de los nuevos ricos, para evitar un corrimiento a la derecha y restauración del poder capitalista. Pero de ahí a lo que hizo Stalin movido por razones de control político de decretar el “socialismo” estatizando toda la economía por la fuerza, es muy distinto y se ha probado como incorrecto.
<br />Si, como decimos, el socialismo como modo de producción superior al capitalismo, depende de un proceso internacional, donde el papel clave se jugará en las grandes potencias europeas y norteamericana, ¿Por qué hacer de principios que una pequeña sociedad de “transición al socialismo” como Cuba no pueda permitir ciertos espacios de economía privada?
<br />El punto clave, no es si hay un régimen de propiedad mixto, sino en manos de quién está el peso de las decisiones económicas y políticas: la clase trabajadora o los capitalistas.
<br />De ahí que, me parece evidente que es muy distinta la Cuba de ahora, con un sector privatizado en medio de una economía estatizada (que a mi juicio debería ser menos estatizada), y el proceso chino y ruso donde los miembros de la nomenklatura se pasan al bando de los capitalistas convirtiéndose en propietarios.
<br />Por otro lado, seamos realistas: si bien estamos por la máxima democracia posible, en las sociedades de transición al socialismo, está limitada por la situación de agresión y guerra declarada por el imperialismo.
<br />De ahí que ciertas críticas de algunos personeros trotskistas al régimen cubano, en lo económico y político, me parecen absurdas. Hagamos el simple ejercicio de imaginarnos qué haríamos distinto a Fidel Castro. No creo que haya muchas opciones. Entonces, ¿Para qué hacer discusiones escolásticas que sólo confunden?</span>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-29644896604507457402009-07-05T13:40:00.000-07:002009-07-06T06:36:00.617-07:00ELOGIO DE LA IMPRUDENCIA Hacia una nueva identidad de izquierda Federico Polleri
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><link rel="Edit-Time-Data" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_editdata.mso"><!--[if !mso]> <style> v\:* {behavior:url(#default#VML);} o\:* {behavior:url(#default#VML);} w\:* {behavior:url(#default#VML);} .shape {behavior:url(#default#VML);} </style> <![endif]--><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; margin:0cm; margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} p.MsoFootnoteText, li.MsoFootnoteText, div.MsoFootnoteText {mso-margin-top-alt:auto; margin-right:0cm; mso-margin-bottom-alt:auto; margin-left:0cm; mso-pagination:widow-orphan; font-size:12.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-fareast-font-family:"Times New Roman";} a:link, span.MsoHyperlink {color:blue; text-decoration:underline; text-underline:single;} a:visited, span.MsoHyperlinkFollowed {color:purple; text-decoration:underline; text-underline:single;} @page Section1 {size:595.3pt 841.9pt; margin:70.85pt 3.0cm 70.85pt 3.0cm; mso-header-margin:35.4pt; mso-footer-margin:35.4pt; mso-paper-source:0;} div.Section1 {page:Section1;} --> </style><!--[if gte mso 10]> <style> /* Style Definitions */ table.MsoNormalTable {mso-style-name:"Tabla normal"; mso-tstyle-rowband-size:0; mso-tstyle-colband-size:0; mso-style-noshow:yes; mso-style-parent:""; mso-padding-alt:0cm 5.4pt 0cm 5.4pt; mso-para-margin:0cm; mso-para-margin-bottom:.0001pt; mso-pagination:widow-orphan; font-size:10.0pt; font-family:"Times New Roman"; mso-ansi-language:#0400; mso-fareast-language:#0400; mso-bidi-language:#0400;} </style> <![endif]--> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><b><span style="" lang="ES-AR">1 </span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Dice Alejo Carpentier que una novela empieza a ser gran novela cuando deja de parecerse a una novela; es decir: <span style="font-style: italic;">“cuando, nacida de una novelística, rebasa esa novelística, engendrando, con su dinámica propia, una novelística posible, nueva, disparada hacia nuevos ámbitos...” Y concluye esto diciendo que todas las grandes novelas de nuestra época comenzaron por hacer exclamar al lector: «¡Esto no es una novela!»</span>. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Habría que pensarlo con detenimiento, pero es posible que con la política se produzca algo similar. Si tomamos a los grupos tradicionales de la política encontraremos rasgos y prácticas comunes, que los identifican como “los que hacen política” y que son más o menos similares desde tiempo remotos. Debe decirse que quizás la derecha se haya ido agiornando con más agilidad que la izquierda, por lo que esta realidad aparece mucho más exagerada en los últimos. Un volante de un grupo tradicional de izquierda es más o menos igual en 1946 que en 1966 o 1989 o 2001 o 2005. Cambian los contenidos, pero el formato y estilo son más o menos los mismos. Ocurre algo parecido con los periódicos, o los discursos, o las formas de organización, o las propuestas de articulación política. Hubo momentos en que se probaron prácticas no-tradicionales partiendo de un análisis de la situación concreta del lugar y la época y pasó lo mismo que con la “<span style="font-style: italic;">gran novela</span>”. ¿Qué se dijo inicialmente en los círculos del activismo tradicional sobre la revolución cubana?: “<span style="font-style: italic;">¡eso no es una revolución!” </span>O de las organizaciones armadas de los setenta en la argentina: “¡así no se hace política!” Muchos habrán dicho de los vietnamitas que así no se hacía una guerra contra una potencia imperialista, que jamás puede una guerrilla derrotar a un potente ejército regular de invasión. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><b><span style="" lang="ES-AR">2 </span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Lo emergente en determinado período de la historia puede ser coyuntural o responder a elementos más orgánicos, más históricos. Es posible pensar que en este momento está emergiendo, dentro de un importante campo de organizaciones y activistas sociales y políticos, una búsqueda por convertir en popular la cultura de la revolución, partiendo de que lo hecho hasta el momento (en parte por no contactar con las formas populares, en parte por estar atados a viejos dogmas, en parte por haberse vuelto tradicional por el paso del tiempo) no está dando resultados, si desatar una nueva y radicalizada subjetividad en el corazón y la mente del pueblo es la intención. Este emergente quiere volver a pensar en que la acumulación de fuerzas debe lograrse haciendo desacumular a su oponente, enfrentándolo, y no buscando el debilitamiento de organizaciones hermanas. Es decir, comienza a aparecer –sin forma definida aún- un emergente que quiere disputar realmente el poder a las clases dominantes. Esa izquierda que aún no termina de nacer, empieza a delimitar una identidad: aunque no es fácil ponerle un nombre, poco a poco va asumiendo la forma de un campo. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Cuando la revolución cubana aún era un sueño en la cabeza de algunos pocos; cuando José Antonio Echevarría discutía en <st1:personname productid="la Federacin" st="on">la Federación</st1:personname> de Estudiantes Universitarios de Cuba la necesidad de crear un brazo armado del movimiento estudiantil para combatir a la dictadura, cuando pequeños grupos se decidían a enfrentar las fuerzas antipopulares en toda la geografía cubana, y Fidel organizaba un grupo armado que se proponía asaltar un cuartel en la provincia de Oriente, estaba surgiendo un emergente político en Cuba. Una concepción particular de la práctica y la teoría revolucionaria que poco a poco iba tomando forma, que sin pausa y con mucha irreverencia hacia las formas tradicionales de hacer política se iba articulando, y no desde las alianzas por arriba, sino desde las iniciativas y los hechos políticos que cada organización planeaba en la resistencia a la dictadura militar de Fulgencio Batista y sus políticas de hambre y sometimiento. Fue un hecho político (el asalto al cuartel Moncada) el que generó el embrión de la fuerza política que luego sería reconocida por las masas como la vanguardia de la revolución cubana (el Movimiento 26 de julio). No fue en Cuba un Partido revolucionario de los que se autodecretaban como la vanguardia el que se puso al frente de los hechos más significativos producidos por el pueblo. Hubo, en la pequeña isla del caribe, un gran hecho político que dio nacimiento a una organización política que finalmente dirigiría a las masas en la lucha por el poder. Ese hecho político -el asalto al </span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTB1sLPX4p2fIcnqTJDbIohV531Ad1J1MArlsf_mEwmYwiO6giqYyoUFi2ZZXPPXXUTU2HCTBOUnDDpb8GRBZsxydS76uy0uZLWfB_EnKK5sps4FalkZxK14Cm7bYxC-jEXeykBUZVMl4/s1600-h/FIDEL-RAUL-CHE.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 212px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjTB1sLPX4p2fIcnqTJDbIohV531Ad1J1MArlsf_mEwmYwiO6giqYyoUFi2ZZXPPXXUTU2HCTBOUnDDpb8GRBZsxydS76uy0uZLWfB_EnKK5sps4FalkZxK14Cm7bYxC-jEXeykBUZVMl4/s320/FIDEL-RAUL-CHE.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355079665564849282" border="0" /></a><span style="" lang="ES-AR">Moncada- aún cuando no debe ser leído como una foto, sino como un punto destacado en un largo proceso de acumulación, fue una enseñanza invalorable para los revolucionarios cubanos, tal como lo fue la conceptualización magistral realizada por Fidel en el alegato conocido como “<span style="font-style: italic;">La historia me absolverá</span>”, del Juicio al que fueron sometidos los que intentaron el asalto frustrado. En esa experiencia histórica se rompió una lógica que aún hoy algunos siguen sosteniendo: la lógica de que a los grandes hechos políticos los hacen los partidos (autoproclamados) de vanguardia, cuando en realidad suele ser al revés: a las organizaciones de vanguardia las hacen los grandes hechos políticos. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><b><span style="" lang="ES-AR">3 </span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">El Hamlet de Shakespeare pronuncia en su difundido monólogo una frase magistral: “es la prudencia la que nos hace cobardes”. Es muy común -entre las fuerzas revolucionarias- que la imprudencia se reivindique como un valor de la acción política: nadie duda que la audacia es un gran valor para la lucha. Sin embargo, no pasa lo mismo en la acción intelectual. En este terreno cuesta la audacia, y muchas veces esta intrepidez del pensamiento es rápidamente tildada de revisionismo. Sin embargo, la prudencia, la falta de arrojo intelectual, teórico (que tiene –obviamente- su correlato político práctico) debería considerarse un problema serio para la lucha. Aquí nos encontramos con dos actitudes. O bien un aferrarse a las viejas certezas aún cuando no dan resultado: los vanos intentos de estructurar, desde un enfoque jacobino-leninista, un Partido que logre convencer a las masas de que es su vanguardia, logrando que estas lo consideren fiel representante de sus anhelos, y así poder dirigirlas hacia el poder. O bien una pretendida ruptura con los viejos paradigmas, pero desde originalidades que no son tales: los vanos sueños de romper con la idea de Partido, y de cambiar al mundo sin tomar el poder, una “novedad” ya planteada de otra manera por Eduard Berstein en los debates con Rosa Luxemburgo hace unos 100 años<a name="_ftnref1"></a><a href="http://www.pctargentina.org/elogio.html#_ftn1" title=""><span style=""><span class="MsoFootnoteReference">[1]</span></span><span style=""></span></a><span style=""></span>. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">El desafío debería ser encontrar un punto de equilibrio que sea capaz de aprovechar al máximo las experiencias y enseñanzas del movimiento revolucionario a lo largo de su historia y de desechar lo que de perimido puede encontrarse en estas mismas experiencias o teorizaciones. En esto va la imprudencia: la imprudencia de un Lenin que cuando le dijeron que lo que él proponía era imposible, porque iba en contra de la realidad respondió: “Peor para la realidad”. Una imprudencia que a la vez que realza la genialidad de este gran líder revolucionario, se anima a discutirle lo que en su contexto tuvo de certeza pero que hoy ya no está vigente. Una imprudencia que sea capaz de repensar los modelos de acumulación para la revolución, que sea capaz de poner bajo la lupa las formas tradicionales de organización popular. Una imprudencia que no le pida permiso a Marx para discutir el propio marxismo, que no busque la venia de los clásicos para poder discutir el enfoque de partido de vanguardia o de asalto al poder central. Una imprudencia crítica, que no busque tampoco la originalidad como cuestión estética<a name="_ftnref2"></a><a href="http://www.pctargentina.org/elogio.html#_ftn2" title=""><span style=""><span class="MsoFootnoteReference">[2]</span></span><span style=""></span></a><span style=""></span>, que no se suba a cualquier seductor discurso “ultrarevolucionario” que esconda detrás de un supuesto democratismo horizontalista, el desarme teórico y político del pueblo para dejarlo finalmente debilitado en su lucha. Una imprudencia que no le pida permiso al gobierno para protestar. Una imprudencia que no sueñe con el poder, sino que se ponga a pensar y a trabajar para conquistarlo. Una imprudencia que no espere a tener el poder para construir poder del pueblo, que no espere a conquistar el estado para empezar a delinear –aunque sea embrionariamente, en los propios métodos de organización y lucha- el socialismo del siglo XXI. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Es esa audacia intelectual, política, cultural la que se muestra imprudente. Es esa audacia la que le va dando forma a esa “<span style="font-style: italic;">otra izquierda</span>” que crece subterráneamente, pero que no tardará en aparecer en escena como una nueva identidad. Es la prudencia la que nos hace cobardes... La renovación de la izquierda, la nueva cultura revolucionaria no parece cobarde, más bien se muestra imprudente, se muestra denodada, se muestra creativa; la <span style="font-style: italic;">“otra izquierda” </span>se va haciendo un lugar, no compite con nadie; donde otros juegan a las carreras esta eligió correr en un sendero propio: en la meta está el poder, en el trayecto las posibilidades de ir construyendo las condiciones para conquistarlo, solo tiene un adversario y es su enemigo, más allá de este no rivaliza con nadie, saluda los avances de otras organizaciones en lucha, y aunque no crea en las carreras entre compañeros, tiene la esperanza de que la ‘creación heroica’ de los pueblos hará que ese camino que hoy recorre en soledad, vaya ensanchando sus márgenes, hasta dejar pasar grandes torrentes de energía revolucionaria, que terminen con las pequeñeces, que pongan al poder dominante en la mira y que cambien todo de una vez. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR"> </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><b><span style="" lang="ES-AR">4 </span></b></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">La otra izquierda tiene desarrollados movimientos sociales autónomos, variados niveles de articulación y unidad, intelectualidad crítica que como proponía el Che intenta “<span style="font-style: italic;">teorizar lo hecho</span>”. Tiene referentes jóvenes en barrios, universidades, sindicatos, movimientos culturales, en las artes. Uno se sorprendería si pudiera saber con exactitud el número de organizaciones que pudieran ser agrupables dentro de esta corriente, espacio, grupo o –mejor- esfuerzo. Son miles de organizaciones parte de un mismo esfuerzo que en todos los rincones del país se cuestionan sus propios métodos, sus propias prácticas y buscan, hurgan, revuelven, indagan, sueñan con formas nuevas de luchar, de pensar, de organizarse, de vencer. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">Hay quienes piensan: lo que hay que hacer es construir (o fortalecer -en el caso de que consideren que ya existe-) el Partido revolucionario de vanguardia, armar un frente de izquierda con algún otro Partido (que seguramente también se considerará la vanguardia) y salir a convencer a todo este gran espacio social de que se una y constituya en la poderosa base social del proyecto político de este Partido. Algo parecido a esto se viene intentando desde hace décadas. Uno se da cuenta con los años lo difícil que es convencer a la clase obrera de que –aún cuando no lo sepan- su Partido ya existe, y sólo falta que se sumen a él. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">La lógica inversa sería proponerse desarrollar las posibilidades de una férrea articulación entre todo este espacio social, cultural y político alternativo, revolucionario, autónomo. Caminar desde prácticas e iniciativas comunes y conjuntas, en diversos niveles de vínculos, unidades y articulaciones, hacia la conformación de una nueva identidad política, social y cultural de masas, donde los bosquejos teóricos y las iniciativas prácticas logradas hasta aquí asuman –esta vez en forma de colectivo multifacético- las formas que estos mismos movimientos ya están ensayando separadamente. Y la lógica sería ya otra: no es la organización política la que busca a las masas para crear su base social, sino que es la fuerza social de masas la que busca crear su herramienta política para intervenir en las cuestiones que hacen al poder: sea para construirlo, sea para conquistarlo, sea para ambas cosas. </span><a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhSlYZWUQoobIfohYxrTU_yrD5lX-BeoEDunB3Dd2AjwP4-PtvkNWlyEL6Ns1GUqM40PAEbFDT0VQoXNbxhRrdJH-MyK2oI7dGpGDSI8ERXZEFsN0hHFSoIK_zZe7F-abe54g9m8jCokw/s1600-h/marx.JPG"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 159px; height: 203px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhhSlYZWUQoobIfohYxrTU_yrD5lX-BeoEDunB3Dd2AjwP4-PtvkNWlyEL6Ns1GUqM40PAEbFDT0VQoXNbxhRrdJH-MyK2oI7dGpGDSI8ERXZEFsN0hHFSoIK_zZe7F-abe54g9m8jCokw/s320/marx.JPG" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355079503162392610" border="0" /></a></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify; text-indent: 11.35pt;"><span style="" lang="ES-AR">En ese momento una nueva cultura de la revolución podría hacerse carne en el pueblo, como nunca antes en la historia se hizo. Un proyecto en donde un inmenso conjunto de organizaciones populares se articulen enlazados como formando una red, que permita unidad en la acción desde los acuerdos mínimos y avance en la búsqueda de acuerdos cada vez más grandes. Cualquier proyecto revolucionario necesita que la fuerza de las ideas tome carnadura política, material, popular, de masas. ¿Es posible pensar que están dadas las condiciones para que este emergente que empieza a hablar un mismo lenguaje y a pensar en una misma sintonía se convierta –articulado- en el embrión de una nueva identidad política en nuestro país? Un identidad autónoma, radicalizada, creativa, imprudente, una identidad que sea fuerza, voluntad de lucha, organización, vocación de poder, unidad popular, expresión política, fuerza combatiente y, como resultado de este prolongado y complejo proceso: masas y vanguardia amalgamadas en un proceso dialéctico, sin imposiciones sustituyentes desde arriba, y sin evasiones anti-poder desde abajo, con decisión, vocación de poder, imaginación y audacia... Aunque...por un momento casi lo olvidamos... y es que claro... así no se hace política, y mucho menos política revolucionaria. </span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 11.35pt;" align="right"><span lang="ES-AR" style="font-size:10;"> </span><span style="font-size:10;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: right; text-indent: 11.35pt;" align="right"><span lang="ES-AR" style="font-size:10;"> </span><span style="font-size:10;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:10;"> <o:p></o:p></span></p> <div class="MsoNormal"><span style="font-size:10;"> <hr size="1" width="33%" align="left"> </span></div> <p class="MsoFootnoteText"><a name="_ftn1"></a><span style="font-size:78%;"><a href="http://www.pctargentina.org/elogio.html#_ftnref1" title=""><span style=""><span style=";color:#000000;" lang="ES-TRAD">[1]</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size:78%;"> La insistencia en que el énfasis debe estar puesto en el "<span style="font-style: italic;">cómo</span>" de la política dejando de lado las metas y objetivos, recuerdan los planteos de Eduard Berstein, revolucionario alemán contemporáneo de K. Marx, quien hace cien años se oponía a la conquista del poder político y renegaba del objetivo final en virtud de la supremacía del "movimiento" o <span style="font-style: italic;">“el camino</span>”, antes que los fines. </span><span style="font-size:78%;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoFootnoteText"><span style="font-size:78%;"><a name="_ftn2"></a><a href="http://www.pctargentina.org/elogio.html#_ftnref2" title=""><span style=""><span style=";color:#000000;" lang="ES-TRAD">[2]</span></span></a></span><span lang="ES-TRAD" style="font-size:78%;"> “<span style="font-style: italic;">En la lucha por la emancipación humana sólo hay que ser originales cuando corresponde, no se puede asumir la originalidad como principio o como meta y plantearla como cuestión "estética</span>". John Dewey decía que la originalidad no estaba en lo fantástico, sino en el nuevo uso de las cosas conocidas.”, Miguel Mazzeo, “Qué (No) Hacer”, 2005.</span><span style="font-size:9;"><o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal"><span style="font-size:10;"><o:p> </o:p></span></p> EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-51853631030038225732009-07-05T13:27:00.000-07:002011-03-19T12:14:33.674-07:00¿QUÉ ES EL PERONISMO? x Silvio Frondizi<div style="text-align: justify;"><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >¿El peronismo es fascismo? ¿O tal vez constituye un movimiento revolucionario, nacional-popular, de orientación socialista? ¿Cómo entender al peronismo más allá del individuo Juan </span><span style="font-style: italic;font-size:85%;" >Domingo Perón? En este artículo el sociólogo marxista Silvio Frondizi (asesinado por la Alianza Anticomunista Argentina-AAA) intenta descifrar la incógnita. </span><span style="font-size:85%;"><br /></span></div><br /><div style="text-align: justify;">Para nosotros, el peronismo ha sido la tentativa más importante y la única de realización de la revolución democrático-burguesa en la Argentina, cuyo fracaso se debe a la incapacidad de la burguesía nacional para cumplir con dicha tarea.<br />A través de su desarrollo, el peronismo ha llegado a representar a la burguesía argentina en general, sin que pueda decirse que ha representado de manera exclusiva a uno de sus sectores —industriales o terratenientes. Dicha representación ha sido directa, pero ejercida a través de una acción burocrática que lo independizó parcial y momentáneamente de dicha burguesía. Ello le permitió canalizar en un sentido favorable la supervivencia del sistema, la presión de las masas, mediante algunas concesiones determinadas por la propia imposición popular, la excepcional situación comercial y financiera del país, y las necesidades demagógicas del régimen. Precisamente, la floreciente situación económica que vivía el país al término de la segunda gran guerra, constituyó la base objetiva para la actuación del peronismo. Este contó, en su punto de partida, con cuantiosas reservas acumuladas de oro y divisas, y esperó confiadamente que la situación que las había creado mejorara constantemente, por la necesidad de los países afectados por la guerra y por un nuevo conflicto bélico que se creía inminente.<br />Una circunstancia excepcional y transitoria más, contribuyó a nutrir ilusiones sobre las posibilidades de progreso de la experiencia peronista. Nos referimos a la emergencia de una especie de interregno en el cual el imperialismo inglés vio disminuir su control de la Argentina, sin que se hubiera producido todavía el dominio definitivo y concreto del imperialismo norteamericano sobre el mundo y sobre nuestro país. Ello posibilitó cierto bonapartismo internacional —correlativo al que se practicó en el orden nacional—, y engendró en casi todas las corrientes políticas del país grandes ilusiones sobre las posibilidades de independencia económica y de revolución nacional.<br />La amplia base material de maniobras permitió al gobierno peronista, en primer lugar, planear y empezar a realizar una serie de tareas de desarrollo económico y de recuperación nacional, con todas las limitaciones inherentes a un intento de planificación en el ámbito capitalista. La estructura tradicional de la economía argentina no sufrió cambios esenciales; las raíces de su dependencia y de su deformación no fueron destruidas. Al agro no llegó la revolución, ni siquiera una tibia reforma. Fueron respetados los intereses imperialistas, a los cuales incluso se llamó a colaborar, a través de las empresas mixtas. Tampoco se hicieron costear las obras de desarrollo económico al gran capital nacional e imperialista. El Primer Plan Quinquenal, en la medida, que se realizó, fue financiado, ante todo, con los beneficios del comercio exterior. Por otra parte, a consecuencia de una serie de factores, aquella fuente primordial de recursos pronto se tornó insuficiente, y debió ser complementada con las manipulaciones presupuestarias y el <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisGsVnYY__fVTokme8FkAGVAWFK16YsSyg-xKHOIGtavcQEiwPa7HLkfc5mjbzeVcaXauKH206ysZw8A3_b01ltJaPPDjQ9M1YeCYt_Z7eJNwl3wUtEXV24FyYHu4p7qa5GJXIXxBOu9o/s1600-h/Jose_Lopez_Rega_junto_Peron_esposa_Maria_Estela.jpg"><img style="margin: 0pt 0pt 10px 10px; float: right; cursor: pointer; width: 153px; height: 214px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisGsVnYY__fVTokme8FkAGVAWFK16YsSyg-xKHOIGtavcQEiwPa7HLkfc5mjbzeVcaXauKH206ysZw8A3_b01ltJaPPDjQ9M1YeCYt_Z7eJNwl3wUtEXV24FyYHu4p7qa5GJXIXxBOu9o/s320/Jose_Lopez_Rega_junto_Peron_esposa_Maria_Estela.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355077909787981794" border="0" /></a>inflacionismo abierto. A través de la inflación, los costos de la planificación económica peronista no tardaron en recaer también sobre la pequeña burguesía y el proletariado de las ciudades.<br />Pero durante su primer periodo de expansión y euforia, el peronismo tuvo también realizaciones en los distintos aspectos de la economía. En materia de transportes, se nacionalizaron los ferrocarriles y se incorporó nuevo material; la marina mercante argentina fue aumentada en sus efectivos y en el tonelaje total transportado. Hacia la misma época se fue dando gran impulso a la aviación, se completó la nacionalización de puertos, etcétera.<br /><br />Otra realización recuperadora del peronismo en su periodo de auge ha sido la repatriación de la deuda pública externa. Se pretendió solucionar el problema de la energía en general y del petróleo en particular, pero sin atacar las cuestiones de fondo. Se tomaron una serie de medidas favorables a la industria y se apoyaron los rudimentos de una industria pesada estatizada, heredados del gobierno precedente, aumentando la participación estatal en la industria. La intervención directa del Estado en la industria tuvo una doble finalidad: tomar a su cargo tareas económicas necesarias que la endeble burguesía nacional no era capaz de realizar por sí sola y proporcionar a la burocracia bonapartista un nuevo resorte de poder y una importante fuente adicional de beneficios. La generosidad del crédito estatal fue otra de las formas de favorecer al capitalismo nativo-extranjero. El mantenimiento de un grado apreciable de paz social ha sido una de las contribuciones más importantes del Estado peronista a la prosperidad de la burguesía agroindustrial argentina durante el primer periodo de expansión. La propia prosperidad general fue factor fundamental en la atenuación transitoria de las luchas clasistas argentinas. A ello se agregó la acción del Estado, que por un lado promovía una política de altos salarios, a la vez que subsidiaba a las grandes empresas para evitar que éstas elevaran exageradamente sus precios, y por otra parte encerraba a los trabajadores en un flexible pero sólido y eficiente mecanismo de estatización sindical.<br />Este balance realizado —que es nuestra posición desde hace varios años— nos ha evitado caer en los dos tipos de errores cometidos respecto al peronismo: la idealización de sus posibilidades progresistas, magnificando sus conquistas y disimulando sus fracasos, y, por el otro lado, la crítica negativa v reaccionaria de la "oposición democrática", que, v.gr., tachó al peronismo de fascismo.<br />El resultado de tal balance es la entrega del capitalismo nacional al imperialismo, a través de su personero gubernamental, el peronismo. En efecto: transcurridos los primeros años de prosperidad, entró a jugar con toda fuerza el factor crítico fundamental de los países semicoloniales: el imperialismo. Este logró por diversos medios (dumping, relación de los términos de intercambio, etcétera) ir estrangulando paulatinamente a la burguesía nacional y su gobierno. Los diversos tratados celebrados con el imperialismo —verdaderamente lesivos para el país— culminaron el proceso de entrega. En fin, el balance de la experiencia nacional-burguesa del peronismo ha sido la crisis: estancamiento y retroceso de la industria, la caída de la ocupación industrial y de los salarios reales, el crónico déficit energético, la crisis de la economía agraria y del comercio exterior, la inflación, etcétera.<br />Yendo ahora a su aspecto político, el rasgo fundamental del peronismo estuvo dado por su aspiración de desarrollar y canalizar simultáneamente la creciente presión del proletariado en beneficio del grupo dirigente primero y de las clases explotadoras luego. De aquí que nosotros hayamos calificado al peronismo como bonapartismo, esto es, una forma intermedia, especialísima de ordenamiento político, aplicable a un momento en que la tensión social no hace necesario aún el empleo de la violencia, que mediante el control del aparato estatal tiende a conciliar las clases antagónicas a través de un gobierno de aparente equidistancia, pero siempre en beneficio de una de ellas, en nuestro caso la burguesía.<br />El capitalismo, frente a la irrupción de las masas populares en la vida política, y sin necesidad inmediata de barrer con la parodia democrática que la sustenta, trata de canalizar esas fuerzas populares. Para ello necesita favorecer, por lo menos al comienzo, a la clase obrera con medidas sociales, tales como aumento de salario, disminución de la jornada de trabajo, etcétera. Pero como estas medidas son tomadas, por definición, en un periodo de tensión económica, el gran capital no está en condiciones materiales y psicológicas de soportar el peso de su propia política. Lógico es, entonces, que lo haga incidir sobre la clase media, la que rápidamente pierde poder, pauperizándose. Con ello se agrega un nuevo factor al proceso de polarización de las fuerzas sociales.<a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJybM-tp8oqquF4ESPR34QJZ4YbEiUz1uOtDyhldcWfWH9S-EGn-88aAqM-sDoprqh26Ewlzlmea6TJFcNsZMmFuHC3Ex9CGGq1XNj3D3HB0S_6WdixQ4A9FknBtafEwht5QjRipjeO6c/s1600-h/peron-franco.jpg"><img style="margin: 0px auto 10px; display: block; text-align: center; cursor: pointer; width: 302px; height: 320px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJybM-tp8oqquF4ESPR34QJZ4YbEiUz1uOtDyhldcWfWH9S-EGn-88aAqM-sDoprqh26Ewlzlmea6TJFcNsZMmFuHC3Ex9CGGq1XNj3D3HB0S_6WdixQ4A9FknBtafEwht5QjRipjeO6c/s320/peron-franco.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5355078012264070978" border="0" /></a><br />La política de ayuda obrera referida se realiza, en realidad, en muy pequeña escala, si es que alguna vez se realiza, dándosele apariencia gigantesca por medio de supuestas medidas de todo orden.<br />Las consecuencias de este demagogismo son fácilmente previsibles: dislocan aún más el sistema capitalista, anarquizándolo y por lo tanto, acelerando su proceso crítico. Además, la política demagógica relaja la capacidad de trabajo de los obreros, lo que explica que cuando el capitalismo necesita readaptarlos para el trabajo intenso, tenga que emplear métodos compulsivos. Ésta es una nueva causa que explica el totalitarismo y una nueva demostración de que, en el actual periodo, el Estado Liberal carece tanto de posibilidad como de valor operativo.<br />El proceso demagógico presenta algunos resultados beneficiosos, particularmente en el orden social y político. Al apoyarse en el pueblo, desarrolla la conciencia de clase política del obrero. Creemos que el aspecto positivo fundamental del peronismo está dado por la incorporación de la masa a la vida política activa; en esta forma la liberó psicológicamente. En este sentido Perón cumplió el papel que Yrigoyen en relación a la clase media. Hizo partícipe al obrero, aunque a distancia, en la vida pública, haciéndole escuchar a través de la palabra oficial el planteamiento de los problemas políticos de fondo, tanto nacionales como internacionales.<br />Estos aspectos representados por el peronismo fueron los que lo volvieron peligroso a los ojos del gran capital De aquí que nosotros hayamos dicho en el primer tomo de La realidad argentina, escrito en 1953, que Estados Unidos "necesita un gobierno de personalidades más formales" que las peronistas, permitiéndonos predecir "que llegado este momento (de profundas convulsiones sociales) el general Perón, instrumento del sistema capitalista en una etapa de su evolución, será desplazado".<br /><br />La pérdida de la base material de maniobra del país y del peronismo restó a éste la posibilidad de continuar con su política, y fue la que condujo, en última instancia, a su caída.<br />La acusación de fascismo lanzada contra el régimen peronista carece de tanto fundamento como la posición que consideró a éste un movimiento de liberación nacional. Para demostrar que el mismo fue bonapartista y no fascista, será suficiente con indicar que se apoyó en las clases extremas, gran capital y proletariado, mientras la pequeña burguesía y en general la clase media, sufrió el impacto económico-social de la acción gubernamental.<br />Por el contrario, en el fascismo, la fuerza social de choque del gran capital, está constituida por la pequeña burguesía. Esta circunstancia explica que las persecuciones contra el proletariado bajo el régimen fascista, encierren tanta gravedad, ya que la acción represiva está a cargo de toda una clase. Es necesario distinguir entre dictadura clasista y dictadura policial.<br />La torpe y reaccionaria acusación de fascismo, partió de la Unión Democrática, de triste recuerdo. Las fuerzas más oscuras de la política argentina, coaligadas en la Unión Democrática, en la que no faltó el apéndice izquierdista, no quisieron o no supieron comprender en su hora toda la importancia del nuevo fenómeno representado por el peronismo, y de su desprestigio e incapacidad cosechó éste para conquistar el poder. Así, nosotros pudimos predecir el triunfo del coronel Perón, en nuestro trabajo "La crisis política argentina".<br />El gran odio que le profesó la "oposición democrática" se debió a que su régimen destapó la olla podrida de la sociedad burguesa, mostrándola tal cual es. La juridicidad burguesa y la sacrosanta Constitución Nacional perdieron su virginidad poniendo al descubierto su carácter de servidoras de una situación. Se destruyó la unidad del ejército y se colaboró en la descomposición de los partidos políticos, etcétera. En efecto, no fueron los rasgos negativos del peronismo los que verdaderamente separaban a la "oposición democrática", como se ha visto después: el aventurerismo y la corrupción política, administrativa, etcétera, la "pornocracia"; la estatización y burocratización del movimiento obrero; la legislación represiva, hoy en vigor con más fuerza que nunca, etcétera. Asimismo, con la caída de Perón no se trató de corregir esos defectos, sino terminar con los excesos, de su demagogismo, demasiado peligroso ya en un periodo de contracción económica. El golpe de Estado de !955 cumple ese objetivo del gran capital nativo-extranjero [...]<br />Creemos que en Latinoamérica están dadas las condiciones para una revolución socialista, pero nos faltan todavía algunas condiciones subjetivas. Claro está que el análisis de esta situación significa resolver el grave problema —tal vez el más grave que enfrenta la revolución socialista en el mundo— sobre las relaciones entre masa, partido y dirección.<br /><br />El M. I. Revolucionaria (Praxis) ha enfrentado y buscado solucionar estos problemas, mediante la formación de cuadros medios obreros, manuales e intelectuales, que puedan llegar a ser grandes conductores sociales. En esta forma, si algún día llega —como llegará— el ascenso revolucionario en el país, no se irá al fracaso, tal como sucedió en Bolivia por ejemplo, en el que las condiciones objetivas están maduras y poco o nada se hizo por la ausencia de una dirección numerosa y consciente.<br />El primer requisito de una dirección consciente reside en la firme creencia en la jerarquía de la masa obrera y en la necesidad de acatar los dictados de la magnífica capacidad creadora de las masas populares.<br />Debemos ahora dedicar la atención a los elementos de las otras clases que pueden integrarse con el proletariado en la lucha por la liberación del hombre. Ante todo, corresponde el estudio de la pequeña burguesía pauperizada.<br />Esta sufre directamente las consecuencias de la concentración económica monopolista. La situación de esta subclase debe ser tenida especialmente en cuenta, por cuanto su posición intermedia la hace apta para cualquier desplazamiento social. Es necesario hacerle comprender que su porvenir está ligado a los intereses del proletariado, que puede liberarla de la opresión económica y social que sufre.<br />Junto a los elementos sociales examinados, debemos tener en cuenta también a sectores o individuos de la intelectualidad, que han esclarecido el problema social y se pasan al campo revolucionario.<br />La toma del poder por el proletariado con la colaboración de los demás elementos sociales tratados, produce un salto cualitativo. Aunque esta opinión es suficientemente clara, no siempre es bien comprendida, por la deformación social, intelectual y moral realizada a través de toda suerte de propaganda que empieza en la escuela primaria y acompaña al individuo durante toda su vida. De aquí que, cuando se piensa sobre las posibilidades y consecuencias de un cambio social, se lo hace dentro de los viejos moldes mentales y de acuerdo a las acostumbradas posibilidades. Y no es así: la toma del poder por el proletariado produce un salto cualitativo que abre inmensas posibilidades, no dadas en la formación anterior.<br />La clase obrera puede realizar dicha transformación gracias a su mayor independencia frente a la deformación producida por la sociedad capitalista. Por otra parte, el proletariado, al no compartir ciertas ventajas de la sociedad burguesa, tiene la suerte de no compartir muchas de sus deformaciones; tal es el caso de los convencionalismos sociales, que por ejemplo, aplastan la vida de la pequeña burguesía.<br />Debemos indicar un elemento más: la tremenda y creciente alienación sufrida por los trabajadores bajo el capitalismo, crea en ellos una legítima y a menudo inconsciente resistencia a todo posible esfuerzo productivo o creador, aun cuando ello implique mejoras inmediatas.<br />La transición a la nueva sociedad socialista encierra un problema importante, porque es evidente que en el país no se han cumplido todos los aspectos de la revolución democrático-burguesa. Establecida esta conclusión, y la de que la burguesía ha caducado como fuerza capaz de realizarla y que es el proletariado como fuerza rectora el que debe encargarse esta misión, el problema se resuelve pensando que ya no se trata de realizar la revolución democrático-burguesa como etapa cerrada en sí misma, como fin, sino de realizar tareas democrático-burguesas en la marcha de la revolución socialista.<br />Entre esas tareas inmediatas figura: la lucha contra el imperialismo, que sólo puede ser realizada por un partido marxista revolucionario que se fundamente en las masas. Además, será necesario resolver los graves problemas que impiden el desarrollo industrial y agrario del país. En el primer aspecto, deberán colocarse las grandes fuentes de producción en manos de la colectividad, dando en esta forma poderoso impulso a la acumulación económica. En el otro aspecto, el agrario, las fuerzas socialistas deberán realizar, no ya un paso o un salto adelante, sino la revolución agraria integral, cuya primera manifestación es la nacionalización de los latifundios. Esta nacionalización deberá realizarse, no para distribuirlos en forma de pequeña propiedad, sino para ser colectivizados, medida que permitirá, entre muchas otras cosas, el empleo masivo de la maquinaria agrícola.<br />Por supuesto, para la realización de tales tareas se requiere un cambio cualitativo en el aparato estatal. Éste no podrá estar en manos de un sector privilegiado de la sociedad, sino en manos de la colectividad social como tal; en otras palabras, implica el cambio del Estado por la Comunidad.<br />Solamente una organización socialista podrá resolver el problema de la libertad de conciencia, separando efectivamente la Iglesia del Estado, impidiendo que los intereses confesionales se entrometan, como lo pretenden, en los problemas político-sociales, en una tentativa de imposible regresión a la Edad Media.<br />En fin, la organización socialista de la sociedad es la única que puede asegurar al hombre su libertad, que no ha podido ser dada por los partidos tradicionales, ni al país ni a sus propias organizaciones. Para ello la nueva fuerza tendrá que asegurar al hombre la libertad política y espiritual.<br />Pero la revolución socialista tiene un sentido más, que es su internacionalización. Esto es importante porque distintas tendencias de izquierda propugnan aparentemente lo mismo, pero en realidad con un contenido y resultado totalmente distintos.<br />En efecto, los representantes de las corrientes pequeñoburguesas, ya sea en el campo burgués o en el marxista, sostienen también la tesis de la integración latinoamericana. El problema se circunscribe a saber si tal tarea puede ser realizada por las burguesías nacionales o por el contrario es tarea que cabe exclusivamente a las fuerzas que actúan en la revolución socialista. Sostenemos la última alternativa, dado que: desde el punto de vista general, las burguesías nacionales son, por definición, nacionales, y han nacido, vivirán y morirán como tales. Y esto es tanto más válido en nuestra época, en que las burguesías, para poder sobrevivir, deben luchar a dentelladas entre ellas. A esta acción disociadora debe agregarse la función disolvente del imperialismo, creando o avivando antagonismos. Además de lo dicho, podría agregarse el aspecto histórico, es decir, la no realización de ninguna unidad internacional en manos de la burguesía, dado su carácter fundamentalmente competitivo.<br />La única posibilidad de realizar la unidad latinoamericana está dada por la toma del poder por las fuerzas socialistas. Solamente una clase libre de los intereses nacionales e internacionales que envuelven a la burguesía, puede realizar tal tarea. Tanta importancia asignamos a la internacionalización de la revolución para la supervivencia de un intento de socialismo en cualquier país latinoamericano, que creemos que debe ser una de las tareas centrales de toda revolución. Buena parte de sus energías y recursos debe ser destinada a esta finalidad. Los recursos que las burguesías nacionales y sus Estados sustraen a la comunidad y despilfarran sin sentido, deben ser destinados por la primera revolución socialista para la extensión y el triunfo revolucionario en los demás países latinoamericanos.<br />No es posible indicar dónde o en qué país se iniciará la lucha, pero es evidente que esta lucha ha de comenzar pronto. En cualquier forma nuestro país tiene una tarea importante y decisiva que cumplir: la consolidación de la revolución socialista latinoamericana se producirá, en efecto, con la revolución argentina. Esto será así, por el poderoso desarrollo relativo y él consiguiente peso específico que hemos adquirido en todos los órdenes de la actividad económica, ideológica, etcétera. En este orden de ideas, piénsese solamente en lo que significarán las vastas praderas argentinas, junto con las zonas montañosas ricas en yacimientos minerales de Brasil, Chile, Bolivia, Perú, etcétera, y se tendrá una idea de las enormes posibilidades que tiene esta parte del mundo para realizar una integración de carácter económico. Y decimos integración, porque, al quedar suprimida la competencia, tiende a ir dejando de funcionar la ley del desarrollo combinado.<br />Dicha integración económica centuplicará las fuerzas originales de los países que la realizarán. Por otra parte, todo nuevo país que se va sumando a! proceso revolucionario asesta un golpe mortal al imperialismo desde varios puntos de vista. Lo obliga a dividir los recursos financieros y militares disponibles para la represión internacional. Le reduce el mercado para la producción e inversión, agudizando sus contradicciones sociales y políticas internas al restarle las bases materiales para el equilibrio relativo que varios imperialismos han gozado, en distinto grado durante décadas.<br />Tal es, a grandes rasgos, la perspectiva estratégica determinante de la enorme tarea que se ha impuesto el MIR (Praxis), a la que ha dado principio de ejecución mediante un trabajo práctico y teórico incansable. Creemos que es hora ya de que la izquierda, abandonando viejas rivalidades y falsas posiciones, se decida a formar por fin, un gran frente para librar la batalla definitiva contra la opresión capitalista.<br />Si las viejas direcciones, que durante décadas han marchado separadas del proletariado argentino, insisten en optar, no entre los movimientos de izquierda, sino entre las distintas fracciones de la burguesía, llámense éstas Unión Democrática, peronismo o frondizismo, serán entonces sus propias bases las que les den la espalda, cansadas de seguir dando vuelta a una noria que no conduce a ninguna parte. El dilema de la hora es bien claro: o socialismo revolucionario o dictadura burguesa. Que cada uno elija su lugar en la lucha.</div>EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-737716261421864083.post-89512044476221954142009-07-01T19:45:00.000-07:002009-07-07T17:31:52.156-07:00EL DIA QUE MAGRIET SUBIO AL TREN BLINDADO
<br /><meta equiv="Content-Type" content="text/html; charset=utf-8"><meta name="ProgId" content="Word.Document"><meta name="Generator" content="Microsoft Word 11"><meta name="Originator" content="Microsoft Word 11"><link rel="File-List" href="file:///C:%5CDOCUME%7E1%5CLcc%5CCONFIG%7E1%5CTemp%5Cmsohtml1%5C01%5Cclip_filelist.xml"><o:smarttagtype namespaceuri="urn:schemas-microsoft-com:office:smarttags" name="PersonName"></o:smarttagtype><!--[if gte mso 9]><xml> <w:worddocument> <w:view>Normal</w:View> <w:zoom>0</w:Zoom> <w:hyphenationzone>21</w:HyphenationZone> <w:punctuationkerning/> <w:validateagainstschemas/> <w:saveifxmlinvalid>false</w:SaveIfXMLInvalid> <w:ignoremixedcontent>false</w:IgnoreMixedContent> <w:alwaysshowplaceholdertext>false</w:AlwaysShowPlaceholderText> <w:compatibility> <w:breakwrappedtables/> <w:snaptogridincell/> <w:wraptextwithpunct/> <w:useasianbreakrules/> <w:dontgrowautofit/> </w:Compatibility> <w:browserlevel>MicrosoftInternetExplorer4</w:BrowserLevel> </w:WordDocument> </xml><![endif]--><!--[if gte mso 9]><xml> <w:latentstyles deflockedstate="false" latentstylecount="156"> </w:LatentStyles> </xml><![endif]--><!--[if !mso]><object classid="clsid:38481807-CA0E-42D2-BF39-B33AF135CC4D" id="ieooui"></object> <style> st1\:*{behavior:url(#ieooui) } </style> <![endif]--><style> <!-- /* Style Definitions */ p.MsoNormal, li.MsoNormal, div.MsoNormal {mso-style-parent:""; 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float: right; cursor: pointer; width: 320px; height: 239px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi09xoFoXK6P9hoOGJ_YKjrFsot06l6BsppgJlHLBoYCNVv0Ljv9VJS2zt9oKn6INbvdpDTqkVPKWdf0yx4CauaKsbqBHlSSzefAXuKfCG04rpJqRCAZLSVBdj-89eqXj-FpVmg6y4Qong/s320/Simenon.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5353694130091584866" border="0" /></a><span style="font-size:9;">las preguntas por escrito. Simenon lo hizo, pero aclarando que le resultaba difícil formular preguntas precisas y que lo que más le interesaba era que Trotsky opinara sobre <i style="">los nuevos grupos humanos que surgen en esta época de turbulencia</i>. Tema que luego fuera caro a su literatura en particular y a todo el policial duro en general.<o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size:9;">Cuando se reunieron en la casa de Trotsky el 6 de junio de 1933, éste entregó sus respuestas escritas y luego sostuvieron una conversación. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size:9;">La entrevista se publicó por primera vez en la revista <i style="">Paris-Soir</i>. <o:p></o:p></span></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">GS: <i style="">¿Cree usted que el problema racial será un factor de primera importancia en la determinación de los acontecimientos que sucederán al período actual de turbulencia social? ¿Lo será el problema .económico? ¿El problema social? ¿El problema militar?</i> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />LT: No, de ninguna manera creo que el problema racial será determinante en el período próximo. La raza es un factor puramente antropológico: heterogéneo, impuro, una mezcolanza (<i style="">mixtum compositum</i>). La historia se valió de ese material para crear las naciones, productos semiacabados…El destino de la nueva era estará determinado por las clases, los agrupamientos sociales y las corrientes políticas que se basan en las mismas. De ninguna manera niego la importancia de las características y diferencias raciales, pero creo que resultan superadas por la tecnología del trabajo y por el pensamiento. La raza es un elemento pasivo y estático, la historia es dinámica. ¿Cómo es posible que un elemento relativamente fijo determine la acción y el desarrollo? Todos los rasgos que distinguen a las razas desaparecen ante la máquina de combustión interna, ni qué hablar de la ametralladora. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando Hitler se preparaba para implantar una forma de gobierno adecuada a la raza germánica del norte no se le ocurrió nada menos que plagiar a la raza latina del sur. Mussolini, en la época en que luchaba por el poder, utilizaba la teoría social (sí bien poniéndola patas arriba) de un alemán, el judío alemán Marx, al que uno o dos años antes aún llamaba <i style="">nuestro maestro inmortal</i>. Ya que hoy, en pleno siglo XX, los nazis se proponen ignorar la historia, la dinámica social y la cultura para referirse a <i style="">la raza</i>, ¿por qué no dar un paso más atrás? ¿Acaso la antropología no es parte de la zoología? ¿Quién sabe sí los racistas no irán a buscar las inspiraciones más elevadas para su obra creadora en el reino de los antropoides? </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />GS. <i style="">¿Puede considerarse que el conjunto de dictaduras constituye el comienzo de un reagrupamiento de los pueblos, o será sólo un fenómeno pasajero? ¿Qué ocurre con el conjunto de democracias occidentales?</i> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />LT: No comparto el criterio de clasificar las naciones en democracias y dictaduras. Exceptuando a una reducida capa de políticos profesionales, las naciones, pueblos y clases no viven de la política. Las formas de gobierno son simplemente los medios para realizar tareas específicas y principalmente económicas. Naturalmente, una cierta similitud en las formas estatales favorece la comparación. Pero en última instancia lo decisivo son las consideraciones materiales: los intereses económicos y los cálculos militares. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />GS: <i style="">¿Cree usted que es posible avanzar dejándose llevar por la corriente, o cree que es necesario que se produzca una conmoción violenta?</i> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />LT: ¿Considero que el grupo de dictadores, tanto fascistas (Italia, Alemania) como cuasi-bonapartistas (Polonia, Yugoslavia, Austria) durará poco? Desgraciadamente, no puedo compartir un pronóstico tan optimista. El fascismo no es producto de la <i style="">psicosis</i> o de la <i style="">histeria</i>, (como gustan consolarse los teóricos de salón al estilo del conde Sforza) sino de una profunda crisis económica y social que carcome implacablemente las entrañas de Europa. Esta crisis cíclica indudablemente dará lugar a un reanimamiento coyuntural, aunque la recuperación será menor de lo que se supone. La situación global de Europa no mejorará mucho. Después de cada crisis, las empresas más pequeñas y débiles se debilitan aun más; las más fuertes se fortalecen. En comparación con los gigantes económicos estadounidenses, <st1:personname productid="la Europa" st="on">la Europa</st1:personname> fragmentada aparece como una combinación de empresas pequeñas, recíprocamente hostiles. La situación actual de Europa es muy difícil; el mismo dólar está de rodillas. Sin embargo, a consecuencia de la crisis imperante, la relación mundial de fuerzas cambiará a favor de Norteamérica y en detrimento de Europa. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">El hecho de que el viejo continente en su conjunto pierda la posición de privilegio que otrora ocupó, provoca una tremenda agudización de los conflictos entre las naciones europeas y entre las clases de dichas naciones. Es evidente que ese proceso alcanza distintas tensiones en cada país; pero me refiero a una tendencia histórica general. En mi opinión, el incremento de las contradicciones sociales y nacionales explica el surgimiento y la relativa estabilidad de las dictaduras. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Para aclarar mi idea me tomaré la libertad de referirme a la respuesta que di hace algunos años a la siguiente pregunta: ¿Por qué la democracia dará lugar a la dictadura, y por cuánto tiempo? Permítame citar textualmente <a onblur="try {parent.deselectBloggerImageGracefully();} catch(e) {}" href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4slgoCs2_ShoQyZoxh4JKMoB0igxhS6EHeNmEezmBVQ3NsgxIUwO24yTV9FZWIM75JCiSam5LMUrhEmaVD4pCBP8Bg3y9KigPQm3B87eUYbhI46u7GCwxgbWnqHWkJjI3KG5-TDvMIdg/s1600-h/Trotsky_militant.jpg"><img style="margin: 0pt 10px 10px 0pt; float: left; cursor: pointer; width: 320px; height: 213px;" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh4slgoCs2_ShoQyZoxh4JKMoB0igxhS6EHeNmEezmBVQ3NsgxIUwO24yTV9FZWIM75JCiSam5LMUrhEmaVD4pCBP8Bg3y9KigPQm3B87eUYbhI46u7GCwxgbWnqHWkJjI3KG5-TDvMIdg/s320/Trotsky_militant.jpg" alt="" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5353694480205075010" border="0" /></a>un artículo del 25 de febrero de 1929: </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">Se suele decir que en estos casos se trata de naciones atrasadas o inmaduras. Esta explicación no es muy adecuada para Italia. Pero aun cuando resulte adecuada, no explica nada. En el siglo XIX se consideraba una ley que los países atrasados ascendieran hacia la democracia. ¿Por qué, entonces, el siglo XX los lleva por el camino de la dictadura?... Las instituciones democráticas se muestran incapaces de soportar las presiones de los antagonismos contemporáneos, ya sea internacionales, nacionales, en la mayoría de los casos ambas cosas a la vez. ¿Es esto bueno o malo? Sea como fuere, es un hecho. <o:p></o:p></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">Si hacemos una analogía con la electricidad, podemos definir la democracia como un sistema de fusibles e interruptores destinados a defender el circuito contra los choques violentos engendrados por las luchas nacionales o sociales. Ninguna época de la historia humana estuvo tan llena de antagonismos como la nuestra. La sobrecarga de corriente tiende a aparecer cada vez en más lugares del sistema europeo. Bajo la excesiva tensión de los antagonismos de clase e. internacionales, los tapones de la democracia saltan o se funden. Esta es la esencia del corto circuito de la dictadura. Lógicamente, los tapones más débiles son los primeros en ceder…</i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Cuando escribí estas líneas todavía había un gobierno socialdemócrata a la cabeza de Alemania. Es obvio que el curso de los acontecimientos en ese país, al que nadie puede calificar de atrasado, de ninguna manera contradice mi evaluación. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Es cierto que en esa misma época el movimiento revolucionario español barrió no sólo a la dictadura de Primo de Rivera sino también a la monarquía. Es inevitable que en el torbellino del proceso histórico se den hechos que van contra la corriente. Pero la península ibérica dista de haber hallado su equilibrio interno, el nuevo régimen debe demostrar su capacidad de permanencia. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p> </o:p></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">GS<i style="">: ¿Cuánto cree usted que durará esta situación fluida?</i> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">
<br />LT: Es indudable que el fascismo, sobre todo el nacionalsocialismo alemán, amenaza a Europa con conmociones bélicas. Hablo como observador, y posiblemente me equivoque, pero me da la impresión de que en general se menosprecia la magnitud del peligro. Si se contempla la perspectiva, no de los próximos meses sino de los próximos años -en todo caso, no de décadas-, considero absolutamente inevitable que <st1:personname productid="la Alemania" st="on">la Alemania</st1:personname> fascista provoque una guerra. Esto será posiblemente lo decisivo para el futuro de Europa. En todo caso, próximamente publicaré un artículo más extenso sobre este tema. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Quizás usted considere que el cuadro que trazo es demasiado sombrío. Me limito a sacar conclusiones de los hechos; no me dejo arrastrar por la lógica de los partidismos y antipartidismos sino por la lógica del proceso objetivo. La nuestra no es una época de paz, calma y prosperidad; confío en que nadie lo dude. Pero mi caracterización sólo puede resultar pesimista para quienes miden el curso de la historia con una vara demasiado corta. Todos los grandes períodos históricos parecen sombríos cuando se los mira de cerca. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Hay que reconocer que el mecanismo del progreso es muy imperfecto, pero no hay razón para suponer que un Hitler, o una combinación de hítleres, podrá hacer marchar siempre, o siquiera por una década, el mecanismo hacia atrás. Romperá muchos engranajes y palancas. Obligará a Europa a retroceder durante algunos años. Pero no dudo de que, en definitiva, la humanidad encontrará la salida. Toda la historia pasada respalda esta afirmación </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"> </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="">Nota final de George Simenon</b>:</p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Antes de despedirme, cuando ya me retiro de la casa, se da el siguiente diálogo<i style=""><o:p></o:p></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">¿Quiere hacerme más preguntas?, </i>inquiriere Trotsky amablemente. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">Una sola, pero temo que sea indiscreta,</i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">(Sonríe y me indica con un gesto que prosiga.) </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">Algunos diarios afirman que hace poco vinieron a verlo unos agentes enviados por Moscú para pedirle que vuelva a Rusia.<o:p></o:p></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Su sonrisa se hace más amplia. . </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">Es falso, pero conozco el origen de ese rumor. Se trata de un artículo mío, publicado por la prensa norteamericana hace un par de meses. Yo diría, entre otras cosas, que dada la situación existente en Rusia, estaría dispuesto a servir al país sí lo amenaza cualquier peligro</i>. </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style=""> </span>(Está tranquilo y silencioso.) </p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="">¿Volvería usted al servicio activo?<o:p></o:p></i></p> <p class="MsoNormal" style="text-align: justify;">Asiente con la cabeza... </p> EinGespensthttp://www.blogger.com/profile/15707652817965579821noreply@blogger.com0